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Una historia de amor y lucidez
SaLvAjItO y DaMiSeLa
de
Andrea F. Bermúdez
Ilustraciones de
Adri Delfini
La historia de Salvajito y Damisela
-¡Sí! -dijo salvajito, cuando el cura- padre-párroco le preguntó si la quería
como esposa.
-¡Es cosa preciosa! –dijo salvajito y le zampó un beso con tanta fuerza, que
una gota de sangre azul saltó del labio superior de Damisela , ocasionando
que todos los presentes, incluso mona-grillos , exhalaran un gritito de
horror.
-¡ASOMBROSO!-dijo salvajito con tremenda contentura ¡Azul y rojo pegan
perfectamente! y la volvió a besar, creando un arcoíris que les llenó los ojos
y los huesos.
Damisela sonrió con picardía y ya no le quedaron dudas de cuan feliz la
haría su precioso salvajito el resto de sus días.
Por arriba de los hombros…hombres y mujeres , miraban la tanta ausencia
de camiseta de bodas en salvajito, la tanta ausencia de zapatos en
Damisela.
Es que ambos habían convenido en ir semi desnudos y asegurarse así la
euforia del público presente.
La nave de la iglesia tenía olor a crítica y a espanto pero los novios ni lo
percibieron, tan ocupados estaban en besarse, lamerse las orejas,
masajearse la espalda y darse pellizcones en sus partes carnosas.
Cuando se aburrieron de tanta perorata religiosa, simularon a dúo
urgencias fisiológicas y se mandaron a mudar.
Papá de salvajito les regaló una casa arriba de un ombú.
Mamá de salvajito le enseño a Damisela a freír bananas y a romper cocos.
Muy extraños regalos recibieron de los de la ciudad...
Canastos de naranjas transgénicas.
Un sensor que chifla fuerte cuando se abre la puerta.
Un seguro de vida para cuando mueran.
Billetes de colores con retratos de gente muy coqueta que salvajito nunca
conoció. (Esos los uso para avivar el fuego la noche de su boda)
De parte de salvajito recibieron ...
Un pedazo de tierra llenito de lombrices y caracoles.
Semillas de melones,
Calabazas, ciruelos,
incienso aviva amores, fabricados por ellos, (para ellos)
y ungüentos cura-males.
Salvajito y Damisela se hicieron felices en todos sus extremos y usaron en
el centro del vientre juvenil de Damisela la receta infinita del amor , el
secreto de todos los secretos, dando vida a un pequeño salvajito al que
llamaron Hijo.
Criaron a Hijo sin conservantes, sin muros y sin reglas.
Le enseñaron, ¡Eso sí!, a cuidar de los bichos y de los animales, a amar las
múltiples formas de la
naturaleza.
A decir siempre la verdad, sin miedo a represalias y a usar en juegos
solamente… únicamente en juegos, camiseta y zapatos…
SaBidUríA SaLVaJe
Fue en esa isla-selva paradisíaca donde salvajito
encontró los pétalos rojos, las plumas azules, el sombrerito verde.
Más adelante se toparía con las huellas y un par de sandalitas
abandonadas a su suerte.
Todo el lugar olía a ellos, a su magia, a su alquimia.
Hasta en la borra de café de Damisela aparecían mensajes y el buuuu y el
baaaa del viento rememoraba títulos de historias muy antiguas.
De vez en cuando aparecían símbolos numéricos en nubes de tormenta que
señalaban biblioratos ocultos en ruidosas ciudades.
Todo es un hoy- decía salvajito.
No hay pasado perdido ni futuro no encontrado. No hay mundos
extraviados ni desaparecidos.
Todo y todos convergen en los ojos abiertos. Lo decía tan lindo, con tanta
entonación, que Damisela lo miraba admirada preguntándose a sí misma...
...¿Qué sería de nuestra civilización si se extinguieran de una vez estos
preciosos salvajitos?
VIsItAs Y RiSiTaS.
Un día llegaron eruditos de la gran ciudad, gente (O) ¡culta!, traían maletas
llenas de pastillas, repletos los bolsos de papeles y mucha información en
la cabeza, que mantenía sus cabellos tan duros como alambres.
¡De púa son!-decía salvajito
¡Me pinchan cuando hablan con tanta autoridad!
A Hijo le trajeron juguetes ¡Eran una monada! pajaritos a control remoto,
conejitos a cuerda, golosinas en forma de animales.
Le dieron, satisfechos, a su madre, lo que llamaban “Beca”, que no era
otra cosa que un papel con el poder de separar por largo tiempo a Hijo de
sus padres, para encerrarlo en un corral, donde le enseñarían a contar todo
tipo de cosas pero nunca, nunca estrellas.
Con ataques de risa salvajito le prendió fuego al papel por no encontrarle
alguna utilidad que les complazca, mientras que Damisela muy cortés
convidaba una y otra vez a los acartonados invitados coco y bananas fritas,
que ellos rechazaban ,previo relato explicativo de sus males.
-Úlceras estomacales- propias de la gran ciudad.
SaLvAJiTo mEmOrIoSo.
-No hay mundos extraviados, ni desaparecidos
Todo y todos convergen en los ojos abiertos…
Salvajito repite…repite…repite
Tantas veces que es música, tantas veces lo dice.
Mientras siembra en la huerta su mínima canción,
¡Tan grande! ¡Tan enorme! , suena fuerte en el aire
Hace que el bosque, selva, río, (además de hombres)
La aprendan de memoria… ¡la aprehendan de memoria!
¡Hasta ser memoriosos, más que pueblo ninguno
Sobre faz de la tierra!-les dice salvajito.
Un divulgar de estrellas, de anécdotas añejas
De amores y fantasmas, curiosioscuridades
Se produce en las noches de los no-olvidan-nada.
A su vez Damisela se esfuerza en esfumarse
Para no anostalgiarse de su vivir antiguo
De mujer en ciudad.
El perro orión feliz, mueve su cola alegre
Al andar en la luz, cuando se a-memoria
Acerca del lugar donde supo enterrar un suculento hueso.
Se le pinta una lágrima al pobre salvajito
Por verse tan clarito en aquel pajonal,
De abandono, al azar, siendo recién nacido
Y le suena por dentro el tanto agradecer
Que cacique y mujer lo quieran como a un hijo.
Semejante memoria, reencarnada otra vez
Es de suerte y tormento, pero nadie reniega
Porque entienden muy bien que descorrer el velo,
En el ojo interior , sirve para aprender.
De mañana, de tarde, en quechua o en francés
Con sombrero y pijamas, no paran de cantar
La canción memoriosa.
Se visten de memoria, de justicia y memoria
De memoria y perdón, de no olvidarse nada
De recordarlo todo.
El TeRcEr OjO dE sAlVaJiTo.
Damisela lo mira extrañada mientras salvajito sacude las manos al aire en
un exhalar energías oscuras.
Hace días, desde que apareció en su frente ese ojo color cielo se comporta
en forma extraña ¡O más bien no se comporta!, diría mamá de Damisela,
pero a ella, (a Damisela), en el fondo, le gustan las maneras escandalosas
de salvajito, que se llama así por su virtud de ser claramente salvaje…
-Desde que veo lo que veo ya no me siento ciego -dice salvajito a Damisela
y se acerca a morderle la oreja, ritual aviva bravuras que le aplica cada dos
horas, en el quinto punto cardinal del pabellón derecho, (terapia altamente
efectiva en gente de cualquier altura ,sobre o debajo del nivel del mar, y de
cualquier factor sanguíneo Rh o sin r y sin h) Damisela ríe al sentir las
cosquillas del amor que le resuenan desde el tímpano hasta la uña del dedo
gordo del pie.
¿Y que viste hoy? -Le pregunta con la dulzura a flor de boca.
-Hoy me vi en vos y te vi en mí y nos vi en nuestro perro orión y a él en el
lago y al lago en los árboles y en las nubes, todos éramos uno y ninguno
era igual al otro, lo que le daba perfecta completud y coherencia a la
creación…
Damisela se come una uña para disimular su tanto no entender y le dice,
(sinceramente y con abundancia de fe) que está de acuerdo en todo con él,
mientras le presta su otra oreja guiándolo hasta el norte de todos sus
antojos para que la muerda… de nuevo… despacito, en un ir a las estrellas
sin ganas de volver…esta es la perfecta creación, repite, en-si-misma-
da...y comienza a entender.
SaLvAjItO EnSeÑa a ReStAr
Damisela no salía de su asombro al verlo a salvajito ofreciendo a camello y
a león un seminario (según él, muy nutritivo) sobre como aprender a
restar.
