Este documento presenta un análisis de si Centroamérica estaba preparada para establecer una constitución republicana luego de su independencia de España. El autor examina las ideas políticas existentes en ese momento, la economía y las ideas económicas vigentes, así como la preparación intelectual y política de los líderes. Concluye que aunque Centroamérica no tenía todas las condiciones para una república antigua, sí existían bases suficientes para que, bajo una dirección política sabia y prudente, se pudiera construir una república moderna exit
1. CENICSH
Número
Julio - Diciembre 2013
Publicación semestral
Número V
REVISTADEHUMANIDADESYCIENCIASSOCIALESAñoIII
Ministerio de Educación
Viceministerio de Ciencia y Tecnología
Dirección Nacional de Investigación en Ciencia,Tecnología e Innovación
Centro Nacional de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades
Humanidades y
Revista de
Ciencias Sociales
V
Establecer una república en un contexto
inadecuado es como ensillar una vaca: la
discusión política en torno a la
independencia de Centroamérica
Tradición y reforma: conflictos entre
ayuntamientos e intendencia en la
Provincia de San Salvador (1786-1805)
Censura previa: ¿reducción a la
libertad de prensa? El Salvador,
durante el régimen de Pío Romero
Bosque, 1927-1929
El impacto de la intervención
de EE. UU. en la guerra de El Salvador
Midiendo las desigualdades en
educación
Consideraciones sobre el
fortalecimiento de la cadena de
valor del camarón blanco y el desarrollo
local en la Bahía de Jiquilisco
Viceministerio
Ciencia y Tecnología
2. Ministerio de Educación
Viceministerio de Ciencia y Tecnología
Dirección Nacional de Investigación en Ciencia,Tecnología e Innovación
Centro Nacional de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades
Humanidades y
Revista de
Ciencias Sociales
Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
3.
4. Revista de Humanidades y
Ciencias Sociales
Publicación semestral del Centro Nacional de Investigaciones en Ciencias
Sociales y Humanidades (CENICSH)
Esta revista hace públicos los resultados del Centro Nacional de Investigaciones en
Ciencias Sociales y Humanidades y abre un espacio para el diálogo entre los aca-
démicos e investigadores de las ciencias sociales y humanidades que contribuya al
desarrollo de las disciplinas. La publicación está abierta a la presentación de trabajos
de investigadores nacionales y extranjeros. Su línea editorial prioriza el abordaje de
temáticas de interés nacional que coadyuven a comprender la realidad del país en el
contexto global y en la multiplicidad de sus dimensiones, con el objeto de esclare-
cer posibilidades de transformación que conlleven a nuevas formas de organización
social que ayuden a superar las desigualdades; asimismo, promueve una permanente
reflexión en torno a nuevas propuestas metodológicas y temáticas.
5. Autoridades ministeriales
Franzi H. Hasbún
Ministro de Educación
Erlinda HándalVega
Viceministra de Ciencia y Tecnología
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Viceministro de Educación
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Directora Nacional de Investigación
en Ciencia,Tecnología e Innovación
Adolfo Bonilla
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Comité de redacción
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Editor
Rocío de los Angeles Galicia
Diseño gráfico y diagramación
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Corrección de estilo
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Adolfo Bonilla Bonilla
CENICSH
adolfo.bonilla@mined.gob.sv
Antonio Martínez-Uribe
CENICSH
antonio.uribe@mined.gov.sv
Directorio
ISSN: 2306-0786
Dirección: 25 calle poniente #835, colonia Layco, San Salvador, El Salvador.
Correo electrónico: cenicsh@mined.gob.sv
6. ÍNDICE
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7
INDAGACIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Establecer una república en un contexto inadecuado es
como ensillar una vaca: la discusión política en torno a la
independencia de Centroamérica
Adolfo Bonilla Bonilla. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Tradición y reforma: conflictos entre ayuntamientos e
intendencia en la Provincia de San Salvador (1786-1805)
Carlo Aguiluz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Censura previa: ¿reducción a la libertad de prensa? El Salvador,
durante el régimen de Pío Romero Bosque, 1927-1929
Walter René Molina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
El impacto de la intervención de EE. UU. en la guerra de
El Salvador
Matthew James Hone . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
ESTUDIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
Midiendo las desigualdades en educación
Gonzalo Rodríguez-Montano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
7. Consideraciones sobre el fortalecimiento de la cadena de
valor del camarón blanco y el desarrollo local en la Bahía
de Jiquilisco
Carmen León Segura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
SOBRE LOS AUTORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
INTRUCCIONES AL AUTOR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
10. 9Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
PRESENTACIÓN
El Centro Nacional de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades
tiene el agrado de presentar el quinto número de su publicación semestral.
Con la Revista de Humanidades y Ciencias Sociales hemos pretendido abrir
un espacio para la interlocución de los académicos e investigadores de las
ciencias sociales y las humanidades, que contribuya al desarrollo de las di-
ferentes disciplinas en el marco de un diálogo productivo entre saberes. La
publicación está abierta a la presentación de trabajos de investigadores na-
cionales y extranjeros,y prioriza el abordaje de temáticas de interés nacional
que coadyuven a comprender la realidad del país en el contexto global y en
la multiplicidad de sus dimensiones,con el objeto de esclarecer posibilidades
de transformación que conlleven a nuevas formas de organización social;
asimismo, promueve una permanente reflexión en torno a nuevas apuestas
metodológicas y temáticas.
En esta línea, en el CENICSH consideramos fundamental, para el
desarrollo disciplinar, la tarea de hacer una seria revisión y crítica de los
fundamentos normativos y conceptuales de las ciencias sociales y las huma-
11. nidades. Sin embargo, asumimos que esta importante actividad no puede
realizarse en abstracto, sino a la luz de investigaciones concretas sobre los
problemas fundamentales del país. Por ello la revista es la resonancia de una
persistente preocupación por abordar dimensiones de la realidad que repre-
senten retos teóricos y metodológicos.
Este modesto esfuerzo adquiere sentido y relevancia cuando lo vin-
culamos al compromiso que en repetidas ocasiones ha confirmado elVice-
ministerio de Ciencia y Tecnología con la creación de condiciones para el
despegue de la producción científica de calidad en el país. De ahí que elVi-
ceministerio, a través de su Dirección Nacional de Investigación en Ciencia
Tecnología e Innovación, acoja e impulse el fortalecimiento de este tipo de
publicaciones que responden a la dinámica propia y específica de la creación
de conocimiento en los ámbitos de las humanidades y las ciencias sociales.
Carlos Rodríguez Rivas
Editor
14. Establecer una república en
un contexto inadecuado
es como ensillar una vaca:
la discusión política en
torno a la independencia
de Centroamérica
Adolfo Bonilla Bonilla
CENICSH
abonillaespinoza@gmail.com
Recepción: 5 de octubre de 2013
Aceptación: 25 de noviembre de 2013
15. Resumen
Este trabajo examina si Centroamérica estaba preparada para establecer una
constitución republicana luego de la declaración de independencia. Esta
pregunta se responde analizando importantes aspectos de la vida política:
las ideas políticas existentes con suficiente desarrollo que fueron expresadas
en las propuestas de constitución, las ideas económicas vigentes y el tipo de
economía, la preparación intelectual y política de los líderes y su comporta-
miento en momentos políticos cruciales. Concluimos que si bien es cierto
que Centroamérica no tenía todas las condiciones a su favor para establecer
una república antigua, existían bases suficientes para afirmar que una direc-
ción política sabia y prudente tenía posibilidades de construir una república
moderna exitosa.
Palabras clave: constitución, república, monarquía, federalismo, facción,
representación, liberalismo, despotismo, dictadura.
Abstract
This work examines whether Central America was prepared to establish a
republican constitution after the declaration of independence.This question
get an answer examining key issues of political life: the existing political
ideas with sufficient development that were expressed in the constitutional
proposal, the type of economy and the economic ideas available, the inte-
llectual and political preparation of the political leaderships and their poli-
tical behavior in crucial political moments.We conclude that it is true that
Central America did not have all the necessary conditions to establish an
ancient republic; there are sufficient basis to affirm that a wise and prudent
political leadership had possibilities to build a successful modern republic.
Keywords: constitution,republic,monarchy,federalism,faction,representa-
tion, liberalism, despotism, dictatorship.
16. 15Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
Introducción
Cuando analizamos el concepto de república1
tenemos presente que estamos
hablando de una forma de gobierno que se establece con base a principios
similares practicados en las polis griegas y la res pública romana que tienen
como fundamento la cultura cívica y las virtudes cívicas del ciudadano, y
que dentro de esa forma de gobierno distinguimos entre repúblicas clásicas
de la antigüedad y repúblicas modernas, pero ambas tienen dos principios
claves explicados por James Madison en El federalista, n.° XXXIX:
podemos definir una república, o al menos dar este nombre a un
gobierno que deriva todos sus poderes directa o indirectamente de
la gran masa del pueblo y que se administra por personas que con-
servan sus cargos a voluntad de aquel durante un periodo limitado
1 J. G. A. Pocock, El momento maquiavélico. El pensamiento político florentino y la tradición
republicana atlántica (España:Tecnos, 2002).
Establecer una república en
un contexto inadecuado
es como ensillar una vaca:
la discusión política en
torno a la independencia de
Centroamérica
Adolfo Bonilla Bonilla
abonillaespinoza@gmail.com
CENICSH
17. 16 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
o mientras observen buena conducta.Es esencial que semejante go-
bierno proceda del gran conjunto de la sociedad, no de una parte
inapreciable, ni de una clase privilegiada de ella.2
Además de esos principios republicanos que comparten las repúbli-
cas modernas y antiguas, Madison incorpora dos principios que distinguen
a la república moderna norteamericana que siguen siendo el paradigma de
esta forma de gobierno: el principio de representación,3
que no existía en
la antigüedad clásica, y el principio federal,4
que establece el concepto de
soberanía dual. En una república moderna también se incorpora principios
claramente liberales como son la libertad individual y los derechos indi-
viduales, ya sean naturales o positivos. Generalmente son aceptados como
derechos naturales la seguridad, la vida, la libertad y la propiedad.5
Cuando
examinamos las posibilidades existentes para establecer una república des-
cartamos que Centroamérica tuviera condiciones para establecer una repú-
blica antigua, y precisamente el problema radicó en que un pequeño grupo
de líderes encabezados por José Francisco Barrundia intentaron constituir
una república antigua. Cuando concluimos que Centroamérica tenía cier-
tas condiciones para establecer una república, nos estamos refiriendo a los
principios de la republica moderna, y de preferencia una república unitaria,
ya que el sistema federal demandaba cualidades que no se tenían. Este es el
tema en discusión en las siguientes páginas.
