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TEMA 18. ELEMENTOS LINGÜÍSTICOS
PARA LA EXPRESIÓN DE LA CANTIDAD, LA
CUALIDAD Y EL MODO.
INTRODUCCIÓN:
Este tema se enuncia de tal modo que implica el
estudio funcional-comunicativo del código lingüístico,
es decir, en relación con el papel que desempeñan los
elementos de comunicación. Esta concepción, en
cierta medida onomasiológica, tiene mucho que ver
con el desarrollo de la lingüística aplicada a la ESL. A
partir de los años 70, desde el comienzo de la
descripción de los niveles lingüísticos por el Consejo
de Europa con el Nivel Umbral, se consideró
necesario tratar la lengua desde esta perspectiva. El
enfoque funcional-comunicativo se vio alimentado por
diferentes disciplinas que surgieron a partir del último
cuarto del S. XX, fundamentalmente la Pragmática, la
Teoría de los actos de habla, la Lingüística del texto o
la Teoría de la actividad verbal.
Francisco Matte Bon, autor de la gramática de
referencia en esta determinada dimensión (Gramática
comunicativa del español), define la gramática
comunicativa como aquella que:
“se plantea el análisis del funcionamiento de los idiomas desde
una perspectiva que tiene en cuenta la comunicación, (...) una
gramática que sitúa a los interlocutores y la interacción que
existe entre ellos en el centro del análisis. Cobra, pues, una
importancia fundamental el modo que tienen los hablantes de
decir las cosas en cada situación, según sus intenciones
comunicativas”
Se plantean, entonces, determinadas «funciones
comunicativas», entendidas como «los usos y fines
del lenguaje dentro de la comunicación humana,
recogidos en formas de repertorio con el fin de
construir sílabos o programas didácticos no
formales» (Alcaraz Varó y Martínez Linares, 1997), a
las que le corresponden una serie de exponentes
funcionales, que son la expresión lingüística de esa
función. El grado de desarrollo de la competencia
comunicativa determinará la selección de elementos
del código.
Ventajas:
- Refleja mejor aspectos de la lengua hablada,
puesto que analiza fenómenos que habían pasado
desapercibidos.
- Ayuda a hablar con fluidez y prepara para la
comunicación.
- Integra la cultura asociada con los diferentes
comportamientos.
- Marca la atención a usos habituales y dota de
herramientas pragmáticas para entender el sentido
añadido de los enunciados.
- Determina nociofuncionalmente objetivos, lo que
da mayor flexibilidad.
- Propone nuevas perspectivas onomasiológicas
para la gramática.
Problemas:
- No permite afrontar todos los aspectos de la lengua
hablada.
- Riesgo de presentar lengua tópica y prefijada.
- Difícil con cursos avanzados o con estudiantes
nativos.
- Problemas didácticos en cuanto al trabajo en el
aula.
1. EXPRESIÓN LINGÜÍSTICA DE LA CANTIDAD
Conjunto de construcciones que tienen en común la
característica de indicar la cantidad de individuos o de
objetos de un dominio que tienen una determinada
propiedad o qué medida de una propiedad es
poseída por un individuo u objeto. En español, se
puede expresar:
- De forma concreta y precisa: numerales.
- De manera imprecisa o aproximada:
cuantificadores.
1.1.LOS CUANTIFICADORES:
Cuantificar = expresar la medida de algo, sea
numéricamente o con otra forma de estimación. Para
la NGRAE hay tres nociones cuantificables:
- Individuos à designados por sustantivos
contables (un niño, pocas virtudes, varios
muebles). Es posible asignarles un valor de
cardinalidad.
- Materia o sustancia à No contables (mucha
arena, poco viento). No se realiza una estimación
numérica (numeroso grupo de sust. abstractos).
- Grado en que se manifiesta una propiedad à
pueden emplearse cuantificadores para expresar
la magnitud del estado final de un proceso (El
azúcar se ha encarecido algo), la intensidad (Me
interesa bastante), la frecuencia (Venía poco a la
Universidad). Los cuantificadores de grado
suelen ser adv., pero también grupos nominales
(Era dos veces más alto).
La NGRAE distingue entre operadores (coincidentes
con los cuantificadores) y restrictores (introducen la
noción cuantificada; no siempre aparecen junto al
operador —uso pronominal— y a veces hay
cuantificadores que los incorporan en el significado
léxico, como alguien, nadie, siempre o nunca).
