El conflicto es inevitable, ya sea a mayor o menor, es inevitable por parte del ser humano, precisamente porque somos seres eminentemente sociales, que necesitamos para nuestro desarrollo, bienestar y felicidad, relacionarnos con otras personas, el conflicto, además, que no solo ocurre entre personas con distintos puntos de vista, sino también en nuestro interior, con nosotros mismos, por ejemplo, cuando tenemos emociones encontradas, deseos y obligaciones divergentes, o pensamientos y sentimientos aparentemente contradictorios, lo que a veces nos genera dudas a la hora de tomar decisiones, diferentes enfoques en psicología, como el psicoanálisis o la teoría de la disonancia cognitiva de Festinger han dado buena cuenta de ello
proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
Unidad 2 actividad 1
1. Nombre: Berenice Chacón Vázquez
Carrera: Lic. en administración de las organizaciones
Materia: Organización y coordinación de equipos de trabajo
Unidad 2: El conflicto y los equipos de trabajoActividad: 1
Asesor: Cristina Vázquez González
Conflictos laborales
2. ¿Qué es el conflicto?
Un conflicto es una pelea, disputa o discrepancia que
se da cuando dos o más personas tienen intereses u
opiniones que no pueden desarrollarse al mismo
tiempo, es decir, que se contradicen.
El conflicto puede darse en el ámbito de las relaciones
interpersonales o a nivel social cuando se involucran
muchas personas o grupos. Puede manifestarse a
través de una discusión, malentendido, disputa, pelea y
hasta guerra, pero no debe asociarse siempre el
término “conflicto” con la violencia, ya que puede
involucrarla o no.
Para la resolución de un conflicto, las partes en disputa
tienen que llegar a algún acuerdo o negociación y, en
algunos casos, aceptar que ninguno de los dos
objetivos podrá satisfacerse completamente.
3. ¿Cuáles son los efectos de un conflicto al
interior de un equipo de trabajo?
Efectos del conflicto bien gestionado
Es motor de cambio personal y social. Ayuda a realizar cambios
necesarios, innovaciones etc.
Fomenta la identidad tanto personal como grupal, cuando es resuelto
en equipo y de forma satisfactoria (esta es la clave).
Ayuda a establecer canales y sobre todo estilos de comunicación
eficaces que pueden perdurar.
Fomenta la confianza entre las partes haciendo sobresalir las semejanzas
en vez de las diferencias.
No en vano, cada vez más organizaciones recurren a la Fundación
Gizagune para gestionar sus divergencias y conflictos. Es por ello un
campo de trabajo en creciente auge. Si te interesa la gestión de
conflictos en el ámbito organizacional, a finales de este mes de febrero
comenzamos la primera edición del Curso online de mediación y
gestión de conflictos en el ámbito organizacional, infórmate.
4. Efectos del conflicto mal gestionado
Se estimula la idea de que la solución al conflicto es una cuestión de fuerza, de imposición y se
la utilización de estos métodos como herramienta de gestión eficaz, sin calcular las consecuencias.
La comunicación se reduce y se fomenta una actitud hostil y la percepción de las diferencias. Cada
persona se comporta de un modo que la otra parte identifica como ataque. Esto aumenta la tensión
que se vive y perjudica al clima laboral.
Se producen juicios erróneos y se reduce, si no se elimina, la cooperación entre las personas de la
organización.
Esto lleva a una escalada del conflicto que es difícilmente controlable.
5. ¿Cuáles son los distintos tipos de conflicto?
Las causas de los conflictos pueden ser distintos, puesto que existen diferentes tipos de conflictos.
Ejemplos:
Conflicto de recursos
Conflicto de estilos
Conflicto de percepciones
Conflicto en las metas
Conflicto por presión
Conflicto de roles
Conflicto por diferencias en los valores personales
Conflicto causado por políticas impredecibles
6. ¿Qué actitudes se adoptan ante el conflicto?
Hay varias formas para afrontar un conflicto ¿Con cuál te sientes identificado?
Actitud competitiva. Intentas imponer tu criterio y te cuesta mucho ceder
para lograr un acuerdo.
Actitud de evitación. Alargas hasta el infinito el momento de afrontar el
problema o miras hacia otro lado en lugar de actuar para solucionar el
conflicto que te aflige.
Actitud acomodada. Priorizas la relación con la otra persona y a menudo
olvidas tus intereses, cediendo demasiado.
Actitud colaborativa. Ves el conflicto como una oportunidad para
encontrar soluciones para contentar a ambas partes y que la relación no
se vea perjudicada.
