Este documento discute la importancia de la teoría en la práctica de la educación física. Argumenta que la teoría no fundamenta la práctica, sino que la práctica es un conjunto de transiciones de un punto teorético a otro. También critica las mentalidades positivistas que aún persisten en la educación y propone repensar lo que se enseña en educación física para enfocarse más en una perspectiva humanista.
Louis Jean François Lagrenée. Erotismo y sensualidad. El erotismo en la Hist...
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1. Javier Ignacio García García UDES Grupo 23 1
Los Horizontes de la Razón: Uso Critico de la Teoría: I. Dialéctica y apropiación
del presente las funciones de la totalidad... Por Hugo Zemelman
CAPITULO IV EL PAPEL DE LA TEORIA.
LA IMPORTANCIA DE LA TEORIA EN LA PRÁCTICA DE LA EDUCACION FISICA
POR: JAVIER IGNACIO GARCIA GARCIA
Estudiante Especialización en Administración de la Informática Educativa
Universidad de Santander UDES GRUPO 23
En la filosofía y en la ciencia el término “teoría” se usa en varios sentidos. A veces
equivale a “hipótesis”; a veces a “especulación”; a veces a “probabilidad”. Por tanto,
puede usarse en cualquiera de los sentidos en que son empleados cada uno de estos
vocablos, lo que hace que el uso de la palabra en cuestión sea muy variado y, en la
mayor parte de los casos, muy poco o nada preciso. Aunque teoría suele usarse
también para designar el principio en el sentido del origen, es habitual descartar las
cuestiones relativas a orígenes temporales cuando se habla de teoría. De este modo,
en filosofía y en ciencia, las dos acepciones principales de teoría son: a) la teoría de
algo en cuanto algo real; tal fundamento, llamado muchas veces justamente “teoría o
fundamento real”, suele identificarse con la noción de causa, especialmente cuando
esta última tiene el sentido de “la razón de ser de algo”; b) la teoría de algo en cuanto
algo ideal, siendo entonces tal teoría, llamado a veces “teoría o fundamento ideal”
precisamente, la razón de algo en el sentido de constituir la explicación (racional) de
ese algo. Sin embargo, no pocas veces se ha entendido la teoría real en el sentido de la
teoría ideal, es decir, se ha buscado el fundamento de la realidad en algo ideal. Así,
Platón estableció de entrada una distinción que podemos consagrar triunfadora en el
pensamiento occidental: la distinción entre las causas primeras, aitiai o causas
inteligibles (las ideas) y las causas segundas, aitiai deuterai o causas sensibles y
eficaces (las de las realidades materiales y sensibles), en la que es fácil ver que las
causas pueden interpretarse asimismo como razones, o teorías, y que las segundas
están subordinadas a las primeras: “…y el que ama el espíritu y la ciencia debe
investigar primero las causas de la naturaleza inteligente y, en segundo lugar, las que
pertenecen a los seres que son movidos por otros y que a su vez mueven
necesariamente a otros” (Timeo, 46)1.
Hubert Dreyfus (1996) sostiene que: “El malentendido tradicional de lo que es ser un
humano comienza con la fascinación de Platón por la teoría. La idea de que se podía
comprender el universo de una manera desapegada y desinteresada, revelando los
principios subyacentes a la inmensa profusión de fenómenos, fue de hecho la idea más
poderosa y excitante que ha tenido la humanidad desde el descubrimiento del fuego y
el uso del lenguaje. Pero Platón y nuestra tradición erraron su camino al pensar que se
podía lograr una teoría acerca de todo –incluso de los seres humanos y su mundo y
1
Platón. (1997). Timeo. Diálogos VI, traducción, introducción y notas por Ma. Ángeles Durán y Francisco Lisi.
Madrid: Gredos.
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que la forma en que los seres humanos se relacionan con las cosas es a partir de una
teoría implícita acerca de ellas” (pp. 12)2.