Cristina Sánchez López («Los cuantificadores: clases
de cuantificadores y estructuras cuantitativas»)
establece la siguiente clasificación.
CUANTIFICADORES PROPIOS
NUMERALES Cardinales: uno, dos, mil…
Ordinales: primero, décimo…
Partitivos: mitad, tercio…
Multiplicativos: doble, triple…
Distributivos: sendos
INDEFINIDOS A. Universales: todo, cada, cada uno,
ambos, cualquiera
B. No universales: algo, alguien, uno,
alguno.
1) Afirmativos: varios, pocos, muho,
bastante, demasiado
2) Negativo: nadie, ninguno.
GRADATIVOS Comparativos: más, menos, tanto
Proporcionales: algo, un poco, mucho,
bastante, demasiado, todo, nada.
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CUANTIFICADORES FOCALES O
PRESUPOSICIONALES.
INCLUYENTES También, incluso, hasta, tampoco, ni
siquiera. Adverbios.
EXCLUYENTES Solo, al menos, apenas, excepto, salvo,
menos. Adverbios.
Cristina Sánchez López (op.cit.) considera que los
mecanismos sintácticos que expresan cantidades son
numerosos y heterogéneos. A pesar de su diversidad,
comparten todos una propiedad semántica que es la
de desencadenar una interpretación cuantitativa.
Además de expresar cantidades precisas o
imprecisas, pueden indicar también grado. Por tanto,
comprenden a los numerales, indefinidos, gradativos
y cuantificadores focales o presuposicionales.
NGRAE: Cuantificadores como clase transversal de
límites borrosos, heterogénea y sujeta a variaciones
geográficas.
1.2. MENCIÓN DE LAS CANTIDADES PRECISAS: LOS
NUMERALES
Para referirse a la cantidad de entidades contables se
usan los numerales cardinales, mientras que los
ordinales se usan para mencionar el orden de
sucesión de personas o elementos. Marcos Marín
(«Los cuantificadores: los numerales»), afirma que el
sistema numeral es un sistema completo, expresado
mediante cifras, que está contenido dentro del sistema
lingüístico y por ello se producen inconsistencias de
una lengua a otra. Los nombres de los números son
sustantivos, adjetivos o adverbios. Los numerales
pueden ser cardinales, ordinales, multiplicativos,
fraccionarios y distributivos
CARDINALES: Proporcionan la medida numérica o
cardinalidad. Nombres de los números naturales, para
nombrar cifras o guarismos. Pueden funcionar
igualmente como pronombres y como determinantes.
Las formas un-una conciertan en género con el
nombre al que acompaña y lo mismo ocurre con las
centenas de doscientos a novecientos.
Según Gómez Torrego, significan siempre una
cantidad exacta, concreta, respecto a seres
designados por los sustantivos. Delante del sustantivo
son actualizadores (quince besos); si aparecen sin el
sustantivo, como pronombres (quiero cuatro de esos)
y pueden llevar complemento de carácter partitivo
(una de las mujeres). Si se sitúan detrás del sustantivo,
adquieren valor de ordinal y exigen otro
determinativos capaz de actualizar al sustantivo: el
artículo tres.
Según Matte Bon, los números cardinales funcionan:
• como determinantes de primera mención
(indeterminados, según la terminología
tradicional): Es un pueblo muy pequeño, hay siete
u ocho casa en total;
• para responder a una solicitud de cantidad:
¿Cuántos quieres? Tres.;
• para informar sobre el número de una personas o
unos objetos presentes en una determinada
situación, o de los que se está hablando: ser +
número cardinal. ¿Podemos comer? Somos cinco.
• Para referirse, especificando el número, a algunos
de los elementos de un grupo que ya se ha
presentado anteriormente, que está presente en el
contexto o cuya existencia se presupone: número
cardinal + de+ grupo: ¿Qué hiciste? Fui a esquiar
con dos de mis hermanos.
ORDINALES: Expresan el lugar que ocupa un
elemento en una serie o una jerarquía. Son
cuantificadores indirectivamente, ya que no indican
cantidad ni habilitan al sustantivo para aparecer en
posiciones que no admiten grupo nominal sin
determinante (como sujeto).
MULTIPLICATIVOS: Al contrario que los anteriores,
los multiplicativos sirven para indicar multiplicación
del contenido semántico del nombre. La forma normal
se realiza mediante la adición de los sufijos -ble, -ple:
doble, triple, cuádruple, quíntuple. Funcionan como
modificadores del sustantivo, como los adjetivos, y
pueden sustantivarse: un doble mérito, el doble, el
triple.
