GUIA DE CIRCUNFERENCIA Y ELIPSE UNDÉCIMO 2024.pdf
La evolucion del uso de la energia
1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA
DEL USO DE LA ENERGÍA
Gerardo FabiánBernal Vázquez, Astrid Vanessa
Maestra: Ana MaríaCampos Galarza
Materia:Tecnologíainformática
2. Clase N°1
Energía: importancia e historia de su uso
La necesidad de energía es una constatación desde el comienzo de la vida misma. Un
organismo para crecer y reproducirse precisa energía, el movimiento de cualquier animal
supone un gasto energético, e incluso el mismo hecho de la respiración de plantas y
animales implica una acción energética. En todo lo relacionado con la vida individual o
social está presente la energía.
Ambos términos son imprescindibles para la supervivencia de la tierra y
consecuentemente La obtención de luz y calor está vinculada a la producción y al
consumo de energía. de la vida vegetal, animal y humana.
El ser humano desde sus primeros pasos en la tierra, y a lo largo de la historia, ha sido un
buscador de formas de generación de esa energía necesaria y facilitadora de una vida
más agradable. Gracias al uso y conocimiento de las formas de energía ha sido capaz de
cubrir necesidades básicas: luz, calor, movimiento, fuerza, y alcanzar mayores cotas de
confort para tener una vida más cómoda y saludable.
Historia del uso de la energía
El hombre, a lo largo de su historia evolutiva ha realizado mediante su propio esfuerzo
físico actividades que consumían energía, apoyándose adicionalmente en los animales
domésticos como los caballos, bueyes, etc. Hasta la llegada de la Revolución Industrial, la
utilización de sistemas mecánicos para proporcionar energía se limitaban a los molinos de
viento o de agua. Cualquier aplicación de estas tecnologías para la realización de trabajos
resultaba de poco rendimiento
De las fuentes de energía, la primera y más importante de las utilizadas por el hombre fue
la leña, gracias a la abundancia de bosques que proliferaban por todas partes del mundo.
Otras fuentes puntuales solamente se utilizaban allí donde eran accesibles, tales como
filtraciones superficiales de petróleo, carbón o asfaltos.
En la edad media comenzó a utilizarse la leña para fabricar carbón vegetal con cuyas
menas se obtenían...
3. Durante la mayor parte de su historia, la Humanidad obtuvo energía de la
biomasa, el viento y la fuerza muscular de animales y otros seres humanos. El
petróleo también se utiliza desde hace mucho tiempo, pero sólo a partir del siglo
XVIII comenzó su explotación masiva como fuente energética, cuando se
descubrieron pozos en Estados Unidos. La electricidad, obtenida en gran parte
del mundo como producto secundario de otras energías, es en la actualidad uno
de los principales recursos que se usan para mantener andando el mundo.
Este gráfico nos muestra cuándo se usaron por primera vez las
diferentes fuentes energéticas.
En la actualidad, los hidrocarburos son una de las grandes bases
energéticasde nuestra sociedad. Pero son energías no renovables; es decir,
una vez que se terminen, no podrán ser repuestas. Por lo tanto, científicos de todo
el mundo se han dedicado a investigar la utilización de otros recursos energéticos
para seguir "moviendo al mundo". Ya te hablamos de la energía solar y la
nuclear, que son dos grandes áreas de investigación. Pero también hay otras
energías, menos conocidas y, por lo tanto, menos utilizadas. Son conocidas como
inagotables, porque existirán siempre que exista nuestro planeta con sus
actuales características. Ellas son, además de la energía solar, la geotérmica, la
eólica y la oceánica.
4. Se pretende mostrar una aproximación a los antecedentes históricos recientes que
involucran a la gestión energética, la gestión tecnológica y la efectividad en el uso
de la energía.
Se identifican y describen seis etapas a partir de las cuales sucedieron cambios
significativos en la relación de los tres elementos mencionados. La caracterización
de cada etapa deja al descubierto los elementos que hicieron que la armonía entre
ellos se rompiera y la relación saltara a un nuevo estadío.
Los cambios evolutivos sucedidos en este sector de la vida en el planeta han sido
rápidos y violentos. Hace solo 35 años el barril de petróleo, principal fuente de
energía aun en la tierra, podía costar 2 dólares. En algunas etapas se ha cotizado
en el mercado mundial a 110 dólares, y esto puede repetirse. En período tan corto
de tiempo el combustible aumentó 55 veces su valor.
Esta realidad es una señal inminente de alarma a la civilización: O se modifican
los modelos consumistas impuestos a la humanidad o se compromete la vida en el
planeta.