2 James Madison, n.° XXXIX, en El federalista,A. Hamilton, J. Madison y J. Jay (México:
Fondo de Cultura Económica, 1943), 159.
3 Madison, El federalista, n.° X, p. 39.
4 Madison, El federalista, n.° XXXIX, p. 163.
5 John Locke, Two Treatises of Government (Cambridge: Cambridge University Press,
1996), 350.
18. 17Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
La evolución de las visiones sobre la in-
dependencia
Un infante no puede independizarse de sus padres,un adolecente cuando lo
trata de hacer en forma prematura rápidamente se siente y regresa al hogar,
los jóvenes vigorosos cuando se independizan debidamente preparados esta-
blecen sus familias de forma exitosa. Igualmente cuando una independencia
se busca de forma prematura e incluso de forma forzada, como las indepen-
dencias hispanoamericanas,aunque triunfen tienen grandes dificultades para
establecerse como naciones independientes.
En el bicentenario de los procesos de independencia hispanoame-
ricana, los historiadores debatieron acaloradamente su interpretación y en
particular sus resultados. Eso ha dado lugar a preguntarse si Hispanoamérica
había alcanzado la madurez política e intelectual para vivir una vida inde-
pendiente. En su época el proceso de independencia como consecuencia de
la Ilustración pasó del optimismo de Juan PabloViscardo y Francisco de Mi-
randa al relativo pesimismo de Bolívar a la evaluación negativa y desgarra-
dora de Antonio José de Irisarri.Juan PabloViscardo,en su «Carta a los espa-
ñoles americanos»,6
publicada en 1799, sostuvo que Hispanoamérica estaba
madura para la independencia. Francisco de Miranda, en sus dos propuestas
para la independencia de Hispanoamérica,derrochaba igual optimismo.7
Las
experiencias prácticas del levantamiento de Miguel Hidalgo y José María
Morelos en México, y el establecimiento y derrota de la primera república
en Venezuela obligaron a modificar esta percepción. Simón Bolívar, en su
«Carta de Jamaica» de 1815,8
expresó que solo Chile estaba maduro para la
libertad. Ante el colapso de la Gran Colombia, en una carta de 1830, ex-
6 Juan PabloViscardo, «Carta a los españoles americanos» [s.e., 1792]: «El nuevo mundo
es nuestra patria, y su historia es la nuestra».
7 Carmen Bohórquez. Parte de la tesis doctoral «Francisco de Miranda y el proceso de
Constitución de una identidad americana».Tesis defendida en la Universidad de París III-
Sorbonne Nouvelle en 1996 y publicada en L´Harmattaqn, Paris, 1998.
8 Simón Bolívar, «Carta de Jamaica», Kingston, septiembre 6 de 1815.
19. 18 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
presa su pesimismo extremo sobre la independencia de América, señalando
que Hispanoamérica es ingobernable y que aró en el mar.Antonio José de
Irrizari,en su biografía del mariscal de Ayacucho,9
a mediados del siglo XIX,
hizo un balance terriblemente desgarrador de la independencia hispano-
americana, que se puede leer como un fracaso en su aspiración de establecer
constituciones modernas.
En el Reino de Guatemala y Centroamérica nunca fue expresado
un optimismo desbordante,y las posiciones a favor de la independencia evo-
lucionaron desde una satisfacción de trabajar en el marco de la Constitución
de Cádiz hacia posiciones de autonomía y a favor de una independencia
en 1821 un poco forzada por las circunstancias; en 1823 y 1824 durante la
Asamblea Nacional Constituyente se respiraba un espíritu de optimismo,
pero el mal comienzo del primer gobierno federal y la desastrosa guerra civil
de 1826-1829 crearon un ambiente de pesimismo.
José Cecilio del Valle escribió en una carta a Jacobo Hacfkens en
1831, en la que le comentaba que el Gobierno había sido llenado de per-
sonas ineptas y que la vida política se había vuelto invivible. «Nada alcanza
madurez porque el motor de la república es Aujour’oui le trone, et demain les
fers».10
Este mismo autor,en un análisis devastador de la Constitución de 1824
realizado en 1832,11
predijo que de no corregirse los defectos de la Consti-
tución y en particular la debilidad del Ejecutivo federal, Centroamérica se
encaminaba a su colapso. Juan José Aycinena en ElToro Amarillo, un vibrante
trabajo de filosofía política, concluía que en Centroamérica no existía un
verdadero sistema federal y republicano, y hacía un llamado para reformar la
Constitución y construir un verdadero republicanismo y federalismo.12
Del
mismo modo,Alejandro Marure, en un ensayo muy crítico escrito en 1839
9 Antonio José de Irisarri, Historia crítica en el asesinato cometido en la persona del Gran Ma-
riscal de Ayacucho (Madrid: Editorial América, s.a.).
10 Un día en el trono, el siguiente en las cadenas. Carta de José Cecilio delValle a Jacobo
Haefkens, 10 de abril y 29 de julio de 1831.Archivo Oquelí.
11 José Cecilio delValle,«La constitución federal»,en Obras de José Cecilio delValle, ed.Jorge
delValle Matheu (Guatemala:Tipografía Sánchez de Guise, 1829 y 1830).
12 Juan José de Aycinena,ElToro Amarillo (Guatemala:Editorial José Pineda Ibarra,1980),2.
20. 19Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
sobre la conducta política de Francisco Morazán, ya no tenía el optimismo
que mostró al inicio de la década.13
Estos textos nos muestran que quizá
nuestras instituciones políticas no estaban maduras para una independencia
ordenada y segura que garantizara el bienestar de nuestros pueblos, y es por
ello que transitó de un optimismo moderado a un momento pesimista.
Las influencias intelectuales
Las ideas políticas en los procesos de independencia guían, dan luz a la ac-
ción y lucha y son fundamentales en el momento de plantear la constitución
que le es natural.Si las ideas expresadas en una constitución son adecuadas la
independencia se considera exitosa, si están fuera de contexto son el origen
del fracaso.
En nuestro proceso de independencia, destacaron principalmente
tres influencias políticas. Primero, el absolutismo ilustrado borbónico y eu-
ropeo; segundo, el republicanismo clásico y, en menor medida, el republica-
nismo moderno norteamericano,porque estaba en configuración y era poco
conocido; y en tercer lugar, las ideas liberales que también por ser hijas de la
modernidad estaban en configuración y eran poco conocidas.
En el pensamiento de Juan PabloVizcardo destacó la influencia del
liberalismo inglés, la ilustración francesa y pensadores republicanos clásicos.
En Miranda, definido por Bolívar como el hombre más erudito de Hispa-
noamérica, son obvias la gran influencia de los clásicos de la antigüedad, la
Ilustración francesa y su gran admiración por los pensadores ingleses. Sus
propuestas constitucionales son una mezcla interesante de principios e ins-
tituciones romanas, y principios de instituciones inglesas y francesas de la
13 Alejandro Marure, «Observaciones sobre la intervención que ha tenido el ex presidente
de Centroamérica General Francisco Morazán, en los negocios políticos de Guatemala, du-
rante las convulsiones que ha sufrido este Estado, de mediados de 837 a principios de 839»
(Guatemala: Imprenta la Academia de Estudios, 1839). Archivo General de la Nación, El
Salvador, Fondo Impresos, Sección Federal.
21. 20 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
modernidad. Bolívar, en la Carta de Jamaica,14
su discurso de Angostura y su
propuesta de Constitución para Bolivia hecha en 1826, deja ver la influen-
cia del republicanismo clásico y de pensadores franceses e ingleses moder-
nos, pero definitivamente el signo distintivo de la propuesta de Bolívar fue
el republicanismo clásico. Además tanto Miranda como Bolívar admiraban
mucho la Constitución inglesa.
En el Reino de Guatemala, el pensamiento político y económico
ilustrado se fundamenta en el liberalismo inglés y escocés y para el desarrollo
de las ideas republicanas clásicas donde pensadores como Cicerón, Quinti-
lliano, Plutarco eran lecturas muy usadas. En un segundo momento se usó
mucho a Montesquieu15
y Rousseau. El Plan de estudio de la Universidad
de San Carlos de 1782, presentado por José Antonio Liendo y Goicoechea,
presenta algunos de estos textos a excepción del Contrato Social, de Rous-
seau, que estaba en la lista de libros prohibidos. Los escritos producidos en la
Sociedad Económica de Amigos de El país fundada en 1794 y los artículos
publicados en La Gazeta de Guatemala a partir de 1797 son un testimonio
de estas afirmaciones, ya que para producirlos se citan directa o indirecta-
mente los escritos de esos autores mencionados. En los escritos económicos
de la época se citan directamente a economistas de las tres escuelas econó-
micas de la época: mercantilismo, fisiocracia y liberalismo. Los economistas
españoles informados de estas tres escuelas se citaban y en particular José del
Campillo,16
Pedro Rodríguez Campomanes17
y Gaspar Melchor de Jovella-
14 Simón Bolívar, «Carta de Jamaica».
15 Montesquieu,Charles Louis de Secondant,baron de.The Spirits of the Laws (Cambridge
University Press, 1989).
16 José Campillo y Cosío, Nuevo sistema de gobierno económico para la América: con los males y
daños que le causa el que hoy tiene de los que participa copiosamente España,y remedios universales para
que la primera tenga considerables ventajas y la segunda mayores intereses (1743) (Madrid: Imprenta
de Benito Cano, 1789).
17 Pedro Rodríguez Campomanes, Discurso sobre el fomento de la industria popular (Madrid:
Sancha, 1774).
22. 21Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
nos.18
En el Plan de Cátedra de Economía Política,19
preparado por José Cecilio
del Valle en 1812, se citó a los mercantilistas Sully y Colbert, los fisiócratas
franceses, los economistas liberales Adam Smith, David Hume.20
En polí-
tica, el derecho natural y la teoría contractualista de John Locke fueron la
base para las propuestas constitucionales presentadas por el Ayuntamiento de
Guatemala en 1810.21
Ese mismo año, José Cecilio delValle conoció los tra-
tados sobre legislación de Jeremy Bentham y a través de él fue una influencia
importante en Centroamérica.
