Las máquinas térmicas convierten energía térmica en energía mecánica o eléctrica mediante un proceso cíclico en el que absorben calor de una fuente caliente, realizan trabajo, y expulsan calor a una fuente fría; su trabajo neto es igual a la diferencia entre el calor absorbido y el expulsado, y su eficiencia térmica se define como el cociente entre su trabajo neto y el calor absorbido.