La acción transgresora de las Femen suscita simpatías porque situó en la agenda una
reforma legislativa que reducirá al máximo el derecho de las mujeres a decidir sobre sus
cuerpos. 8 Diciembre 2013 Gara
1. Iritzia 2013 12 8 igandea GARA16
KOLABORAZIOAK
L
lamar la atención de
los medios de comuni-
cación es una ardua ta-
rea, casi misión imposi-
ble, especialmente para
los movimientos sociales y de
derechos humanos. Para que la
denuncia de situaciones injustas
tenga un reflejo en la prensa, e
impacte así en la sociedad, es
preciso innovar, y mucho. Sin
embargo, esta realidad se com-
plica mucho más en el caso de
que la protesta tenga que ver con
la defensa de los derechos de las
mujeres. La causa de las mujeres
sigue estando al final de la cola.
Han pasado ya unas semanas
desde que las Femen realizaron
su primer acto público de denun-
cia en España. La acción en el
Congreso de los Diputados con-
tra el proyecto de ley del aborto
de Gallardón se produce después
de otras muchas en las que se
han servido de sus cuerpos. Co-
mo hicieron en Davos ante el Fo-
ro Económico Mundial, contra la
dominación de la economía
mundial que penaliza especial-
mente a la población femenina;
o en los Juegos Olímpicos de Lon-
dres en 2012, contra el apoyo del
COI a los sangrientos regímenes
islámicos represores de las muje-
res. Más recientemente, en Ma-
drid, cinco de sus activistas se
han manifestado frente a una
manifestación antiabortista y
fueron detenidas por ello.
En sus inicios, solo actuaban
en Ucrania contra la explotación
sexual de las mujeres dentro y
fuera de su país, convertido de
facto en un enorme prostíbulo
donde las violaciones con fre-
cuencia quedan impunes. Defen-
dían su forma de protesta, con-
sistente en aparecer ligeras de
ropa o en topless, como la única
forma de hacerse visibles. Lo
cierto es que, en eso, su éxito es
indiscutible. Saben conseguir no-
toriedad de una forma muy efi-
caz, en el sentido de que los su-
yos son actos muy sencillos que
consiguen una repercusión me-
diática considerable. La réplica
vehemente, según la cual «estas
solo consiguen aparecer en los
medios porque se desnudan», se
equivoca de blanco, ya que eso
no es una crítica contra las muje-
res de Femen, sino contra un sta-
tu quo en que los medios de co-
municación focalizan en el des-
nudo, especialmente si responde
a los cánones de belleza femeni-
na socialmente implantados por
el patriarcado contra las que des-
de Femen parecen luchar. Está
clarísimo que apenas les habrían
dedicado espacio si las manifes-
tantes hubieran estado «conve-
nientemente» vestidas.
El partido que sustenta al Go-
bierno español ha encajado mal
el eslogan escrito en sus torsos
desnudos: «el aborto es sagra-
do». Parece que fue algo muy cal-
culado por Femen, precisamente
para que la reacción del PP –que
ha sido tan visceral– les sirviera
de amplificador. Además del es-
cándalo por el uso del calificativo
de «sagrado», Gallardón ha califi-
cado la acción como «falta de res-
peto a la soberanía popular».
González Pons supera al minis-
tro afirmando que es «un ataque
contra la democracia». Ana Belén
Vázquez Blanco y Beatriz Escude-
ro, diputadas del PP, describen la
acción como «repugnante», «pa-
tética» y «fanatismo». Esta casca-
da de reacciones ha conseguido
desviar la atención del verdadero
problema, que no es otro que el
desmantelamiento del Estado
del bienestar, con los recortes en
educación y sanidad como pun-
tas de lanza, y ahora con el recor-
te de los derechos de las mujeres.
¿Falta de respeto a la soberanía
popular? ¿Ataque a la democra-
cia? El proyecto de Ley del Aborto
promovido por Gallardón va en
la misma línea de retroceso que
la recién aprobada Ley Wert. Sin
embargo, no esperemos ni un
debate ni una oposición tan con-
tundente. Entre otras cosas, por-
que el aborto es tabú. Pero hay
una razón aún más poderosa:
¿cómo van a ser las mujeres, y so-
lo las mujeres, quienes decidan
libremente sobre sus cuerpos?
El feminismo es un movimien-
to enormemente plural y en
constante debate. Por ejemplo,
hay muy divergentes opiniones
sobre la legalización de la prosti-
tución, a lo que Femen se opone
de plano. Otras opciones femi-
nistas son críticas con esta orga-
nización, por el hecho de que las
mujeres de Femen que se desnu-
dan respondan al canon de belle-
za aceptado y definido por el pa-
triarcado. Sin embargo, la acción
transgresora de las Femen susci-
ta simpatías porque situó en la
agenda una reforma legislativa
que limitará al máximo el dere-
cho de las mujeres a decidir so-
bre sus cuerpos, devolviendo a
España a una situación anterior a
1985 y hoy casi inédita en nues-
tro entorno europeo. Porque, de
hecho, los medios de comunica-
ción no habían prestado aten-
ción a los esfuerzos, manifesta-
ciones, informes, debates y re-
flexiones del feminismo local.
Como activistas de los dere-
chos humanos, pensamos que
ninguna mujer debe ver amena-
zada su salud física o psíquica
por no poder abortar.
Las Femen están acusadas de
escándalo público por interrum-
pir una sesión parlamentaria.
