3. La colección de cantos de
peregrinación o cantos de las
subidas está compuesta por los
salmos 120-134. La obligada visita
al templo de Jerusalén dio como
resultado una literatura especial y
propia para el viaje de
peregrinación.
4. Los salmos de subida son, por
tanto, los que cantaban cuando
se dirigían al templo y
suponemos que lo hacían de
manera especial con motivo de
las fiestas en peregrinaciones
organizadas por el culto.
5. La elevación del templo (al que se
ascendía por gradas o escaleras)
sobre la ciudad de Jerusalén, así
como la elevación de la misma
ciudad, dieron el título a los salmos
como “canto de las subidas” ya que
tanto para entrar en el templo
como para entrar en la ciudad había
de ascender.
7. También son conocidos como
“cantos graduales” en referencia a
las distintas etapas que se hacían
con motivo de la ascensión en
peregrinación a Jerusalén y a las
escaleras que había que subir para
entrar en el templo y sobre ellas
cantaban los levitas tocando arpas,
liras, címbalos y trompetas.
8. Teológicamente los “cantos de las
subidas” o de peregrinación tienen
tres interpretaciones:
• Por un lado son un memorial de
la ascensión que tuvieron que
hacer los israelitas en el éxodo
desde la esclavitud de Egipto para
alcanzar la libertad y entrar en la
tierra prometida.
9. • De la misma manera recuerdan el
regreso y ascenso tras el exilio
babilónico tras el edicto de Ciro y
la reconstrucción de la ciudad
destruida.
• Finalmente evocan de forma
escatológica la subida a la
Jerusalén celeste y mesiánica del
final de los tiempos (Is. 2:3).
10. Salmo 120: Queja contra la lengua
engañosa
Este salmo es el primero de los llamados
"graduales" o "de las subidas", grupo de
himnos que probablemente cantaban los
peregrinos que subían a Jerusalén, de
todas partes de Palestina, para celebrar las
tres grandes fiestas anuales. Se
caracterizan por su espíritu alegre y
carácter nacional.
11. El Salmo 120 es una oración
pidiendo liberación de acusadores
falsos. Tienen ciertos elementos
poéticos en común. En muchos de
ellos, el pensamiento y las
representaciones se centran en la
ciudad santa. Cinco se atribuyen a
David y uno va para a Salomón.
12. Salmo 121: Jehová el guardador de los
peregrinos
Este salmo es un diálogo que ocurre, o en
el corazón del salmista o entre dos
personas. Allí se expresa confianza
absoluta en Dios. No se encuentran
palabras de quejas ni peticiones. Se adapta
tanto a los peregrinos de Jerusalén, los
cuales son guardados por Jehová en viajes
por caminos difíciles, como a los creyentes
modernos rumbo a la Jerusalén celestial.
13. Salmo 122: La ciudad amada de los
peregrinos
Este “salmo de Sion" comienza expresando
la alegría de los peregrinos que ya han
llegado a Jerusalén y esperan entrar pronto
en el Templo (v. 1-2). El salmista elogia la
ciudad como el factor unificador de su
pueblo (v. 3), el destino de los peregrinos
(v. 4) y la sede del gobierno (v. 5). Termina
orando para que Dios le conceda paz y
prosperidad (v. 6-9).
14. Salmo 123: La plegaria de los peregrinos
Este salmo es un lamento intenso de un
individuo que habla en representación de
su pueblo. En los versículos 1-2, el salmista
menciona los ojos cuatro veces para hacer
hincapié en el hecho de que los peregrinos
buscan el favor de Jehová. Como siervos de
la casa miran a su amo para recibir ayuda
en la hora de su aprieto, así los siervos de
Dios le miran a Él.
15. La repetición de la plegaria "Ten
misericordia de nosotros" indica la
intensidad de su aflicción. Están hastiados
del desprecio y burla de los soberbios.
Algunos estudiosos creen que "se trata,
probablemente, de las
humillaciones que debieron sufrir los
israelitas a la vuelta del destierro, cuando
estaban sometidos a la dominación
extranjera" (Neh.4:1-10; Ez 36:4).