-Salvajito de mi vida, ¿De verdad crees que camello y león estarán
interesados en estudiar matemáticas?
-Por supuesto que sí, contestó salvajito en un exhalar entusiasmo a diestra
y a siniestra.
- ¿Y para que querrían aprender a restar, si se puede saber? - dijo
Damisela un tanto confundida.
-¡Porque de eso se trata la vida!- contesto salvajito, pero al ver la cara de
desconcierto de Damisela, se dispuso a explicar un poco más
-¿Acaso no viste a camello y león sumar todo el tiempo?, el primero para
los demás, el segundo para sí mismo….Esto los lleva a multiplicar hasta
hartarse, lo que los conduce a una inevitable división. Mi teoría es que lo
único que les falta aprender para decidir con libertad, es a RESTAR,
además, si lo desean, podrían desarrollar el hábito de la simplificación y
así sacarse una buena carga de encima…. (Esto lo dijo mirando con algo de
compasión al pobre camello, que lucía unas jorobas enormes en su
espalda).
Damisela recordó lo mucho que le gustaba multiplicar, allá, en la gran
ciudad y su tanta indiferencia ante la resta, recordó también las molestias
en su propia espalda, las contracturas en su cuello tan dolorosas, (que solo
las mordidas cariñosas de salvajito lograban atenuar ) y ante la posibilidad
de estar desarrollando ella también esas pesadas jorobas de camello,
acercó disimuladamente un almohadón de hojas de higuera ,en el que solía
sentarse a no hacer nada (para así crecer),se quitó la cera de su mejor
oído, y se alistó a aprehender lo que su precioso salvajito tenia antojo de
compartir.
…Se parece mucho a Nietzsche, pensó mientras lo escuchaba… ¡Y no pudo
evitar volverse a enamorar!
SalVaJiTo, DaMiSeLa Y La cOnCiEnCiA CrEaDoRa.
Salvajito estaba quieto, como un Dios en armonía, vibraba igual a un viento
silencioso.
Damisela lo miraba extasiada y lo entendía todo (porque era Damisela
proclive a entender cosas profundas).
Salvajito susurraba la perfecta eficacia de cada movimiento, la posibilidad
de vivir en reposo, con el cielo en la tierra.
Damisela absorbía la luz de ese momento, se había despojado de inútiles
temores.
Los ángeles nos cuidan, nada nos hace falta -le dijo salvajito- Ya lo
tenemos todo. La eternidad, el cielo, la tierra, su abundancia. No nos falta
el amor porque eso es lo que somos.
El tiempo, inexistente
La culpa, ineficaz
Los errores, un puente
La quietud, la respuesta
Y en ese instante mágico de conciencia absoluta
Salvajito y Damisela crearon el Edén.
SaLVaJiTo Y eL AlinEaMieNtO dE los ChAkRaS.
Si me dejas te ordeno los 7 chakras, le decía Damisela a salvajito mientras
le masajeaba el plexo solar, sin dejar ni por un instante de buscarle en el
tórax y el contra tórax ,el plexo lunar, que se había escondido en vaya
saber uno donde…¡Es que si no las alineas bien vibras des-
armoniosamente!…Y se lo decía con tanta seriedad ,que salvajito pensó en
tomar un peón para poner en fila su ganado y así poder tomar clases de
música , cosa de no desafinar más, ¡Que su no cantar melodiosamente
podría ser un trabazón en su vínculo amoroso con su bella amada mujer
venida de ciudad , tan llena de sabiondeces! -Vos saber Damisela que yo
clave de fa no entender muy bien-le dijo salvajito disculpándose…
-Claro, respondió alborotadamente Damisela -¡Exactamente eso es lo
importante, mi hermoso salvajito, la clave es la fe!...y salvajito pensó que
tendría que añadir en sus lecciones una tercera clave, ¡la clave de fe!…
Ahora sí que de solo pensarlo le daba una migraña en el centro mismo del
tercer ojo, no dejándole espacio para ver más allá de lo que su miope visión
terrenal le pudiera mostrar.
Esta cosa de tomar mujer de ciudad ser sumamente difícil y trabajosa, se
dijo para sus adentros salvajito pero a esa altura de sus cavilaciones, los
chakras estaban todos ordenaditos y fluyendo de tal manera que Salvajito
sintió ganas de lamerle la oreja derecha a Damisela en agradecimiento por
tanto bienestar…
SaLvAjItO y DaMiSeLa eN SiLeNcIo
De tanto mirar a Amapola aprendieron a comunicarse sin un abrir de
bocas, salvo cuando querían besarse, (cosa que sucedía cada medio
minuto).
Se besaban y vibraba la selva. Los árboles vibraban…el jardín… Amapola.
Alboroto en silencio que surgía de un profundo decir sin palabras. Y todo
sucedió cuando lograron comprender las deficiencias del Lenguaje.
La peligrosidad de interpretar el nombre de las cosas. ¡Justo ellos!, que
eran amantes del poema ,discípulos fervientes del poeta. Pero esta vez,
dejaron de rascarse la garganta en busca de algún signo verdadero,
prefirieron callarse.
Se hablaron con los ojos. Celebraron concierto con el alma. La calma entre
las manos hasta decirlo…todo. Tan dicho y tan bien dicho que el universo
festejaba.
Ellos, leves, sutiles, se fueron a lo alto. Caminaron las nubes, los planetas.
Los recibió la luna, romántica anfitriona, les recitó unos versos, los observó
besarse. Después, siguieron viaje, conocieron a Dios, les extendió la mano.
Anduvieron sin tiempo y sin espacio, hasta volver a casa, seguros como
nunca que su misión era vivir.
Vivir, viviendo, sin tanta expectativa ni cuestionarse tanto. Entonces,
asombrados, aplaudieron
¡Eureka y aleluya!
Que al terminarse el ciclo de preguntas se acrecentaban las horas para
amarse.
SaLvAjItO y Su vIsITa A La CiUdAd
Salvajito y Damisela decidieron hacer una escapada a la gran ciudad con el
fin de saludar a Catalina, que andaba a estas alturas por los ochenta (y
llueve) de su vida. La abuela pertenecía, según dichos de Damisela, a la
más alta aristo-Gracia. Tan convincente había sido en su contar a salvajito
sobre altitudes, de esta y otros antepasados, que el pobre se desilusionó al
comprobar que la anciana no pasaba del metro cuarenta… y que de gracia,
que digamos, no tenía tanta. En realidad ningún habitante de la gran
ciudad le pareció a salvajito poseedor de donaire alguno, muy por el
contrario, marchaban apurados con un preocupante aspecto de
constipación y dolor de pies, aun aquellos que calzaban sandalias daban la
impresión de andar pisando huevos….¡Tal vez estar actuando!, se decía a si
mismo salvajito….y con este pensamiento extrañaba su apacible cabaña en
lo alto de un ombú.
Damisela, en tanto, buscaba desesperadamente en los escaparates
disfraces para ella, su esposo, e Hijo, quien por- su- puesto (de hijo) los
acompañaba ¡Es que debemos estar presentables! , decía Damisela a
salvajito, con una seriedad que a él le resultaba desconocida y
desconcertante. Sobre todo por no entender siquiera lo que significaba
estar “presentables”
A él y a Hijo les eligió un montón de trapos a los que en su conjunto llamó
“traje” pero que no aportaban nada, además de un lamentable calor y
muchas molestias a los condenados que lo llevaban puesto .Ser
“presentables” resultar sumamente incómodo, decía salvajito a Hijo, (que
a esta altura buscaba la forma de escapar rumbo a su amada selva)
Damisela se vistió con abundancia de telas sedosas y brillantes y quedò
verdaderamente bella, pero esta hermosura ocultó de ella un costado que a
salvajito había mantenido enamorado hasta el presente!
Lo peor de todo lo ocurrido era ver a Damisela almidonada, ¡Tan
almidonada como las telas que llevaba encima! Esta no parecerse a mi
Damisela, decía salvajito preocupado, casi tan preocupado como todos los
constipados de la ciudad.
Ya verás el bienestar del que goza mi abuela, dijo orgullosamente Damisela
a Hijo mientras se dirigían a casa de Catalina a tomar el té…- Papá
siempre decirme que bien-estar ser golondrina pasajera pero bien-Ser
durar por siempre, balbuceo como respuesta Hijo ( En tanto a papá
salvajito se le iluminaron los siete chacras de una vez (y alguna que otra
quinta también).Damisela observó como las palabras de Hijo despertaban
de nuevo su conciencia y agradeció en un arrancar corbatas y cinturones
que permitieron, a salvajito e Hijo, de nuevo respirar.
