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REPUBLICA BOLIVARIA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD FERMIN TORO
BARQUISIMETO - CABUDARE




     TRAMPAS PSICOLOGICAS


                         ALUMNO: ALFONSO MOCK
                         CEDULA: 20.669.375
1) La Trampa del Ancla
¿Qué altura tiene la Torre Eiffel? Imaginemos que estamos paseando por París
y nuestra pareja nos pregunta por la altura de la torre. No tenemos idea de
cuánto puede medir, de modo que nos damos a la tarea de hacer una
estimación "a ojo de buen cubero" . Primer caso: nuestra pareja nos dice:
"...yo creo que mide aproximadamente 200 metros... ¿tú qué opinas?";
Segundo caso: nuestra pareja nos dice: "...yo creo que mide
aproximadamente 400 metros... ¿tú qué opinas?" Si somos como la gran
mayoría de las personas, la estimación que hagamos de la altura de la torre
será mayor si nuestra pareja nos hace la pregunta como en el segundo caso
(400 metros). La mente da una importancia desproporcionada a la primera
información que recibe.
2) Trampa de la Resistencia al
           Cambio
La resistencia al cambio es un fenómeno que todos hemos
experimentado alguna vez. Hay muchos ejemplos. En general,
si somos como la mayoría de la gente, el cambio nos produce
ansiedad y encontramos confort en el estatus-quo. Esto influye
por supuesto en la toma de decisiones, pues tendemos a dar
valoraciones desproporcionadamente altas a la opción de
quedarnos como estamos (estatus-quo), a pesar de tener otras
opciones objetivamente superiores.
3) Trampa de los Costos
            Irrecuperables
Supongamos que vamos viajando por carretera y se nos presenta una
bifurcación inesperada. Tras una breve reflexión decidimos tomar el camino
de la derecha. Continuamos conduciendo durante 15 minutos y nos damos
cuenta de que nos hemos equivocado. Probablemente hubiésemos llegado
antes a nuestro destino de haber tomado el camino de la izquierda. Sería
más rápido detenernos ahora, regresar a la bifurcación y tomar el camino de
la izquierda. Pues bien, un sorprendente número de personas no lo
hacemos, continuamos por el camino equivocado porque nos cuesta aceptar
la pérdida de tiempo. Frecuentemente tomamos decisiones que tienden a
justificar decisiones pasadas, por muy malas que éstas hayan sido.
4) La trampa de ver lo que nos
         da la gana
 Supongamos que estamos en contra de la pena de muerte. Alguien llega
 y nos da dos informes, igualmente convincentes, uno que argumenta
 los puntos a favor y otro que argumenta los puntos en contra de la pena
 de muerte. Si somos como la gran mayoría de las personas, después de
 leer ambos informes estaremos más convencidos de nuestro punto de
 vista inicial, ¡sin importar cuál haya sido éste! Al leer los dos informes,
 inconscientemente buscaremos y resaltaremos información que afirme
 nuestro punto de vista y evitaremos tomar nota de información que lo
 contradiga.
5) trampa de la forma de
      hacer las preguntas
La manera de hacer preguntas influye profundamente en las respuestas que obtenemos.
Por ejemplo, supongamos que nos toca renovar nuestro carnet de conducir. Al hacerlo,
en la oficina de tráfico nos dan un formulario en el que se lee: "Marque si desea ser
donador de órganos una vez que haya fallecido". Se ha demostrado empíricamente que
se obtendría una lista mucho mayor de oferentes de órganos si se formulara la pregunta
de la siguiente manera: "[ ] Marque si NO desea ser donador de órganos una vez que
haya fallecido". Consecuentemente, algunos países están modificando la ley para que se
les permita formular la pregunta de la segunda forma y así contar con una lista más
numerosa de oferentes potenciales de órganos. Existen también otras maneras de
hacernos caer en esta trampa, especialmente cuando al hacer la pregunta se toma en
cuenta la aversión al riesgo que naturalmente tenemos la gran mayoría de las personas.