16. Salmo 124: Jehová el salvador de
Israel
Este es un himno de acción de
gracias en que David reconoce que
si no fuera por la ayuda del Señor,
los israelitas estarían destruidos
completamente (v. 1-5); así que le
alaba por haberles liberado de sus
enemigos (v. 6-8).
17. Algunos eruditos creen que este salmo
refleja la situación de Israel cuando los
filisteos derrotaron el ejército de Saúl
con gran matanza y se imaginaban que
habían acabado con el reino israelita
(1 Sam.31). Si tienen razón, el Salmo
124 se refiere a la gran liberación de
Israel bajo el liderazgo de David en
2 Sam.15:17-25.
18. Salmo 125: Jehová el protector de
su pueblo
Este salmo es un himno de confianza
en Jehová. Es como una expresión de la
seguridad absoluta del pueblo de Dios,
la cual es ''tan firme como las raíces del
monte Sion, que no puede moverse. La
base de su fe se encuentra en la
presencia protectora del Señor.
19. Salmo 126: Testimonio de la restauración
La mayoría de los expositores de los salmos
creen que el Salmo 126 se relaciona con el
regreso de los judíos de la cautividad
babilónica ( Esd.1-3). El gozo de los
repatriados es extático, lo que motiva la
admiración de los pueblos que se habían
burlado de Israel y de su Dios (Sal.79:10) y
tienen que reconocer ahora el poder de
Jehová (1-3).
20. Sin embargo la restauración de la
nación es incompleta. Aunque
muchísimos judíos han vuelto a la
Tierra Santa, la mayoría se queda fuera
de Palestina, y aun la situación de los
restaurados dista mucho de ser ideal.
El salmista suplica que Dios lleve a
buen término la obra comenzada (4-6).
21. Salmo 127: La prosperidad viene de
Jehová
La primera parte de este poema enseña
que todas las empresas humanas
prosperan sólo con la bendición de Dios.
Aun en los trabajos comunes de los
hombres, es la ayuda divina lo que
contribuye al éxito (v. 1-2). La segunda
sección indica que los hijos son dádivas de
Dios y una señal de su favor (v. 3-5).
22. Salmo 128: La bendición del justo
Este salmo celebra la felicidad doméstica
que Dios concede al justo: una mujer
fructífera, varios hijos saludables y larga
vida. Puesto que la revelación del Antiguo
Testamento no enseña acerca de la
recompensa de los justos y la retribución
de los impíos en la vida de ultratumba, los
antiguos recalcaban las bendiciones
temporales: prosperidad material, muchos
hijos, protección de los males y larga vida.
23. Salmo 129: Plegaria pidiendo la
destrucción de los enemigos de Israel
Este salmo también es imprecatorio
mirando al pasado, a los padecimientos
que han soportado los israelitas, de los
que han sido liberados por Jehová (v. 1-
4), y mira hacia el futuro, confiando
que el Señor destruirá totalmente a
"los que aborrecen a Sion" (v. 4-8).
24. Salmo 131: Humilde delante del Señor
Este salmo es la profesión de humildad
y confianza en Dios. Aunque es muy
breve, está llena de hermosura y
profundidad en el espíritu humano. El
salmista protesta que está libre del
orgullo mundano y es tan sencillo
como un niño, y exhorta a Israel a
esperar en Dios .
25. Salmo 132: El pacto entre David y Jehová
Este salmo real es una plegaria que pide
bendición sobre la descendencia de David
que heredará el trono y sobre el santuario
mismo. Es el único salmo que menciona el
arca del pacto. Puesto que los versículos
8-10 aparecen en 2 Cró.6:41-42, y son
palabras de Salomón cuando ora para
dedicar el templo, se cree que Salomón
mismo compuso el salmo.
26. La ocasión de componerlo sería
cuando el arca fue trasladada del
tabernáculo al nuevo templo
construido por este monarca. Por otra
parte algunos estudiosos de la Biblia
piensan que fue usado en la
coronación de los reyes davídicos. El
salmista comienza pidiendo a Dios que
recuerde sus promesas hechas a David.