En 1820 la influencia del pensamiento político norteamericano
comienza a desplegarse por el impacto de su republicanismo representativo
moderno y por el atractivo que representaba el principio federal para con-
trarrestar el ancestral centralismo de la cultura política hispánica. Sin embar-
go, el conocimiento que se tenía del federalismo norteamericano era muy
limitado, ya que no se conocía El federalista,22
texto que explica la filosofía
política que inspiró el diseño de la Constitución de los Estados Unidos de
1787.A partir de 1832, Juan José Aycinena por su exilio en Estados Unidos
comenzó a realizar una lectura política a partir de su conocimiento directo
de la filosofía política norteamericana y la Constitución. Su propuesta de
construcción de una verdadera república federal presentada en 1838 estaba
fundamentada en El federalista, pero lamentablemente su propuesta no fue
comprendida y se pensó que su intención era destruir la Constitución de
18 Gaspar Melchor de Jovellanos, «Elogio de Carlos III e Informe sobre Ley Agraria», en
Jovellanos: La Reforma Ilustrada, ed. Franco Cerutti (Costa Rica: Libro Libre, 1987).
19 José Cecilio delValle, «Plan de Cátedra de Economía Política», El Amigo de la Patria, n.°
23, abril 12, 1821.
20 David Hume, Political Essays (Cambridge University Press, 1994).
21 John Locke, TwoTreatises of Government (Cambridge University Press, 1988).
22 Gustavo R.Velasco en el prólogo escrito a la edición de El federalista, publicado en 1943
por el Fondo de Cultura Económica,se pregunta si esta obra ha ejercido alguna influencia en
América Latina y responde: «El federalista no puede haber influido de manera apreciable en
el pensamiento político de México, Centro y Sur América, porque casi no fue conocido en
estas partes del continente. De los autores de la primera mitad, más o menos, del siglo XIX
(…) que me ha sido dable consultar, únicamente lo citan Alberdi y Sarmiento». Hamilton,
Madison y Jay, El federalista, pp. xv-xvi.
23. 22 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
1824. A principios de la década de 1820 la influencia del republicanismo
clásico adquiere preeminencia por las lecturas de Rousseau23
que hizo José
Francisco Barrundia, quien tomó El contrato social como libro de cabecera.
Los legisladores
Los procesos de independencia tuvieron dos partes: la independencia y la
formación de una constitución. Para la primera, se necesitaba un buen lide-
razgo político y militar; y para la segunda, contar con buenos legisladores.
En la antigüedad la figura del legislador fue importantísima: la historia no
recuerda a los malos,pero sí a los brillantes que redactaron célebres constitu-
ciones adaptadas al espíritu de sus pueblos y que tuvieran viabilidad práctica.
Con base en ellas se constituyeron imperios. Moisés, Solón, Licurgo, Numa,
ServioTulio (Roma y Grecia),ShangYang (China) yTlacaélel (Tenochtitlán)
aparecen en la historia como grandes legisladores. Otros pueblos construye-
ron grandes legislaciones a través del experimento y de ajustes graduales. En
la modernidad se considera la Constitución inglesa como una constitución
formidable.Al igual que la Constitución de los Estados Unidos de América,
la cual, asimismo, fue fundamento de su imperio y convirtió a los estadistas
que más contribuyeron a su redacción (James Madison y Alexader Hamil-
ton) en celebres legisladores. Hispanoamérica como producto de su Inde-
pendencia produjo próceres, pero no grandes constituciones ni legisladores.
Francisco de Miranda y Simón Bolívar hicieron propuestas constitucionales
que no ganaron celebridad, su prestigio tiene origen en su liderazgo por la
independencia.
En el Reino de Guatemala y Centroamérica, podemos considerar
a José María Peynado como un gran legislador. Su propuesta constitucional
para la Monarquía española dada en 1810 a su diputado en Cortes,Antonio
23 Jean Jacques Rousseau, The Social Contract and Discourses (London: Everyman, 1913).
24. 23Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
Larrazábal,24
es una magnífica propuesta liberal. Dicha propuesta tuvo in-
fluencia en España en la elaboración de la Constitución española de 1812.
La Constitución centroamericana de 1824 fue intelectualmente muy intere-
sante,pero contradictoria,ya que en ella se trató de amalgamar una república
moderna y una república antigua;una constitución simultáneamente federal,
confederal y centralista.Cuando esta Constitución fue sometida a la práctica
política, saltó en pedazos con la guerra civil de 1826-1829. Cuando fue so-
metida a un análisis constitucional serio en 1832 no resistió la prueba. José
Cecilio delValle en su ensayo La constitución federal,25
y luego Juan José Ayci-
nena en ElToro Amarillo.Valle demostró que cada cuerpo de la Constitución
estaba mal organizado y que el grupo que estuvo a cargo de su elaboración:
José Matías Delgado, José Francisco Barrundia, Pedro Molina y Mariano
Gálvez no tenían la preparación necesaria para legislar. Predijo que de no
modificarse esta constitución, la unidad centroamericana era inviable. Juan
José Aycinena,en su célebre ElToro Amarillo,26
demostró que en Centroamé-
rica la Constitución de 1824 no era federal ni republicana, sino un nuevo
despotismo centralista con ropaje federal y republicano, por el desconoci-
miento que se tenía del pensamiento político y constitucional de los Estados
Unidos de América,en el momento en que se redactó la Constitución.Estos
pensadores,Valle y Aycinena, develaron las deficiencias de los legisladores
centroamericanos de 1824. Al frustrarse la reforma de la constitución de
1824 en un intento de reforma realizado en 1836, el colapso de la unidad
centroamericana en 1838 era casi inevitable,y por tanto es bastante evidente
que Centroamérica no fue tierra de grandes legisladores.
24 José María Peinado, «Instrucciones para la Constitución Fundamental de la Monarquía
Española y su Gobierno. Dadas por el Ayuntamiento de la ciudad de Guatemala dadas a su
diputado Dr. Antonio de Larrazábal», en La génesis del constitucionalismo guatemalteco, Jorge
Mario García Laguardia (Guatemala: Editorial Universitaria, 1971).
25 DelValle, «La constitución federal», 262-263.
26 Aycinena, ElToro Amarillo, 3.
25. 24 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
Los gobernantes
El liderazgo individual en política es imprescindible, y en particular en pe-
riodos de formación de las naciones. Los pueblos que han producido mi-
norías creativas capaces de dirigirlos han creado organizaciones políticas
poderosas que dieron como resultado grandes naciones. Expresión de esas
minorías creativas son Pericles,Fabio Máximo,Bismarck,William Pitt,James
Madison. En Centroamérica destacó José María Peinado, pero lamentable-
mente murió antes de la independencia.En la siguiente generación tenemos
la gran figura de José Cecilio del Valle, quien tenía todas las características
del estadista y destacó en matemáticas, economía, periodismo, legislación,
y mostró grandes dotes para desempeñarse en el Poder Ejecutivo. Brilló
como alcalde de Guatemala en 1820, como miembro del segundo triunvi-
rato ejecutivo durante la Asamblea Nacional Constituyente en 1823 y 1824
y solo una maniobra política muy cercana al fraude electoral le impidió ser
el primer presidente de Centroamérica en 1825. En 1830, fue derrotado
por el prestigio militar de Francisco Morazán en la carrera presidencial, y en
1834 murió de un ataque al corazón sin saber que ya era presidente electo
de Centroamérica.Fue un hombre que pudo haber hecho mucha diferencia
y quizá su administración hubiera evitado el colapso de la república federal
centroamericana.
En la dirección contraria, Juan Barrundia, el primer jefe de Estado
de Guatemala en 1825, fue el mayor responsable en desatar la guerra civil
de 1826 que incendió a Centroamérica. Destacó por su incompetencia y su
insensatez y llegó al colmo de iniciar la guerra y huir rápidamente a Chiapas
el 26 de octubre entregando el mando al oficial francés José Pierzón, hecho
completamente inconstitucional, traicionando su cacareado patriotismo.27
27 Adolfo Bonilla Bonilla, «The Central American Enlightenment 1770-1838.An Inter-
pretation of Political Ideas and Political History» (PhD thesis, Manchester University, 1996),
430-431.
26. 25Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
El presidente Manuel José Arce demostró demasiada ambición por
ser presidente de Centroamérica, pero fue producto de una decisión colec-
tiva el impedir el nombramiento de José Cecilio delValle que a todos luces
estaba mejor preparado para el cargo. Durante la guerra civil fue juicioso,
mas su liderazgo militar indeciso, y eso provocó su destitución.
José Francisco Barrundia, conocido como el tribuno de Guatemala,
fue junto a su hermano Juan y Mariano Gálvez el mayor responsable del
inicio de la guerra civil. Cuando Morazán tomó la ciudad de Guatemala,
le tocó asumir la presidencia de Centroamérica, ya que presidía el Senado,
aunque él mismo no deseaba hacerlo, ya que repetía la posición patética de
no haber nacido para cargos ejecutivos.28
Mariano Gálvez fue un gobernante interesante y reformador, pero
era el maestro de la intriga y su despotismo lo hizo tomar medidas insensatas
que precipitaron a Centroamérica a la guerra civil y finalmente al colapso
de la unidad centroamericana.
Francisco Morazán fue brillante militarmente, sin embargo muy li-
mitado como gobernante. Desaprovechó los momentos de máximo poder y
prestigio para darle un nuevo rumbo a Centroamérica y sin quererlo contri-
buyó a la destrucción de la unión centroamericana al ser parte de las fuerzas
políticas que tendían a la desunión. En lugar de ponerse por encima de las
facciones en 1829,fue un gobernante de facción y la unidad centroamerica-
na se desintegró durante su administración.
José Francisco Córdova sostuvo en 1824 que gobernara un triun-
virato en razón de que Centroamérica no tenía un líder que reuniera todas
las condiciones para gobernar.29
La historia nos muestra que el juicio de
Córdova era bastante acertado.
28 Bonilla Bonilla, «The Central American Enlightenment 1770-1838», 438-440.
29 José Francisco Córdova, «Opinión sobre el proyecto de constitución (1824)», 7 de Julio
de 1824, en La Independencia y la anexión de Centroamérica a México, Jorge Luján Muñoz (Gua-
temala: Serviprensa Centroamericana, 1982), 285-286.
