2. Aunque es innegable el carácter
individual y endógeno del aprendizaje
escolar, éste se compone no sólo de
representaciones personales, sino que
se sitúa asimismo en el plano de la
actividad social y la experiencia
compartida.
Es evidente que el estudiante no
construye el conocimiento en solitario,
sino gracias a la mediación de los otros
y en un momento y contexto cultural
particular. En el ámbito de la
institución educativa, esos otros´ son,
de manera sobresaliente, el docente y
los compañeros de aula.
3. La función central del docente consiste en orientar y guiar la actividad mental
constructiva de sus alumnos, a quienes proporcionará una ayuda pedagógica ajustada a
su competencia
1. Conocer la materia que han de
enseñar.
2. Conocer y cuestionar el
pensamiento docente
espontáneo.
3. Adquirir conocimientos sobre el
aprendizaje de las ciencias.
4. Hacer una crítica fundamental
de la enseñanza habitual.
5. Saber preparar actividades.
6. Saber dirigir la actividad de los
alumnos.
7. Saber evaluar.
8. Utilizar la investigación e
innovación en el campo.
4. La formación de un docente se requiere habilitarlo en el manejo de una serie de estrategias
(de aprendizaje, de instrucción, motivacionales, de manejo de grupo, etc.) flexibles y
adaptables a las diferencias de sus alumnos y al contexto de su clase, de tal forma que pueda
inducir (a través de ejercicios, demostraciones, pistas para pensar, retroalimentación, etc.)
Es por esto que no puede prescribirse desde fuera el método´ de enseñanza que debe seguir
el profesor; no hay una vía única para promover el aprendizaje, y es necesario que el docente,
mediante un proceso de reflexión sobre el contexto y características de su clase, decida qué
es conveniente hacer en cada caso, considerando:
Las características, carencias y conocimientos previos de sus alumnos.
La tarea de aprendizaje a realizar Los contenidos y materiales de estudio
Las intencionalidades u objetivos perseguidos.La infraestructura y facilidades existentes
El sentido de la actividad educativa y su valor real en la formación del alumno
5. Los tres ejes alrededor de los cuales se conformaría un programa de formación docente
que asegure la pertinencia, la aplicabilidad y permanencia de lo aprendido son:
El de la adquisición y profundización de un marco teórico
± conceptual sobre los procesos individuales,
interpersonales y grupales.
El de la reflexión crítica en y sobre la propia práctica
docente, con la intención de proporcionarle
instrumentos de análisis de su quehacer.
El que conduce a la generación de prácticas alternativas
innovadoras a su labor docente, que le permitan una
intervención directa sobre los procesos educativos.
La formación del docente debe abarcar los siguientes planos: conceptual, reflexivo y práctico
6. Los buenos profesores son necesariamente autónomos en la emisión de juicios
profesionales, saben que las ideas y las personas no son de mucha utilidad real
hasta que son digeridas y convertidas en parte sustancial del propio juicio de los
profesores (Stenhouse, 1975)
LA FORMACIÓN DEL DOCENTE COMO UN PROFESIONAL AUTONOMO Y REFLEXIVO
La reflexión sobre la problemática docente debe estar orientada a la generación de
un conocimiento didáctico integrador y de una propuesta para la acción que
trascienda el análisis crítico y teórico.