En tanto la teoría ha pretendido designar un “principio último”, capaz de ser razón de
todos los principios particulares, por lo menos de todos los principios particulares del
ser, del conocer y del obrar ¿no es aquella fascinación platónica la que nos hace
preguntar por los “fundamentos teóricos” de la Educación Física? ¿No estamos
preguntando por las causas primeras las ideas para subordinar a ellas las segundas las
de una Educación Física concreta y eficaz bajo la forma de obras concretas y eficaces?
¿No estamos tratando de comprender a la Educación Física de una manera
desapegada y desinteresada, para revelar los principios subyacentes a todas sus
manifestaciones puntuales, específicas?
Por supuesto, no estoy en contra de la teoría ni pretendo negar su poder e importancia.
Antes bien, me siento inclinado a decir, con Foucault, que “nunca salimos de lo teórico”
(1991, p. 35) y, con Deleuze, que “la práctica es un conjunto de relevos de un punto
teórico a otro” (en Foucault, 2000, p. 8)3. Pero la teoría no fundamenta la práctica.
Existe aún una mentalidad positivista, que a mi juicio continúa arraigada en la
educación, prueba de ello es la relación hostil de muchos docentes con sus estudiantes
en la que es típica la violencia verbal, en contraposición a la opción creativa, lúdica, y
de sabiduría practica en el aula. Los manuales de convivencia de las Instituciones
Educativas, por ejemplo, permiten “encuadernar al estudiante” en un cúmulo de
mandatos que no logran cualificar la pluridiversidad de ese Mundo que reclama la
Sociedad y que no se representa en la Institución en sus mandatos. También lo dicen
Alfonso Tamayo y Alberto Martínez en su texto “Ética y Educación”: “Nos quedamos
entonces con un inventario o recetario de máximas de acción moral, al cual deben
acoger nuestras propias acciones y hasta pretendemos elaborar desde allí una
deontología o código de prescripciones para nuestra profesión que a la manera de los
diez mandamientos, nos permitirá definir quién es mejor o peor profesional, mediante la
aplicación de una fórmula abstracta y general que nos dice: sea honesto, sea
responsable, sea solidario”; no es lo fundamental entonces, el establecimiento de
recetas, ni mucho menos definiciones, por el contrario, la pregunta fundamental es por
el momento de gestación de esas formas de saber y poder que nos han maniatado y la
percepción individual frente al contexto.
Otro de los grandes problemas, es la carencia de articulación entre el conocimiento
escolar y el conocimiento común, hay una profunda brecha entre lo aprendido adentro y
lo aprendido afuera, se trasluce una lucha entre la teoría y la práctica, lo cual se
manifiesta en un conocimiento desde el discurso, desde el saber acuñado, desde el arte
de enseñar como habilidad y experiencia.
Hablar, en ese sentido de técnicas o practicas pedagógicas, implica determinar que
detrás de cada una de ellas está el hombre: manipulado o manipulador, pensador
2
Le Boulch, J. (1991). Hacia una ciencia del Movimiento Humano. Buenos Aires: Paidós.
3
Remedi, E. (1995). El concepto de Educación Física, inédito.
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crítico o idealista, materialista o pragmático, gregario o anárquico... Visionario de
mundos? La naturaleza humana es tan compleja como sus acciones, sentidos y
valores, por ello la educación orienta, educa pero también manipula. Como expreso
Martin Luther King Jr. “Inteligencia más carácter el objetivo de una verdadera
educación”.
La educación física, en el marco de un enfoque integrador, interdisciplinario y por tanto
globalizado, concibe a la persona como un ser único, y piensa, siente y actúa al mismo
tiempo. Se orienta al aprendizaje y desarrollo de conductas motrices intencionadas
(estas articulan las dimensiones cognitivas, motrices, socio afectivas y expresivas
comunicativas) que se manifiestan en la persona activa y reflexiva en un marco de
valores; como construcciones personales significativas.