27. 26 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
Los grandes momentos políticos
Dice Maquiavelo que cuando no hay grandes legisladores se puede llegar a
un buen sistema político y a una buena constitución por ajustes.30
En Cen-
troamérica se partió de una mala constitución en 1824, pero no se aprove-
charon las oportunidades para corregirla y perfeccionarla, aun cuando esas
oportunidades existieron. La anexión a México no fue una propuesta desca-
bellada y propició el primer debate abierto sobre la constitución. El fracaso
del experimento imperial de Iturbide obligó a la Independencia de México
y abrió la posibilidad de hacer una buena constitución.Los jóvenes sin expe-
riencia política se endiosaron y creyeron que estaban listos para legislar. José
Francisco Barrundia fue nombrado presidente de la comisión de constitu-
ción de la Asamblea Nacional Constituyente,acompañado de Pedro Molina,
Mariano Gálvez y José Francisco Córdova (conocido como «Cordovita»).
Produjeron una constitución interesante, aunque contradictoria, con pode-
res del Estado mal organizados y en esencia una constitución impracticable
que tenía el sello de la falta de experiencia en la materia. Esa fue la gran
oportunidad perdida para Centroamérica. Las contradicciones afloraron y la
irresponsabilidad de los liderazgos llevó al estallido de la guerra civil en 1826.
Durante la guerra, en 1827 se dieron varias negociaciones para buscar una
salida, pero en gran parte por la intransigencia de San Salvador eso no fue
posible. Esa fue la gran oportunidad desaprovechada para hacer una reforma
profunda a la constitución y parar la guerra.Centroamérica tuvo una tercera
oportunidad de encausar el rumbo en 1829 cuando Morazán tomó Guate-
mala.Al contrario de Napoleón que se puso por encima de las facciones y
legisló, Morazán equivocadamente optó por ser el caudillo de una facción
atizando el fuego de la discordia y perpetuando las causas que llevaron a la
guerra civil en 1826. No aprovechó el movimiento a favor de la reforma de
la constitución propuesto en 1830 por Pedro Molina,por el contrario apoyó
30 Nicolás Maquiavelo, The discourses on the first ten books of Titus Livy (London: Penguin
Classics, 1970), 105-106.
28. 27Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
su destitución. En 1832 cuando el movimiento a favor de la reforma tomó
nuevo ímpetu,Morazán no asumió el liderazgo,más bien optó por extender
el gobierno de facción a San Salvador derrocando personalmente al jefe de
Estado constitucional José María Cornejo. En 1836, cuando se dio el debate
final sobre la Constitución de 1824 en las instancias federales, Morazán no
asumió ningún liderazgo como correspondía por ejercer en ese momento
la presidencia. Sin duda, esa quizá fue la última gran oportunidad perdida
para dar un nuevo rumbó a Centroamérica y evitar su desintegración. La
propuesta de reforma presentada por Juan José Aycinena para construir un
nuevo pacto y constitución federal en 1838 no fue comprendida, y los Es-
tados comenzaron por sí solos a proclamar su soberanía desintegrando la
unidad centroamericana. Finalmente, ante el avance de los ejércitos guerri-
lleros ladinos, mulatos e indígenas, encabezados por Rafael Carrera,31
y ante
lo impredecible de la conducta de un movimiento que desde la élite criolla
se veía como una amenaza a la civilización hispánica, un grupo de notables
de la ciudad de Guatemala, donde destacaba Juan José Aycinena y Alejandro
Marure, propuso la dictadura clásica a Morazán. Este no entendió la tras-
cendencia y legitimidad de la propuesta y la rechazó. Si Morazán hubiera
aceptado la dictadura clásica que le ofrecieron es probable que la historia de
Centroamérica fuera otra.Lamentablemente la predicción de su destrucción
hecha porValle en 1832 se cumplió en 1838. En política, las oportunidades
deben aprovecharse.
Visión sobre los pueblos indígenas
Para establecer una república Centroamérica tenía necesariamente que inte-
grar políticamente a su población indígena,que mostraba para 1821 un buen
31 Cfr. Juan Carlos Sarazúa Pérez, «Territorialidad, comercio y conflicto al Este de Guate-
mala: Santa Rosa, 1750-1871» (Tesis, Escuela de Historia, Universidad San Carlos de Guate-
mala, 2007);Ann Jefferson, «The Rebelion of Mita Estern of Guatemala 1837» (Tesis Docto-
ral, University of Massachusetts Amherts, 2000).
29. 28 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
grado de civilización e integración, habiéndose logrado su incorporación a
la ciudadanía desde 1812 en la Constitución de Cádiz. Esta integración fue
el resultado de una evolución positiva de la población indígena producto del
ilustre José Campillo,quien en 1743 en su libro Nuevo sistema de gobierno eco-
nómico para la América concluyó que la verdadera riqueza de América era su
población indígena. Que el indígena, igual que todo ser humano, se mueve
por utilidad y que el sistema económico y la segregación impuesta por los
españoles había llevado a una explotación extrema del trabajo indígena, y
que era momento de brindarle nuevos espacios para su superación econó-
mica.32
Esta nueva visión tuvo mucho impacto en la primera generación de
ilustrados centroamericanos, quienes vieron honestamente al indígena en
planos de igualdad natural, aunque aceptaban la superioridad de la cultura
hispánica. Esta nueva visión es lo que propició el fin del repartimiento de
indios, la extinción del tributo y el acceso a la ciudadanía de la población
indígena masculina en la Constitución de 1812.33
A partir de 1829, en Gua-
temala, se comenzó a impulsar una reforma agraria que privatizaba todas
las tierras baldías, lo cual afectó profundamente a la población indígena que
tenía una posesión ancestral de las tierras, pero no tenía títulos de propiedad
en el sentido moderno. Esto provocó grandes litigios en los cuales los po-
bres, generalmente indígenas, mulatos y ladinos, fueron desposeídos y solo
los ricos pudieron comprar tierras.34
Sin embargo la gota que derramó el
vaso fueron los proyectos de colonización impulsados por Mariano Gálvez
para atraer emigrantes principalmente de origen protestante. Los territorios
asignados eran gigantescos, que en teoría estaban despoblados, mas en rea-
lidad estaban llenos de pobladores. En esos territorios comenzó la protesta
y el levantamiento de indígenas, ladinos y mulatos liderado por Carrera en
1837. En el fondo estos proyectos respondían a un cambio de visión sobre
32 José Campillo y Cosío, Nuevo Sistema de gobierno económico para la América (1743).
33 Constitución de la Monarquía Española de 1812.
34 Sarazúa Pérez, «Territorialidad, comercio y conflicto al Este de Guatemala»; Jefferson,
«The Rebelion of Mita Estern of Guatemala 1837».
30. 29Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
la población indígena. De ser considerados como la verdadera riqueza de
América habían pasado a ser, en la administración de Gálvez, una cultura
incómoda que era un obstáculo para el desarrollo del progreso.Irónicamente
al inmigrante se le ofrecieron grandes facilidades para ser propietario y al
natural se le ofrecía desposesión y marginación. Este cambio en la forma de
pensar no era casual:en Estados Unidos se continuaba una política de exter-
minio de la población indígena con niveles de crueldad realmente típicos de
tiempos bárbaros,y lo mismo hacían los criollos porteños en Río de la Plata.
Gálvez y Morazán simplemente seguían una política de exterminio y acoso
a las poblaciones indígenas. Por suerte los ladinos e indígenas guatemaltecos
crearon una guerrilla poderosa capaz de triunfar y defender su cultura, bajo
el liderazgo del legendario guerrillero ladino indígena Rafael Carrera, el
único de su género,que murió investido de su calidad de presidente vitalicio
de Guatemala. Si Centroamérica aspiraba a construir una república debía
integrar en su proyecto correctamente a su mayor tesoro, su población indí-
gena.De indígena marginado a ciudadano activo y participativo hay un gran
paso. Lamentablemente ese problema en muchos lugares de Centroamérica
sigue sin resolverse.
Las posibilidades de establecer una repú-
blica
Una república o una polis la forman los ciudadanos, y el mismo concepto de
ciudadano lleva la connotación de un ser dedicado a la vida política activa en
defensa del bien común, la ley y la libertad política. Su fundamento son las
virtudes cívicas (sabiduría, moderación, coraje, templanza y justicia), y estas
no son naturales y se deben trabajar a partir de la educación y la práctica
cívica. Ello hace de la república una forma de gobierno muy complicada
para establecer y estabilizar políticamente. Asume la propiedad privada o
dominio personal de una extensión suficiente para vivir con comodidad,
pero la gran propiedad la destruye porque inclina la constitución a la for-
31. 30 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
mación de facciones y la oligarquía. En la antigüedad clásica para estable-
cer una polis o república, se establecieron previamente reformas económicas
que le dieron estabilidad.Así, las reformas económicas de Licurgo están a la
base de la constitución mixta de Esparta,35
y las de Solón en la democracia
ateniense,36
y en la Roma republicana los sensores nunca permitieron que los
ciudadanos poseyeran grandes propiedades.Cuando las conquistas crearon el
latifundio aparecieron los ejércitos de clientela de Julius Caesar y Pompeyo.
La república colapsó como resultado del deterioro de la cultura cívica. En
Estados Unidos,y principalmente en Nueva Inglaterra,fue posible crear una
república moderna representativa y federal sobre la base de democracias di-
rectas a nivel municipal,el reino de la pequeña propiedad y una cultura pro-
testante que fundamentaba las virtudes cívicas y religiosas.37
Sobre esa base
para los grandes legisladores de la constitución de 1787 fue posible levantar
el edificio de la república federal moderna y liberal. Alexander Hamilton
en El federalista, n.° VII,VIII y IX, explicó convincentemente las ventajas
de una constitución federal,38
y James Madison escribió argumentando que
el gobierno representativo era superior al democrático clásico.39
Por ello en
Estados Unidos de América no se intentó construir una república antigua
y se legisló sin vacilación para una república moderna basada en profundas
trasformaciones económicas, religiosas y conceptuales.
En Hispanoamérica no existían condiciones para establecer una
república antigua, sin embargo las propuestas constitucionales influyentes
como las de Simón Bolívar tenían esas características.40
En Centroamérica,
como se ha comentado antes, la Constitución de 1824 fue una mezcla de
república antigua y moderna. Se buscó tener lo mejor de los dos mundos y
35 S.E. Finner, The history of government I (Oxford University Press, 1997), 339.
36 Finner, The history of government I, 342.
37 Alexis deTocqueville,La democracia en América I (España:Alianza Editorial,1980),58-66.
38 Hamilton, El federalista, 23-35.
39 Madison, El federalista, 35-41.
40 Simón Bolívar, «Discurso sobre el proyecto de Constitución para Bolivia». Lima, 25
de mayo de 1826, http://www.educ.ar Las cámaras de tribunos, de senadores y sensores son
típicas de la república clásica.