6) trampa del exceso de
             autoconfianza
En general, cuando hacemos estimaciones tendemos a creer que son más
exactas de lo que realmente son. Supongamos que nos piden estimar la
altura de la Torre Eiffel. Nuestra estimación es: "de 270 a 300 metros"
¿Suena      razonable?     Hemos     dado     un    margen     de    error
de aproximadamente un 10%. Sin embargo, estudios en psicología
cognitiva demuestran que el margen de error de las estimaciones que hace
la gente común es del 20 al 30%. Si asumimos que nuestras estimaciones
son más precisas de lo que realmente son, es decir, si pecamos de "exceso
de autoconfianza", estaremos incrementando innecesariamente el nivel de
riesgo que asumimos en la decisión que estamos tomando.
7) trampa de los raros
     eventos catastróficos
La gran mayoría de la gente amplifica la probabilidad de que
ocurran     raros    eventos      catastróficos.   Por     ejemplo,
experimentamos más ansiedad al viajar en avión que al viajar en
coche, pese a que (en general) la probabilidad de tener un
accidente de avión es mucho menor que la probabilidad de tener
un accidente de coche. Esto se debe a que los raros eventos
catastróficos reciben mucha mayor atención mediática y nuestro
cerebro tiende a asociar la frecuencia del evento con la intensidad
con la que se nos transmite la noticia.
8) trampa de los
               estereotipos
Supongamos que nos presentan a Juan, un tipo bajito, más bien delgado,
con gafas circulares, con peinado raya al medio. ¿Es más probable que Juan
sea bibliotecario o comercial de empresa? La gran mayoría de las personas
diríamos que es más probable que sea bibliotecario, sin tomar en cuenta que
en el mundo existen muchos más comerciales de empresa que
bibliotecarios. Al hacer estimaciones, tendemos a dejarnos llevar por
estereotipos irracionales que muy frecuentemente nos inducen al error. El
hecho de que exista un mayor número de comerciales de empresa que de
bibliotecarios implica que sea más probable (o al menos más probable de lo
que pensamos) que ese tipo bajito, más bien delgado, con gafas circulares,
con peinado raya al medio sea comercial de empresa.
9) trampa del exceso de
                prudencia
Supongamos que un directivo pide a su subordinado que haga una estimación
 de las ventas del próximo año. Éste, a su vez, pide al técnico de marketing que
 haga la estimación, ya que "es él quien trabaja con los datos de campo". Se ha
 demostrado que en estos casos lo más probable es que el técnico de marketing
 haga una estimación precisa, pero al comunicarla la distorsione "hacia el lado
 de la seguridad". Luego, sobre esa estimación, el subordinado la modificará un
 poco más "hacia el lado de la seguridad" y la transmitirá al directivo. Este, a su
 vez, al tomar la decisión considerará la estimación que su subordinado,
 modificándola una vez más "hacia el lado de la seguridad". Como
 consecuencia, la decisión final será tomada sobre la base de una estimación
 exageradamente distorsionada, alejada de la realidad.
10) trampa de la buena racha
 Supongamos que estamos jugando a los dados y en los cuatro últimos
 tiros hemos sido muy afortunados. Si somos como la generalidad de
 las personas, tenderemos a creer que existe una probabilidad
 exageradamente alta ("la mano mística", la "suerte") de que el
 siguiente tiro nos sea también favorable. Esta creencia ilusoriaha sido
 la ruina de muchos jugadores compulsivos y puede llevarnos también
 a nosotros a tomar malas decisiones. Objetivamente, la fortuna que
 hayamos tenido en los cuatro tiros anteriores no afecta el resultado del
 próximo tiro.
11) trampa de los muy
                 afortunados
Muchos de nosotros pensamos que no somos buenos en los juegos de azar porque "casi
nunca ganamos". A muchos de nosotros nos ha pasado que al jugar al bingo, por ejemplo,
Nacho gana varias veces seguidas, o Ángeles, o Pedro, o Maria... pero casi nunca nos toca a
nosotros ¿Significa esto que tenemos mala suerte? La respuesta es NO. La probabilidad de
que ganemos varias veces seguidas es muchísimo menor que la probabilidad de
que alguien más (cualquiera que sea)gane varias veces seguidas. Esto nos hace percibir
erróneamente que la suerte nunca nos llega y que siempre hay alguien más afortunado
que nosotros. Nos cuesta mucho entender que en los juegos de azar todos tenemos la
misma probabilidad de ganar o perder y que, sin embargo, es muy probable que haya por
ahí algún "suertudo(a)" que gane varias veces seguidas. En unos casos será Nacho, en otros
será María, en otros Ángeles, pero difícilmente seremos nosotros... en especial si no nos
gustan los juegos de azar y jugamos poco frecuentemente.