NÚMERO DUAL: Equivale a “los dos, las dos”.
Necesita que sus referentes hayan sido mencionados
antes. Es siempre un actualizador del sustantivo al que
acompañan en el sintagma nominal: Me entregaron un
libro de lengua y otro de literatura: ambos son
interesantes. Puede actuar como pronombre, pero no
sustantivarse: Hay que leer desde la página dos a la
ocho, ambas inclusive.
DISTRIBUTIVOS: Sirven para dividir el significado del
nombre, atribuyendo la misma cantidad de algo a
nombres diferentes. Por lo general se realiza mediante
medios léxicos: sendos, cada, etc. Cada es invariable
en género y número; precede al sustantivo: cada
persona tiene sus problemas; es compatible con
cardinales menos uno, una: * cada un año. Sendos
significa “uno/una para cada uno de dos o más
personas o cosas”, siempre actualiza y precede al
sustantivo: Nos dio sendos trozos de tarta (un trozo a
cada uno). Nunca actúa como pronombre ni admite
sustantivación, por lo que no se debe decir: * sus
sendas bicicletas.
1.3. LA MENCIÓN DE CANTIDADES IMPRECISAS
Matte Bon considera que existen varios operadores y
expresiones para hablar de forma imprecisa la
cantidad:
1. Gran cantidad de elementos, personas o cosas: adjetivos
cuantificadores e indefinidos (mucho/a/os/as;
tanto/a/os/as, con terminación en superlativo también,
muchísimos, tantísimos). Concuerdan en género y número
con el sustantivo al que acompañan al ir antepuestos.
Alcina y Blecua (Gramática española) indican que mucho,
poco, bastante y demasiado se pueden usar como
gradativos y aparecer como término primario o sustantivo
(«han venido unos pocos»), como término secundario o
adjetivo («pasa muchos ratos leyendo»), como términos
terciarios o adverbios («viene mucho por aquí»). Mucho en
función adverbial adopta la variante muy.
2. En español se usa tanto/a/os/as única y exclusivamente en
los casos en los que se presupone el uso de
mucho/a/os/as («Tiene muchos amigos, tantos que no
puede felicitarlos a todos»).
3. Cuando mucho y tanto se usan después de un verbo son
invariables, pues en su origen son adverbios de cantidad
convertidos en adjetivos cuantificadores («Llueve mucho,
tanto que se ha inundado la casa».
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4. Para referirse a una gran cantidad de algo, se usa también
en registros formales cantidad de y la mar de.
5. En registros informales se usa a veces una/la de +
sustantivo.
6. Para referirse a una cantidad sin expresar su punto de
vista, el hablante usa el adverbio de cantidad bastante,
que concuerda con el sustantivo al que se refiere. Bastante
sirve para presentar una cantidad concebida como más
bien grande, aunque no lo suficiente como para poder usar
mucho/a/os/as.
7. Cantidades más bien limitadas,
a. los indefinidos:
i. algunos/as – unos/as cuantos/as + sustantivo contable
plural
ii. algún/a + sustantivo contable singular
b. perífrasis: un poco de + sustantivo no contable
8. Subrayar que se trata de un número muy escaso de
elementos: alguno/a que otro/a + sustantivo contable
singular.
9. Cantidad muy limitada o insuficiente: poco/a + sustantivo
no contable singular, pocos/as + sustantivo contable
plural.
10. Por medio de sintagmas nominales: lengua coloquial,
expresión de forma figurada: un puñado de…, una
montaña de…, una pila de…, una barbaridad de…, la mar
de…, un horror de…, tira de…, la tela de…, un porrón de…
11. Cantidad imprecisa mediante sustantivos colectivos:
bosque, asamblea, delegación, tripulación, patrulla, etc.
12. Construcciones partitivas que señalan un conjunto
impreciso tomado de otro mayor: mayoría de…, una gran
parte de…, un grupo de…
13. Cantidades con verbos de medida que llevan CD, que
indican cantidad más o menos precisa: durar, tardar,
coger, costar, valer, medir, distar, pesar, etc.
14. Algunos adverbios de modo en –mente expresan la
ponderación de cantidades imprecisas:
considerablemente, increíblemente, auténticamente…
15. Aumentativos para expresar una estimación mayor de algo
o de alguien: grandón, casona.
