2. Urgencias Pediátricas: Los Abikú
Abikú Egbe Orun son aquellos seres que nacen, solo para morir
nuevamente en un período de tiempo estipulado por ellos mismos
en el cielo. Algunos escogen morir en momentos importantes de su
vida como personas o niños. Estas entidades viven en sociedad en
el cielo y aprovechan todas las oportunidades para bajar del cielo a
la tierra en el vientre de alguna incauta mujer que pase por los
parajes solitarios, por donde suelen asechar. El conocimiento de
estas entidades está muy difundido en África Occidental, donde les
dan distintos nombres. En América también se les conoce con los
nombres de Faes o Hadas. El contrario de los Àbíkú es llamado
Abiye. Los Ibo llaman Ogbanje al Àbíkú, los Haussa lo llaman
Danwabi y los Fanti lo llaman Kossamah.
Ellos son considerados por la cultura yoruba, como parte de una
legión de "demonios" que habitan en los bosques o alrededor de
los árboles de Iroko y el árbol de higo blanco, o Chorona. Del árbol
sabio del cual cada uno de estos Àbíkú nacen, ya llevan con ellos
el día y hora que se remontarán nuevamente a la "otra cara de la
vida", para irse en compañía de sus "amigos" de los bosques de
Iroko. Generalmente este tiempo se define entre el nacimiento y los
siete años de vida. Así, para garantizar que estos niños
permanezcan en el mundo de los vivos se toman medidas como
hacerlos olvidar las fechas y por tanto, a sus "amigos del otro
lado".
Muchos son los Odu de Ifá que nos hablan de estos seres, así
como también son múltiples los tratamientos, que Ifá nos da contra
ellos. Nuestras historias de Ifá nos dicen que ciertas ofrendas
hechas con conocimiento de causa son capaces de retener en el
3. mundo a los Àbíkú y hacerles olvidar sus promesas de regresar,
rompiendo así el ciclo de sus constantes idas y vueltas entre la
tierra y el cielo, porque una vez el tiempo marcado para volver haya
pasado, sus compañeros se arriesgan a perder poder sobre ellos.
Encontramos información con respecto a los Àbíkú en varios Odus
(historias) de Ifá. Las historias que encontramos en los diferentes
Odus de Ifá demuestran que los Àbíkú en el cielo, forman una
sociedad llamada Egbá, presidida por Iyàjansà (madre-pare-y-se
va) para los varones y Olókó (jefe de la reunión) para las niñas,
pero es Aláwaiyé1 (rey de Awaiyé) quien es llevado al mundo por
primera vez en su ciudad de Awayié. Allí es donde está el bosque
sagrado de los Àbíkú, donde los padres de este van a llevar
ofrendas de modo que se queden en el mundo (Verger, 1965).
Las historias también nos dirán cuales son las acciones a seguir
cuando de un niño o persona Àbíkú se trata. De hecho sus amigos
no aceptan así tan fácilmente la falta de palabra del Àbíkú
refrenado en el mundo por las ofrendas, los encantamientos y los
talismanes preparados por los padres, de acuerdo con el. consejo
de los Babalawos. Ni siempre estas precauciones y ofrendas son
suficientes para sostener a los niños Àbíkú en la tierra. Iyàjanjasà
es muchas veces más fuerte. Ella no deja que funcione lo que las
personas hacen para retener en la tierra a los niños.
Como puedes ver, se pueden usar talismanes preparados y
encantamientos, aparte de baños y otras técnicas que muchas
veces son tan solo paliativos a la situación que afrontan los padres
de la criatura. Según los Yoruba, contra los Àbíkú no hay remedios.
Iyájanjàsá los atraerá a la fuerza para el cielo. Los cuerpos del
Àbíkú que mueren así, a la fuerza, con frecuencia se mutilan. Esto
lo hacen con el objeto que estos seres, pierdan sus atractivos y sus
amigos en el cielo no deseen jugar con ellos y sobre todo para que
4. este espíritu Àbíkú maltratado de esta manera, no desee venir más
al mundo.
También se hacen fiestas especiales para esos niños llamadas
Sara, las que llevan como objetivo invocar la buena fe de las
deidades. En estas fiestas, el frijol de carita y aceite de palma se
distribuyen generosamente a todos como plato principal. Los Àbíkú,
así como los demonios que los acompañan y otros niños son
invitados a participar en estas fiestas. Tales fiestas supuestamente
piden el favor de los "pequeños amigos del otro lado" y van dirigidas
a convencerlos de la permanencia de los Àbíkú en la vida normal,
garantizando, al mismo tiempo, el muchacho siempre le haga una
fiesta para darles sus golosinas (Verger, 1965).
Algunos nombres importantes se les dan a estos niños Àbíkú para
dejar claro que sus objetivos se han descubierto, lo cual es otra
herramienta para tratar de mantenerlos en la tierra. Estos nombres
pueden ser clasificados en: Nombres que establecen su condición
de Àbíkú; Nombres que les aconsejan a ellos que permanezcan en
el mundo y les indican que las condiciones para que el Àbíkú
regrese, no sean favorables y Nombres con promesas de buen trato
en caso que se queden en el mundo. Algunos de estos nombres
provienen de saludos tradicionales y otros son bastante específicos.
Los nombres de Abikú por sí mismos suministran una visión
significativa del torrente de emociones involucradas y van dirigidos
a evadirlos y en algunas ocasiones, desafiarlos. Por ejemplo,
puedes escoger entre escuchar el enojado desafío en el nombre
Kosoko: “No hay pala“(para cavar la tumba de este niño), o el
ruego apasionado al niño que se llama Durosimi, donde se le dice
al niño que “esta vez espere para enterrarme a mí“ (los padres).
Debe ser, tanto emocional como financieramente difícil, criar a un
niño Àbíkú. Imagínese no ser capaz de poder disciplinar a un niño,
por miedo a provocar su muerte.
5. El punto en este caso es que muchas veces se le hacen obras al
niño Abikú y con ello muchas veces se baja la guardia. Esto es un
error y es uno de los casos en los que no se debe descuidar el
Babalawo. El ponerle un cadenita en el tobillo y bañarlo con hierbas,
muchas veces no es suficiente y por nuestra condición de
latinoamericanos, los nombres que se les ponen a estos niños,
muchas veces no es posible hacerlo. Con frecuencia se encuentran
en Nigeria, nombres de Àbíkú. en adultos o jovenzuelos que
gozan de buena salud, muestra de que muchos Àbíkú están
con favor en el mundo, quizás a causa de las almas piadosas, o
de todas esas precauciones, hacer caso a Orunmila y a la
intervención de los Babalawos. Recuerda: Los Yoruba indican
que NO HAY REMEDIO contra los Àbíkú, así que no bajes la
guardia.
1 En Cuba el jefe de los Abikú se llama Shidikú