Introducción
El ahorro y uso racional de la energía, que se maneja como concepto en
la literatura contemporánea, se define en tres dimensiones: la técnica, la social y la
medioambiental. La primera referida a la capacidad de un equipamiento de ser
novedoso en cuanto a eficiencia en su consumo energético, la segunda referida a
la cantidad de energía consumida por unidad de servicio obtenido y la tercera
referida a la cuantificación de los daños al medioambiente ocasionados en
el proceso de producción de bienes o servicios.
No es hasta el año 1973, cuando ocurre la primera crisis del petróleo, que se
comienzan a usar los conceptos de uso racional y eficiencia energética. Hasta ese
momento la capacidad de un país, región o empresa para aumentar su producto
interno bruto y nivel de vida de sus integrantes, consideraba sólo la dimensión
económica, y este aumento implicaba una clara manifestación externa en el
consumo cuantitativo de la energía. Así, la cantidad de energía consumida por un
área geográfica determinada era directamente proporcional a prosperidad
y desarrollo.
O. Prias (2006) realiza una cronología de la evolución de los conceptos
relacionados con la eficiencia energética. Esta es utilizada como base para
determinar la evolución de la gestión tecnológica en el proceso de gestión
energética.
El objetivo del artículo es mostrar los referentes históricos cronológicos que han
marcado la relación entre la gestión de la energía, la gestión de la tecnología y la
efectividad en el uso de la energía.
Se han concebido seis etapas que transitan desde la primera crisis del petróleo
hasta el comienzo del siglo 21, momento en que los precios de este alcanzan
cifras astron
5. Prácticamente la totalidad de las fuentes de energía del período preindustrial eran
de carácter renovable. Se usó leña o estiércol para el fuego, también la tracción
animal o humana, los desechos agrícolas, el viento o el agua para el
accionamiento de naves y molinos. Interesa mencionar que en esa época, el
consumo de energía tuvo consecuencias negativas, pues condenó a la esclavitud
a una cantidad importante de la población. Por ejemplo, según Hero doto, el
historiados griego, para construir la pirámide de Keos trabajaron simultáneamente
100.000 esclavos que eran renovados cada tres meses – forma
eufemística para decir que la mayor parte de ellos morían o quedaban inútiles para
el trabajo – y se necesitaron 10 años para terminar la obra. Otro ejemplo es la
deforestación de amplias zonas que provocó el abastecimiento de la Roma
Imperial y que alcanzó inclusive hasta Yugoeslavia.
En tracción animal por ejemplo. El tipo elemental de aparejos utilizados en la
antigüedad permitía disfrutar de poco más de un tercio de la potencia de un
caballo, es decir, unos 200 vatios por cada animal.
En el caso de la potencia de los seres humanos, la situación fue peor. La potencia
disponible de un individuo es más o menos 70 vatios. De acuerdo con esta cifra y
los 200 vatios de un caballo, es posible demostrar los límites energéticos usados
en la antigüedad.
Durante la época preindustrial, las máquinas capaces de operar como fuentes de
energía motriz se limitaron a la rueda hidráulica y al molino de viento y, con muy
pocas excepciones, ninguna proporcionaba más de 10 HP.
La era del carbón fue muy importante en esta época, ya que gracias a él pudimos
llegar a utilizar la maquina de vapor.
6. La energía es la fuerza vital de nuestra sociedad. De ella dependen la
iluminación de interiores y exteriores, el calentamiento y refrigeración de nuestras
casas, el transporte de personas y mercancías, la obtención de alimento y su
preparación, el funcionamiento de las fábricas, etc.
Hace poco más de un siglo las principales fuentes de energía eran la fuerza de los
animales y la de los hombres y el calor obtenido al quemar la madera. El ingenio
humano también había desarrollado algunas máquinas con las que aprovechaba
la fuerza hidráulica para moler los cereales o preparar el hierro en las ferrerías, o
la fuerza del viento en los barcos de vela o los molinos de viento. Pero la gran
revolución vino con la máquina de vapor, y desde entonces, el gran desarrollo de
la industria y la tecnología han cambiado, drásticamente, las fuentes de energía
que mueven la moderna sociedad. Ahora, el desarrollo de un país está ligado a
un creciente consumo de energía de combustibles fósiles como el petróleo,
carbón y gas natural.
Qué es la energía
Todos sabemos que la Energía es necesaria para el funcionamiento de máquinas
e incluso de seres vivos como nosotros. También es conocido que la Energía ni se
crea ni se destruye, si no se transforma. Sin embargo, posiblemente sea difícil
encontrar personas que expliquen claramente algo tan extendido y eterno.