1.4. CANTIDADES AÑADIDAS
Se usa:
Si se quiere matizar este recurso, también puede
utilizarse un poco más de + sust. no contable/contable
plural.
1.5. TODA LA CANTIDAD DISPONIBLE
Todo/a/os/as
En los registros cultos se usa para referirse a la
cantidad concebible de algo: cuanto/a + sustantivo no
contable o cuanto/a/os/as + sustantivo contable.
1.6. EXPRESIÓN DE UNA CANTIDAD DE MANERA
RELATIVA
1. Para referirse al todo se usa: todo/a + sustantivo no
contable, todo/a/os/as + sustantivo contable. Este
cuantificador fuerte se utiliza precediendo al
determinante, como afirma Manuel Leonetti (Los
determinantes) y ofrece una particularidad única
frente a los demás, que se ven precedidos por el
artículo en caso de que esté presente. En los
registros informales con matices de ironía se usa la
forma diminutiva todito o toíto para subrayar que
ninguna porción o elemento de la cantidad
considerada queda excluido.
2. Para referirse a la totalidad de un elemento
considerado globalmente sin excluir ninguna parte o
fragmento, a veces se usa en lugar de todo el
operador entero, que solo puede referirse a
unidades contables («Carlos se comió el solo la tarta
entera»)
3. Para referirse a una parte de un elemento o grupo de
elementos, se usan los partitivos o fraccionarios. Uso
de los partitivos: Los partitivos sirven para indicar
división del contenido semántico del nombre al que
acompañan. Indican parte o porcentaje de
elementos que se toman en consideración. Por lo
general el partitivo debe ir seguido de la preposición
de. Ejemplo: un cuarto de los allí reunidos era de
España. Para fracciones menores se utiliza el sufijo -
avo (onceavo, doceavo, treceavo) con los números
cardinales: Un octavo de… Brucart distingue entre:
a. Partitivos intrínsecos: asumen una interpretación
cuantitativa con independencia del determinate
que los modifique. Son mayoría, totalidad, mayor
parte, mitad, resto… Suelen provocar
concordancia ad sensum.
b. Partititvos no intrínsecos: un montón, una pila… .
4. Para expresar un porcentaje se usa: número + por
ciento (+de+sustantivo).
1.7. PRESENTAR UNA CANTIDAD COMO VALORACIÓN
SUBJETIVA.
1. Valoración subjetiva de quien habla: como,
alrededor de, sobre +los/las , unas (+ cantidad).
2. Cantidad mayor a la que se estima como real:
cerca de + cantidad
3. La cantidad mencionada se considera una etapa
que se aspira a alcanzar o que se quiere evitar:
casi + cantidad
4. Valoración subjetiva de quien habla, indicando
además que la cantidad mencionada es
ligeramente superior: algo/un poco más + cantidad
sustantivo no contable
más +
sustantivo contable plural
Otro/a/os/as (+número) + sustantivo contable plural o
singular
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5. Presentar una cantidad indicando que se está
haciendo un esfuerzo por mencionar la cantidad
más baja posible: por lo menos / al menos +
cantidad. Para lo contrario: algo / un poco más +
cantidad.
6. Cantidad como valoración subjetiva, señalando el
que habla que menciona la cantidad más alta o
más baja posible, y que es seguramente superior o
inferior a la real: como mucho / como poco, como
máximo/como mínimo, por lo alto/ por lo bajo, al
menos, por lo menos, todo lo más + cantidad, a lo
sumo.
7. Presentar una cantidad como límite máximo: no
más de
8. Presentar una cantidad como algo inferior a las
previsiones del hablante:
1.8. EXPRESIONES AFECTIVAS Y ENFÁTICAS DE
ABUNDANCIA
Werner Beinhauer (El español coloquial) recoge un
amplio caudal de expresiones que tienden a exagerar
hiperbólicamente la cantidad. Suelen utilizarse con
ausencia del artículo: «infinidad de…», «multitud
de…», «cientos y cientos de veces». Se convierten en
construcciones exclamativas: «¡El miedo que estará
pasando!», «¡Lo que has tardado!»
Las designaciones directas de cantidades
expresadas hiperbólicamente son frecuentes debido
a la tendencia general a la exageración (un montón,
una enormidad, unabarbaridad, una atrocidad, un
horror, una burrada, un disparate). Además, hay un
prurito de lucir expresiones nuevas (un rato, el diablo).