Como proceso pedagógico y formativo, orienta y estimula la adquisición, desarrollo y
perfeccionamiento de los aspectos físicos motrices, psicomotrices y socio motrices de
púberes y adolescentes, así como la construcción de su conciencia e imagen corporal
que junto a otros saberes, les permitirá tomar decisiones pertinentes para relacionarse
apropiadamente con su entorno, con los otros y aplicarlas en la búsqueda de una vida
cotidiana reflexiva, activa, saludable y productiva. Para ello, utiliza actividades físicas,
rítmicas, lúdicas, deportivas, en el medio cultural y natural y las prácticas corporales
propias del entorno local, nacional e internacional.
La reorganización del dominio corporal y motriz que implica la pubertad y adolescencia,
requieren acciones corporales y motrices orientadas a la comprensión y el
mejoramiento del propio cuerpo, la actitud postural la capacidad de movimiento. Por
tanto, el desarrollo integral del estudiante conlleva ineludiblemente la inclusión en la
formación, de aquellas enseñanzas que van a potencializar el desarrollo de sus
capacidades, profundizando en el conocimiento de la conducta motriz como
organización significa el comportamiento humano, y asumiendo actitudes, valores y
normas con referencia a la persona y sus posibilidades de movimiento corporal, como
instrumento para conocer e interactuar con el entorno.
Son múltiples las razones para justificar la presencia en la educación física en la vida
escolar. Si por ejemplo, nos atenemos a las investigaciones de Piaget sobre la génesis
del pensamiento en el niño, encontramos que el movimiento del bebe y sus
experiencias prácticas son, hasta cerca de los 12 años, base de su estructuración de la
inteligencia y del pensamiento abstracto. La educación física acude al movimiento en
esa perspectiva pedagógica, posibilitando experiencias prácticas individuales y
colectivas que estimulen la conciencia, creatividad y el pensamiento de los niños.
Recordemos a manera de ejemplo, que el niño escolar se enfrentará al manejo de
operaciones, como las matemáticas, y casi siempre son causa de dificultades didácticas
pues bien, para Piaget una operación no es más que: "una operaciones, pues primer
lugar, psicológicamente, una acción cualquiera (reunir individuos o unidades numéricas,
desplazar, etc.) cuya fuente es siempre motriz, perceptiva o intuitiva. Dichas acciones y
se hallan en el punto de partida de las operaciones tienen, pues, a su vez como raíces
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de esquemas sensori-motrices, experiencias afectivas o mentales y constituye, antes de
ser operativas, la propia materia de la inteligencia sensorio-motriz..."4
Como se ve, acudir a la acción, la vivencia del niño para reafirmar conceptos y
fortalecer sus operaciones mentales, es uno de los objetivos de la educación física.
La clase de Educación Física al igual que las demás áreas, se concibe, como el espacio
de presentación del mundo que con diferentes estrategias, objetivos y temáticas
formarán al estudiante desde sus preocupaciones e intereses; desde la teoría de la
formación categorial “el maestro se debe apropiar de un contenido, de tal manera que le
reconozca el sentido que tiene y lo oriente con el fin de que, a partir de esa mediación,
cobre un significado formativo para el estudiante” (Gallo, 2005:3)5. La mediación
maestro-alumno es una balanza de futuros inciertos actualmente, ya que el maestro
puede presentar ese mundo desde lo ‘deseable’ (Benner, 1998: 58) sin la participación
del estudiante y a través de la imposición de tareas fortuitas, o puede también permitir
la formación de un ser autónomo y la apropiación de ese mundo desde los intereses y
necesidades que puede presentar esa persona que busca ser formada.
Desde la Pedagogía, entendida ésta en su sentido moderno, como disciplina o campo
de saber en el que se realizan investigaciones en el orden de la teoría y la práctica
sobre la educación y la formación humana, es importante desde el área de Educación
Física hacer una reflexión didáctica en torno a lo que se enseña, cómo se enseña y
para qué se enseña. En esta investigación el interés se enfocó en encontrar en las
categorías didácticas (contenidos, objetivos y metodología) los aspectos que hacen de
ellas herramientas de formación en la clase.