Hay energías que son "limpias" y, por lo tanto, se obtienen sin hacer ningún daño
al medio ambiente; pero, hay energías que provienen de fuentes que se están
extinguiendo y que dañan al medio que nos rodea.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL USO DE LA ENERGÍA
El uso por el ser humano de fuentes de energía ajenas a su propia capacidad física se
inicia con el descubrimiento del fuego. Existen evidencias de su uso ya por parte del
Homo erectus hace cerca de 1.000.000 de años. Este hecho, datado en los albores de
la humanidad, supuso el primer paso en la larga carrera de los humanos por explotar
los recursos energéticos que la naturaleza les ofrecía.
En un primer periodo que se extendió durante varios miles de años, el hombre fue
incapaz de dominar por completo el fuego, pues carecía del conocimiento suficiente
para poder encenderlo a voluntad. Había de mantenerse encendido permanentemente,
conservándolo en recipientes adecuados, que evitasen que el fuego, vital para la
supervivencia, se apagara.
Posteriormente el ser humano aprendió a controlarlo definitivamente cuando consiguió
encenderlo a su capricho. Fundamentalmente mediante dos sistemas: frotamiento y
percusión. El primero, consistente en frotar con fuerza dos pedazos de madera, hasta
hacer que lleguen por el rozamiento a ponerse incandescentes, y el segundo en el
empleo de sílex o piritas, que al golpearse producen chispas que encienden estopas o
materiales vegetales secos.
El fuego servía para calentarse, cocinar los alimentos y garantizar la seguridad del
grupo al iluminar y mantener alejadas a las fieras. Incluso se empleaba como auxiliar
7. en la caza, del mismo modo que se sabe que lo utilizaban los aborígenes australianos
en tiempos pasados.
En un periodo posterior, en el Neolítico, los seres humanos descubrieron la forma de
domesticar plantas y animales y criarlos para su propio provecho mediante la
agricultura y la ganadería. Se aseguraron así una fuente más o menos constante de
alimentos. Pronto los seres humanos aprendieron a obtener algo más de los animales,
aparte de las proteínas de su carne, su leche o sus huevos, o subproductos como sus
pieles o la lana. Descubrieron que podían utilizarlos para explotar su fuerza en
actividades como la labranza o el acarreo de pesadas cargas. Caballos, asnos, bueyes,
llamas o dromedarios, entre otros, fueron empleados para ello y lo siguen siendo hoy
en día en diversas regiones del mundo.
Además, la necesidad de almacenar excedentes agrícolas estimuló el desarrollo de la
alfarería, que dio una nueva utilidad al fuego empleado ahora también en la cocción de
la cerámica. Posteriormente el descubrimiento de los metales, llevó aparejado el
desarrollo de la metalurgia, la obtención de metal a partir de las menas minerales, que
implicó el uso intensivo de altas temperaturas que se obtenían por combustión de la
madera o del carbón vegetal en grandes cantidades. Adicionalmente el hombre empleó
el fuego para desbrozar grandes extensiones de bosque para su uso agrícola.
Inventos posteriores como la rueda, datada hacia el 3500 A.C. supusieron una mayor
ventaja para facilitar el transporte empleando la fuerza animal, al disminuir el
rozamiento. Igualmente el invento de la vela permitió explotar la energía del viento en
el trasporte marítimo.
Otros adelantos, ya posteriores, como el molino hidráulico o el de viento, para moler el
cereal, los minerales o bombear agua se generalizaron en la Edad Media en Europa.
Igualmente se empezó a utilizar el carbón, como fuente alternativa a la madera, que
empezaba a escasear tras siglos de explotación inmisericorde de los bosques.
De Oriente, China, llegó a finales de la Edad Media el descubrimiento de la pólvora que
se empleó con fines militares y que permitía generar un gran poder destructivo a partir
de la energía química en ella almacenada.
