Este módulo trata sobre la resolución de conflictos. Explica que existen diferentes tipos de conflictos como gana-pierde, pierde-pierde y gana-gana. La mejor forma de resolver conflictos es mediante la negociación, la cual consiste en 6 pasos: 1) definir el problema, 2) identificar a quien afecta, 3) obtener información sobre el tema, 4) generar alternativas, 5) elegir una solución, y 6) evaluar si funcionó. También enfatiza la importancia de la comunicación a través
2. En este módulo vamos a…
Conocer la definición de conflicto.
Ver los tipos de conflictos que existen.
Aprender a manejar conflictos, a negociar.
Conocer algunas estrategias de comunicación
para negociar.
3. La palabra conflicto en
latín significa: combate,
lucha, pelea...
Actualmente se refiere a
problemas o fricciones
entre dos o más partes.
4. • Los conflictos no siempre son desagradables.
• Si no hay conflicto es “sospechoso”, ya que quizás
alguien se esté imponiendo a los demás.
• Del conflicto se aprende mucho sobre nosotros
mismos, el otro y el exterior.
5. Diferentes tipos de conflictos
GANA – PIERDE:
• De las dos partes, una evita el enfrentamiento
porque el conflicto le genera angustia y la única
salida es evitarlo.
Negar el conflicto no es una solución adecuada a
menos que el tema sea de poca importancia.
• La otra parte piensa que lleva la razón absoluta.
Consigue imponer su opinión porque el otro es
débil.
6. PIERDE – PIERDE
•Son los conflictos mal resueltos.
•El afecto por el otro nos puede jugar malas pasadas
cuando todo lo que hacemos es “por él”.
•Ninguna de las dos partes queda satisfecha.
•Hay falta de escucha, ideas preconcebidas, posturas
extremas e incluso lenguaje ofensivo y todo ello puede
destruir la relación.
7. GANA – GANA
•Es el conflicto positivo.
•Se gana a través de la comprensión del otro y la
negociación de los valores en juego. Las dos partes
ceden algo y ganan algo.
•Este es el modo más eficaz y sano para enfrentarse a
situaciones conflictivas.
8. A resolver conflictos se puede aprender
y también se puede enseñar
La técnica que vamos a tratar sirve tanto para
resolver las situaciones conflictivas ya
existentes, como para prevenir otras en el
futuro.
9. Para resolver conflictos, la clave es NEGOCIAR.
A continuación, vamos a ver en qué consiste la
negociación, resumida en 6 pasos:
1. ¿Cuál es el problema?
2. ¿Quién tiene el problema?
3. ¿Qué sabemos sobre el tema?
4. ¿Qué alternativas hay?
5. ¿Qué solución elegimos?
6. ¿Ha sido una elección acertada?
10. 1. ¿Cuál es el problema?
Se trata de definir el problema de forma c lara,
c oncisa y c oncreta: utilizando palabras sencillas,
en una sola frase. Una frase neutra, sin juicios de
valor.
Si se decide abordar un conflicto, hay que centrarse
en ello sin pretender solucionar varios asuntos a la
vez: mezclar problemas es la mejor manera de no
resolver ninguno de ellos (técnica de disco rayado).
Se trata de fijarse en un solo asunto.
11. 2. ¿Quién tiene el problema?
Lo que es un problema para alguien, puede no serlo para
otra persona.
Los problemas no existen “de por sí”, en abstracto, sino
que siempre existen “para alguien”. Si su solución depende
de mí, entonces no hay conflicto con otras personas: es mi
problema.
Si la solución implica a otras personas, puede haber
conflicto si las dos partes no se ponen de acuerdo en cómo
resolverlo.
Es importante diferenciar los problemas de los hijos de los
problemas de los padres.
12. El conflicto padres/hijos es un conflicto de poder, no es
un enfrentamiento entre iguales.
Habría que intentar:
—Escucharse. Es la actitud fundamental para que el
conflicto no acabe con la simple imposición de una
postura sobre otra.
—Cada parte necesita dar razones a favor y en contra
con respecto al tema objeto de discusión.
