Análisis de los Factores Externos de la Organización.
Las funciones sociales de la escuela y el sistema de enseñanza y estratificación social
1. LAS FUNCIONES
SOCIALES DE LA
ESCUELA
Y
EL SISTEMA DE
ENSEÑANZA Y
ESTRATIFICACIÓN
SOCIAL
Sara Alonso Diez
1º de infantil
2. SISTEMA DE ENSEÑANZA Y ESTRATIFICACIÓN SOCIAL
1. Expectativas del profesorado según la clase social de la que intuye que
procede su alumno
Muchos estudios han demostrado que la actitud con la que se enfrentan los profesores
a sus alumnos y su metodología didáctica cambia dependiendo del tipo de alumnado
que creen que está en sus clases. A esto se le conoce como “efecto Pygmalión”. La
psicología lo define como un principio de actuación a partir de las expectativas ajenas.
El artículo nos habla de un trabajo realizado por la investigadora norteamericana Jean
Anyon. Este consistió en preguntar a niños de 5º de primaria, en escuelas con
alumnado procedente de las distintas clases sociales, sobre la procedencia del
conocimiento. Las respuestas obtenidas en los colegios con alumnos de clase obrera
señalaban que procedía de los libros o de los profesores; sin hacer referencia al
pensamiento. Además, se observó que el comportamiento de los profesores estaba
enfocado a inculcar disciplina, y la metodología era unidireccional (del profesor hacia
al alumno) sin permitir apenas la participación de estos. Al contrario, en los colegios
con alumnado procedente de profesional afluente y altos ejecutivos, las respuestas al
procedimiento del conocimiento fueron muy diferentes: lo que tú piensas, lees o
descubres sobre el conocimiento existente. Se observó que en estos colegios los
profesores buscaban el desarrollo de la creatividad individual y del pensamiento
autónomo; a través de descubrimientos y experiencias directas y la toma de
decisiones.
En mi opinión, es necesario, como profesoras, no dejarnos arrastrar por este efecto. Al
llegar a una nueva clase es muy importante no tener perjuicios de ningún tipo y
empezar con las expectativas altas en cuanto a las posibilidades de todos nuestros
alumnos. Así, independientemente de su clase social, utilizaremos una buena y
variada metodología con la que intentemos siempre sacar lo mejor del alumnado y
potenciar su pensamiento autónomo, crítico, su comprensión y su opinión acerca de
muchos temas.
Es verdad que a veces en colegios con alumnos provenientes de clases sociales más
bajas estos pueden ser más difíciles o conflictivos. Pero no por eso debemos rebajar el
listón, modificar nuestros objetivos o tiene por qué empeorar nuestra visión acerca de
sus capacidades. Siempre debemos tratar de sacar lo mejor de cada uno e intentarlo
de muchas maneras. De esta forma, aunque cueste, conseguiremos mejorar aspectos
importantes en ellos; en vez prejuzgarlos y rendirnos antes incluso de empezar a
3. trabajar con ellos. Es muy importante pensar siempre en positivo y no mostrarnos
derrotistas.
2. Situación actual de la escuela privada y la escuela pública y su relación
con la clase social
Las escuelas privadas y públicas potencian la diferenciación entre clases sociales. Y
no solo entre las clases sociales, también entre los distintos grupos étnicos.
El artículo nos muestra varias estadísticas acerca de la distribución de los alumnos en
colegios públicos o privados según su clase social. Por ejemplo, nos ofrece el
porcentaje de ocupación de padres y madres de alumnos en municipios con oferta
educativa pública y privada. Fijándonos tanto en la madre como en el padre, según la
tabla vemos que el mayor porcentaje de alumnado en los colegios privados es aquel
de clase social mayoritariamente alta. Del mismo modo, los colegios públicos están
ocupados en su mayoría por alumnos de clase social media o baja. Otros cuadros nos
muestran que a mayor nivel de estudios del padre es más común que los hijos vayan a
colegios concertados o privados, o que las posibilidades de elección de centro escolar
aumentan cuanta más alta sea la clase social.
Sin embargo, aun esta distribución de clases sociales, los resultados en cuanto a
rendimiento muestran datos prácticamente igualados en todos los campos.