Durante un largo periodo no se produjeron avances significativos, hasta el final del
siglo XVII, momento a partir del cual empieza a notarse el influjo de los
descubrimientos científicos y los progresos realizados en el conocimiento de la Física y
la Química aplicadas a la Ingeniería. Datan de este periodo los primeros intentos por
construir máquinas de vapor, con un precedente en el ingenio ideado por Hierón de
Alejandría en la Antigüedad, que puede considerarse más como un juguete carente de
aplicación práctica que como una máquina útil. La primera aplicación práctica del vapor
fue la bomba ideada por Thomas Savery, que se empleaba para extraer agua de
explotaciones mineras. Presentaba grandes inconvenientes por su poca eficacia y
porque las altas presiones hacían reventar con frecuencia las calderas. Posteriormente
Thomas Newcomen desarrolló un ingenio más perfeccionado, que tenía ya un pistón y
un cilindro y funcionaba con una presión menor. Problemas con las patentes hicieron
que no gozase de mucho éxito. Hay que esperar a James Watt quien desarrolló su
máquina de vapor entre 1769 y 1782, e introdujo evidentes mejoras que la
convirtieron en el motor de la 1ª Revolución Industrial.
Pronto se desarrollaron aplicaciones de la máquina de vapor para el transporte
marítimo. Tras los tanteos iniciales, Robert Fulton fue el primero en explotar con éxito
8. un buque de vapor. Inventos posteriores como la hélice o la turbina de vapor
perfeccionaron notablemente el sistema.
En tierra también empezó a aplicarse la máquina de vapor y en 1814, George
Stephenson, basándose en trabajos anteriores, construyó la primera locomotora que
funcionaba según este sistema. Se inventó así el ferrocarril, que mediante rieles
permitió desplazarse al tren al aplicar el movimiento rotatorio generado por la máquina
de vapor a las ruedas. Pronto se generalizó el sistema, de forma que a mediados del
siglo XIX existían ya extensas redes de ferrocarril en Europa y Norteamérica y en en
menor medida en algunas partes de Sudamérica, Asia y África.
Hasta mediados del siglo XIX todo este desarrollo se sustentaba todavía en el consumo
de madera, pero pronto hubo que recurrir a los combustibles fósiles, en primer lugar el
carbón y posteriormente el petróleo. En 1859, Edwin Drake perforó el primer pozo
petrolífero.
Los avances en la Física y la Química tuvieron su repercusión inmediata en la
Ingeniería. Los descubrimientos de las leyes de la Termodinámica permitieron conocer
eficazmente el funcionamiento de la máquina de vapor y se aplicaron al desarrollo de
los motores térmicos. El estudio de la Electricidad y del Electromagnetismo, con los
descubrimientos de figuras destacadas como Coulomb, Ampère, Ohm o Faraday, entre
otros, hicieron posible transformar la energía eléctrica en trabajo mecánico. Pronto se
produjeron inventos como el motor de corriente continua, el generador eléctrico de
corriente continua, el transporte de electricidad a distancia, el alumbrado eléctrico, la
lámpara incandescente, el motor eléctrico de corriente alterna, etc. A finales del siglo
XIX se empezaron a extender las redes de distribución de energía eléctrica por todo el
mundo desarrollado y el uso de la energía eléctrica en las ciudades empezó a
convertirse en algo cotidiano.
Con el invento en 1876 del motor de combustión interna, por Nikolaus August Otto,
empezó a crecer espectacularmente la demanda de petróleo. Durante el primer tercio
del siglo XX fue creciendo su importancia con respecto del carbón, que si a finales de la
I Guerra Mundial suponía un consumo seis veces superior al del petróleo, en 1930 era
ya sólo del doble para terminar finalmente desbancado por éste al término de la 2ª
Guerra Mundial. Entre tanto el consumo de electricidad siguió creciendo a pasos
agigantados y para satisfacerlo se desarrollaron centrales hidroeléctricas y térmicas,
estas últimas basadas en el consumo de combustibles fósiles para producir
electricidad.
Por último durante el primer tercio del siglo XX se desarrollaron los fundamentos de la
Energía Nuclear. Otra vez fueron los progresos de la Física, gracias a los trabajos de
figuras como Becquerel o el matrimonio Curie entre otros, con sus estudios sobre los
materiales radiactivos, los que se tradujeron en nuevos avances que culminaron en la
primera fisión artificial del átomo de Uranio en 1938 por Otto Hahn y el desarrollo del
primer reactor nuclear en los EE.UU por Enrico Fermi en 1942. Paralelamente se
desarrolló la vertiente militar de la Energía Nuclear que culminó en las explosiones de
Hiroshima y Nagasaki y tuvo como corolario la Guerra Fría, que ha ocupado la segunda
mitad del siglo XX, entre las dos grandes superpotencias, EE.UU y la URSS.
En el último tercio del siglo XX, con el aumento de la preocupación por el estado del
medio ambiente y el agotamiento de los recursos energéticos fósiles, se han producido
grandes avances en las producción de energías renovables, tales como la solar, la
eólica o la biomasa.