1. El Alto Mando tenía poder de decisión política: Eso ¿cambio de verdad?
Se había llegado a la conclusión de que había que forzar decisiones en hacer una reunión de
Gabinete, además si la situación no cambiaba había que renunciar de aquella Junta. En esto
estuvo de acuerdo Enrique Álvarez Córdova. Reunido el Gabinete presidido por Guillermo
Manuel Ungo, abrieron abruptamente las puertas del salón y rodearon la mesa los jefes
militares encabezados por José Guillermo García, Ministro de Defensa y Eugenio Vides
Casanova. García fue quien tomó la palabra…
Así describe Schafik Hándal aquel momento histórico, diciembre 1979, en su libro “Legado
de un Revolucionario.” (Publicado por el Instituto Schafik Hándal, 2011):
“-Señores, queremos decirles muy claramente que ustedes están aquí porque nosotros los
hemos traído; nosotros lo hemos permitido. Sin nosotros, ustedes no pueden hacer nada.
Esos puntos que tienen en agenda no se pueden discutir a menos que nosotros lo
autoricemos. Y no lo autorizamos.- Allí mismo comenzaron las renuncias. El primero en
renunciar fue el Sub Secretario de Educación, compañero nuestro de la Juventud
Comunista, Antonio Martínez.”
Dicen hoy los militares retirados señalados por el asesinato de los padres jesuitas y sus dos
empleadas: “Obedecíamos órdenes de políticos civiles.” Pero el Alto Mando de la FAES
tenía no sólo poder militar sino que, antes bien, poder político al servicio de la oligarquía.
Ese escenario de revelaciones es el que se aproxima. Lo que están diciendo estos militares
es que hay civiles involucrados. No hay duda de eso.