2. Viaje es el cambio en la ubicación de las personas que se realiza a través de los medios de transporte, ya sean
mecánicos o de tracción animal, o el viaje realizado propiamente a pie.
Los viajes pueden ser llevados a cabo por recreación (como parte del turismo o para visitar amigos y familia),
pero también por muchas otras razones, como la práctica artística o la migración, para huir de una guerra, por
motivos de salud, etc.
En los países desarrollados existe una amplísima red de transporte público a todos los niveles, en el ámbito de la
propia ciudad, dentro de una nación y por supuesto de forma internacional, cubierta principalmente por
el ferrocarril y la aviación, o con vehículos apropiados a través de calles, carreteras, y caminos.
Se puede viajar a través del cielo, como puede ser el caso de dirigibles, helicópteros, aviones, globos... a través
del océano, ríos y mares, mediante embarcaciones, en profundidades submarinas mediante el submarino
(aunque es un vehículo primordialmente de guerra), por el espacio mediante cohetes espaciales y
transbordadores, y el más extendido, por tierra, principalmente por los tramos asfaltados por el hombre
(carreteras), casi exclusivamente con el uso de algún vehículo (automóvil, autocar, bicicleta...), así como en
trenes usando la red de ferrocarriles.
3.
4.
5. Conocer lugares nuevos. Después de todo, dicen que “El mundo es un libro, y aquellos que no viajan leen sólo una página“.
Desconectarse de la rutina, de lo cercano, de los problemas actuales, y hasta de las costumbres. Tomar distancia y afrontarlos a la vuelta con una mirada un poco más relajada y llena de nuevas
experiencias.
Tener MUCHO tiempo para reflexionar. Sobre todo si se viaja sólo, o con una persona más, los viajes nos predisponen diferente al tiempo que estamos por vivir. La cabeza y el corazón se
preparan para un tiempo de revisar las cosas, de absorber cosas nuevas, y de reflexionar sobre la vida, el descanso, el trabajo, el amor, o lo que sea que nos esté ocupando el ahora.
Aprender cosas nuevas. Idiomas, costumbres, nuevas maneras de solucionar los mismos problemas, nuevas maneras de divertirse, de amar, de disfrutar, o hasta de cumplir con
responsabilidades que ya teníamos. Cosas que no siempre se pueden aprender en los libros o en la facultad.
Conocer nuevas personas. En nuevos espacios, de diferentes etnias, creencias, maneras de pensar y de vivir, de diferentes clases sociales, nacionalidades, y costumbres.
Conocerse a uno mismo. Exponiéndose a situaciones nuevas, o hasta teniendo más tiempo para “charlar con uno mismo”, puede que salgan a la luz facetas nuevas o dormidas que uno apenas
conocía de sí mismo.
Trabajar. Hay varios programas de “work and travel” armados especialmente para que tengas todo listo, trabajes el tiempo estipulado, y vuelvas a casa con algo más de plata y con nuevas
experiencias. Y si ningún programa de esos te cierra, siempre está la chance de “elegir tu propia aventura” también en ese sentido.
Estudiar. Hacer alguna carrera en una universidad de afuera, un curso especializado, un posgrado, o algún tipo de especialización en un lugar conocido por su calidad en ese campo particular.
Vivir historias y aventuras nuevas. Darse espacio para sacarse incluso los propios prejuicios sobre uno mismo, o las propias limitaciones de costumbres y vivir cosas nuevas, adoptar nuevas
historias, aventuras, crear nuevas situaciones.
Para inspirarse. Sobre todo quienes trabajen (o sueñen con trabajar) de su creatividad. Viajar le da un respiro al alma, y respirar nuevos aires hace que uno se inspire y conecte ideas de
maneras nuevas.
Para pasar un gran tiempo entre amigos o con tu pareja. Ya lo dijo Mark Twain: “Si quieres conocer a una persona, viaja con ella”, y “He descubierto que no hay forma más segura de saber si
amas u odias a alguien que hacer un viaje con él”. Un viaje es un espacio descontracturado para conocer a una persona en profundidad.
Para festejar alguna fecha especial. Un aniversario, un cumpleaños, una festividad especial en un lugar único (por ejemplo: Navidad en Nueva York), algún festejo, o alguna celebración puntual.
Para asistir a algún evento importante. Un gran recital o festival, algún congreso o conferencia, carnavales, fiestas, alguna presentación de un producto a nivel mundial, el Mundial de Brasil
2014, o los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 (por poner dos ejemplos que me quedan cerca en tiempo y espacio).
Conocer los lugares en donde tienen lugar tus series o películas favoritas. Vimos por acá el caso de Seinfeld, The Ghostbusters, o hasta del magic bus de Into the wild.
Probar nuevas comidas. El asado en Argentina, el ceviche en Perú, las enchiladas o los tacos mexicanos, el verdadero sushi japonés, el chivito uruguayo, y los miles de sabores que el mundo
tiene para experimentar.
Abrir la cabeza. Exponerse a situaciones de viaje (estar en un lugar desconocido, en donde se habla un idioma que no es el propio, etc), conocer nuevas culturas, nuevas situaciones, y nuevas
personas, te abre la cabeza, amplía tu mapa mental a un mundo nuevo.
Conocer la tierra de tus ancestros, o mismo conocer a familiares que anden desparramados por el mundo.
Descansar y relajar. Hay destinos o viajes especiales para que uno descanse la cabeza, relaje el cuerpo, y sólo se dedique a disfrutar de la quietud y el relax.
Diversión. De la misma manera, hay destinos o viajes pensados para divertirse de mil maneras diferentes. Playas, fiestas, discotecas, parques temáticos o de diversiones, y cientas de opciones
más.