27. Salmo 133: La hermosura del amor
fraternal
El salmista elogia la unión fraternal
entre el pueblo de Dios (v. 1). Es como el
óleo de consagración del sumo sacerdote
(Ex 29:7; Lv.21: 10). De igual manera, la
armonía del pueblo de Dios los santifica (v.
2). También es semejante al rocío del cielo
que fertiliza la tierra y sostiene la
vegetación. Así el amor fraternal hace
fructífero a Israel (v. 3).
28. Salmo 134: Exhortación a los que
velan en el templo
Este salmo es el último de los salmos "de
ascenso o peregrinación". Es un canto
antifonal en que los adoradores en el
templo, que están para retirarse al fin del
día, llaman a los sacerdotes y levitas que se
encuentran en el santuario de noche, a
seguir alabando a Dios (v. 1-2). Uno de los
levitas responde con una bendición sobre
los adoradores (v. 3).
30. Las letras iniciales de los versos de
los salmos acrósticos o alfabéticos
tienen en el texto hebreo una
sucesión alfabética. Los nombres de
estas letras iniciales se mantienen
en algunas versiones. En la RVR
encontramos los nombres de estas
letras al comienzo de cada estrofa
del Salmo 119.
31. Los salmos acrósticos son de
tres clases:
•En unos, la primera letra de
cada verso está en orden
alfabético (Salmos 25, 34, 111,
112, 145; con unas pocas
excepciones menores en
Salmos 25 y 34).
32. • En otros, las letras del
alfabeto dan comienzo a
versos alternados (Salmo 37)
o están al principio de versos
que se hallan a intervalos más
amplios (Salmos 9 y 10).
33. •El Salmo 119 se divide en 22
estrofas de 8 versos cada una,
y cada línea de cada estrofa
comienza con una misma
letra del alfabeto. Las estrofas
están precedidas
alfabéticamente por las 22
letras hebreas.
34. El acróstico se usaba, para ayudar a
memorizar, lo cual se anticipó a
nuestros abecedarios en más de 2.000
años. Por regla general, no se usan los
salmos acrósticos para mostrar el
desarrollo de un tema, sino para hacer
repeticiones con palabras diferentes e
ilustraciones variadas. Estilísticamente
se caracterizan por la riqueza de
expresión.
35. Salmo 9: Dios: Juez y Rey
En la versión griega, la Septuaginta, y
en la antigua versión latina, la Vulgata,
este salmo se halla unido al Salmo 10;
pero son dos en el moderno texto
hebreo. A favor de la teoría de que
formaban originalmente un sólo
poema, está el hecho de que son
alfabéticos, o sea acrósticos.
36. Los que creen que son dos salmos
separados señalan que se tratan
respectivamente de temas algo
diferentes. La oración del Salmo 9 es
contra los enemigos de Israel mientras
que la plegaria del Salmo 10 es
principalmente contra los inicuos en la
nación misma; es decir, el noveno
salmo es nacional y el décimo es
personal.
37. 9:2 Altísimo (heb. Elyón): "título muy
antiguo de Dios, que afirma su
autoridad y dominio universales"
(véase Gn 14: 18; Sal 47:2; 83: 18).112
9: 11. Cantad a Jehová, que habita en
Sion ("que reina en Sion"). El trono de
Dios en el cielo (v. 7) tiene su
contraparte en el
templo de Jerusalén donde reina sobre
las naciones (véase Sal 3:4; 11 :4; 20:2).
38. Salmo 10: Oración pidiendo ayuda contra los
opresores
El salmista se queja por la aparente
impunidad con la cual los inicuos oprimen a
los pobres. Los malos se jactan de su
perversidad y se comportan como si no
existiera Dios. Tratan a los indefensos como si
fueran su presa natural. Una de sus armas
principales es su lengua (v. 7).