Por lo general, las familias con más estudios y de alta clase social tienden a enviar a
sus hijos a escuelas concertadas o privadas. Existe una creencia generalizada de que
el nivel de rendimiento es mayor en estas, así como la disciplina, las oportunidades en
el futuro y la formación tanto intelectual como personal del alumno. Pero los datos nos
muestran que el rendimiento es prácticamente el mismo. A parte de esta, otra razón
por la que creo que ocurre esto es por la diversidad de grupos étnicos en las públicas.
Actualmente muchos padres no quieren que sus hijos se rodeen de otras razas o
culturas porque quizás les incomoda o piensen que serán chicos problemáticos que
retrasaran el desarrollo normal de las clases. Se sienten más seguros llevando a sus
hijos a centros privados en los que se selecciona el alumnado. Desgraciadamente,
creo que en los colegios privados las oportunidades de entrada para alumnos
procedentes de clases sociales bajas son escasas, por no decir nulas. El colegio
quiere prestigio y piensa que estos niños no alcanzarán el nivel y por ello les
discrimina. En el fondo la distinción entre educación privada y pública solo está
aumentando las desigualdades sociales.
4. En mi opinión, creo que son todo perjuicios. Pero, en el fondo, cada familia es libre de
elegir el modelo de educación que quiere para sus hijos.
3. Separación por niveles de rendimiento educativo según la clase social
Una creencia muy extendida es que la separación por niveles de rendimiento es positiva
para los alumnos y mejora el aprendizaje. En mi opinión, nada más lejos de la realidad.
Según un estudio de Jeannie Oakes se suele pensar que los alumnos aprenden mejor
en grupos homogéneos, que así desarrollan mejores concepciones de sí mismos y
mejoran su rendimiento. Pero numerosos estudios muestran que eso no es cierto. Los
alumnos situados en grupos más bajos académicamente tienen malas percepciones de
sí mismos, su eficacia y autoestima es muy pobre y dan malos resultados en el
aprendizaje.
Creo la separación por niveles es totalmente equívoca. Hay muchas más consecuencias
negativas a parte de las nombradas anteriormente. Esta separación crea en la
percepción de los niños dos niveles: los listos y los tontos. Y las consecuencias para
aquellos que están en el grupo de los “tontos” no pueden más que negativas. Esos
alumnos se sienten peores que los demás, fracasados, discriminados, y con ello su
autoestima, su esfuerzo y su motivación disminuyen. A nadie le gusta ser considerado
como “tonto” o inferior. Creo también que crecerán convencidos de que realmente son
peores que los demás y eso les provocará una gran inseguridad en su vida adulta.
Además, los niños se acostumbrarán a no relacionarse con todo el mundo y a despreciar
a los que están en distintos niveles, ya sea más altos o más bajos. Muchas veces creo
que está separación se da de forma casi automática seleccionando a los alumnos de
clases medias o bajas para los niveles inferiores. Sólo por ser de clase social menor se
tiende a pensar que no poseen las mismas capacidades que los demás, que les costará
más adaptarse al ritmo de la escuela y que pueden perjudicar a otros o ser
problemáticos; por lo que, limpiándose las manos, se opta por separarlos en niveles.
Son todos perjuicios e intereses sociales.
LAS FUNCIONES SOCIALES DE LA ESCUELA
1. Concepto de función. Funciones manifiestas y latentes en la escuela
Todas las actividades humanas cumplen con una o varias funciones en el grupo, la
cultura o la sociedad en que se desarrollan. Por función social entendemos “contribución
5. que aporta un elemento a la organización o a la acción del conjunto del que forma parte”
(Rocher, 1983) o “toda consecuencia observable producida por la presencia de un
elemento dado en el seno de un sistema social, la cual aumenta o mantiene su grado
de integración” (Giner, 1999).
La institución escolar no tendría razón de ser al margen de las funciones sociales que
cumple. Desempeña muchas y diversas funciones que responden a las necesidades de
la sociedad en que actúa. Dichas funciones pueden ser manifiestas, concretas e
intencionadas –educativas y académicas-, o latentes, consecuencias de la actividad
desconocidas. Son las funciones latentes sobre las que recae un gran interés para
explicar muchos sucesos sociales. En el ámbito educativo, no interesa hacerlas visibles
porque se prestan al servicio de sectores muchas veces de carácter político.