32. 31Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
eso no era posible.La república antigua necesariamente demandaba una cul-
tura cívica y virtudes cívicas que no se podían desarrollar en una monarquía
absoluta. El tipo de propiedad no era favorable, ya que la desigualdad en la
propiedad estaba ensanchada y en los pueblos indígenas la propiedad era co-
lectiva. La república antigua demandaba necesariamente una reforma agra-
ria. La cultura política intolerante de la cultura hispánica era otro valladar así
como las divisiones étnicas.Además esta forma de constitución correspondía
a otra época de la historia y a otros contextos culturales. En suma, edificar
una república antigua en Centroamérica en la época de la independencia era
como ensillar una vaca.
Sin embargo, el establecimiento de una república moderna repre-
sentativa y liberal tenía mejores posibilidades. En este caso, la república mo-
derna no demandaba las exigencias en materia de ciudadanía y virtudes
cívicas que demandaba la república clásica. El principio de representación
y la separación y control de poderes bien desarrollados garantizaban la es-
tabilidad política. Existía la gran propiedad, pero existían una gran cantidad
de pequeños propietarios y una inmensa cantidad de tierras nacionales que
podían ser colonizadas y usadas para distribución de tierras en propiedad
privada en parcelas de tamaño suficiente para garantizar un nivel de vida
adecuado y fomentar la igualdad. No había necesidad de privatizar las pro-
piedades colectivas de los pueblos de indígenas, pero se debía permitir que
colonizaran tierras en propiedad privada en las líneas propuestas por Cam-
pillo. Centroamérica tenía la ventaja de tener una población indígena tra-
bajadora e industriosa civilizada por la agricultura y la vida en ciudades o
alrededor de las ciudades desde la Mesoamérica precolombina.La población
de origen africano estaba muy bien integrada a la vida económica y política.
En 1821 la cantidad de esclavos era de más o menos quinientos y esa institu-
ción fue abolida en 1823. La población mulata era mayor y estaba totalmen-
te integrada en la economía y en las milicias. Con la mano de obra de los
campesinos ocupada principalmente en sus propios cultivos,la agricultura se
tenía que tecnificar y se debía garantizar un rápido mejoramiento del nivel
33. 32 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
de vida inclinando la economía hacia la industria y el comercio. Este análisis
nos permite concluir que existían condiciones básicas desde el punto de vis-
ta social y económico para establecer una república. Una república federal y
representativa moderna como la analizó Juan José Aycinena o una república
unitaria representativa moderna como propuso José Francisco Córdova.Esas
dos propuestas no estaban fuera de contexto y no se realizaron por la innece-
saria guerra civil producto de la insensatez. Si una de estas propuestas se hu-
biera consolidado, Centroamérica hubiera estado en capacidad rápidamente
para construir su gran proyecto económico: el canal en Nicaragua. Para ello
se realizaron dos magníficos estudios en la época. José Cecilio delValle ana-
lizó el proyecto del canal en las sesiones del congreso federal en su calidad
de diputado, en sesiones de abril y mayo, en un documento de 17 páginas
con brillantes argumentos.41
Juan José Aycinena publicó su magnífico ensayo
sobre el canal de Nicaragua en 1836 donde predice que de construirse sur-
girían ciudades más importantes que NuevaYork.42
La historia es abierta: a
Centroamérica se le llevó por la ruta del despotismo ilustrado y la república
antigua, a la guerra civil y la desintegración; por la ruta de la república mo-
derna, se le pudo haber llevado a ser una potencia regional.
41 José Cecilio del Valle, «El grandioso proyecto del canal de Nicaragua y la ambición
extranjera», en Obras de José Cecilio delValle, tomo I, pp. 132-149.
42 Juan José Aycinena, «El canal de Nicaragua. (1836)», en Juan José de Aycinena. Idealista
conservador de la Guatemala del siglo XIX, David L.Chandler (Guatemala:CIRMA,1988),172-
200.
34. 33Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
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38. Tradición y reforma:
conflictos entre
ayuntamiento e intendencia
en la Provincia de San
Salvador del Reino de
Guatemala (1786-1805)
Carlo E.Aguiluz
Archivo General de la Nación
carlo.aguiluz@gmail.com
Recepción: 4 de noviembre de 2013
Aceptación: 28 de noviembre de 2013
39. Resumen
Este artículo es parte de una investigación de mayor alcance sobre las luchas
entre grupos de poder que se afincaron entre la tradición (élites locales) y la
reforma (funcionarios reales) a finales del siglo XVIII y principios del XIX,
en la provincia de San Salvador, luchas que con el tiempo ayudaron a la idea
de emancipar a Centroamérica. Se establecen dos elementos claves para el
análisis: por un lado, la tradición como abstracción general sobre las ideas
socioculturales de las élites de San Salvador como principal factor de cohe-
sión entre estas frente a la llegada de las ideas absolutistas y, por el otro lado,
se presenta a la reforma como otro factor decisivo en la reconfiguración del
gobierno colonial de parte de los borbones frente a las provincias indianas
que habían configurado un sistema administrativo descentralizado fuera de
un orden cohesionador como el propuesto por la casa real de origen francés.
Palabras clave: reformas borbónicas, Intendencia de San Salvador, élites
coloniales.
Abstract
This article is part of a wider investigation on the struggles between power
groups who settled between tradition (local elites) and reform (royal offi-
cials) in the late eighteenth and early nineteenth century, in the province
of San Salvador, struggles that eventually helped emancipate the idea of
Central America.Two key elements for analysis are established: one, the tra-
dition as a general abstraction of the sociocultural ideas of the elites of San
Salvador as the main factor of cohesion among these deal with the arrival
of absolutist ideas and, on the other side, presents the reform as another
decisive factor in shaping the colonial government of the Bourbons against
the indies provinces had configured a decentralized administrative system
outside a cohesive order as proposed by the royal house of French origin.
Keywords: Bourbon reforms, Intendance of San Salvador, colonial elites.
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Introducción
El estudio de las élites locales presenta enormes desafíos al investigador; por
un lado, el construir sus historias de vida junto a sus telarañas de poder eri-
gidas durante años y,por el otro,el lograr encontrar los puntos de encuentro
que muestren el actuar de los personajes que se mueven por un mundo tan
distante y diferente al actual. Pero superando estos inconvenientes, se abren
las puertas y ventanas hacia descubrimientos imposibles de rastrear desde
otras perspectivas.
El análisis y la interpretación que en estas páginas se escribe se en-
marcan principalmente en el aglutinamiento de las élites en un punto de
encuentro como el ayuntamiento en contra de los funcionarios reales que
se establecían en la intendencia. En materia de conflictos es muy difícil esta-
blecer los distintos sectores en pugnas, por lo que a manera ilustrativa se han
reunido a los grupos de poder locales dentro del ayuntamiento como ele-
mento cohesionador social y a los poderes foráneos dentro de la intendencia,
Tradición y reforma:
conflictos entre ayuntamiento
e intendencia en la Provincia
de San Salvador del Reino de
Guatemala (1786-1805)
Carlo E.Aguiluz
Archivo General de la Nación
carlo.aguiluz@gmail.com
41. 40 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
para observar sus acciones en un marco de referencia donde los primeros se
aferraron a la tradición, entendida como su arraigo a las costumbres y a la
forma de hacer gobierno, mientras que por reforma se entiende a los cam-
bios introducidos por los borbones con sus políticas públicas de transforma-
ción de sus posesiones, representadas en los funcionarios reales.
El periodo que comprende este artículo es de 1786 a 1805; dado
que en 1786 las reformas borbónicas entraron con total vigor en el Reino
de Guatemala y el año de 1805 se culmina debido a que existe un cambio
trascendental en el traspaso de mando de los intendentes interinos al muy
conocido intendente Gutiérrez y Ulloa,quien fatalmente al aplicar de forma
sistemática la legislación borbónica, coadyuvó al movimiento emancipador
que inició con el famoso 5 de noviembre de 1811 o Primer Grito de Inde-
pendencia de Centroamérica.
El abordaje del problema navega por los límites de lo legal y de lo
cultural,de ahí que se presenten los conflictos entre las dos instituciones que
se disputaban su poder en la ya mencionada provincia; ante esto los conflic-
tos son los principales focos de atención para comprender los vaivenes de la
política impregnada de la cultura de antiguo régimen que coexistía con la
modernidad que se introducía poco a poco en las latitudes centroamericanas.
El Ayuntamiento de San Vicente ante la
Intendencia
Se comienza en una provincia interna de la Intendencia de San Salvador
para narrar los primeros enfrentamientos que tuvieron que ver con las re-
formas borbónicas, pues si bien es cierto la capital provincial era el foco
de efervescencia política, fue en la periferia donde los encuentros entre la
tradición y la reforma tuvieron sus primeras luces que más tarde se trasla-
darían hasta la propia Ciudad de Guatemala, capital del Reino homónimo;
también es importante hacer saber que fue en 1786 cuando fue efectiva la
reforma administrativa en todo el Reino,una que desde el primer momento
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influyó en la formación de la conciencia primaria de autonomía frente a la
metrópolis absolutista.
En el año de 1788, el Ayuntamiento de San Vicente entabló un
ocurso contra el gobernador intendente el licenciado don José Ortiz de la
Peña;1
esto significó uno de los primeros ataques por parte de una de las éli-
tes locales,una periférica,pero que guardaba estrecha relación con los líderes
en el Ayuntamiento de la Ciudad de San Salvador, rival de la Intendencia,
de tal modo que ambos ayuntamientos no solo tenían contacto político o
comercial, sino que incluso se emparentaban entre sí, a tal punto que mu-
chos de los llamados próceres de la independencia tuvieron como cuna la
provincia vicentina, conocida como la capital del añil.
Dicho conflicto resulta ser de los más interesante para el ojo histo-
riador, pues presenta los suficientes elementos para observar la lucha entre
los poderes locales y Reales, una fractura entre lo jurídico y lo tradicional.
Aunque, lo jurídico no necesariamente se convierte en legítimo, pues a fin
de cuentas es una imposición desde España,y lo tradicional tampoco deja de
ser una tiranía, de tal modo que ambos sistemas se enfrentan en los límites
de lo permitido, imperando la ley del soberano, el mandato dispuesto por el
monarca hispano.
El intendente, José Ortiz, de San Salvador se vio envuelto en la co-
rriente legal de la Audiencia de Guatemala por problemas jurisdiccionales.