DamIsElA y el HopOnOpOnO
Salvajito no logra comprender por qué su linda Damisela insiste con lo
mismo, le preocupa, y mucho, su tan pedir perdón, su muy amar amar, su
tanto agradecer.
Sin haber aprendido la danza a la lluvia, Damisela repite la palabra
“llovizna” hasta ver como vuelan papeles por el aire que ni uno ni otro se
ocupan de guardar.
“Lo siento”, “perdóname”, “gracias”, “te amo”.
Como agua de la fuente, se suceden palabras…
“Índigo”, “infinito”, “azul hielo”
“llovizna” y desde el principio, todo vuelve a empezar.
De su boca radiante, como una luz brillante, salen danzando frases
Salvajito supone que algo de magia hubo nacido en Damisela.
Que con su nueva lengua parece más feliz, pero no se imagina que le pudo
pasar y no puede evitar sentirse preocupado.
-Son palabras gatillo -dice amorosamente la dulce Damisela, al notar lo
perplejo que estaba su marido. Al instante él se aleja, buscando aquel
“gatillo” detrás de un matorral. En el hueco de un árbol….Y allá, cerca del
río pero no encuentra un alma que le pueda explicar. Sin saber más que
hacer, Salvajito se sienta sobre una piedra blanca dispuesto a escuchar, con
ansias de entender a su linda mujer venida de ciudad, que con su voz
vibrante desparrama rarezas, impregnando de amor la tan amada selva y
en ese estar atento, comienza a despertar la luz de su consciencia!
comienza a recordar!
SaLvAjItO gEnUiNo
Salvajito tiene un libro entre las manos. No sabe cómo usarlo, pero le
fascina la textura de las letras. Acerca su nariz al centro de las páginas.
Inhala el contenido, incluidos los ácaros, estornuda... se ríe. Lo lame
despacio, le siente gusto a Vida.
Le grita a Damisela, que se encuentra alejada, cortando fruta fresca
-¡Esto saber a vida, mejor que sandías, venir rápido a probar!
Damisela sonríe y suavemente responde. -Es que es un libro sagrado, de
esos que ayudan a la transformación de nuestra mismisidad.
La cara de salvajito se ilumina. ¡Yo querer transformarme también!
¿En quién querrías convertirte, mi amorcito? -pregunta Damisela con
dulzura.
-¡En Salvajito genuino, desde pies hasta cabeza! -responde convencido,
Salvajito.
Damisela se enamora de nuevo, como todos los días. ¡No lo puede evitar!
Abandona la tarea y se acerca a su marido a pedirle que le lama la oreja,
mientras atiende a una pequeña luz que parece haber entrado desde su
coronilla, para terminar hospedándose en su cuarto chacra, aposento que
luce más rosa y más verde que nunca.
“Ser uno mismo de pies a cabeza es la mejor transformación que podemos
ofrecer-Nos” -dice la pequeña luz llegada a su centro.
Y con este apenas saber más que saber menos, Damisela, se siente
satisfecha.
“Completud” llamaría yo a esa recienvenida lucidez…susurra Amapola
desde un ángulo plus-Cuan-perfecto del jardín, dejando a Salvajito y a su
mujer boquiabiertos por la belleza de ese nuevo nombre.
sAlVaJiTo, dAmIsElA y LoS NoMbReS.
Desde ese día lo llama elefante, porque Damisela le dijo que se llama así.
Le puso nombre.
De acuerdo al nombre que la gente de ciudad le da a esos Seres con trompa
larga y orejas apantalladas. Completamente distintos unos de otros pero,
vistos con ojos que todo lo ven igual, ahora son elefantes y tendrán que
comportarse como tales.
En realidad, salvajito tiene clarísimo que este Ser no es un elefante, que es
un SER, con trompa larga y orejas apantalladas pero también sabe que la
gente de ciudad, como su hermosa Damisela, se sienten aliviadísimos de
ponerle nombre a todo.
A todo nombrarlo.
Y no les basta con el nombre, además necesitan colocar etiquetas,
¡Imposibles de quitar!, por mucho que uno se esmere. Hasta que un día ya
cansado de intentar despegarse esa etiqueta, uno se deja de esmerar y
empieza a actuar de acuerdo a ella…. (A la etiqueta digo), ¡Porque a la
gente conviene complacerla!
Como a él, que no se dejó poner un nombre pero no pudo evitar la etiqueta
de “salvajito” que le puso su suegra…Ser, que tampoco era una suegra sino
un SER, cumpliendo una función a la que también le pusieron nombre…
suegra…función no muy querida, y nadie sabe bien porquè.
Pero bueno, volvamos al SER que, ahora llamado elefante, habiendo tenido
que dejar en segundo plano su calidad de SER….se transformó en el mejor
amigo-hermano de Salvajito, al punto de convertirse en su confesor, quizás
por la característica de OREJAGRANDE...pero solo quizás, ya que nadie
podrá jamás asegurar que esta, o ninguna otra, sea la verdad. ¡Si es que
verdad alguna existe!....Y permítanme dudarlo.
SaLvAjiTo Y DaMiSeLa eN eL CaMpO De lAs AmaPoLaS.
Salvajito y Damisela tuvieron una cita en un campo repleto de rojas
amapolas. Se recostaron, libres, desnudos de armaduras, sombra y luz, sin
reservas, recibieron convite.
Nada se escondió, nada se opacó, todo se examinó con bondad en los ojos.
Con las manos curiosas, derrocharon caricias y se memorizaron las almas,
por si acaso, no fuera que de alguna manera se perdiesen.
En aquel escenario de un ocaso incipiente, fue el festejo, tan simple, para
acabar el día. Con la energía viva de un azulado cielo.
Con el aroma fresco de su tierra querida.
Y la calma silente… ¡Todo lo transformaba!
Trasmigraba la sombra hacia la luz del día, se diluía el miedo, tan terrible
enemigo, y aquello, que inconscientes, habían escondido, resurgía de
nuevo. ¡Se restauraba todo! Lo divino…terrestre. Lo de arriba…divino.
Lo divino de uno… de pronto…renacía.
“Hijo” y las Amapolas
La selva se ha colmado de Amapolas,
Él pasa la tarde arrancándolas.
Damisela le enseña a no cortarlas
-Ellas fueron antes que nosotros, le dice,
Hijo la mira con asombro.
Es que no entiende el antes ni el después,
Para él todo es el AHORA
Y se pregunta por qué Damisela no logra verlas volar.
¿Acaso no sabe que al sentir el dolor de las no Raíces en sus pies
Las Amapolas despliegan unas diminutas alitas
Que ya en el aire crecen,
Perfeccionándose,
Hasta hacerlas alcanzar gran altura?
¡Quizás la desmesura de años le ha quitado a su madre perspectiva!
Pero no,
Damisela escucha perfectamente bien el run run de libertades,
sin embargo repite,
¡No las cortes!
con su dulce y firme voz
y agrega…
¡Ellas pueden echar vuelo por sí mismas!
Con el ceño fruncido
en un no entender el orden de las causas y las cosas,
Hijo obedece,aunque refunfuñando.
Mientras tanto, salvajito,
Echa semillas por aquí y por allá
(Semillas de Amapolas)
Motivado por su fe en el continuo renacer de todas las criaturas.
Amapola despierta
Tal vez fueron las palabras mágicas de Damisela las que despertaron a
Amapola.
Con la segunda exhalación de “gracias”, abrió un ojo, movió un pétalo y
salvajito que miraba desde lejos , supo que se produciría el milagro.
Desperezándose con lentitud, Amapola se pregunto ¿Para qué despertar?
Es que en su ensoñación no tomaba conciencia de lo esencial que era
Para los habitantes del jardín, contar con su presencia.
¡Tanto se había hablado de aquella masa crítica! …
¡De ese posible salto al más allá!,
Pero se había adormecido, un día, distraída,
Cuando dejó que un huracán violento le abofetee las ganas,
Se acurrucó debajo de una higuera,
Primero por el susto, después por la pereza,
Ya no volvió a moverse.
Parecía estar muerta, en medio de los llantos y protestas
-Poco comprometida, miedosa, irresponsable!,
Dijeron las más duras, que apenas si sabían de su esencia,
Alguna otra, de pena, le acarició la frente y en amor, la bendijo,
Deseándole buen sueño y un pronto despertar.