Se describen sus víctimas como el inocente,
el pobre, el desvalido y los desdichados (vv. 8,
9, 10 y 14).
39. Salmo 34: La protección divina
Este es un salmo alfabético en que el salmista
prorrumpe en acción de gracias a Dios por
haberle liberado de sus enemigos. Menciona la
ocasión como aquella cuando David se retiró de
la presencia de Abimelec, ante quien había
fingido sufrir un ataque de locura (1° Sam. 21:
10-22: 1). Se divide en dos partes:
• Un cántico de acción de gracias a Jehová que
escucha el clamor de los humildes, v. 1-10,
• Una exhortación y enseñanza de como
conseguir el cuidado de Dios, v. 11-22.
40. Salmo 37: Destino del impío y del justo
Es un salmo didáctico, escrito en forma
alfabética, lleno de dichos proverbiales que
tanto gustaban a los escritores sapienciales.
Como el libro de Job, este salmo trata el
problema del mal: en un mundo bajo el
gobierno divino se ve con frecuencia padecer a
los justos y prosperar a los malos. El compositor
pregunta dolorosamente si es verdad que Dios
gobierna con justicia o aún gobierna.
El salmista contesta señalando que Jehová sí
gobierna y lo hace para el bien de los justos.
41. El salmo 37 puede dividirse en cuatro
partes:
• Razones para no tener envidia de los
malignos, v. 1-11
• El destino trágico de los inicuos, v. 12-22
• El destino bueno de los justos, v. 23-31
• Un contraste entre el castigo de los
impíos y la recompensa de los buenos, v.
32-40.
42. Salmo 111: Elogio de las obras de Dios
Este salmo es un himno que alaba a
Dios por la ley y el cuidado de su
pueblo. Se relaciona estrechamente
con el Salmo 112, y es probable que
ambos fueran escritos por el mismo
autor. Ambos son acrósticos, tienen
22 frases cada uno, y son semejantes
en su forma, lenguaje y contenido.
43. Salmo 112: La prosperidad del hombre
que teme a Dios
Este salmo acompaña el anterior y se
desarrolla en éste el último
pensamiento del Salmo 111. El anterior
alaba a Dios, y éste elogia al hombre justo.
Describe la bienaventuranza del hombre
que teme a Jehová, que es misericordioso,
generoso para con los pobres y que ama
a Dios. Termina notando la envidia del
malo hacia el bueno.
44. Salmo 119: Elogio de la ley de Dios
Este salmo es el más largo de todos.
Es un salmo didáctico y acróstico
y presenta, en la simetría y perfección
de su forma poética, lo absoluto en
perfección de la poesía hebrea. Hay 22
estrofas de ocho versos cada una.
45. Los ocho versos de cada estrofa
comienzan por una de las 22
letras del alfabeto hebreo, y cada uno
de ellos, con la única excepción
del versículo 122, contiene uno de los
términos sinónimos que designan la
Ley: testimonios, juicios, camino,
mandamientos, estatutos, palabras,
preceptos, ordenanzas y promesas.
46. En un sentido, este salmo es la
confesión y el testimonio del salmista.
El había andado descarriado como una
oveja por un tiempo, pero volvió al redil
(67); había sido abatido en espíritu (25),
burlado, calumniado y perseguido por
sus adversarios, los cuales le quisieran
distraer (véase 51, 61,69,85,95). Sin
embargo, quería conocer sobre todos
los caminos de Jehová y andar en ellos.
47. Salmo 145: La majestad y bondad de
Dios
El Salmo 145 es un poema acróstico
(alfabético) que cuenta de la majestad
y providencia bondadosa de Jehová. Se
celebra la bondad de Dios como el
Dador generoso de todas las cosas
buenas. Muchas de sus frases se
encuentran en otros salmos pero en
forma un poco diferente.
48. Este salmo tiene la distinción de ser
el único que lleva en el título la
expresión tehilla (alabanza,
himno), cuyo plural tehillim es el
título hebreo del libro. Es una
verdadera doxología que sirve de
introducción al último grupo de
"salmos de aleluya".