A esta riqueza de expresiones, Vigara Tauste
(Morfosintaxis del español coloquial) la llama
«coloquio».
1.9. EXPRESIONES AFECTIVAS DE CANTIDADES
ÍNFIMAS
W. Beinhauer manifiesta también que la idea de lo
poco o nada valioso se puede expresar
hiperbólicamente mediante frases como: me importa
un bledo, un comino, un pepino, un pimiento, un pito,
un rábano… Lo escaso o nulo de algo se expresa con
«pizca». Otras expresiones son: ni pío, ni torta, ni pun,
ni palote, ni pajota…
2. EXPRESIÓN DE LA CUALIDAD
En la gramática tradicional se establecía una relación
unívoca entre la cualidad y el adjetivo: el adjetivo se
definía precisamente en tanto que era el elemento
lingüístico específico para la expresión de la cualidad.
En el enfoque funcional-comunicativo, también se
reconoce su relevancia para la expresión de la
cualidad pero junto a otras unidades lingüísticas: las
proposiciones adjetivas, ciertos lexemas, etc.
Matte Bon no dedica ningún apartado especial a la
cualidad; sin embargo, si entendemos como cualidad,
“Cada uno de los caracteres, naturales o adquiridos,
que distinguen a las personas, a los seres vivos en
general o a las cosas” y “Manera de ser de alguien o
algo” (DRAE, 2001), puede identificarse con, entre
otros, los siguientes usos expresivos:
1- La descripción de personas o cosas, con ser/ estar:
Con la pretensión de presentar la descripción
como algo objetivo, se usa ser: Es azul y
verde; ¿Son bastante simpáticas, ¿no crees?,
¡Es enorme!, ¡Es carísimo!.
Como apreciación subjetiva, “cuando la persona
que habla no pretende dar a la descripción un
tono objetivo y se reconocer, por lo tanto,
como centro de lo que dice- en lugar de ser
usa estar: ¡Qué delgado estás!, Mmm... todo
está buenísimo.
2. Apreciación subjetiva sobre elementos de
información o sucesos –no sobre personas o cosas,
ser:
Es extraño que no haya llegado todavía.
3. Valoración de una actividad o período:
a. Valoraciones frías u objetivas, con poca
participación del hablante: ser + frase nominal
/ adjetivo: Ha sido una tarde muy agradable.
b. En descripciones, cuando los adjetivos se
refieren a algo presentado como algo
temporal, estar: Está gordísimo. Por esta
razón, hay adjetivos que normalmente sólo se
usan con estar: embarazada, contento, etc.
c. Si las características se presentan como más
profundas, inherentes al sujeto, más permanentes,
con ser: Es un pesado. Sólo se usan con ser, adjetivos
como comprensible, asequible, etc.
4. Para expresar valoraciones:
a. de lo más + adjetivo/ adverbio: con un sentido
muy próximo al superlativo. Es un sitio de lo
más aburrido.
solo
no + verbo + (más que) + cantidad
no más de
- el escaso valor de algo se encarece con monedas o
cantidades ínfimas de dinero: no vale un céntimo, una
perra, una perra gorda, dos céntimos, cuatro perras.
- desprecio hacia alguien o algo: una mierda, una caca
- extrema pobreza: no tiene un céntimo, no tiene donde
caerse muerto
- dedos para expresar pequeñez: no tiene dos dedos
de frente y el canto de un duro
- rapidez: en un abrir y cerrar de ojos, un pis pas
- diminutivos
- encarecer precio o ganancia: una mina, un río de
oro, una millonada
- mar con idea de inmensidad
- expresiones de cantidad: una pasada, una pila, un
pilón, una montaña de…
- tiempo: hace siglos, una eternidad
- alto coste de algo: un riñón, un huevo, un cojón, uno
ojo de la cara
- sentido positivo de la estima: un imperio, su peso
en oro, todo el oro del mundo
- abundante saber: sabe más que Lepe, sabe latín,
no tiene un pelo de tonto…
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b. A lo + adjetivo/sustantivo: para referirse al
modo en que se hace algo. Lleva un peinado
a lo Mireille Mathieu.
c. A lo/ la + forma femenina de un adjetivo de
nacionalidad o procedencia: Voy a tomar
unos calamares a la romana.