Es está pues la forma en que se forma al otro, en los Colegios de hoy, sus objetivos,
contenidos y metodologías están encaminados al moldeamiento de seres que se
inscriban en la sociedad para reproducirla; la enseñanza en y para la técnica de un
deporte se privilegia en la clase, separando entonces la mirada de las intenciones
formativas del estudiante para centrarse en el silenciamiento de los mismos, de manera
que cada vez se dan más ante su propio proceso de configuración: “Mientras la
escuela conserve esta perspectiva formativa como la predominante en la formación de
sus profesores y sus consecuentes influjos sobre el alumno, será pocas las
posibilidades de que sea en esta institución y que sean los propios profesionales del
área los que definan y le den rumbo a su propio saber. Serán espectadores pasivos de
una enseñanza que comparte los rasgos típicos de la industria, preparación-instrucción
para el trabajo y no formación para la vida” (Urrego, 2007: 219)6.
Con base en el panorama que presenta la clase de Educación Física es importante
revisar entonces ¿qué vale la pena enseñar en el área? y ¿para qué enseñamos la
Educación Física?, de manera que se replanteen esos modos de ser en el mundo que
4
MINISTERIO DE EDUCACIÓN 2005 “Diseño Curricular Nacional”, Bogotá.
5
Gallo, L. E. (2005). Una mirada a la didáctica desde la formación categorial. Revista Iberoamericana de Educación,
36, 6.
6
Urrego, L. J. (2007) Educación física escolar
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se están construyendo a través del deporte y por medio de metodologías tradicionales,
revisar la importancia del área dentro del currículo y guiados por esto, formular la clase
desde una perspectiva más humanista, con nuevas formas de enseñanza.
Repensar la Educación Física nos invita a revisar los contenidos tradicionales de la
Educación, a ir más allá de los tratamientos instrumentales de meras actividades
físicas; a una construcción dialógica con los otros, a un pensar en la formación del otro;
es pensar en una educación diferente, es pasar, quizás, en una Educación Corporal, en
la que la clase sea un escenario de expresión, de construcción, de creatividad y de
seres que se inquieten y piensen, a formular la clase desde una perspectiva más
sensible con nuevas formas de enseñanza que inviten al otro a una “creación en sí
mismo, no recreación de significados ya asignados, a la invención de una realidad
propia” (Bárcena, 2003), que haga del ser que se educa alguien más crítico, autónomo,
con la capacidad de proponer y transformar.
La invitación es entonces a que replanteemos, esas formas de educar, de formar al
otro, y guiar la mirada más hacia los intereses de los educandos, de manera que la
clase represente para ellos un verdadero espacio que le permita crecer, auto
determinarse y confrontarse con el mundo y con el otro.
Conclusión
En resumen, la motivación es un factor que debemos tener en cuenta a la hora de
analizar las causas de abandono o mantenimiento de la actividad física y, en
consecuencia, de la puesta en práctica de un estilo de vida saludable. El objetivo de
este ensayo es presentar la teoría de las necesidades básicas en el contexto de la
actividad física y, más concretamente, en la Educación Física, así como proponer
algunas de las consecuencias didácticas de dicha teoría. La importancia de ésta es que
se trata de una teoría muy sólida que explica la motivación humana y en la que se
destaca el papel de la satisfacción de tres necesidades básicas en el alumno
(competencia percibida, autonomía y relación con los demás) para desarrollar la
motivación intrínseca. De esta forma, si se logra motivar intrínsecamente al alumnado
hacia la Educación Física, se estará, posiblemente, en disposición de asegurar una
actividad física extraescolar y postobligatoria que suponga la adopción de un estilo de
vida saludable.