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  • 1. REPUBLICA BOLIVARIA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD FERMIN TORO BARQUISIMETO - CABUDARE TRAMPAS PSICOLOGICAS  ALUMNO: ALFONSO MOCK  CEDULA: 20.669.375
  • 2. 1) La Trampa del Ancla ¿Qué altura tiene la Torre Eiffel? Imaginemos que estamos paseando por París y nuestra pareja nos pregunta por la altura de la torre. No tenemos idea de cuánto puede medir, de modo que nos damos a la tarea de hacer una estimación "a ojo de buen cubero" . Primer caso: nuestra pareja nos dice: "...yo creo que mide aproximadamente 200 metros... ¿tú qué opinas?"; Segundo caso: nuestra pareja nos dice: "...yo creo que mide aproximadamente 400 metros... ¿tú qué opinas?" Si somos como la gran mayoría de las personas, la estimación que hagamos de la altura de la torre será mayor si nuestra pareja nos hace la pregunta como en el segundo caso (400 metros). La mente da una importancia desproporcionada a la primera información que recibe.
  • 3. 2) Trampa de la Resistencia al Cambio La resistencia al cambio es un fenómeno que todos hemos experimentado alguna vez. Hay muchos ejemplos. En general, si somos como la mayoría de la gente, el cambio nos produce ansiedad y encontramos confort en el estatus-quo. Esto influye por supuesto en la toma de decisiones, pues tendemos a dar valoraciones desproporcionadamente altas a la opción de quedarnos como estamos (estatus-quo), a pesar de tener otras opciones objetivamente superiores.
  • 4. 3) Trampa de los Costos Irrecuperables Supongamos que vamos viajando por carretera y se nos presenta una bifurcación inesperada. Tras una breve reflexión decidimos tomar el camino de la derecha. Continuamos conduciendo durante 15 minutos y nos damos cuenta de que nos hemos equivocado. Probablemente hubiésemos llegado antes a nuestro destino de haber tomado el camino de la izquierda. Sería más rápido detenernos ahora, regresar a la bifurcación y tomar el camino de la izquierda. Pues bien, un sorprendente número de personas no lo hacemos, continuamos por el camino equivocado porque nos cuesta aceptar la pérdida de tiempo. Frecuentemente tomamos decisiones que tienden a justificar decisiones pasadas, por muy malas que éstas hayan sido.
  • 5. 4) La trampa de ver lo que nos da la gana Supongamos que estamos en contra de la pena de muerte. Alguien llega y nos da dos informes, igualmente convincentes, uno que argumenta los puntos a favor y otro que argumenta los puntos en contra de la pena de muerte. Si somos como la gran mayoría de las personas, después de leer ambos informes estaremos más convencidos de nuestro punto de vista inicial, ¡sin importar cuál haya sido éste! Al leer los dos informes, inconscientemente buscaremos y resaltaremos información que afirme nuestro punto de vista y evitaremos tomar nota de información que lo contradiga.
  • 6. 5) trampa de la forma de hacer las preguntas La manera de hacer preguntas influye profundamente en las respuestas que obtenemos. Por ejemplo, supongamos que nos toca renovar nuestro carnet de conducir. Al hacerlo, en la oficina de tráfico nos dan un formulario en el que se lee: "Marque si desea ser donador de órganos una vez que haya fallecido". Se ha demostrado empíricamente que se obtendría una lista mucho mayor de oferentes de órganos si se formulara la pregunta de la siguiente manera: "[ ] Marque si NO desea ser donador de órganos una vez que haya fallecido". Consecuentemente, algunos países están modificando la ley para que se les permita formular la pregunta de la segunda forma y así contar con una lista más numerosa de oferentes potenciales de órganos. Existen también otras maneras de hacernos caer en esta trampa, especialmente cuando al hacer la pregunta se toma en cuenta la aversión al riesgo que naturalmente tenemos la gran mayoría de las personas.
