13. 13
¿Qué políticas económicas se
tomaron?
1. Liberalización de los mercados.
2. Política fiscal adecuada – control de la
inflación.
3. Privatización o concesión de sectores clave.
4. Tipo de cambio libre.
5. Políticas de promoción de la inversión
privada.
6. Garantías de estabilidad jurídica y tributaria.
22. 22
FALTAS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA
50
250
450
650
850
1050
1250
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
FALTAS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA
Fuente: PNP
23. 23
Índice de calidad de la
infraestructura total
(1= subdesarrollado, 7= eficiente )
Fuente: Global Competitiveness Report 2009-2010
6.8 6.7 6.7
5.9
5.6
4.2
4.0
3.8
3.4 3.4
3.2 3.1 3.0 3.0
2.5
0.0
1.0
2.0
3.0
4.0
5.0
6.0
7.0
8.0
Suiza
Singapur
HongKong
EE.UU.
Chile
Uruguay
Panamá
México
Colombia
Brasil
Argentina
Ecuador
Venezuela
Perú
Bolivia
Brecha de inversión en
infraestructura al 2008
(en millones de US$)
Sector
Brecha
2008
%
Transportes 13,961 37.0
Aeropuertos 571
Puertos 3,600
Ferrocarriles 2,415
Redes viales 7,375
Saneamiento 6,306 16.7
Agua potable 2,667
Alcantarillado 2,101
Tratamiento de aguas residuales 1,538
Electricidad 8,326 22.0
Generación 5,183
Transmisión 1,072
Cobertura 2,071
Gas natural 3,721 9.9
Telecomunicaciones 5,446 14.4
Telefonía fija 1,344
Telefonía móvil 4,102
Total 37,760 100.0
Fuente: IPE
24. 24
INVERSIÓN EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
(%DEL PBI)
0,07%
0,16%
0,25% 0,26%
0,46% 0,46%
0,68%
0,82%
0,00%
0,20%
0,40%
0,60%
0,80%
1,00%
Ecuador Perú Panamá Uruguay Argentina México Chile Brasil
INVERSIÓN EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
(% del PBI)
El muro de Berlín cayó hace exactamente 20 años, y este hecho dio el inicio a lo que hoy en día conocemos como un mundo global, en el cual las empresas y sus productos y servicios tienen como mercado a todo el planeta. Es por ello que las empresas peruanas tienen la posibilidad de competir en ese mundo y las empresas extranjeras en el nuestro ¿ Están las empresas peruanas en posición para hacerlo?
Para responder a esta pregunta veamos rápidamente cual era la situación de las empresas y del empresariado peruano en las últimas 4 décadas, y para ello dividiremos esta historia en dos periodos bien marcados, el primero que cubre entre el año 70 y el 90 al cual llamaremos “ desaceleración” y el segundo año 90 a la fecha que llamaremos el “ crecimiento”.
Ingresé al mundo laboral en los inicios de los años 70 y fui testigo y actor de un Perú que experimentaba una revolución militar que bajo un modelo socialista pretendía reformar las estructuras de la sociedad para crear otra en la cual todos los peruanos tuvieran un nivel de vida superior en todo sentido.
El resultado del experimento fue la destrucción del patrimonio de las empresas privadas y la merma de las arcas del Estado por estas empresas públicas. Luego de las grandes estatizaciones, estas empresas públicas ineficientes coparon casi la totalidad de los sectores de la economía y ahogaron las iniciativas privadas en un modelo que no funcionó.
La reforma agraria redujo a cero el patrimonio de las empresas agrarias y empobreció el campo haciendo que las tierras más ricas del país se convirtieran en minifundios incapaces incluso de producir alimentos para subsistir.
Luego vino una época de democracia inmadura, donde los políticos populistas y timoratos crearon un estado burocrático, ineficiente y corrupto que no lograría generar la estabilidad ni la confianza requerida para la recuperación empresarial.
Todo ello se agravó con una inflación galopante y descontrolada que no solo mermó más el patrimonio empresarial sino que empobreció a la clase media y pauperizó a los más pobres, ocasionando la aparición de grupos políticos terroristas que trajeron pánico, migración interna y la fuga de capital humano.
Durante este periodo se aplicó y se promocionó una política exterior proteccionista y de sustitución de importaciones que generó una Industria Manufacturera ineficiente.
La industria sobreprotegida fue incapaz de competir en el mercado externo; el cual según política del Estado, se reducía al grupo andino formado por 5 países que luego se redujo a 4 cada uno más proteccionista y cerrado que el otro.
Estas políticas dieron como resultado un ínfimo crecimiento tanto de los sectores básicos, como manufactureros, y nuevamente una descapitalización y pérdida patrimonial del aparato productivo privado.
El comercio exterior se mantuvo tan solo con la exportación de materias primas y la importación de bienes de consumo. La importación de bienes de capital se mantuvo constante durante todo el período.
A partir del año 90 se produce una apertura al mundo exterior y se reconocen las ventajas de un modelo de libertad de empresa donde juega un papel importante la promoción de la inversión privada a través de un marco jurídico y tributario estable, una férrea disciplina fiscal y el control de la inflación.