El conflicto comenzó cuando el señor intendente solicitó ante el Ayunta-
miento de la Villa de San Vicente de Austria algunas causas originales que
llevaban los juzgados de dicha villa y a la misma vez emplazar a uno de
los vecinos, y a otro encarcelarlo, por lo que el Ayuntamiento (o cabildo)
se sintió ofendido debido a que se habían violado su «Real Jurisdicción y
privilegios».2
1 Archivo General de Centroamérica, A1.2.5, Leg. 21, Exp. 194. En Adelante se abrevia
como AGCA.
2 A1.2.5, Leg. 21, Exp. 194, folio 2r.
43. 42 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
El gobernador intendente se enfrentó ante un argumento que para
él era inverosímil:el Ayuntamiento tenía sus privilegios y estos se les respeta-
ban, pues además de la tradición, de la costumbre de hacer sus funciones de
acuerdo a la experiencia, también tenían un logro bajo su manga: una Real
Provisión con la cual años atrás habían logrado arrebatarle el poder a un al-
calde mayor, y claro, si lo habían logrado con este, por qué no con este otro.
El 18 de junio de 1759, se emitió la Real Provisión en la que se
mandaba al alcalde mayor de ese entonces a guardar los privilegios y fue-
ros que el Ayuntamiento poseía, dado que también era una costumbre de
muchos años en ejecución y no se podía intervenir en ella, pues los alcaldes
ordinarios eran quienes tenían potestad en las causas de primera instancia.La
Real Audiencia respondió que «[…] el Alcalde Mayor de la Ciudad de San
Salvador, guarde los privilegios, y esepsiones [sic] concedidas a la dichaVilla,
y sus moradores».3
También presentó más pruebas legales, en 1730 se despa-
chó otra orden de parte de la Audiencia para que «[…] el Alcalde Mayor de
la Provincia de San Salvador […] no incomodando a los vecinos sacándolos
de dicha Villa para la averiguación».4
Y rastreando otros años más atrás, en
1724 se «[…] declaró lo mismo reprehendiendo al Alcalde Mayor, que por
entonces era sobre haverse exedido [sic] queriéndose advocar cuanta causa
que se trataba ante el Alcalde Ordinario».5
El Ayuntamiento había logrado prevalecer ante la justicia indiana en
contra del poder central ubicado en la Alcaldía Mayor. En diferentes ocasio-
nes lograron contener los avances que cada funcionario Real intentaba dar
más allá de su jurisdicción, pues cada vez que esto sucedía el Ayuntamiento
los detenía en seco y lograba que la tradición prevaleciera, haciendo uso de
las leyes y de sus propias versiones de los hechos.
No era tan sencillo enfrentarse a un ayuntamiento,si lo era para uno
perteneciente a una villa en lo más profundo y alejado de la provincia ¿cómo
3 A1.2.5, Leg. 21, Exp. 194, folio 6v.
4 A1.2.5, Leg. 21, Exp. 194, folios 10v-11r.
5 A1.2.5, Leg. 21, Exp. 194, folio 22r.
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no lo sería con el de San Salvador? El cuerpo capitular de SanVicente siguió
presionando porque el intendente se alejara de su jurisdicción y se mantu-
viera en esa línea imaginaria que dividía el poder local del regional, pero él
no lo hizo, siguió hasta las últimas consecuencias amparado en la Ordenanza
de Intendentes, aun así aquellos no desistieron.
Los capitulares aducían razones de índole moral para mantener su
jurisdicción, pues cuando el alcalde mayor desaforaba a los vecinos les oca-
sionaban «notable, agravio, y perjuicio dejando sus cafas [sic], mujeres, e
hijos»;6
y claro, eran razones suficientes como para dejar intacta la tradición
jurídica de mantener la administración de justicia en los alcaldes ordinarios
de SanVicente.Pero no les importaba las razones por las que se violare su ju-
risdicción, el Ayuntamiento tenía preeminencia en sus actos judiciales en su
territorio debidamente demarcado por la costumbre desde tiempos inme-
moriales, y bastaba solo con esto para demarcar los campos de acción de los
alcaldes de San Vicente, imponiendo autoridad y sobresaliendo triunfantes
en cada encuentro con el poder central.Y tenían razón, las Leyes de Indias
les dieron potestad para ejercer justicia en primera instancia en materia civil
y criminal.A continuación se transcribe dicho artículo.
LEY PRIMERA.
El emperador D. Carlos año 1537.
Que en las ciudades se elijan alcaldes ordinarios y es su jurisdic-
ción.
Para el buen regimiento gobierno y administración de justicia de las
ciudades y de españoles de las Indias donde no asistiere gobernador
ni lugarteniente Es nuestra voluntad que sean elegidos cada año en
la forma que hasta ahora se ha hecho y fuere costumbre dos alcaldes
ordinarios los cuales mandamos que conozcan en primera instancia
do todos los negocios causas y cosas que podía conocer el goberna-
6 A1.2.5, Leg. 21, Exp. 194, folios 5v-6r.
45. 44 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
dor ó su lugar teniente en cuanto á lo civil criminal y las apelaciones
que so de sus autos y sentencias vayan á las audiencias gobernadores
ó ayuntamientos estuviere ordenado por leyes de estos y reinos.7
En 1747 otro alcalde mayor, Isidro Díaz de Vivar, envió al doctor
Miguel de Velázquez y Varas, oriundo de Chile, para que se tomara atribu-
ciones que no le competía a oídos del Ayuntamiento, pues se le nombró
administrador de justicia ante la ausencia de los alcaldes ordinario de laVilla
de SanVicente,debido a que Díaz perseguía a una «cuadrilla de Ladrones de
Bestias y Ganados»,8
es decir, era obvio que dichos alcaldes no estarían pre-
sentes a la hora de perseguir a esa banda criminal, era un asunto de carácter
provincial para el alcalde mayor, no podía invadir terrenos protegidos por
otros funcionarios, pero aun así lo hizo; y es que el problema era doble, los
que a la vez eran regidores también eran los dueños de esas tierras, estando
sus reclamos doblemente justificados.Y, como en los otros casos, laVilla tuvo
la razón.
El Ayuntamiento de SanVicente buscó en su historia la manera de
mantener el control sobre su territorio,eran sus tierras,su gente,sus riquezas,
y no podían permitirse que un funcionario Real de otras latitudes impusiera
su criterio sobre el de ellos, ya que era su hogar, y los trapos se lavaban en
casa, tal cual se había hecho durante siglos. En unaVilla tan pequeña con tan
pocas personas con la posibilidad de acceder a un cargo concejil, era evi-
dente que todos se conocían y tenían algún grado de parentesco, volviendo
inviable la justicia ejercida por el alcalde mayor, eso trastocaría el entorno
económico, político y hasta familiar de la localidad.
Años más tarde, con las reformas establecidas, el intendente cum-
pliendo con lo mandando por la Ordenanza vigente que le confería dife-
rente atribuciones, realizó su respectiva visita de cárceles, lo que encontró
7 Ley I,Título Tercero, Libro Quinto, Recopilación de leyes de los Reinos de las Indias (Ma-
drid, España: Boix, 1841), 176. Reimpresión de la original.
8 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 22v.
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no fue de su agrado, ni más ni menos, que los alcaldes en su calidad de
jueces realizaban actos arbitrarios bajo el manto de las leyes, que a juicio del
funcionario Real estaban fuera del orden moral, fuera de los códigos de la
masculinidad de la época.
De entre los varios casos que el intendente expuso con las irregulari-
dades encontradas, mandó a pedir el libro donde se encontraban los casos de
cierta corrupción;la mayoría eran por motivos de deudas,incluso un apodera-
do legal del marqués de Aycinena se vio involucrado en uno de ellos, esta per-
sona era José Juan de Lara que tuvo algunos roces en un feria de añil.9
El caso
que más resalta es el de una mujer viuda que fue encarcelada por deudas, su
nombre era María del Pilar Azanudo, quien debía de cancelar algunas cuentas
con sus acreedores, al no poder hacerlo fue llevada a prisión por orden de uno
de los alcaldes;10
el intendente devolvió el expediente al alcalde de segundo
voto para que recobrara su libertad y que otro juez ventilara su caso.
José Ortiz mandó a que «Alas continuas quexas [sic] sobre prisiones
y extorsiones […] que no se moleste ni embaraze aplicasrse [sic] al encau-
sarse a los deudores que justificaren en forma bastante su insolvencia»,11
pues
las medidas habían sido demasiado violentas como para que el funcionario
se quedara de brazos cruzados, por lo que le pareció necesario ejercer su
autoridad para imponer la justicia que el Rey le había encomendado.
El arresto de una mujer, con hijo, con el agravante de ser viuda, fue
un elemento esencial para don José Ortiz de la Peña, por algo que no estaba
escrito en una ley que debía de evitar semejantes actos contra el honor, era
una cuestión de moral, de hombría, para eso proveyó «[…] queno seponga
presa a muger [sic] alguna por dependencia y se proporcionen los pagos en
el modo qe [sic] alcancen las facultades de los deudores».12
¿Le molestó a los
vicentinos la intromisión? Por supuesto que sí.
9 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 33v.
10 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 33v.
11 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 35r.
12 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 35r.
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El Ayuntamiento atacó declarando que «[…] los procedimientos
que supone en dicho Gobernador subversivos de sus Privilegios en la expo-
sición de varias denuncias providencias dirigidas á pedir Autos pendientes
ante sus Alcaldes Ordinarios, y hacer comparecer en su gobierno á algunos
vecinos de la dichaVilla».13
El intendente en su informe mostraba que «[…]
la falta de sinceridad y buena fe con quelos yndividuos [sic] de aquel Ca-
bildo» era una parte esencial de su actuar como personas acostumbradas a
realizar sus actos en forma que mejor les parecían.Las palabras del funciona-
rio fueron duras, «diariamente estan incomodando aVt. [sic] Gobernador»,
y no solo eso, sino que los acusaba de «haber producido una quexa [sic]
infundada como opuesta á la justificación, regularidad y prudencia con que
este Gobierno ha procurado y procura desterrar las tyranias [sic], excesos y
abusos, que de sus jurisdicción ordinaria hacen los Alcaldes de aquel y otros
Partidos».14
El intendente exponía que, de acuerdo al artículo 22 de la Orde-
nanza,que decía:«Entre los cuidados y encargos […] es el mas recomendable
establecer y mantener la paz en los Pueblos de sus Provincias, evitando que
las Justicias de ellos procedas con parcialidad, pasión o venganza: á cuyo fin
deben interponer su autoridad, y remediar los daños que de las enemistades
resultan á la Causa pública y á misVasallos»,15
y eso mismo hizo, obligó a los
Alcaldes a que cumplieran con sus obligaciones de manera justa; pero a ellos
no les interesó, era su forma de ver el mundo, de aplicar su propia justicia
interpretando para sí mismos las leyes, que iban en contra «principalmente
con los pobres, y desvalidos, que no tienen árbitros para acudir al Supremo
Tribunal en virtud de sus desagravios».16
El caso llegó hasta la Real Audiencia. Esta respondió diciendo que
el «S.or Yntendnete [sic] de S.n [sic] Salvador es Juez de primera instancia
13 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 35v.