Actitud de compromiso. Estás en medio de la defensa de tus objetivos
personales pero escuchas los intereses de los demás para encontrar una
solución que no implique renunciar a tus intereses.
7. ¿Cuáles son los estilos de enfrentamiento del
conflicto?
Hay muchas maneras de gestionar los conflictos, no hay una única manera de resolver un conflicto
Ejemplos:
Estilo Competir
Este enfoque siempre busca ganar, tener razón. Se plantean con firmeza los propios puntos de vista, ignorando o minimizando las
necesidades de los otros. Si bien muchas veces funciona ser competitivo, en el largo plazo la relación con el otro se termina dañando.
Ejemplos de frases ante un conflicto: “No, lo que me pedís es imposible”, “Necesito que esto se haga así”, “No, no es como vos decís”.
Estilo Ceder
Es el extremo opuesto del competitivo. Siempre busca privilegiar la relación y tiende a acomodarse excesivamente ante las demandas
de los demás. No sabe decir que no. Suele ser útil emplear este estilo en forma estratégica para ganar en relación y confianza, pero es
obvio que ceder con frecuencia termina comprometiendo los objetivos y resultados propios. Ejemplos: “Como vos quieras”, “No te
preocupes, no me cuesta nada hacerlo”, “Está bien, está bien, tenés razón”.
Estilo Evitar
Este estilo cree en la frase: “Soldado que huye, sirve para otra batalla”. Implica postergar esas conversaciones difíciles, no decir que sí ni
que no…Por lo tanto ante el conflicto se ingresa en una zona ambigua de no resolución. Puede ser útil para temas de poca importancia
y que se resuelven con el tiempo. Pero es claro que para el resto de los conflictos en necesario otro enfoque. Ejemplos: “Mañana te
llamo”, “Todavía no lo definí, dejame pensarlo”, “Estoy muy ocupado, mejor lo vemos la semana que viene”.
8. Estilo Comprometer
Bajo esta modalidad se busca alcanzar un acuerdo que sirva parcialmente a ambas partes. Este acuerdo no es el mejor, sino
algo que permite avanzar. En muchas ocasiones cuando no es posible colaborar, la solución de compromiso es la mejor
opción. No hay ganadores ni perdedores, es un empate. Ejemplos: “Mejor no discutamos más…partamos la diferencia”,
“Bueno dale, vos hacés lo tuyo y yo hago lo mío”, “Por ahora nos manejamos así, después vemos cómo lo resolvemos
definitivamente”.
Estilo Colaborar
El estilo colaborar busca la mejor solución para ambas partes. Busca el “ganar-ganar”. Por lo tanto el desacuerdo es sólo un
principio en la conversación. Se propone explorar las necesidades de ambas partes y buscar soluciones creativas para el
conflicto. Es el estilo más efectivo de resolución de conflictos, pero con frecuencia el más difícil de emplear por la inversión
en tiempo, creatividad y confianza mutua requerida. Ejemplos: “Me interesa que esta propuesta realmente nos sirva a
ambos”, “Pensémoslo mejor, estoy seguro que existe otra solución superadora”, “Trabajemos en equipo, busquemos la
forma de complementarnos”.
El secreto es el equilibrio
No hay duda que el estilo colaborar es el mejor. Pero una persona efectiva sabe que no siempre se puede usar y hay
situaciones en las que los otros estilos pueden ser mejores. Por lo tanto necesitamos sentirnos cómodos con los 5 estilos
para que dependiendo de la situación podamos aplicarlo.
9. Conclusión
El conflicto es inevitable, ya sea a mayor o menor, es inevitable por parte del ser humano,
precisamente porque somos seres eminentemente sociales, que necesitamos para nuestro
desarrollo, bienestar y felicidad, relacionarnos con otras personas, el conflicto, además, que no solo
ocurre entre personas con distintos puntos de vista, sino también en nuestro interior, con nosotros
mismos, por ejemplo, cuando tenemos emociones encontradas, deseos y obligaciones divergentes,
o pensamientos y sentimientos aparentemente contradictorios, lo que a veces nos genera dudas a
la hora de tomar decisiones, diferentes enfoques en psicología, como el psicoanálisis o la teoría de
la disonancia cognitiva de Festinger han dado buena cuenta de ello.
El conflicto, en definitiva, es parte de nuestra naturaleza paradójica. Y esto no es necesariamente
negativo, todo lo contrario: nos puede servir para descubrir cosas de nosotros mismos, conocernos,
resolver situaciones difíciles y desarrollar nuevas alternativas en nuestros modos habituales de
relacionarnos.