—Hay que esforzarse por entender la perspectiva del
otro, ponerse en su lugar -ser empáticos-.
—Encontrar puntos en común sobre los que basar
posibles acuerdos.
13. 3. ¿Qué sabemos sobre el tema?
No podemos pretender “saberlo todo”. Aunque la
experiencia de los padres sea mayor que la de sus
hijos, es importante preguntarles y escucharles con
actitud abierta.
Es difícil resolver un problema teniendo pocos datos.
Es aconsejable informarse y esto nos permitirá
dialogar con conocimiento y nos ayudará a crear más
alternativas de las que inicialmente tengamos.
14. 4. ¿Existen alternativas?
Generalmente vemos las cosas “blancas” o “negras”. En
la realidad nos movemos en una infinita “gama de
grises”; esto lleva a la ruptura, que es el final del diálogo
y de la posibilidad de solucionar un conflicto de forma
positiva.
Los conflictos no existen “de por sí”, sino que existen
“conflictos de valores”: yo pienso que esto es malo,
peligroso o feo, pero mi hijo piensa lo contrario. Para
llegar a una solución aceptable para todos, será
importante entender la manera de ver las cosas del otro.
15. 5. Elegir una solución
Una vez considerados los pros y los contras de cada una
de las alternativas generadas, podemos elegir. No tiene
por qué haber una única solución. Varias entre ellas
pueden ser adecuadas.
Las soluciones intermedias, y no las extremas, suelen ser
las más adecuadas, pues ninguna de las partes se verá
completamente afectada. No es cuestión de que alguien
gane y el otro pierda, sino de que ambos ganen algo y
crezcan.
Padres e hijos deberán trabajar juntos para pactar y
elegir lo que para ambos sea aceptable.
16. 6. ¿Ha sido una elección acertada?
Una vez puesta en marcha la solución elegida, habrá
que valorar las consecuencias. Si el conflicto se
soluciona, nos felicitamos por ello. Es importante
reconocer lo que hacemos bien.
Si la solución no es acertada, no sirve de mucho decir
“te lo había dicho”. Se optará por volver al punto 4 y
escoger otra solución.
Asumir un fracaso también ayuda a madurar.
17. LA COMUNICACIÓN
Muchos conflictos familiares no son
consecuencia de un auténtico desacuerdo,
sino más bien se deben a una escasa o mala
comunicación (malentendidos, por ej.).
Para mejorar la comunicación se deben tener
en cuenta varios principios:
18. 1. Identificarse
Este ejercicio es muy útil para identificarse con el punto
de vista de la otra persona:
•Ponte en el lugar del otro.
•Trata de decirte las palabras que te diría la otra
persona.
•Date cuenta: ¿son agradables?, ¿comprendes por qué
esa persona dice esas palabras de ti? (por ej.,
escenificar una situación de conflicto durante cinco
minutos y volver a escenificarla intercambiando los
roles).
19. 2. Pregunta por qué
• Pregunta por los sentimientos que están detrás de la
conducta de tu hijo/a, antes de enfrentarla,
rechazarla o juzgarla.
• No trates de adivinar esos sentimientos, pregunta
directamente.
• Recuerda que la escucha tiene que ser activa
(ejercicio de escucha activa/escucha pasiva).
20. 3. Sé también emocional, no sólo racional
• Cuando se expresan los sentimientos abierta y
sinceramente y se confiesan las debilidades, resulta
más fácil que nos comprendan y nos respondan
generosamente.
• Trata de expresarte más con el corazón que con la
cabeza.
21. 4. Pensar antes de actuar
Hay que reflexionar antes de tomar una
decisión o antes de hacer algo de lo que
podamos arrepentirnos.
22. 5. Frena tus impulsos
• No actuar rápidamente, no hablar demasiado, no
soltarlo todo de golpe puede ser muy valioso para
resolver un conflicto.
• Frenar los impulsos significa pensar, reflexionar,
darse un tiempo e incluso aplazar la conversación
para otro momento, si los ánimos están muy
alterados.
• Todo ello nos ayudará a serenarnos y encontrar la
solución más acertada.