14 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 36r.
15 Art.22,Real ordenanza para el establecimiento é instrucción de intendentes de exercito y provincia
en el Reino de la Nueva-España (Madrid, España: Real, 1786), 30-31.
16 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 37v.
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en todas sus tres Provincias»,17
y de esta manera el Ayuntamiento habiendo
creído que podía surtir efecto su denuncia con los antecedentes de los alcal-
des mayores y se aplicaría así mismo para el nuevo funcionario, se equivocó
cuando la Real Audiencia le otorgó al gobernador intendente la supremacía
de su cargo frente a los alcaldes ordinarios que debían obligadamente subor-
dinarse ante él;18
de esta manera la Intendencia logró imponerse en una villa
de españoles de la periferia, pero fue ante un conflicto, más adelante llega-
rían aún más desde diferentes provincias y desde la propia SanVicente, poco
a poco los pequeños fuegos iban acrecentando las llamas de los autonomistas.
El Ayuntamiento de San Salvador ante la
Intendencia
Los pocos casos que se exponen aquí sobre los conflictos entre las autorida-
des locales y las Reales para este periodo resultan esclarecedores en cuanto al
proceso de reforma que implementaron los borbones y sus ministros desde
inicios del siglo XVIII; planes tras planes, que a veces perduraban y en otras
ocasiones se venían a pique,se estrellaban contra la realidad de los territorios
indianos, que gozaban de su propia autonomía operativa desde su creación.
Los reyes podían quitar a uno y otro funcionario, pero les era muy difícil
controlar a poblados demasiados pequeños y aislados como los de Centro-
américa, quizá por eso el Reino estaba sometido directamente a un capitán
general y bajo la responsabilidad directa de la Monarquía sin depender di-
rectamente delVirreinato de la Nueva España.
17 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 41r.
18 AGCA,A1.2.5, Leg. 194, Exp. 194, folio 44r.
49. 48 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
Fuente: elaboración propia con base en Manuel Rubio Sánchez, Alcaldes Mayores, vol. II (San
Salvador, El Salvador: Dirección de Publicaciones, 1979).
Los conflictos entre ambas instituciones solo demuestran que desde
muchos antes se daban, pues en 1784, con la Alcaldía Mayor todavía en fun-
ciones, el Ayuntamiento se quejaba de que dicho alcalde no hizo lo que se
le pidió para una de las tantas procesiones de la Semana Santa en la tradición
católica,19
y es que a él lo nombraron mayordomo de la Santa Hermandad
de laVera Cruz, siendo un cargo tomado de forma voluntaria, por lo que no
aceptó. El cuerpo capitular se sintió sumamente ofendido, y envió su caso
a la Real Audiencia, resolviendo esta que el noble Ayuntamiento se había
excedido y se eligiera otro mayordomo.20
Se podría pensar que la acción
ejercida por el cabildo era de origen religioso, pero observándola desde un
punto de vista político, su intención suponía controlar al alcalde mayor en
sus propios terrenos para integrarlo a su comunidad y volverlo parte de sus
redes de poder.
19 AGCA,A1.55, (3), Leg. 625, Exp. 5788, folio 1r.
20 AGCA,A1.55, (3), Leg. 625, Exp. 5788, folios 8r-9r.
Cuadro 1
Intendentes e intendentes interinos de la Provincia de San Salvador, 1786-1805
Intendente Periodo
José Ortiz de la Peña 1786 - 1789
Francisco Luis Héctor de Carondelet 1789 - 1791
José Antonio María de Aguilar 1791 – 1793 y 1798 - 1799
Ignacio Santiago Ulloa 1793 - 1798
Bernardo José de Arce 1799 - 1800
Luis Martínez Navarrete 1800 - 1801
Luis de Argueda 1801 - 1802
José Justiniano Rosi 1802 - 1803
Buenaventura deViteri 1803 - 1804
FranciscoVallejo 1804
Antonio Isidro Palomo 1804 - 1805
50. 49Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
En 1787 se envió otro caso a la Real Audiencia. Eran los días en
los que la Intendencia se establecía en San Salvador. Quien lo exponía en
términos de abusos era el escribano Mariano Fagoaga,cabecilla de una de las
grandes familias de la Provincia y pariente cercano de quien luego fue cau-
dillo de la independencia de España, posteriormente del Imperio Mexicano
y más tarde primer presidente de la Federación Centroamericana.Dicha de-
nuncia se dirigía en contra del intendente.21
Tres años después,otro conflicto
volvería a sacudir la arena política: en una clara invocación de los poderes
del intendente, el funcionario mandó a que su teniente asesor se sentara con
los miembros capitulares en las funciones públicas;22
la reacción fue la espe-
rada, el Ayuntamiento se opuso tajantemente a sus pretensiones, pues no era
posible que los funcionarios reales comenzaran a tener relevancia pública,ya
que era un monopolio de parte de ellos y no podían otras personas usurpar
su imagen; pero la causa quedó inconclusa, no pudieron sentarse junto a tan
distinguidas personas del cabildo de San Salvador.
Los conflictos devenidos por situaciones de carácter simbólico son
el resultado de fricciones ya existentes desde muchos años atrás, no era ca-
sualidad que se presentaran choques entre dos rivales acuerpados en insti-
tuciones que se disputaban el poder de su localidad. Desde 1790 a 1798 no
se ha podido encontrar otros conflictos, es muy probable que el intendente
Ignacio Santiago Ulloa que gobernó desde 1793 hasta 1798 haya aprendido
a congeniar con el Ayuntamiento, o en el peor de los casos, las disputas no
llegaron hasta oídos de la Real Audiencia y se resolvieron en casa, sea cual
sea el caso, el hecho de que haya un silencio en estos años indica demasiado
y muestra muy poco.
Posteriormente, 1799 fue un año muy candente, se presentaron
cuatro casos a la capital del Reino para que se resolviesen. Nuevamente el
Ayuntamiento presentaba más quejas contra la Intendencia; un año antes
había muerto Ignacio Santiago Ulloa,por lo que de acuerdo a la Real Orde-
21 AGCA,AI.19, (3), Leg. 285, Exp. 3599, folio 1r.
22 AGCA,A1.55, (3), Leg. 625, Exp. 5858.
51. 50 Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, n.° 5 (El Salvador) (julio-diciembre, 2013) ISSN: 2306-0786
nanza su teniente le debía de remplazar hasta que nombrara a uno nuevo; y
así fue, ascendieron a Agustín Cisneros como interino, por algún tiempo. La
queja fue firmada por personajes como Pedro Delgado, progenitor de Ma-
tías Delgado; Gregorio Castriciones; Josef Camacho; Luis Pérez; Domingo
Durán, entre otros.Todos miembros regidores.23
Ese año uno de los acostumbrados terremotos dañó severamente la
infraestructura de toda la ciudad en lo público y lo privado, sobre todo por-
que décadas atrás, en 1776, otro sismo había dejado mal parada a la ciudad
y este movimiento telúrico arrasó con gran parte del área urbana. El evento
natural solo pudo ayudar a empeorar las relaciones entre el Ayuntamiento
y la Intendencia, y ya que son bien sabidos los efectos de estos fenómenos
sobre las relaciones humanas, se pasan a exponer los conflictos.
Los gobernantes locales pedían desde noviembre de 1798 que se
crearan fábricas de madera, es decir, aserraderos para proveer de suficiente
material para reconstruir la ciudad, con el fin de convertirla de madera, ya
que las casas eran edificadas con productos pesados que cuando sucedía un
temblor estos se caían y amenazaban las vidas de las personas.Aducían que
se podían mandar a levantar aserradores en las cercanías para que indios y
ladinos laborasen allí y que además existía abundancia de materia prima
que permitiría abaratar costos y simplificar los sistemas de construcción; no
solo trataban sobre cuestiones de índole arquitectónica, sino que también
en el área de ingeniería hidráulica más básica, pues pedían que se mandase a
construir pozos en las zonas que el terremoto afectó al agrietarse la tierra y
al formar charcos que surgieron de los mantos acuíferos.24
Las peticiones, en este sentido, tenían un valor utilitario y de bien
colectivo para la ciudad, algo raro que terminase en un enfrentamiento, ya
que generalmente fueron de carácter político. El problema surgió cuando el
Ayuntamiento debió de sufragar gastos de la intendencia, dado que su queja
era «el irregular y extraño modo con que dicho Correg.or Inter.no [sic]
23 AGCA,A1.2.5, (3), Leg. 21, Exp. 201, folio 1.
24 AGCA,A1.2.5, (3), Leg. 21, Exp. 201, folio 5r.
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en la única vez en que ha dado á entender haver recivido of.o [sic] de este
Ayuntam.to [sic] desviándose de la obligación particular por su Empleo […]
se niega á toda urbanidad u política usada corrientemente por el mismo S.or
[sic] Presidente en sus Contestaciones».25
Al igual que el cuerpo capitular de
SanVicente, el de San Salvador usaba exactamente el mismo lenguaje, esta-
ban trastocando su tradición: «Este Ayuntamiento desea, y procura que en
paz y buena armonía le guarden los fueros y privilegios q.e [sic] vuestra R.l
[sic] Persona le concede, y que al efecto este Correg.or Ynter.no [sic] […]
se desentiende de concurrir á cosa alguna con el cavildo [sic], y escusa toda
audiencia sea publica ó privada».26
El intendente interino respondió que «se ha observado desde el es-
tablecimiento deYnten.a la incontrastable practica de que quanto [sic] ocur-
sos han hecho los tres Cavildo [sic] de esta Ciudad, la de San Miguel yVilla
de S.nVicente, ya dando cuenta de algún suceso, o ya acompañando algunos
documentos para qualquiera [sic] de los fines indicados, siempre […] se han
comunicado por la oficina, sin que la Ynted.a [sic] nunca haya contestado
recibo por serle en manera laguna peculiar a sus oficios».27
Si el funcionario
insistía en que no debía de responder porque nunca se había hecho, es por-
que no se hacía de manera institucionalizada, y más bien era una práctica
construida con el recién fallecido Ignacio Santiago Ulloa.