Los tribunales decidirán aunque,
según lo dispuesto en el artículo
497.2 del Código Penal, parece di-
fícil catalogar su protesta como
un hecho de perturbación grave
penado como un delito de altera-
ción de orden público en el Con-
greso. Mientras no medie violen-
cia –y en el caso que nos ocupa
no la hubo– entendemos que no
serían actos punibles. Otra cues-
tión muy distinta es que sus rei-
vindicaciones, y sus métodos de
denuncia se compartan o no.
Con ellas llegó el
escándalo
Andrés Krakenberger, María Naredo, Bertha
Gaztelumendi
Asociación Pro Derechos Humanos Argituz
E
ste título de película
antigua es el que me
ha venido a la cabeza
después de unos días
de no poder creer lo
que leo, pasando de la sorpresa
de lo que parecía un chiste de
mal gusto a la indignación. Son
muchas las veces que con este
Gobierno una tiene esa sensa-
ción de eterna pecadora aunque
tampoco es que lo de pecar me
importe mucho. Por ser mujer,
por ser euskaldun, por ser fun-
cionaria, por ser abertzale y aho-
ra… horror, profesora y además...
en el modelo D.
Sorprende primero que por el
mero hecho de impartir docen-
cia en euskara tengamos mayor
probabilidad que el resto del per-
sonal docente de influir en la ide-
ología de nuestro entorno. Está
visto que nuestra lengua tiene
un plus sobre el resto, ya sabía-
mos que nos dotaba de mejor
vista, mayor salud y menor nece-
sidad de tener que recurrir a los
servicios del Gobierno de Nava-
rra, ahora resulta que también
nuestra capacidad de convicción
es mayor. Todo son ventajas…
creo que en realidad todo esto
forma parte de la política lingüís-
tica para incentivar el aprendiza-
je del euskera.
Dejando a un lado el sarcasmo
necesario para que no me pro-
duzca una úlcera de estómago
creo que es reseñable la falta de
rigor, poco sorprendente, de la
Guardia Civil si es que son ciertas
las frases entrecomilladas publi-
cadas el diario “Abc”. En este in-
forme supuestamente «reserva-
do» sobre la influencia de la
izquierda abertzale en la red de
enseñanza pública de la Comuni-
dad Foral de Navarra dice el dia-
rio que la investigación se centra
en las ikastolas, la primera duda
que me surge ¿en las ikastolas,
en los centros públicos, en ikas-
tolas públicas, en qué queda-
mos?; seguimos y nos habla de
Sortzen-Ikasbatuaz como proyec-
to educativo nacional que poten-
cia y coordina el trabajo de las
ikastolas… En fin, si todo este
gran informe-estudio de tres fo-
lios tiene el mismo rigor que es-
tos dos pequeños detalles ya creo
que poco más hay que decir, ade-
más de añadir que no me parece
que tenga nada de nuevo el plan-
teamiento educativo de la iz-
quierda abertzale, basta con
echar un vistazo a nuestros pro-
gramas electorales de cualquier
convocatoria electoral.
Sorprende, o no tanto, que
quienes se indignaban por inten-
tar recopilar en ficheros los datos
de quienes hablan en una u otra
lengua calificándolo de práctica
discriminatoria y nazi ahora
bendigan sin rubor la caza de
brujas sobre la ideología del pro-
fesorado del modelo D. Soy aber-
tzale, sí, y defiendo la necesidad
de un sistema público de ense-
ñanza de calidad laico que res-
ponda a nuestras necesidades,
partiendo desde nuestra reali-
dad, también la sociolingüística.
Esto no es nuevo y no me aver-
güenzo de ello, creo que tengo
derecho a tener la ideología que
me venga en gana, siempre que
con ello no conculque los dere-
chos fundamentales de nadie. He
defendido esta idea sobre el sis-
tema educativo en muchas oca-
siones públicamente pero jamás
se me ha pasado por la cabeza
hacerlo, mezclando churras con
merinas, mientras daba clase de
matemáticas, o mientras hablaba
con las familias.
¿Por qué se pone nuevamente
en tela de juicio la profesionali-
dad de las personas que habla-
mos en euskera? ¿Alguien cree
que no hay gente abertzale en
otros modelos? ¿No hay perso-
nas de otras ideologías en el mo-
delo D? De hecho, si hacemos ca-
so del supuesto informe casi el
75% del profesorado del modelo
D no sería abertzale… ¿Y este sec-
tor no hace proselitismo de su
ideología? Un poco de seriedad y
de respeto hacia la profesionali-
dad del profesorado en general,
de todos los modelos y de todas
las ideologías. No es esta desde
luego la mejor forma de recono-
cer el trabajo docente, dejen por
favor de gastar dinero en estos
informes y dedíquenlo a dotar
de medios a la educación públi-
ca, que buena falta nos hace. Go-
bernar es priorizar, dicen, pues
claro está cuáles son esas priori-
dades y a mí no me gustan.
Yo confieso: soy
profesora del modelo D
Nekane Pérez
Parlamentaria de Aralar-NaBai
La acción transgresora
de las Femen suscita
simpatías porque situó
en la agenda una
reforma legislativa que
reducirá al máximo el
derecho de las mujeres
a decidir sobre sus
cuerpos
Soy abertzale, sí, y
defiendo la necesidad de
un sistema público de
enseñanza de calidad
laico que responda a
nuestras necesidades,
partiendo de nuestra
realidad