2.1. LOS ADJETIVOS CALIFICATIVOS
Los adjetivos calificativos expresan cualidades
inherentes al sujeto del tipo tamaño, forma,
capacidad, extensión, materia o bien cualidad moral,
conducta, valoración estética, etc.
También pueden expresar la relación del sujeto
respecto a su origen mediante gentilicios, situación
social, cultural, religiosa, política, técnica, científica o
de pertenencia o filación.
Los modificadores adjetivos pueden restringir la
extensión del sustantivo (como en gatos negros, día
claro), pero también pueden destacar, ponderar o
evaluar un rasgo de significado, como en misteriosos
gatos, claro día, lo que da lugar a los epítetos.
Muchos adjetivos se han formado a partir de un
sustantivo u otra palabra a la que se le añade un sufijo
adjetivador (denominales): -ano > murciano, -ico >
fantástico, -eño > trigueño, -ino > cansino, -ista >
alquimista, -ero > verdadero, -al > rosal, etc.
Muchos adjetivos proceden del participio de los
verbos. En el caso en que tengan participio regular e
irregular, cada uno de ellos expresa un matiz diferente
de la cualidad. Ejs.: contundir > contundido/contuso;
fijar > fijado/fijo; invertir > invertido/inverso, maldecir >
maldecido/maldito; nacer > nacido/nato, elegir >
elegido/electo.
Un corto número de adjetivos toman diferente
intencionalidad o llegan a tener acepción distinta
según su situación con respecto al sustantivo con el
que se agrupan: delante o detrás. Ejs: antiguo criado,
criado antiguo; cierto hecho, hecho cierto; buena
mujer, mujer buena; extraña persona, persona
extraña.
Los adj. Antepuestos expresan una cualidad más
vaga e inmaterial que los pospuestos. De una manera
muy general, el pospuesto determina o distingue
intelectualmente, mientras que el antepuesto atribuye
una cualidad con valor subjetivo.
(Ver tema 14) para completar adjetivo.
3. EXPRESIÓN DEL GRADO.
Una determinada cualidad, al decirse o predicarse de
un sujeto mediante el adjetivo, podrá darse en
cantidad y proporción variable que irá desde la
cualidad en sí misma (grado positivo) hasta la
atribución más intensa: inglés/muy inglés.
La gradación puede ser de diversas formas:
Ø Léxica: palabras distintas para expresar cada
uno o algunos de los grados de intensidad del
adjetivo. Es lo que ocurre con las gradaciones
de bueno/malo, caliente/tibio/frío. También se
pueden conseguir con la misma base léxica
por medio de prefijos negativos.
Ø Morfológica o sintáctica por medio de:
o derivativos: formación sintética
o construcción perifrástica: formación
analítica
La lengua provee al hablante de recursos para
expresar la gradación:
a) Prosódicos: acento afectivo o silabeo del
adjetivo
b) Morfemáticos: utilización de marcas y
derivativos que habilitan a un determinado
lexema para expresar grados distintos:
bueno/bonísimo/archibueno
c) Léxicos: uso de comparativo o superlativos
sintéticos de origen latino:
bueno/mejo/óptimo; malo/peor/pésimo
d) Sintácticos: asociación sintagmática con
segmentos terciarios: muy bueno, más bueno
La gramática tradicional fija tres grados de
significación del adjetivo: positivo, comparativo y
superlativo. Alcina y Blecua (Gramática) establecen
que la atribución relativa distingue dos valoraciones:
comparativa y singularizadora. Mientras que en la
comparativa la intensidad se mide (igual, inferior,
superior), en la singularizadora se destaca la
excepcionalidad.
Grado puntual:
a) Positivo: «alto»
b) Superlativo: interno «altísimo», perifrástico
«muy alto»
Valoración relativa:
a) Comparativa: igualdad («tan alto como»),
superioridad («más alto que»), inferioridad
(«menos alto que»)
b) Singularizadora: «El muchacho más
alto/menos alto de todos»)
La prefijación es un procedimiento coloquial para la
obtención del superlativo de muchos adjetivos,
adverbios y nombres valorativos. Los más usuales
son: super-, extra-, re-, requete-, archi-.