Las funciones de la escuela están muy relacionadas con otras instituciones sociales a
las que sirve y con las que se complementa (familia, religión, política…). La escuela
influye en las creencias, valores y normas de la sociedad, favoreciendo su renovación
(cambio) y a su vez esa cultura influye en la escuela y sus funciones básicas
(reproducción). La tensión dialéctica entre reproducción y cambio asegura la
permanencia histórica de cualquier institución.
Podemos asociar esta relación con la doble cara de la socialización. En la escuela al
individuo se le pide que promueva el cambio, añadiendo nuevos valores (inconformismo)
a la vez que reproduzca la cultura, aceptando los valores de la sociedad (adaptación).
Si sólo dependiera del sistema político lo único que interesaría sería la adaptación, ya
que supondría un conformismo total con el régimen y una asimilación invariable de
creencias, valores y normas que favorecerían el sistema y su longevidad. Pero de esta
manera la sociedad no avanzaría y las personas estarían sometidas a una forma de vida
siempre igual, y en ocasiones, injusta.
2. Funciones de la escuela
Podemos decir que la escuela tiene 3 funciones básicas que se han conformado a lo
largo de la historia. La primera de ellas, la función de guardia y custodia. Esta función
aseguraba el control de los niños desde una edad muy temprana, y aumentó con la
progresiva urbanización de sociedades e incorporación de la mujer a trabajo. Es una
función que actualmente sigue dándose pero junto a la de educar y formas íntegramente
a los niños.
6. Otra función de la escuela es la de cohesión social y de construcción de identidades
nacionales. La institución escolar en sus comienzos fue usada para imponer una cultura
nacionalista, unos valores determinados y moldear a los niños para la aceptación del
régimen. Existían infancias escolares diferentes según los estamentos, pero en común
todas tenían de base una ideología de control y gobierno; lograr la adhesión al poder
mediante el adoctrinamiento político e ideológico. A través de la escuela es posible
plasmar y centralizar unas prácticas educativas, unos hábitos de pensamiento y
comportamiento, conformes al modelo político, que establece unos derechos y deberes
al ciudadano. La sociedad no puede permanecer siempre que no exista entre sus
miembros una homogeneidad suficiente, y esta se conseguía y consigue en gran parte
a través de la escuela.
La última de las funciones la componen la formación para el trabajo y la distribución de
las posiciones sociales. Todos los trabajos necesitan un conocimiento mínimo y general,
a parte de los conocimientos y adquisición de capacidades específicas para
desempeñarlo. Distintas teorías intentan demostrar que la escuela y el mundo del
trabajo no son totalmente dependientes, sino que el trabajo está más centrado en la
dinámica de su propio mercado. En mi opinión, siempre se da una relación; pero tanto
con el mundo del trabajo, como en la política, cultura, entorno, etc. En este caso la
escuela se encarga de formar a los futuros profesionales, y cuanto mejor sea la dinámica
de esta algo más eficaz será la función desempeñada en los puestos de trabajo; y esto,
a su vez, repercutirá en cierta medida en la economía y el desarrollo de un estado. No
creo que toda la economía dependa de la preparación y formación recibida en la
escuela, pero si recae sobre ella la importante tarea de formar buenos profesionales.
En cuanto a la distribución de clases sociales, a la escuela se la utiliza para “seleccionar”
y “determinar” qué individuos ocuparán determinados pues tos de trabajo dependiendo
de sus logros escolares. En el artículo viene a decir que la escuela está subordinada a
un solo objetivo: asegurar que le desigualdad social sea percibida e interiorizada como
un hecho natural a la condición humana. Yo no opino lo mismo. Creo que como objetivos
la escuela tiene (o debería tener) muchos otros diferentes, y que la desigualdad social
es un hecho bastante difícil de remediar que se ha dado a lo largo de toda la historia;
pero eso no quiere decir que debamos rendirnos ante él o que el único papel que
desempeñe la escuela es el de legitimar la desigualdad social. Se debe intentar mejorar
la situación de clases y eliminar las injusticias que esta acarrea. No creo que sea algo
fácil ni instantáneo, pero tampoco imposible con tiempo y esfuerzo suficiente. Se
conseguiría una sociedad mucho más justa e igualitaria.