2. 3. La naturaleza empieza siempre por la privación.
El ave toma para incubar los huevos más recientes que contengan la materia más pura;
si estuviese el pollo ya comenzando a formar, en vano se esperará un feliz suceso.
4. Asimismo el arquitecto necesita para edificar la casa que el terreno esté libre y
desembarazado, y si hubiera de construirla en el lugar que ocupaban otras, debe
previamente demolerlas.
5. El pintor realiza bien su trabajo en una tabla limpia. Si estaba ya pintada o manchada
o afectada con alguna aspereza, debe limpiarla y pulirla antes.
6. El que intenta guardar ungüentos preciosos necesita vasos vacíos o, por lo
menos, bien limpios del líquido que antes contenían.
7. También el labrador planta con facilidad los arbolillos nuevos, pues si son plantas ya
más crecidas tiene que despojarlas antes de sus ramas e impedir toda ocasión de que
se derrame la savia. Por esta causa Aristóteles incluía la privación entre los principios de
las cosas; pareciéndole imposible que se pudiese dar a la materia una nueva forma sin
abolir la anterior.
3. 8. De lo cual se deduce: Primero. Que los entendimientos tiernos, aun no
acostumbrados a distraerse en otras ocupaciones, son más a propósito para recibir con
facilidad las enseñanzas de la sabiduría.
Y cuanto más tardíamente se empiece la formación mayor será la dificultad con otras
cosas. Segundo. Los niños no pueden ser instruidos provechosamente por muchos
preceptores a la vez, porque no es probable que todos tengan la misma manera de
enseñar, lo cual es causa de distracción para sus tiernos entendimiento y un obstáculo
para su formación. En tercer lugar, obran con ignorancia los que al encargase de
muchos mayores y adolescentes para educarlos no empiezan por la formación de las
costumbres, con el fin de que, domadas sus pasiones, sean aptos para todo lo demás.
Con acierto los domadores de caballos castigan primeramente al caballo de hierro y le
hacen obediente antes de que le domen para una u otra cosa. Sabiamente dice
Séneca: Aprende primero buenas costumbres, después sabiduría, la cual se aprende
torpemente sin las costumbres. Y Cicerón: la filosofía moral prepara los ánimos para
recibir las semillas, etc.
9. Luego.
I. La formación de la juventud empiece temprano.
II. No debe haber más que un solo Preceptor para el mismo discípulo en cada materia.
III. Antes de nada procúrase la armonía de las costumbres al arbitro del formador.