Hoy sus ojos se abrieron
Escuchó el alboroto en el jardín,
Ni reproches, ni burlas, ni sentencias.
Nadie le habló de karmas o castigos.
Todo fue cielo azul, tiernos gestos de amor…condescendencia.
Escuchó que gritaban… ¡Una más, Una más! …
Mientras ella, con algo de vergüenza,
Intentaba ordenar su vestido de petaloarrugado,
Se peinaba las hojas
Elongaba su tallo.
Damisela extasiada repetía, como en un dulce trance,
Esas cuatro palabras que vibraban tan alto
Que parecían aves emigrando a otro espacio,
Gracias, lo siento, perdóname, te amo.
Lo siento, perdón, te amo, gracias
Damisela ReNaCe En El AmOr a gAiA.
Damisela mira
con sus curiosos ojos ,
a su marido, bueno
a su buen hijo, sabio.
Aprende de mirarlos
su tan mirar sorprende
y al mimarlos, comprende
que sin ellos no es nada.
Mira …y mirando ve
con los ojos de cielo ,
las amorosas manos
que derraman a cantaros
aquel amor a Gaia
de humus y de savia.
Ese amor infinito
integra cada letra
callada de la tierra
salvándola de aquella
ciudad tan descarnada.
Desde que salvajito
se la llevó a la selva
ella muere un poquito
con el frescor nocturno
para nacer de nuevo
al entibiarse el alba.
DaMiSeLa jUeGa
Últimamente Damisela juega mucho.
Antes también jugaba.
Siempre jugó. Hasta cuando creía que las cosas eran serias y planificaba
todo y todo lo clasificaba en blanco y negro, En ese entonces también
jugaba, sin saberlo ,claro, pero nunca estaba muy segura si ganaba o
perdía y se ponía oscura y tensa, cuando se hallaba extraviada entre el
éxito y el fracaso.
Desde que conoció a salvajito, Damisela entendió por fin que no hay forma
de tomarse la vida enserio. Que no hay cosa seria en la vida, que el fracaso
es un verdadero éxito y el éxito una verdad a medias. Que tomarse la vida
con tanta solemnidad es una irresponsabilidad irremediable a menos que se
la remedie de inmediato o antes de irse del todo; cosa difícil de hacer
cuando se te hizo carne el hábito de la circunspección, porque si se te hace
carne, la carne tira.
En fin, Damisela pudo trasmutar ese oscuro hábito de la solemnidad con la
ayuda de la selva y su fantástica energía lúdica.
Ahora salvajito la mira fascinado, (estado, en el que es común encontrarlo)
…digo que la mira con la dicha de ver una nueva Dami-Seda y se la queda
mirando desde el amanecer hasta el ocaso, o hasta que, acaso Damisela, se
pone roja de vergüenza . Entonces salvajito le recuerda que la vergüenza es
hija del orgullo y se lo dice abrazándola tan fuerte, tan fuerte, que casi le
quita la respiración.
En medio de ese no distinguirse quién es quién, escuchan en la espaciosa
selva un grito de triunfo…Es una voz graciosa y juguetona, que dice…
Ganaron, ya son Uno!
DAmIsElA Le eNsEñA a SaLvAjItO La tÉcNiCa dE tApPiNg.
Se podría decir que soy inútil,
Entona Damisela, mientras con los dedos de la mano derecha
golpetea a ritmo en su punto karate.
Aunque piense lo inútil que soy, porque nunca genero un centavo
Aún así yo me acepto... me respeto...me amo.
Lo repite tres veces y a la selva le encanta su tonadita alegre.
Después a la cabeza, Justo en la coronilla
Un golpeteo a ritmo y un decir susurrando
Con esa mueca cómica que le descubre el alma.
Salvajito la mira, un tanto preocupado
Con algún disimulo se le viene acercando.
-¿Estar bien cariñito?, ¿poder yo hacer algo?
-Nada mi salvajito, esto es tarea mía,
Soltar al universo las emociones densas,
Apaciguar el ego, iluminar la casa.
Viera usted salvajito, no se requiere tanto,
Golpecitos y frases, frases y golpecitos,
¡Es como estar jugando!
-Usted a mi enseñarme como jugar su juego
Y divertirnos juntos hasta encontrar la esencia
Le dijo salvajito con la ansiedad de un niño.
Así, los tortolitos
Se pasaron la tarde, abrazando las sombras
Moviendo la energía de arriba para abajo
Descubriendo secretos que tenían guardados.
Y cuando terminaron, como en toda ocasión
Ya revuelta la sangre de haber jugado tanto
Se contaron las pecas, se besaron el cuello
Se lamieron la oreja, se mordieron los labios.
DAmIsElA EdUcAnDo a sU EgO
Vamos a educar a nuestros egos, dijo firmemente Damisela a salvajito,
mientras este, desde la ventana de la choza, en lo alto de un ombú, espiaba
un pedacito de cielo, recitando la clave de fe, de arriba para abajo y de
abajo para arriba, ¡Se veía tan entusiasmado! Es que se había dado cuenta
que la clave de fe es mucho más asombrosa aún que la clave de sol, ya que
el sol brilla para todos, pero la fe mueve montañas solo para los que creen.
Damisela se sentía lista para amaestrar egos rebeldes, Era una verdadera
maga en el arte de ensimismar a su alumno y efectivamente, cuando logró
que salvajito mire de reojo hacia ella, por la curiosidad que le causaba esa
canción desafinada y dulzona que canturreaba su mujercita, ésta,
aprovechando su atención, se dispuso a comenzar la conferencia. Primero
se aplaudió a rabiar, anticipando la eficacia de su adoctrinamiento. De
inmediato comenzó la danza de los velos. Se quitó uno por uno, con gran
habilidad y desapego…El de la fama primero, el del prestigio después, el
del poder y el dinero ,y la lista continuó, hasta arrojar el último que era, la
vergüenza .Terminó Damisela, vestida con su mismisidad , según salvajito,
su prenda más hermosa.
Ella, quieta, intentó adivinar si su mejor alumno había comprendido la
lección con tanto esmero impartida, después de unos minutos de indagar
en sus ojos, no pudo hallar en él vestigio alguno… ¡Ni siquiera una huella
de algún antiguo Ego! Se río a carcajadas ante su propia tontería y sin
pensarlo mucho, se acurrucó en los brazos de él, quien retomó su práctica
en silencio.
Damisela, la alumna, miraba el sol brillar, mientras le fe de salvajito,
movía cientos de montañas.
Salvajito y Damisela se declaran contra los formateadores de niños
Han llegado los formateadores de niños-dijo salvajito a Damisela con el
ceño fruncido.
-Educadores, corrigió el hombre de palabras pinchudas.
-También nosotros somos educadores, exclamo Amapola, señalando a
TODOS-UNO los habitantes de la selva.
-Sin título no hay educador, sin aula no hay educando, replicó el señor de
papelitos muchos y portafolio.
-Entonces coloquemos título a todo ser viviente-vidente de esta casa-
escuela que habitamos, propuso Amapola, estirando sus pétalos en señal de
desmadejamiento vegetal.
-Una rama más arriba de nuestra casa ombú y la vista será perfecta para
que educando aprenda sobre la inmensidad, agregó Damisela,
completamente convertida a la vida natural que salvajito le hizo conocer al
desposarla.
-Sin título no hay trabajo, sin trabajo no hay progreso, insistió ofendido el
hombre de pantalones largos, zapatos, camiseta y corbata.
Fue entonces que todos comenzaron a danzar y celebrar las buenas nuevas
venidas de ciudad – ¡Sin trabajo y sin progreso habrá labor a consciencia y
vida en abundancia!...Y con estas palabras ahuyentaron en menos de un
santiamén al ofuscado individuo de autoridad dudosa y gafas obnubilantes.
DAmIsElA ApReNdE
Damisela descubre que al convertirse en mar, ya no le asusta la marea,
que el miedo es del disfraz y no del contenido,
que desvestirse es bueno para aplacar el frío
que resistir agota y que el apego mata.
Aprende que la queja potencia lo indeseable,
que la mente es torcida porque todo lo juzga,
que la culpa es mentira y el lamento te estanca.
Descubre que el amor no pide ni reclama,
que el que ama respeta y el que observa se sana.
Comprende que no existe ni el ayer ni el mañana.
Que el Ahora es el bien al que pocos concurren,
Que se aburren los hombres al mirar hacia afuera,
que el que espera se frustra y el que nada se cansa.