  • 7. 6) trampa del exceso de autoconfianza En general, cuando hacemos estimaciones tendemos a creer que son más exactas de lo que realmente son. Supongamos que nos piden estimar la altura de la Torre Eiffel. Nuestra estimación es: "de 270 a 300 metros" ¿Suena razonable? Hemos dado un margen de error de aproximadamente un 10%. Sin embargo, estudios en psicología cognitiva demuestran que el margen de error de las estimaciones que hace la gente común es del 20 al 30%. Si asumimos que nuestras estimaciones son más precisas de lo que realmente son, es decir, si pecamos de "exceso de autoconfianza", estaremos incrementando innecesariamente el nivel de riesgo que asumimos en la decisión que estamos tomando.
  • 8. 7) trampa de los raros eventos catastróficos La gran mayoría de la gente amplifica la probabilidad de que ocurran raros eventos catastróficos. Por ejemplo, experimentamos más ansiedad al viajar en avión que al viajar en coche, pese a que (en general) la probabilidad de tener un accidente de avión es mucho menor que la probabilidad de tener un accidente de coche. Esto se debe a que los raros eventos catastróficos reciben mucha mayor atención mediática y nuestro cerebro tiende a asociar la frecuencia del evento con la intensidad con la que se nos transmite la noticia.
  • 9. 8) trampa de los estereotipos Supongamos que nos presentan a Juan, un tipo bajito, más bien delgado, con gafas circulares, con peinado raya al medio. ¿Es más probable que Juan sea bibliotecario o comercial de empresa? La gran mayoría de las personas diríamos que es más probable que sea bibliotecario, sin tomar en cuenta que en el mundo existen muchos más comerciales de empresa que bibliotecarios. Al hacer estimaciones, tendemos a dejarnos llevar por estereotipos irracionales que muy frecuentemente nos inducen al error. El hecho de que exista un mayor número de comerciales de empresa que de bibliotecarios implica que sea más probable (o al menos más probable de lo que pensamos) que ese tipo bajito, más bien delgado, con gafas circulares, con peinado raya al medio sea comercial de empresa.
  • 10. 9) trampa del exceso de prudencia Supongamos que un directivo pide a su subordinado que haga una estimación de las ventas del próximo año. Éste, a su vez, pide al técnico de marketing que haga la estimación, ya que "es él quien trabaja con los datos de campo". Se ha demostrado que en estos casos lo más probable es que el técnico de marketing haga una estimación precisa, pero al comunicarla la distorsione "hacia el lado de la seguridad". Luego, sobre esa estimación, el subordinado la modificará un poco más "hacia el lado de la seguridad" y la transmitirá al directivo. Este, a su vez, al tomar la decisión considerará la estimación que su subordinado, modificándola una vez más "hacia el lado de la seguridad". Como consecuencia, la decisión final será tomada sobre la base de una estimación exageradamente distorsionada, alejada de la realidad.
  • 11. 10) trampa de la buena racha Supongamos que estamos jugando a los dados y en los cuatro últimos tiros hemos sido muy afortunados. Si somos como la generalidad de las personas, tenderemos a creer que existe una probabilidad exageradamente alta ("la mano mística", la "suerte") de que el siguiente tiro nos sea también favorable. Esta creencia ilusoriaha sido la ruina de muchos jugadores compulsivos y puede llevarnos también a nosotros a tomar malas decisiones. Objetivamente, la fortuna que hayamos tenido en los cuatro tiros anteriores no afecta el resultado del próximo tiro.
  • 12. 11) trampa de los muy afortunados Muchos de nosotros pensamos que no somos buenos en los juegos de azar porque "casi nunca ganamos". A muchos de nosotros nos ha pasado que al jugar al bingo, por ejemplo, Nacho gana varias veces seguidas, o Ángeles, o Pedro, o Maria... pero casi nunca nos toca a nosotros ¿Significa esto que tenemos mala suerte? La respuesta es NO. La probabilidad de que ganemos varias veces seguidas es muchísimo menor que la probabilidad de que alguien más (cualquiera que sea)gane varias veces seguidas. Esto nos hace percibir erróneamente que la suerte nunca nos llega y que siempre hay alguien más afortunado que nosotros. Nos cuesta mucho entender que en los juegos de azar todos tenemos la misma probabilidad de ganar o perder y que, sin embargo, es muy probable que haya por ahí algún "suertudo(a)" que gane varias veces seguidas. En unos casos será Nacho, en otros será María, en otros Ángeles, pero difícilmente seremos nosotros... en especial si no nos gustan los juegos de azar y jugamos poco frecuentemente.