La NGRAE hace un estudio minucioso de los prefijos
gradativos, «prefijos que miden o evalúan el grado
con el que se manifiesta una propiedad, o ponderan
la intensidad con la que tiene lugar una acción o un
evento». El prefijo super- expresa posición elevada
(superponer), pero también grado elevado de una
propiedad (superfino). Este uso puede aparecer con
participios(superdotado). Afirma la NGRAE que tiene
pujanza en el español juvenil europeo. Se aplica a
adjetivos que expresan una cualidad física
(superbarato) o de otro tipo (supertonto). Los
adverbios adjetivales se asimilan a este mismo
esquema: spuerbién, supermal, superlento,
superrápido. Su uso intensificador se ha extendido
ocasionalmente a sustantivos para ponderar el grado
de alguna propiedad (superpotencia). En otros
aparece en registros conversacionales (supercasa). A
veces denota tamaño (supermercado). Es la variante
culta de «sobre-».
El prefijo re- se adjunta a bases de distinta categoría:
redicho, remalo, rebuscar. Se ha observado un
aumento notable en derivados en el español juvenil del
área rioplatense, México y Centroamérica.
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El prefijo ultra- también se usa en grado máximo en
combinaciones con adjetivos calificativos y
relacionales.
La forma más habitual del superlativo sintético es la
terminación –ísimo, pero existe una forma con la
misma función de origen latino: -érrimo, que se emplea
con adjetivos cultos.
Los superlativos sintéticos pueden aceptar la función
intensificadora en la lengua vulgar «muy buenísimo».
Igualmente son vulgares las agrupaciones del
superlativo con tan y cuán «tan guapísima».
La intensificación con muy consigue los mismos
efectos con adverbios en –mente.
El superlativo relativo, llamado así por la gramática
tradicional, señala el alto grado de una cualidad que
alguien o algo posee en relación a un conjunto. La
singularidad de este comparativo se consigue
mediante el artículo individualizador.
El superlativo hebrero (Alcina y Blecua) pondera muy
expresivamente el grado supremo, y se construye con
el mismo sustantivo introducido por la preposición de:
«Rey de reyes», «Señor de señores».
Sáez del Álamo («Los cuantificadores: Las
construcciones comparativas y superaltivas») estudia
la construcción de los cuantificadores comparativos
(más, menos, tan, tanto…), que exigenla presencia a
su derecha de un sintagma denominado «coda», el
cual va introducido por que, de o como. Hacen
referencia a grados.
EXPRESIÓN ORACIONAL DEL GRADO:
Ø Comparativas de modo: denotan igualdad o
semejanza cualitativa entre dos conceptos
oracionales comparados. La subordinada se
relaciona con la principal mediante el
adverbio conjuntivo /como/ y también /cual/:
algunos son tan delgados y quebradizos
como las redomas de vidrio.
Ø Comparativas de cantidad: expresan el
resultado de la comparación entre dos
conceptos, considerados desde el punto de
vista de la intensidad o de la cantidad. Las
comparaciones de cantidad pueden ser de
igualdad o desigualdad. Los nexos son: /tal…
cual/, /tanto…cuanto/, /tal… como/, /tanto…
como/, /igual… que/, /lo mismo… que/, /más…
que/, /menos… que/.
Alarcos afirma a este respecto que no siempre la
comparación establece nociones expresadas por
verbos, sino también entre los conceptos sugeridos
por otras unidades: «Los barrenderos son más
decentes que los mangueros».
CONCLUSIONES:
Enriquecer el uso correcto, variado y adecuado de la
lengua de nuestros alumnos: hablantes de español
lengua nativa y de español como lengua vehicular.
Intercambio social.
El estudio de estas características se ve mermado por
la ausencia de una gramática para el español que se
presente en términos cognitivos integrada con su
función comunicativa. Esto es, es necesaria una
gramática que entienda la forma unida al significado y
la función, tal y como lo expresa Langacker. Cualquier
cambio formal en la gramática se vincula a
modificaciones en la conceptualización, y se relaciona
con diferentes tipos de implicaciones del hablante en
la estructura gramatical del contenido que comunica.
Aunque la descripción nociofuncional es un primer
paso para llegar a la comprensión absoluta de los
mecanismos mentales que moldean nuestro lenguaje,
aún queda un largo camino por recorrer.
BIBLIOGRAFÍA
ALARCOS LLORACH, Emilio: Estudios de gramática
funcional del español, Madrid, Gredos, 1982
ALARCOS LLORACH, Emilio: Gramática de la lengua
española, Madrid, 1999, Espasa. Gramática
fundamental, indispensable para este tema y
para todos los referidos a la lengua.
ALCINA, Juan y BLECUA, José Manuel: Gramática
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ALVAR, M.: Introducción a la lingüística española,
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