Que ser uno /a algunos/ les parece locura,
que te cura el Perdón y que Amar es divino,
que asistir a la fiesta de vivir es de pocos,
no se aviva el que siempre permanece ocupado.
Que tener no te sirve a menos que compartas
y que es propio del ego admirarse el ombligo.
Que el abrazo es abrigo que alimenta las almas.
Que el propósito es SER y no es tan complicado.
Damisela sonríe por haber aprendido.
Agradece, se expande y repite seguido
¡Esto no he de olvidarlo!
Salvajito la aplaude.
FiN
Salvajito y Damisela

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Salvajito y Damisela

  • 1. Una historia de amor y lucidez SaLvAjItO y DaMiSeLa de Andrea F. Bermúdez
  • 3.
  • 4. La historia de Salvajito y Damisela -¡Sí! -dijo salvajito, cuando el cura- padre-párroco le preguntó si la quería como esposa. -¡Es cosa preciosa! –dijo salvajito y le zampó un beso con tanta fuerza, que una gota de sangre azul saltó del labio superior de Damisela , ocasionando que todos los presentes, incluso mona-grillos , exhalaran un gritito de horror. -¡ASOMBROSO!-dijo salvajito con tremenda contentura ¡Azul y rojo pegan perfectamente! y la volvió a besar, creando un arcoíris que les llenó los ojos y los huesos. Damisela sonrió con picardía y ya no le quedaron dudas de cuan feliz la haría su precioso salvajito el resto de sus días. Por arriba de los hombros…hombres y mujeres , miraban la tanta ausencia de camiseta de bodas en salvajito, la tanta ausencia de zapatos en Damisela. Es que ambos habían convenido en ir semi desnudos y asegurarse así la euforia del público presente. La nave de la iglesia tenía olor a crítica y a espanto pero los novios ni lo percibieron, tan ocupados estaban en besarse, lamerse las orejas, masajearse la espalda y darse pellizcones en sus partes carnosas. Cuando se aburrieron de tanta perorata religiosa, simularon a dúo urgencias fisiológicas y se mandaron a mudar. Papá de salvajito les regaló una casa arriba de un ombú. Mamá de salvajito le enseño a Damisela a freír bananas y a romper cocos. Muy extraños regalos recibieron de los de la ciudad...
  • 5. Canastos de naranjas transgénicas. Un sensor que chifla fuerte cuando se abre la puerta. Un seguro de vida para cuando mueran. Billetes de colores con retratos de gente muy coqueta que salvajito nunca conoció. (Esos los uso para avivar el fuego la noche de su boda) De parte de salvajito recibieron ... Un pedazo de tierra llenito de lombrices y caracoles. Semillas de melones, Calabazas, ciruelos, incienso aviva amores, fabricados por ellos, (para ellos) y ungüentos cura-males. Salvajito y Damisela se hicieron felices en todos sus extremos y usaron en el centro del vientre juvenil de Damisela la receta infinita del amor , el secreto de todos los secretos, dando vida a un pequeño salvajito al que llamaron Hijo. Criaron a Hijo sin conservantes, sin muros y sin reglas. Le enseñaron, ¡Eso sí!, a cuidar de los bichos y de los animales, a amar las múltiples formas de la naturaleza. A decir siempre la verdad, sin miedo a represalias y a usar en juegos solamente… únicamente en juegos, camiseta y zapatos…
  • 6. SaBidUríA SaLVaJe Fue en esa isla-selva paradisíaca donde salvajito encontró los pétalos rojos, las plumas azules, el sombrerito verde. Más adelante se toparía con las huellas y un par de sandalitas abandonadas a su suerte. Todo el lugar olía a ellos, a su magia, a su alquimia. Hasta en la borra de café de Damisela aparecían mensajes y el buuuu y el baaaa del viento rememoraba títulos de historias muy antiguas. De vez en cuando aparecían símbolos numéricos en nubes de tormenta que señalaban biblioratos ocultos en ruidosas ciudades. Todo es un hoy- decía salvajito. No hay pasado perdido ni futuro no encontrado. No hay mundos extraviados ni desaparecidos. Todo y todos convergen en los ojos abiertos. Lo decía tan lindo, con tanta entonación, que Damisela lo miraba admirada preguntándose a sí misma... ...¿Qué sería de nuestra civilización si se extinguieran de una vez estos preciosos salvajitos?
  • 7. VIsItAs Y RiSiTaS. Un día llegaron eruditos de la gran ciudad, gente (O) ¡culta!, traían maletas llenas de pastillas, repletos los bolsos de papeles y mucha información en la cabeza, que mantenía sus cabellos tan duros como alambres. ¡De púa son!-decía salvajito ¡Me pinchan cuando hablan con tanta autoridad! A Hijo le trajeron juguetes ¡Eran una monada! pajaritos a control remoto, conejitos a cuerda, golosinas en forma de animales. Le dieron, satisfechos, a su madre, lo que llamaban “Beca”, que no era otra cosa que un papel con el poder de separar por largo tiempo a Hijo de sus padres, para encerrarlo en un corral, donde le enseñarían a contar todo tipo de cosas pero nunca, nunca estrellas. Con ataques de risa salvajito le prendió fuego al papel por no encontrarle alguna utilidad que les complazca, mientras que Damisela muy cortés convidaba una y otra vez a los acartonados invitados coco y bananas fritas, que ellos rechazaban ,previo relato explicativo de sus males. -Úlceras estomacales- propias de la gran ciudad.
  • 8. SaLvAJiTo mEmOrIoSo. -No hay mundos extraviados, ni desaparecidos Todo y todos convergen en los ojos abiertos… Salvajito repite…repite…repite Tantas veces que es música, tantas veces lo dice. Mientras siembra en la huerta su mínima canción, ¡Tan grande! ¡Tan enorme! , suena fuerte en el aire Hace que el bosque, selva, río, (además de hombres) La aprendan de memoria… ¡la aprehendan de memoria! ¡Hasta ser memoriosos, más que pueblo ninguno Sobre faz de la tierra!-les dice salvajito. Un divulgar de estrellas, de anécdotas añejas De amores y fantasmas, curiosioscuridades Se produce en las noches de los no-olvidan-nada. A su vez Damisela se esfuerza en esfumarse Para no anostalgiarse de su vivir antiguo De mujer en ciudad. El perro orión feliz, mueve su cola alegre Al andar en la luz, cuando se a-memoria Acerca del lugar donde supo enterrar un suculento hueso. Se le pinta una lágrima al pobre salvajito
  • 9. Por verse tan clarito en aquel pajonal, De abandono, al azar, siendo recién nacido Y le suena por dentro el tanto agradecer Que cacique y mujer lo quieran como a un hijo. Semejante memoria, reencarnada otra vez Es de suerte y tormento, pero nadie reniega Porque entienden muy bien que descorrer el velo, En el ojo interior , sirve para aprender. De mañana, de tarde, en quechua o en francés Con sombrero y pijamas, no paran de cantar La canción memoriosa. Se visten de memoria, de justicia y memoria De memoria y perdón, de no olvidarse nada De recordarlo todo.
  • 10. El TeRcEr OjO dE sAlVaJiTo. Damisela lo mira extrañada mientras salvajito sacude las manos al aire en un exhalar energías oscuras. Hace días, desde que apareció en su frente ese ojo color cielo se comporta en forma extraña ¡O más bien no se comporta!, diría mamá de Damisela, pero a ella, (a Damisela), en el fondo, le gustan las maneras escandalosas de salvajito, que se llama así por su virtud de ser claramente salvaje… -Desde que veo lo que veo ya no me siento ciego -dice salvajito a Damisela y se acerca a morderle la oreja, ritual aviva bravuras que le aplica cada dos horas, en el quinto punto cardinal del pabellón derecho, (terapia altamente efectiva en gente de cualquier altura ,sobre o debajo del nivel del mar, y de cualquier factor sanguíneo Rh o sin r y sin h) Damisela ríe al sentir las cosquillas del amor que le resuenan desde el tímpano hasta la uña del dedo gordo del pie. ¿Y que viste hoy? -Le pregunta con la dulzura a flor de boca. -Hoy me vi en vos y te vi en mí y nos vi en nuestro perro orión y a él en el lago y al lago en los árboles y en las nubes, todos éramos uno y ninguno era igual al otro, lo que le daba perfecta completud y coherencia a la creación… Damisela se come una uña para disimular su tanto no entender y le dice, (sinceramente y con abundancia de fe) que está de acuerdo en todo con él, mientras le presta su otra oreja guiándolo hasta el norte de todos sus antojos para que la muerda… de nuevo… despacito, en un ir a las estrellas sin ganas de volver…esta es la perfecta creación, repite, en-si-misma- da...y comienza a entender.