Desde un punto de vista didáctico, el profesor deberá tener en cuenta la satisfacción de
las necesidades básicas a través de una serie de actividades e intervenciones docentes
como las que se han presentado. Se trata de orientar el trabajo a la toma de decisiones
de forma autónoma (p. ej. respecto a qué realizar y con quién), a la puesta en práctica
de actividades donde el alumno sea consciente del nivel de competencia motriz
percibida y se adapte a él (p. ej. mediante el establecimiento de circuitos con estaciones
por niveles de competencia motriz), así como a la realización de actividades grupales
donde los alumnos se sientan aceptados y ayudados por el resto de compañeros (p. ej.
en las habilidades gimnásticas las ayudas kinestésicas de los otros se tornan
fundamentales para trabajar este aspecto). Aunque ya existen trabajos que confirman
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esta situación (Dwyer, 1995; Moreno, Gómez, y Cervelló, 2006; Prusak y cols., 2004,
entre otros)7, no obstante, conviene destacar que esta propuesta tiene sus limitaciones
ya que son pocas las prácticas empíricas de la misma.
Algunas de las directrices de la educación física, es el
desarrollo de capacidades físicas, así como las
habilidades motrices básicas, solo por mencionar
algunas, porque también se puede incluir las habilidades
deportivas.
Pero es también la educación física, por su carga
educativa y formadora la encargada de preparar al ser
humano para la vida, desde un punto de vista integral.
Ante la problemática más inminente que se presenta en
este siglo moderno y tan lleno de facilidades y
comodidades que hace 20 años la sociedad no se había llegado a imaginar o a soñar,
un ejemplo de esto es las comunicaciones, la aparición de la comunicación móvil,
internet, pueden ser la causa de la ola creciente del sedentarismo en la sociedad actual.
Es de vital importancia que tanto la escuela, como la sociedad esté consciente de la
necesidad que actualmente existe de formar a los estudiantes desde edades tempranas
desde una panorámica integral, donde la actividad física y la salud, no sea el último
renglón en la agenda y en el peor de los casos, omitido.
Por lo tanto dentro de la escuela, el espacio que posee
la educación física puede ser aprovechado para este
fin, de promoción de salud, tanto por su carga física
como su encargo social, de enseñar a los estudiantes
a interactuar son si entorno y ser conscientes de su
cuerpo y de su desarrollo que a medida avanzan por
los niveles educativos son cada día personas más
independientes, capaces de tomar sus propias
decisiones y cuando este niño o joven llegue a su vida
adulta pueda llevar una vida saludable y activa, porque
en la escuela se le educó para este objetivo.
Viendo esto a futuro, si esta sociedad cada día que avanza es
más sedentaria, ¿qué podemos esperar en 25 años?
7
Castro, J. A. (2005). ¿Cuáles son los discursos de los maestros actores de la Educación Física en torno al cuerpo?
Sentidos de la Motricidad en el escenario escolar. Medellín.
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"Los que se enamoran de la práctica prescindiendo de la ciencia son como los
pilotos que toman un avío sin timón ni brújula, de forma que nunca tienen
seguridad de la ruta seguida. La práctica debe ser edificada siempre sobre una
buena teoría." Leonardo da Vinci.
Bibliografía
Cagigal, J. M. (1979). Cultura intelectual y cultura física. Buenos Aires: Kapelusz.
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MINISTERIO DE EDUCACIÓN 2005 “Diseño Curricular Nacional”, Bogotá.
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motivación de estudiantes de Educación Física. Manuscrito en revisión.
Moreno, J. A., y González-Cutre, D. (2006). El papel de la relación con los demás en la
motivación deportiva. Trabajo presentado en el VI Congreso Internacional de Educación
Física e Interculturalidad, Murcia.
Organización Mundial de la Salud (noviembre, 2004). Comunicado de prensa.
Descargado el 23 septiembre de 2006 desde
http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2004/pr81/es/
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Durán y Francisco Lisi. Madrid: Gredos,
Remedi, E. (1995). El concepto de Educación Física, inédito.
Urrego, L. J. (2007) Educación física escolar: el sentido formativo de un área que no
cuestiona la tradición. En: Aproximaciones epistemológicas y pedagógicas a la
Educación Física. Un campo en construcción. Medellín: Funámbulos.