Este documento describe cuatro tipos principales de conflictos que pueden ocurrir en centros educativos: conflictos de poder, conflictos de relación, conflictos de rendimiento y conflictos interpersonales. También identifica varias fuentes potenciales de malestar en las relaciones entre educadores y estudiantes, como comportamientos heterogéneos, falta de comunicación personal, incapacidad para adaptarse a diferentes ritmos de aprendizaje y falta de motivación. El documento sugiere que para evitar conflictos, los sistemas educativos deben centrarse en las necesidades