  • 11. SaLvAjItO EnSeÑa a ReStAr Damisela no salía de su asombro al verlo a salvajito ofreciendo a camello y a león un seminario (según él, muy nutritivo) sobre como aprender a restar. -Salvajito de mi vida, ¿De verdad crees que camello y león estarán interesados en estudiar matemáticas? -Por supuesto que sí, contestó salvajito en un exhalar entusiasmo a diestra y a siniestra. - ¿Y para que querrían aprender a restar, si se puede saber? - dijo Damisela un tanto confundida. -¡Porque de eso se trata la vida!- contesto salvajito, pero al ver la cara de desconcierto de Damisela, se dispuso a explicar un poco más -¿Acaso no viste a camello y león sumar todo el tiempo?, el primero para los demás, el segundo para sí mismo….Esto los lleva a multiplicar hasta hartarse, lo que los conduce a una inevitable división. Mi teoría es que lo único que les falta aprender para decidir con libertad, es a RESTAR, además, si lo desean, podrían desarrollar el hábito de la simplificación y así sacarse una buena carga de encima…. (Esto lo dijo mirando con algo de compasión al pobre camello, que lucía unas jorobas enormes en su espalda). Damisela recordó lo mucho que le gustaba multiplicar, allá, en la gran ciudad y su tanta indiferencia ante la resta, recordó también las molestias en su propia espalda, las contracturas en su cuello tan dolorosas, (que solo las mordidas cariñosas de salvajito lograban atenuar ) y ante la posibilidad de estar desarrollando ella también esas pesadas jorobas de camello, acercó disimuladamente un almohadón de hojas de higuera ,en el que solía sentarse a no hacer nada (para así crecer),se quitó la cera de su mejor oído, y se alistó a aprehender lo que su precioso salvajito tenia antojo de compartir. …Se parece mucho a Nietzsche, pensó mientras lo escuchaba… ¡Y no pudo evitar volverse a enamorar!
  • 12. SalVaJiTo, DaMiSeLa Y La cOnCiEnCiA CrEaDoRa. Salvajito estaba quieto, como un Dios en armonía, vibraba igual a un viento silencioso. Damisela lo miraba extasiada y lo entendía todo (porque era Damisela proclive a entender cosas profundas). Salvajito susurraba la perfecta eficacia de cada movimiento, la posibilidad de vivir en reposo, con el cielo en la tierra. Damisela absorbía la luz de ese momento, se había despojado de inútiles temores. Los ángeles nos cuidan, nada nos hace falta -le dijo salvajito- Ya lo tenemos todo. La eternidad, el cielo, la tierra, su abundancia. No nos falta el amor porque eso es lo que somos. El tiempo, inexistente La culpa, ineficaz Los errores, un puente La quietud, la respuesta Y en ese instante mágico de conciencia absoluta Salvajito y Damisela crearon el Edén.
  • 13. SaLVaJiTo Y eL AlinEaMieNtO dE los ChAkRaS. Si me dejas te ordeno los 7 chakras, le decía Damisela a salvajito mientras le masajeaba el plexo solar, sin dejar ni por un instante de buscarle en el tórax y el contra tórax ,el plexo lunar, que se había escondido en vaya saber uno donde…¡Es que si no las alineas bien vibras des- armoniosamente!…Y se lo decía con tanta seriedad ,que salvajito pensó en tomar un peón para poner en fila su ganado y así poder tomar clases de música , cosa de no desafinar más, ¡Que su no cantar melodiosamente podría ser un trabazón en su vínculo amoroso con su bella amada mujer venida de ciudad , tan llena de sabiondeces! -Vos saber Damisela que yo clave de fa no entender muy bien-le dijo salvajito disculpándose… -Claro, respondió alborotadamente Damisela -¡Exactamente eso es lo importante, mi hermoso salvajito, la clave es la fe!...y salvajito pensó que tendría que añadir en sus lecciones una tercera clave, ¡la clave de fe!… Ahora sí que de solo pensarlo le daba una migraña en el centro mismo del tercer ojo, no dejándole espacio para ver más allá de lo que su miope visión terrenal le pudiera mostrar. Esta cosa de tomar mujer de ciudad ser sumamente difícil y trabajosa, se dijo para sus adentros salvajito pero a esa altura de sus cavilaciones, los chakras estaban todos ordenaditos y fluyendo de tal manera que Salvajito sintió ganas de lamerle la oreja derecha a Damisela en agradecimiento por tanto bienestar…
  • 14. SaLvAjItO y DaMiSeLa eN SiLeNcIo De tanto mirar a Amapola aprendieron a comunicarse sin un abrir de bocas, salvo cuando querían besarse, (cosa que sucedía cada medio minuto). Se besaban y vibraba la selva. Los árboles vibraban…el jardín… Amapola. Alboroto en silencio que surgía de un profundo decir sin palabras. Y todo sucedió cuando lograron comprender las deficiencias del Lenguaje. La peligrosidad de interpretar el nombre de las cosas. ¡Justo ellos!, que eran amantes del poema ,discípulos fervientes del poeta. Pero esta vez, dejaron de rascarse la garganta en busca de algún signo verdadero, prefirieron callarse. Se hablaron con los ojos. Celebraron concierto con el alma. La calma entre las manos hasta decirlo…todo. Tan dicho y tan bien dicho que el universo festejaba. Ellos, leves, sutiles, se fueron a lo alto. Caminaron las nubes, los planetas. Los recibió la luna, romántica anfitriona, les recitó unos versos, los observó besarse. Después, siguieron viaje, conocieron a Dios, les extendió la mano. Anduvieron sin tiempo y sin espacio, hasta volver a casa, seguros como nunca que su misión era vivir. Vivir, viviendo, sin tanta expectativa ni cuestionarse tanto. Entonces, asombrados, aplaudieron ¡Eureka y aleluya! Que al terminarse el ciclo de preguntas se acrecentaban las horas para amarse.
  • 15.
  • 16. SaLvAjItO y Su vIsITa A La CiUdAd Salvajito y Damisela decidieron hacer una escapada a la gran ciudad con el fin de saludar a Catalina, que andaba a estas alturas por los ochenta (y llueve) de su vida. La abuela pertenecía, según dichos de Damisela, a la más alta aristo-Gracia. Tan convincente había sido en su contar a salvajito sobre altitudes, de esta y otros antepasados, que el pobre se desilusionó al comprobar que la anciana no pasaba del metro cuarenta… y que de gracia, que digamos, no tenía tanta. En realidad ningún habitante de la gran ciudad le pareció a salvajito poseedor de donaire alguno, muy por el contrario, marchaban apurados con un preocupante aspecto de constipación y dolor de pies, aun aquellos que calzaban sandalias daban la impresión de andar pisando huevos….¡Tal vez estar actuando!, se decía a si mismo salvajito….y con este pensamiento extrañaba su apacible cabaña en lo alto de un ombú. Damisela, en tanto, buscaba desesperadamente en los escaparates disfraces para ella, su esposo, e Hijo, quien por- su- puesto (de hijo) los acompañaba ¡Es que debemos estar presentables! , decía Damisela a salvajito, con una seriedad que a él le resultaba desconocida y desconcertante. Sobre todo por no entender siquiera lo que significaba estar “presentables” A él y a Hijo les eligió un montón de trapos a los que en su conjunto llamó “traje” pero que no aportaban nada, además de un lamentable calor y muchas molestias a los condenados que lo llevaban puesto .Ser “presentables” resultar sumamente incómodo, decía salvajito a Hijo, (que a esta altura buscaba la forma de escapar rumbo a su amada selva) Damisela se vistió con abundancia de telas sedosas y brillantes y quedò verdaderamente bella, pero esta hermosura ocultó de ella un costado que a salvajito había mantenido enamorado hasta el presente!
  • 17. Lo peor de todo lo ocurrido era ver a Damisela almidonada, ¡Tan almidonada como las telas que llevaba encima! Esta no parecerse a mi Damisela, decía salvajito preocupado, casi tan preocupado como todos los constipados de la ciudad. Ya verás el bienestar del que goza mi abuela, dijo orgullosamente Damisela a Hijo mientras se dirigían a casa de Catalina a tomar el té…- Papá siempre decirme que bien-estar ser golondrina pasajera pero bien-Ser durar por siempre, balbuceo como respuesta Hijo ( En tanto a papá salvajito se le iluminaron los siete chacras de una vez (y alguna que otra quinta también).Damisela observó como las palabras de Hijo despertaban de nuevo su conciencia y agradeció en un arrancar corbatas y cinturones que permitieron, a salvajito e Hijo, de nuevo respirar.