Es así que entre 1990 y 2008, se obtiene un crecimiento del PBI de más de 130%, pasando de 82 mil millones de soles a 191 mil millones durante el año pasado. Mientras que la tasa de pobreza disminuyó de 57,4% en 1991 a 35,2% según cifras oficiales del INEI; es decir, 5 millones de peruanos salieron de la pobreza.
Por su parte, las exportaciones no tradicionales se multiplicaron por 7, pasando de mil millones a más de 7 mil millones en el 2008, y las exportaciones totales de 3 mil a 31 mil millones. Aún más importante, la importación de bienes de capital de 885 a más de 9 mil millones, es decir un incremento de 942%, lo que demuestra el crecimiento patrimonial de las empresas. Contrario a las tesis de décadas pasadas, la apertura del mercado no ocasionó el desplome de la industria local, sino que más bien la fortaleció. El acceso a mejores tecnologías, a mayores mercados y la necesidad de ser competitivos tuvo efectos positivos sobre la economía local.
La confianza generada por el modelo incrementa sustancialmente el sistema bancario y financiero, las AFP’s se convierten en un factor fundamental de acumulación de capital disponible para la empresa privada. La consecuencia es que se comienza a recuperar estructura patrimonial de las empresas (bolsas). Con la mayor actividad económica, el Estado pudo contar con mayores recursos públicos.
A partir del año 2000, se cambia la visión del mundo exterior, pasando del grupo andino a la firma del TLC con varios países, abriendo las posibilidades reales para la integración de las empresas peruana. En el Perú actual contamos con un modelo económico que ha dado resultado y al cual nos toca preservar y mejorar para hacerlo más dinámico, permanente e inclusivo.
Hoy, existen muchas empresas peruanas modernas y exitosas, y es así que algunas de ellas han iniciado un proceso de internacionalización. En la mesa tenemos dos representantes de este nuevo tipo de empresa que se han atrevido a salir al exterior. La empresa peruana es un joven de solo 19 años, mayor de edad, que se presta a conquistar el mundo.
Sin embargo, para lograr el objetivo de salir a competir en un mercado global necesitamos tener en cuenta ciertos elementos básicos.
La empresa debe contar con una estructura gerencial altamente profesionalizada e independiente del accionariado. Debe ser capaz de vencer en calidad y precio a sus competidores globales tanto para vender en el mercado local como en el exterior. Debe contar con un patrimonio suficiente para poder crecer y acceder a las fuentes de financiamiento que el mercado global ofrece. Debe cambiar su actitud de competir con sus pares locales por la de compartir, a fin de lograr la masa crítica que el mercado global requiere. Además, para que haya posibilidades de internacionalización, el entorno en el cual las empresas se desarrollan debe contar con una infraestructura adecuada, tener una política de apertura comercial, gozar de estabilidad económica con reglas claras y predecibles, y tener una clase trabajadora preparada para desenvolverse en las más avanzadas tecnologías de producción y servicios.
De todos estos factores, nos preocupan especialmente cuatro. Desde el punto de vista empresarial, la falta de gerencia profesional, y desde el punto de vista del entorno, i) la inseguridad ciudadana, ii) la brecha de infraestructura, y iii) la brecha de conocimiento.
Un tema preocupante que debe ser tratado con especial seriedad y celeridad es la seguridad ciudadana, pues un ambiente de inestabilidad y conflicto dificulta enormemente las decisiones de inversión de largo plazo.
El ranking elaborado por el Global Competitiveness Report 2009-2010 ubica al Perú en el puesto 102 dentro del ranking de 133 economías en cuanto a calidad total de infraestructura. Por su parte, el IPE estima la brecha de inversión en infraestructura de servicios públicos en el país en US$ 37,760 millones; equivalente al 30% del PBI del 2008. PROPUESTAS: Elaborar un banco de proyectos de infraestructura , preferentemente con alguna forma de priorización. Publicar los criterios con los que se priorizan los proyectos. Como ocurrió a fines de los noventa, Proinversión debe contratar asesores privados (banco de inversión, estudio de abogados y consultor especializado) para la promoción de la inversión privada en clases de activos (redes viales, por ejemplo). Fortalecer, priorizar y agilizar los mecanismos de Asociaciones Público Privadas y las Obras por Impuestos. Revisar l a prohibición legal de cofinanciar iniciativas privadas, ya que buena parte de la inversión pendiente en infraestructura no sería rentable desde un punto de vista estrictamente privado.
Además de la brecha en infraestructura, el otro cuello de botella significativo en el proceso de internacionalización es la brecha de conocimiento. Especialmente en una economía tan informal como la peruana, la provisión adecuada de CTI requiere de intervención pública donde es indispensable la coordinación entre Estado, sector privado y centros de investigación. La investigación en CTI en nuestro país (alrededor de 0.15% del PBI, un tercio de América Latina y entre 5% y 8% de los países desarrollados) no sólo es una de las más bajas entre los países en desarrollo, sino que su importancia económica inclusive es menor que la de países de menor desarrollo relativo (Bolivia, por ejemplo). Por ello, es imprescindible incrementar el presupuesto público en CTI. Perú no debe seguir a la zaga latinoamericana en cuestiones de capital humano e innovación.
Es indispensable que el sector privado también asuma un compromiso firme con la inversión en CTI, pues está comprobado que a largo plazo esta inversión es el principal motor del crecimiento de cualquier industria.