1. HISTORIA DE LA TABLA PERIODICA
La tabla periódica se descubrió gracias al químico italiano Stanislao
Cannizzaro (1826-1910). En 1858 publicó una lista de pesos atómicos
fijos (que ahora se conocen como masas atómicas relativas) para los
sesenta elementos que entonces se conocían. Al ordenar los
elementos de menor a mayor peso atómico, las propiedades químicas
se repetían curiosamente a intervalos regulares. El químico inglés
John Newlands (1838-1898) se dio cuenta de esto en 1864, pero con
su "ley de octavas" sólo hizo el ridículo. Cinco años más tarde, el
químico ruso Dmitri Ivanovich Mendeleyev (1834-1907) hizo
prácticamente el mismo descubrimiento. Sin embargo, lo que hizo fue
mucho más impresionante y es justo que haya pasado a la historia
como el descubridor de la tabla periódica.
En 1869, al trabajar en su libro Principios de la química, Mendeleyev
escribió los nombres de los elementos, así como algunas de sus
propiedades principales, en fichas individuales, para poderlos ordenar
adecuadamente en la exposición de sus propiedades químicas.
Mientras ordenaba las fichas, descubrió el patrón de lo que ahora
conocemos como tabla periódica. Mendeleyev ordenó sus fichas
según los pesos atómicos de los elementos que formaban óxidos
similares. Al ordenarlos por columnas, estableció la estructura de la
tabla periódica que se usa desde entonces.
La genialidad de Mendeleyev reside en el hecho de que se diera
cuenta de que los elementos tenían un orden fundamental: no diseñó
la tabla periódica, la descubrió. Si estaba én lo cierto, sabía que tenía
que haber sitio en su tabla para elementos nuevos. Tenía tanta
confianza en su descubrimiento, que predijo las propiedades de los
elementos que faltaban y que posteriormente se confirmaron. En
algunos casos, Mendeleyev también cambió el orden de los pesos
atómicos, para que elementos similares pudieran aparecer en el
mismo grupo. Esta aparente anomalía no se pudo explicar hasta 1913,
al plantearse la teoría de los isótopos.
2. ESTRUCTURA DEL ATOMO.
Para explicar la estructura del átomo, el físico danés Niels Bohr
desarrolló en 1913 una hipótesis conocida como teoría atómica de
Bohr (véase Teoría cuántica). Bohr supuso que los electrones están
dispuestos en capas definidas, o niveles cuánticos, a una distancia
considerable del núcleo. La disposición de los electrones se denomina
configuración electrónica. El número de electrones es igual al número
atómico del átomo: el hidrógeno tiene un único electrón orbital, el helio
dos y el uranio 92. Las capas electrónicas se superponen de forma
regular hasta un máximo de siete, y cada una de ellas puede albergar
un determinado número de electrones. La primera capa está completa
cuando contiene dos electrones, en la segunda caben un máximo de
ocho, y las capas sucesivas pueden contener cantidades cada vez
mayores. Ningún átomo existente en la naturaleza tiene la séptima
capa llena. Los “últimos” electrones, los más externos o los últimos en
añadirse a la estructura atómica, determinan el comportamiento
químico del átomo.
¿DONDE SURGE LA AFINIDAD ELECTRONICA?
La afinidad electrónica (AE) o electroafinidad se define como la
energía involucrada cuando un átomo gaseoso neutro en su estado
fundamental (de mínima energía) que captura un electrón y forma
un ion mononegativo:
.
Dado que se trata de energía liberada, pues normalmente al
insertar un electrón en un átomo predomina la fuerza atractiva del
núcleo, que tiene signo negativo. En los casos en los que la energía
sea absorbida, cuando ganan las fuerzas de repulsión, tendrán
signo positivo; AE se expresa comúnmente en el sistema
internacional de unidades en kJmol-1
.
También podemos recurrir al proceso contrario para determinar la
primera afinidad electrónica, ya que sería la energía consumida en
arrancar un electrón a la especie aniónica mononegativa en estado
gaseoso de un determinado elemento; evidentemente la entalpía
3. correspondiente AE tiene signo negativo, salvo para los gases
nobles y metales alcalinotérreos. Este proceso equivale al de la
energía de ionización de un átomo, por lo que la AE sería por este
formalismo la energía de ionización de orden cero.
Esta propiedad nos sirve para prever que elementos generaran con
facilidad especies aniónicas estables, aunque no hay que relegar
otros factores: tipo de contraión, estado sólido, ligando-disolución,
etc.
LEY DE LAS OCTAVAS DE NEWLANDS
En 1864, el químico inglés John Alexander Reina Newlands comunicó al
Royal College of Chemistry (Real Colegio de Química) su observación de que
al ordenar los elementos en orden creciente de sus pesos atómicos
(prescindiendo del hidrógeno), el octavo elemento a partir de cualquier otro
tenía unas propiedades muy similares al primero. En esta época, los
llamados gases nobles no habían sido aún descubiertos. Ordenación de los
elementos en familias (grupos), con propiedades muy parecidas entre sí y
en periodos, formados por ocho elementos cuyas propiedades iban variando
progresivamente.