  • 18. DamIsElA y el HopOnOpOnO Salvajito no logra comprender por qué su linda Damisela insiste con lo mismo, le preocupa, y mucho, su tan pedir perdón, su muy amar amar, su tanto agradecer. Sin haber aprendido la danza a la lluvia, Damisela repite la palabra “llovizna” hasta ver como vuelan papeles por el aire que ni uno ni otro se ocupan de guardar. “Lo siento”, “perdóname”, “gracias”, “te amo”. Como agua de la fuente, se suceden palabras… “Índigo”, “infinito”, “azul hielo” “llovizna” y desde el principio, todo vuelve a empezar. De su boca radiante, como una luz brillante, salen danzando frases Salvajito supone que algo de magia hubo nacido en Damisela. Que con su nueva lengua parece más feliz, pero no se imagina que le pudo pasar y no puede evitar sentirse preocupado. -Son palabras gatillo -dice amorosamente la dulce Damisela, al notar lo perplejo que estaba su marido. Al instante él se aleja, buscando aquel “gatillo” detrás de un matorral. En el hueco de un árbol….Y allá, cerca del río pero no encuentra un alma que le pueda explicar. Sin saber más que hacer, Salvajito se sienta sobre una piedra blanca dispuesto a escuchar, con ansias de entender a su linda mujer venida de ciudad, que con su voz vibrante desparrama rarezas, impregnando de amor la tan amada selva y en ese estar atento, comienza a despertar la luz de su consciencia! comienza a recordar!
  • 19. SaLvAjItO gEnUiNo Salvajito tiene un libro entre las manos. No sabe cómo usarlo, pero le fascina la textura de las letras. Acerca su nariz al centro de las páginas. Inhala el contenido, incluidos los ácaros, estornuda... se ríe. Lo lame despacio, le siente gusto a Vida. Le grita a Damisela, que se encuentra alejada, cortando fruta fresca -¡Esto saber a vida, mejor que sandías, venir rápido a probar! Damisela sonríe y suavemente responde. -Es que es un libro sagrado, de esos que ayudan a la transformación de nuestra mismisidad. La cara de salvajito se ilumina. ¡Yo querer transformarme también! ¿En quién querrías convertirte, mi amorcito? -pregunta Damisela con dulzura. -¡En Salvajito genuino, desde pies hasta cabeza! -responde convencido, Salvajito. Damisela se enamora de nuevo, como todos los días. ¡No lo puede evitar! Abandona la tarea y se acerca a su marido a pedirle que le lama la oreja, mientras atiende a una pequeña luz que parece haber entrado desde su coronilla, para terminar hospedándose en su cuarto chacra, aposento que luce más rosa y más verde que nunca. “Ser uno mismo de pies a cabeza es la mejor transformación que podemos ofrecer-Nos” -dice la pequeña luz llegada a su centro. Y con este apenas saber más que saber menos, Damisela, se siente satisfecha. “Completud” llamaría yo a esa recienvenida lucidez…susurra Amapola desde un ángulo plus-Cuan-perfecto del jardín, dejando a Salvajito y a su mujer boquiabiertos por la belleza de ese nuevo nombre.
  • 20. sAlVaJiTo, dAmIsElA y LoS NoMbReS. Desde ese día lo llama elefante, porque Damisela le dijo que se llama así. Le puso nombre. De acuerdo al nombre que la gente de ciudad le da a esos Seres con trompa larga y orejas apantalladas. Completamente distintos unos de otros pero, vistos con ojos que todo lo ven igual, ahora son elefantes y tendrán que comportarse como tales. En realidad, salvajito tiene clarísimo que este Ser no es un elefante, que es un SER, con trompa larga y orejas apantalladas pero también sabe que la gente de ciudad, como su hermosa Damisela, se sienten aliviadísimos de ponerle nombre a todo. A todo nombrarlo.
  • 21. Y no les basta con el nombre, además necesitan colocar etiquetas, ¡Imposibles de quitar!, por mucho que uno se esmere. Hasta que un día ya cansado de intentar despegarse esa etiqueta, uno se deja de esmerar y empieza a actuar de acuerdo a ella…. (A la etiqueta digo), ¡Porque a la gente conviene complacerla! Como a él, que no se dejó poner un nombre pero no pudo evitar la etiqueta de “salvajito” que le puso su suegra…Ser, que tampoco era una suegra sino un SER, cumpliendo una función a la que también le pusieron nombre… suegra…función no muy querida, y nadie sabe bien porquè. Pero bueno, volvamos al SER que, ahora llamado elefante, habiendo tenido que dejar en segundo plano su calidad de SER….se transformó en el mejor amigo-hermano de Salvajito, al punto de convertirse en su confesor, quizás por la característica de OREJAGRANDE...pero solo quizás, ya que nadie podrá jamás asegurar que esta, o ninguna otra, sea la verdad. ¡Si es que verdad alguna existe!....Y permítanme dudarlo.
  • 22. SaLvAjiTo Y DaMiSeLa eN eL CaMpO De lAs AmaPoLaS. Salvajito y Damisela tuvieron una cita en un campo repleto de rojas amapolas. Se recostaron, libres, desnudos de armaduras, sombra y luz, sin reservas, recibieron convite. Nada se escondió, nada se opacó, todo se examinó con bondad en los ojos. Con las manos curiosas, derrocharon caricias y se memorizaron las almas, por si acaso, no fuera que de alguna manera se perdiesen. En aquel escenario de un ocaso incipiente, fue el festejo, tan simple, para acabar el día. Con la energía viva de un azulado cielo. Con el aroma fresco de su tierra querida. Y la calma silente… ¡Todo lo transformaba! Trasmigraba la sombra hacia la luz del día, se diluía el miedo, tan terrible enemigo, y aquello, que inconscientes, habían escondido, resurgía de nuevo. ¡Se restauraba todo! Lo divino…terrestre. Lo de arriba…divino. Lo divino de uno… de pronto…renacía.
  • 23. “Hijo” y las Amapolas La selva se ha colmado de Amapolas, Él pasa la tarde arrancándolas. Damisela le enseña a no cortarlas -Ellas fueron antes que nosotros, le dice, Hijo la mira con asombro. Es que no entiende el antes ni el después, Para él todo es el AHORA Y se pregunta por qué Damisela no logra verlas volar. ¿Acaso no sabe que al sentir el dolor de las no Raíces en sus pies Las Amapolas despliegan unas diminutas alitas Que ya en el aire crecen, Perfeccionándose, Hasta hacerlas alcanzar gran altura? ¡Quizás la desmesura de años le ha quitado a su madre perspectiva! Pero no, Damisela escucha perfectamente bien el run run de libertades, sin embargo repite, ¡No las cortes! con su dulce y firme voz y agrega…
  • 24. ¡Ellas pueden echar vuelo por sí mismas! Con el ceño fruncido en un no entender el orden de las causas y las cosas, Hijo obedece,aunque refunfuñando. Mientras tanto, salvajito, Echa semillas por aquí y por allá (Semillas de Amapolas) Motivado por su fe en el continuo renacer de todas las criaturas.
  • 25. Amapola despierta Tal vez fueron las palabras mágicas de Damisela las que despertaron a Amapola. Con la segunda exhalación de “gracias”, abrió un ojo, movió un pétalo y salvajito que miraba desde lejos , supo que se produciría el milagro. Desperezándose con lentitud, Amapola se pregunto ¿Para qué despertar? Es que en su ensoñación no tomaba conciencia de lo esencial que era Para los habitantes del jardín, contar con su presencia. ¡Tanto se había hablado de aquella masa crítica! … ¡De ese posible salto al más allá!, Pero se había adormecido, un día, distraída, Cuando dejó que un huracán violento le abofetee las ganas, Se acurrucó debajo de una higuera, Primero por el susto, después por la pereza, Ya no volvió a moverse. Parecía estar muerta, en medio de los llantos y protestas -Poco comprometida, miedosa, irresponsable!, Dijeron las más duras, que apenas si sabían de su esencia, Alguna otra, de pena, le acarició la frente y en amor, la bendijo, Deseándole buen sueño y un pronto despertar. Hoy sus ojos se abrieron Escuchó el alboroto en el jardín,
  • 26. Ni reproches, ni burlas, ni sentencias. Nadie le habló de karmas o castigos. Todo fue cielo azul, tiernos gestos de amor…condescendencia. Escuchó que gritaban… ¡Una más, Una más! … Mientras ella, con algo de vergüenza, Intentaba ordenar su vestido de petaloarrugado, Se peinaba las hojas Elongaba su tallo. Damisela extasiada repetía, como en un dulce trance, Esas cuatro palabras que vibraban tan alto Que parecían aves emigrando a otro espacio, Gracias, lo siento, perdóname, te amo. Lo siento, perdón, te amo, gracias
  • 27. Damisela ReNaCe En El AmOr a gAiA. Damisela mira con sus curiosos ojos , a su marido, bueno a su buen hijo, sabio. Aprende de mirarlos su tan mirar sorprende y al mimarlos, comprende que sin ellos no es nada. Mira …y mirando ve con los ojos de cielo , las amorosas manos que derraman a cantaros aquel amor a Gaia de humus y de savia. Ese amor infinito integra cada letra callada de la tierra salvándola de aquella ciudad tan descarnada. Desde que salvajito se la llevó a la selva
  • 28. ella muere un poquito con el frescor nocturno para nacer de nuevo al entibiarse el alba.
