2. Amo mi vida, y todo lo que
Dios me ha dado, el país donde
vivo, la gente que me rodea. Mi
casa, el barrio, las calles, los
árboles que la rodean, el
sonido del viento, el olor del
mar y la espuma de sus olas.
3. Amo el atardecer de mi
pueblo, las montañas que
se ven azules. Amo las
personas que viven
conmigo, mis compañeros
de trabajo, amo el aire
que respiro, la libertad de
poder moverme.
4. Amo la vida en todas sus dimensiones. Soy
fruto del amor y de la semilla de Dios. Yo
soy una luz que alumbra mi propio sendero.
Esa luz me cuida, me protege porque es
Dios manifestado a través de mí.
5. Amo el privilegio de hacer lo que me gusta,
de ayudar a mis semejantes, y de compartir
la vida en esta tierra con tantas almas
buenas.