El nombre de octavas se basa en la intención de Newlands de relacionar
estas propiedades con la que existe en la escala de las notas musicales, por
lo que dio a su descubrimiento el nombre de ley de las octavas.
Como a partir del calcio dejaba de cumplirse esta regla, esta ordenación no
fue apreciada por la comunidad científica que lo menospreció y ridiculizó,
hasta que 23 años más tarde fue reconocido por la Royal Society, que
concedió a Newlands su más alta condecoración, la medalla Davy.
LEY DE LAS OCTAVAS DE NEWLANDS.
1 2 3 4 5 6 7
Li
6,9
Na
23,0
K
39,0
Be
9,0
Mg
24,3
Ca
40,0
B
10,8
Al
27,0
C
12,0
Si
28,1
N
14,0
P
31,0
O
16,0
S
32,1
F
19,0
Cl
35,5
4. TABLA PERIODICA DE MENDELEIV.
En 1869, el ruso Dmitri Ivánovich Mendeléyev publicó su primera
Tabla Periódica en Alemania. Un año después lo hizo Julius Lothar
Meyer, que basó su clasificación periódica en la periodicidad de los
volúmenes atómicos en función de la masa atómica de los
elementos. Por ésta fecha ya eran conocidos 63 elementos de los 90
que existen en la naturaleza. La clasificación la llevaron a cabo los dos
químicos de acuerdo con los criterios siguientes:
Colocaron los elementos por orden creciente de sus masas
atómicas.
Los agruparon en filas o periodos de distinta longitud.
Situaron en el mismo grupo elementos que tenían propiedades
químicas similares, como la valencia.
Tabla de Mendeléyev publicada en 1872. En ella deja casillas libres para elementos por descubrir.
La primera clasificación periódica de Mendeléyev no tuvo buena
acogida al principio. Después de varias modificaciones publicó en el
año 1872 una nueva Tabla Periódica constituida por ocho columnas
desdobladas en dos grupos cada una, que al cabo de los años se
llamaron familia A y B.
En su nueva tabla consigna las fórmulas generales de
los hidruros y óxidos de cada grupo y por tanto, implícitamente,
las valencias de esos elementos.
Esta tabla fue completada a finales del siglo XIX con un grupo más, el
grupo cero, constituido por los gases nobles descubiertos durante
5. esos años en el aire. El químico ruso no aceptó en principio tal
descubrimiento, ya que esos elementos no tenían cabida en su tabla.
Pero cuando, debido a su inactividad química (valencia cero), se les
asignó el grupo cero, la Tabla Periódica quedó más completa.
El gran mérito de Mendeléyev consistió en pronosticar la existencia de
elementos. Dejó casillas vacías para situar en ellas los elementos cuyo
descubrimiento se realizaría años después. Incluso pronosticó las
propiedades de algunos de ellos: el galio (Ga), al que llamó eka–
aluminio por estar situado debajo del aluminio; el germanio (Ge), al
que llamó eka–silicio; el escandio (Sc); y el tecnecio (Tc), que, aislado
químicamente a partir de restos de un sincrotrón en 1937, se convirtió
en el primer elemento producido de forma predominantemente
artificial.
JOHAN WOLFAN DöBEREINER.
Quico francés, profesor en la universidad de Jena, estudio los
fenómenos de la catálisis y realizo algunos intentos de la clasificación
de los elementos conocidos.
APORTE: Elaboró un informe que mostraba una relación entre la
masa atómica de ciertos elementos y sus propiedades en 1817. El
destaca la existencia de similitudes entre elementos agrupados en
tríos que él denomina “triadas”. La triada del cloro, del bromo y del
yodo es un ejemplo. Pone en evidencia que la masa de uno de los tres
elementos de la triada es intermedia entre la de los otros dos. En 1850
pudimos contar con unas 20 triadas para llegar a una primera
clasificación coherente.
Sus estudios sobre las bacterias fijadoras de nitrógeno revolucionaron
el cultivo de soja en Brasil, y permitieron que los agricultores redujesen
los costes derivados de la utilización de fertilizantes, y aumentaran, al
mismo tiempo, la producción. En la década de 1950 encontró una
nueva bacteria diazotrófica (capaz de sintetizar compuestos orgánicos
nitrogenados a partir del nitrógeno atmosférico) que denominó
Beijerinckia fluminensis. Asociada a las raíces de la caña de azúcar,
esta bacteria promueve igualmente la fijación de nitrógeno. Fue la
primera vez que se encontró este tipo de bacterias en gramíneas.
6. TRABAJO DE LA TABLA PERIODICA
REALIZADO POR: Tatiana Ospina Cardona
Verónica Ramírez Osorio
Isabel álzate Vásquez.
10-B
Mor lo quiero mucho