  • 29. DaMiSeLa jUeGa Últimamente Damisela juega mucho. Antes también jugaba. Siempre jugó. Hasta cuando creía que las cosas eran serias y planificaba todo y todo lo clasificaba en blanco y negro, En ese entonces también jugaba, sin saberlo ,claro, pero nunca estaba muy segura si ganaba o perdía y se ponía oscura y tensa, cuando se hallaba extraviada entre el éxito y el fracaso. Desde que conoció a salvajito, Damisela entendió por fin que no hay forma de tomarse la vida enserio. Que no hay cosa seria en la vida, que el fracaso es un verdadero éxito y el éxito una verdad a medias. Que tomarse la vida con tanta solemnidad es una irresponsabilidad irremediable a menos que se la remedie de inmediato o antes de irse del todo; cosa difícil de hacer cuando se te hizo carne el hábito de la circunspección, porque si se te hace carne, la carne tira. En fin, Damisela pudo trasmutar ese oscuro hábito de la solemnidad con la ayuda de la selva y su fantástica energía lúdica. Ahora salvajito la mira fascinado, (estado, en el que es común encontrarlo) …digo que la mira con la dicha de ver una nueva Dami-Seda y se la queda mirando desde el amanecer hasta el ocaso, o hasta que, acaso Damisela, se pone roja de vergüenza . Entonces salvajito le recuerda que la vergüenza es hija del orgullo y se lo dice abrazándola tan fuerte, tan fuerte, que casi le quita la respiración. En medio de ese no distinguirse quién es quién, escuchan en la espaciosa selva un grito de triunfo…Es una voz graciosa y juguetona, que dice… Ganaron, ya son Uno!
  • 30. DAmIsElA Le eNsEñA a SaLvAjItO La tÉcNiCa dE tApPiNg. Se podría decir que soy inútil, Entona Damisela, mientras con los dedos de la mano derecha golpetea a ritmo en su punto karate. Aunque piense lo inútil que soy, porque nunca genero un centavo Aún así yo me acepto... me respeto...me amo. Lo repite tres veces y a la selva le encanta su tonadita alegre. Después a la cabeza, Justo en la coronilla Un golpeteo a ritmo y un decir susurrando Con esa mueca cómica que le descubre el alma. Salvajito la mira, un tanto preocupado Con algún disimulo se le viene acercando. -¿Estar bien cariñito?, ¿poder yo hacer algo? -Nada mi salvajito, esto es tarea mía, Soltar al universo las emociones densas, Apaciguar el ego, iluminar la casa. Viera usted salvajito, no se requiere tanto, Golpecitos y frases, frases y golpecitos, ¡Es como estar jugando! -Usted a mi enseñarme como jugar su juego Y divertirnos juntos hasta encontrar la esencia Le dijo salvajito con la ansiedad de un niño.
  • 31. Así, los tortolitos Se pasaron la tarde, abrazando las sombras Moviendo la energía de arriba para abajo Descubriendo secretos que tenían guardados. Y cuando terminaron, como en toda ocasión Ya revuelta la sangre de haber jugado tanto Se contaron las pecas, se besaron el cuello Se lamieron la oreja, se mordieron los labios.
  • 32. DAmIsElA EdUcAnDo a sU EgO Vamos a educar a nuestros egos, dijo firmemente Damisela a salvajito, mientras este, desde la ventana de la choza, en lo alto de un ombú, espiaba un pedacito de cielo, recitando la clave de fe, de arriba para abajo y de abajo para arriba, ¡Se veía tan entusiasmado! Es que se había dado cuenta que la clave de fe es mucho más asombrosa aún que la clave de sol, ya que el sol brilla para todos, pero la fe mueve montañas solo para los que creen. Damisela se sentía lista para amaestrar egos rebeldes, Era una verdadera maga en el arte de ensimismar a su alumno y efectivamente, cuando logró que salvajito mire de reojo hacia ella, por la curiosidad que le causaba esa canción desafinada y dulzona que canturreaba su mujercita, ésta, aprovechando su atención, se dispuso a comenzar la conferencia. Primero se aplaudió a rabiar, anticipando la eficacia de su adoctrinamiento. De inmediato comenzó la danza de los velos. Se quitó uno por uno, con gran habilidad y desapego…El de la fama primero, el del prestigio después, el del poder y el dinero ,y la lista continuó, hasta arrojar el último que era, la vergüenza .Terminó Damisela, vestida con su mismisidad , según salvajito, su prenda más hermosa. Ella, quieta, intentó adivinar si su mejor alumno había comprendido la lección con tanto esmero impartida, después de unos minutos de indagar en sus ojos, no pudo hallar en él vestigio alguno… ¡Ni siquiera una huella de algún antiguo Ego! Se río a carcajadas ante su propia tontería y sin pensarlo mucho, se acurrucó en los brazos de él, quien retomó su práctica en silencio. Damisela, la alumna, miraba el sol brillar, mientras le fe de salvajito, movía cientos de montañas.
  • 33. Salvajito y Damisela se declaran contra los formateadores de niños Han llegado los formateadores de niños-dijo salvajito a Damisela con el ceño fruncido. -Educadores, corrigió el hombre de palabras pinchudas. -También nosotros somos educadores, exclamo Amapola, señalando a TODOS-UNO los habitantes de la selva. -Sin título no hay educador, sin aula no hay educando, replicó el señor de papelitos muchos y portafolio. -Entonces coloquemos título a todo ser viviente-vidente de esta casa- escuela que habitamos, propuso Amapola, estirando sus pétalos en señal de desmadejamiento vegetal. -Una rama más arriba de nuestra casa ombú y la vista será perfecta para que educando aprenda sobre la inmensidad, agregó Damisela, completamente convertida a la vida natural que salvajito le hizo conocer al desposarla. -Sin título no hay trabajo, sin trabajo no hay progreso, insistió ofendido el hombre de pantalones largos, zapatos, camiseta y corbata. Fue entonces que todos comenzaron a danzar y celebrar las buenas nuevas venidas de ciudad – ¡Sin trabajo y sin progreso habrá labor a consciencia y vida en abundancia!...Y con estas palabras ahuyentaron en menos de un santiamén al ofuscado individuo de autoridad dudosa y gafas obnubilantes.
  • 34. DAmIsElA ApReNdE Damisela descubre que al convertirse en mar, ya no le asusta la marea, que el miedo es del disfraz y no del contenido, que desvestirse es bueno para aplacar el frío que resistir agota y que el apego mata. Aprende que la queja potencia lo indeseable, que la mente es torcida porque todo lo juzga, que la culpa es mentira y el lamento te estanca. Descubre que el amor no pide ni reclama, que el que ama respeta y el que observa se sana. Comprende que no existe ni el ayer ni el mañana. Que el Ahora es el bien al que pocos concurren, Que se aburren los hombres al mirar hacia afuera, que el que espera se frustra y el que nada se cansa. Que ser uno /a algunos/ les parece locura, que te cura el Perdón y que Amar es divino, que asistir a la fiesta de vivir es de pocos, no se aviva el que siempre permanece ocupado. Que tener no te sirve a menos que compartas y que es propio del ego admirarse el ombligo. Que el abrazo es abrigo que alimenta las almas. Que el propósito es SER y no es tan complicado. Damisela sonríe por haber aprendido. Agradece, se expande y repite seguido ¡Esto no he de olvidarlo! Salvajito la aplaude. FiN