Este documento discute los principios de una dieta saludable, incluyendo el consumo de frutas, verduras, granos integrales y aceite de oliva, así como limitar carnes, lácteos y grasas. Explica que una alimentación balanceada promueve la salud física y mental, previene enfermedades y permite desarrollarse plenamente.
2. Una alimentación sana contribuye en gran
medida a mantener la salud y el bienestar de
una persona. Por un lado, seleccionar los
alimentos y las cantidades correctas
promueve la salud física; por otro, comer
también puede suponer una experiencia
placentera que repercute positivamente
sobre el bienestar psicológico y mental.
3. Una alimentación saludable requiere varias raciones
de verduras y frutas cada día. De esta forma se
garantiza el aporte de nutrientes relevantes como
las vitaminas. También los productos a base de
cereales, por ejemplo el pan, la pasta, el arroz, los
copos de cereales y las patatas deben consumirse
a diario.
La leche y los lácteos son otro componente que
durante muchos años se ha considerado clave
dentro de una dieta sana por considerarlo como
la fuente de calcio más importante...
4. Sin embargo muchos estudios actuales, nos
revelan que el consumo de lácteos puede ser
perjudicial para la salud y que el alto contenido de
fósforo de la leche de la vaca impide que gran parte
del calcio que contiene la leche no pueda ser
depositado en los huesos. Además, debido a que en
la mayoría de los casos la leche tiene un contenido
elevado de grasa, es otro dato más que nos orienta
a que deben consumirse con moderación, al igual
que la carne, o bien buscar alimentos que los
sustituyan y eliminarlos de la dieta.
5.
6. Diversos tipos de embutido contienen grasas ocultas. Por
consiguiente evite las variantes ricas en grasa como el
embutido de hígado, las salchichas de carne y tocino, el
salami, la mortadela y la salchicha de Bolonia, o decántese
por productos con contenido reducido de grasa. La pechuga
de pavo, el jamón cocido, el rosbif o el asado de cerdo tienen
por naturaleza un menor porcentaje de materia grasa.
7. Para garantizar una alimentación sana, las grasas y aceites
deben formar parte del menú en una proporción pequeña.
Constituyen una fuente importante de vitamina E.
Las grasas y aceites son también importantes para la absorción
de las vitaminas E, D, K y A. Lo importante es seleccionar las
grasas y aceites correctos, para lo que es decisiva la
concentración de ácidos grasos insaturados.
8. Incrementar el consumo de frutas, verduras y
hortalizas frescas, alcanzando al menos las cinco
raciones de hortalizas y frutas al día. Consumir
también legumbres.
Reducir el consumo de carnes, embutidos, vísceras,
mariscos y huevos. Una buena opción es comer más
pescado azul.
Beber abundante líquido, a ser posible agua como
fuente de hidratación, tratando de moderar el
consumo de vino y reducir o eliminar el consumo de
otros tipos de bebidas alcohólicas.
9. Aumentar el consumo de fibra, sustituyendo el
consumo de productos refinados por aquellos
integrales procedentes de grano entero.
Tomar aceite de oliva virgen como grasa a la hora de
cocinar en la dieta.
Y, finalmente, y aunque esto tenga más bien que ver
con un estilo de vida saludable, más que con la
propia alimentación sana en sí, se debe de
abandonar el sedentarismo, practicando cada día
una actividad física que nos ayude a mantenernos
activos.
10.
11. Una persona bien alimentada tiene más oportunidades de:
Desarrollarse plenamente
Vivir con salud
Aprender y trabajar mejor
Protegerse de enfermedades
Alimentarse saludablemente, además de mejorar la calidad de
vida en todas las edades, ha demostrado prevenir el desarrollo
de enfermedades como:
• Obesidad
• Diabetes
• Enfermedades cardio y cerebrovasculares
• Hipertensión arterial
• Dislipemia
• Osteoporosis
• Algunos tipos de cáncer
• Anemia
12.
13. En el mundo actual el reto es alimentar a una
población creciente, más numerosa que nunca, con
el tipo de alimentos y la cantidad adecuados a la
vida humana y logrando que lleguen a todos los
hombres de una forma equitativa.
Los alimentos son sustancias que sirven para nutrir el
cuerpo y producir en el organismo energía.
El caminar, trotar, correr, jugar, estudiar, pensar son
actividades que hacemos a diario. Todo esto hacen
que nuestro cuerpo gaste energías. Estas energías
perdidas tenemos que recuperarlas. De ahí la
importancia de consumir alimentos variados para
que el cuerpo reciba una dieta balanceada.