3. Te oigo en el silencio de noches
largas,
escribiendo aquellos antiguos
versos,
y te veo caminar cansadamente
por las calles de mi pueblo.
Te escucho murmurar entre diente:
"Ya me voy para viejo"
Aunque digan que estás muerto, yo
no creo...
Cuando niño, sentía acariciar mis
cabellos,
al llevarte a pasear con tanta alegría
aún siento la tibieza de tus manos,
de esas manos callosas de obrero
y con esas últimas monedas
me comprabas caramelos
aunque digan que estas muerto, yo
no lo creo...
Siento el llanto acongojado
en tu garganta
cuando el drama ya
inundaba tu cerebro:
y tu férrea voluntad ya no
podía,
nos dejaste como herencia,
tu honradez,
tus virtudes y defectos, nos
sirvieron
ser personas de bien fue tu
legado
aunque digan que estas
muerto, yo no lo creo...
Cuando miro al espejo y
veo mi rostro,
marcado por las arrugas
del tiempo,
y la muerte me lleve de
este mundo
aunque digan que estoy
muerto, hijo tú no creas...