Lo que parecía ser una simple queja sobre algunos asuntos domés-
ticos, pasó a ser una serie de acusaciones en las que el Ayuntamiento des-
garraba sus vestiduras con un lenguaje muy opulento lleno de palabras de
dolo, quizá se sintieran así, pues probablemente la relación con el antiguo
intendente fue más cordial en un ambiente de correlación de fuerzas donde
cada quien entendía su posición, dado que cuando este murió «Delgado
[…] se hallaba […] ocupadísimo en la practica de varias diligencias de la
testamentaria del S.orYntendente finado (bien noto al vecindario) y con el
25 AGCA,A1.2.5, (3), Leg. 21, Exp. 201, folio 6v.
26 AGCA,A1.2.5, (3), Leg. 21, Exp. 201, folio 6v.
27 AGCA,A1.2.5, (3), Leg. 21, Exp. 201, folio 17r.
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justo dolor de ver su cuerpo tendido que aun no habían pasado seis horas
de su defunsion [sic]».28
Ese gesto vendría a evidenciar el acercamiento que
tuvieron cuando este vivía, y de cómo cambiaron rápidamente los vectores
del poder.
En el mismo año el Ayuntamiento volvió a la carga con quejas so-
bre el intendente interino, casi lo mismo que las anteriores, pero con más
pruebas para hacer valer sus acusaciones enmarcadas en una combinación
de legislación y moralidad. El mayordomo de Propios en 1797, Don José
Serrano, presentó ante ellos sus cuentas para su aprobación, resultándoles
chocante que para su institución solo se destinasen «cuarenta pesos, y no la
suma de miles»29
en tiempos de grandes necesidades por culpa del terremoto
que sacudió la ciudad en ese año.
En sus quejas insistían que el intendente sobrepasaba y extralimi-
taba sus funciones, no por hacer alguna actividad, sino al contrario, por no
hacerlas, considerándolo un hombre sin principios y lleno de soberbia. Lo
acusaron también de otras fechorías,
su animo no es otro que estampar en el publico el ningún valimen-
to del Ayuntamiento, y que se debe ver con aquel desprecio, que
él lo hace de donde nace, que nunca se le ha visto asistir a función
ninguna; no concurrió a la publicación de las Bulas, estando tan
encargado porVuestra Real Persona,ni aun a aquellas funciones que
por costumbre tocan a los Correxiodores [sic], el jueves santo, que
siempre saca la llave de la parroquia el correxidor [sic]; él no la sacó
este año,por no asistir con el Cavildo [sic];lo mismo hizo en no salir
a rezar las estaciones con el, como siempre se ha acostumbrado, y
lo han echo los desmas intendentes [sic]; esto es hacer poco caso de
escadalizar [sic] al público, por hacer ver el desprecio con que mira
no solo a los individuos del cavildo [sic], por Rexidores [sic], sino
28 AGCA,A1.2.5, (3), Leg. 21, Exp. 201, folio 20r.
29 AGCA,A1. 2.5, (3), Leg. 22, Exp. 202, folio 1v.
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a todo el cuerpo en común anotándosele que para con el goza de
mayor distintinto un vecino particular.30
A la Audiencia no le importaba si el intendente no era partícipe de
las políticas del cabildo, su interés era que la ley se cumpliera, por lo tanto se
estimó: «Las quejas del Nombre Ayuntamiento de San Salvador […] carecen
de la justificación que demandan para poder formar juicio»; de esta manera
la reforma se impuso nuevamente a la tradición local; y es que ¿cómo resol-
verían un caso con base a cuestiones morales? Le ley se basa en un hecho
objetivo con un juez desconocido para no caer en juicios de valor, y es aquí
el punto de divergencia de parte del cuerpo capitular, no se dieron cuenta
o no sabían que no podían mezclarse lo jurídico con lo moral, ante esto no
existía ni existe un razonamiento que los incluyera para resolver una cues-
tión que estaba reglamentada, siendo esa la razón por la que constantemente
presentaban quejas que no se resolvían a su favor.Ya no eran los tiempos de
sus padres y abuelos, la reforma los volvía un cuerpo sin privilegios.
Prosiguiendo con el mismo año, el alférez real del Ayuntamiento se
encontraba muy descontento. Su nombre: Pedro Delgado, ya lo había acu-
sado con otros regidores en varias ocasiones, pero aprovechó para volverlo
hacer desde el cargo más simbólico, y claro, a la Audiencia no le interesaba
esto,pero aceptaba proseguir con sus funciones.Delgado exponía:«Se honra,
veneración, y respeto, que exige de losVasallos vuestra r.l Persona, cuya Ma-
gestad [sic], poder, y autoridad representa el r.ñ Pendon, que la víspera, y dia
de la Festividad del Salvador se muestra en paseo al Pueblo en memoria de la
conquista, pocesion [sic] y dominio por nuestro soberano de esta Provincia
de Cuscatlán»,31
y como era tradición de que todos los funcionarios asistie-
ran se sintió ofendido, creyéndolo también un ataque contra la institución
que representaba.
30 AGCA,A1. 2.5, (3), Leg. 22, Exp. 202, folios 2v-4r.
31 AGCA,A1. 55, (3), Leg. 630, Exp. 5817, folio 5r.
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De todas las quejas, de las que no todas aquí se presentan, enviadas
a resolverse a la capital del Reino, ninguna le fue favorable al Ayuntamiento.
Siempre se le reconoció a la Intendencia su carácter impositivo y de absoluta
jurisdicción sobre las cuatro causas que le competían por orden del rey: las
de Justicia, Hacienda, Policía y Guerra; ante esto, las élites locales no podían
hacer mucho.Las Ordenanzas de Intendentes eran claras y enfáticas en otor-
gar poderes absolutos a sus funcionarios, era una ley escrita dictada por el
soberano, y no podía hacer nada contra esta la tradición que antes de las re-
formas podían cambiar el panorama político con presentar las mismas quejas,
pero que, desfasándose en el tiempo, el Ayuntamiento no tuvo más remedio
que adaptarse, teniendo una oportunidad clave en los siguientes años.
Las ironías del destino son muy extrañas, los caminos de la vida ha-
cen dar vueltas y vueltas hasta que las oportunidades se presentan para arre-
glar las vías torcidas.Las élites locales tuvieron el poder de la Intendencia du-
rante un par de años (ver cuadro), en uno de ellos se gobernó sin problemas,
pero en el otro las luchas al interior del Ayuntamiento se hicieron evidentes.
Al haber ironías o casualidades en la historia se presentó una de lo
más curioso, el intendente interino,Antonio María de Aguilar, que más les
causó problemas a las élites locales, en una fecha también memorable, el 15
de septiembre32
de 1799, murió, y debido a que a la vez mantenía su cargo
de teniente letrado, no dejó a un sucesor directo que fuese de la misma ins-
titución,por lo que el cargo recayó nada más que en otro progenitor de otro
prócer: José Bernardo de Arce, emparentado con Pedro Delgado, el hijo de
este, Matías, sería el tío del hijo de José Bernardo, Manuel José Arce, primer
presidente de Centroamérica.
José Bernardo de Arce solo estaría unos cuantos meses como inten-
dente interino hasta que se habilitara a otro funcionario, probablemente no
ejerció como tal,quizá solo haya firmado algunos documentos y visto cómo
funcionaba la Intendencia desde dentro; y como Antonio María de Aguilar
32 También un 15 de septiembre, pero de 1821, las provincias del Reino de Guatemala se
declararon independientes de España.
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falleció en septiembre de 1799, y en marzo de 1800 asumió el contador real
Luis Martínez Navarrete, tuvo el suficiente tiempo como para ser intenden-
te interino, esto sin duda hizo que las élites locales descendientes directas
de los conquistadores del siglo XVI probaran las mieles del poder, ya que
en adelante una serie de intendentes interinos seguirían con los planes de
sus antecesores de centralizar el poder político sin consultar a sus inferiores
subordinados miembros capitulares, atrás quedaban las practicas del antiguo
régimen, iniciaban las batallas por la modernidad.
En 1805 asumió la Intendencia Antonio Gutiérrez y Ulloa, un
hombre aún más distinto que los anteriores.A este lo enviaba el propio rey,
elegido por sus excelentes recomendaciones en la corte española, con un
fuerte arraigo y lealtad a la monarquía en todo lo que ella representara, sien-
do además su representante en las tierras del Reino de Guatemala, con un
nombre simbólico, pero de carácter del ya famoso «acato pero no cumplo».
Gutierrez y Ulloa fue como pocos, desde su llegada reorganizó el aparataje
de la Intendencia, levantó su famoso Estado General en donde de acuerdo
a la Ordenanza de Intendentes y a las Leyes de Indias hizo todo un censo
de propiedades y habitantes. ¿El objetivo? Acrecentar las entradas tributarias
de su Gobierno. Casi ningún alcalde mayor hizo muy bien o no realizaron
sus obligadas tasaciones e informes para conocer el estado de sus territorios
jurisdiccionales, por lo que aquel detallado trabajo del intendente suponía
un gravamen más extendido sobre la población a la cual, a pesar de estar
muy descontenta con los estancos de aguardiente y tabaco, se le sumó otros
impuestos a su ya difícil vida ante una crisis internacional producto de las
guerras napoleónicas, que habían afectado de cierta manera al mercado del
añil del que dependía la Intendencia.
El Gobierno de Ulloa fue convulso desde el principio, pues a tan
solo unos meses de colocarse en el poder los rumores y panfletos comenza-
ron a circular.Algunos informes aducían que se trataba de francmasones, la
inquisición los tenía en la mira, pero nunca encontraron a los responsables.
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Más adelante a finales de 1811,luego de serias disputas de carácter simbólico
como el no participar en una procesión religiosa, como lo hizo uno de sus
antecesores, fue el preámbulo para un fuerte levantamiento popular en toda
la Provincia de San Salvador: indígenas protestaron contra el mal gobierno
en las subdelegaciones, ladinos también, y estos dos grupos sociales juntos
contra el desprecio de los españoles quemaron tiendas, saquearon casas de
prominentes familias. El estado de insurrección popular se vivía por todas
partes, mientras que en la capital los criollos se aliaron con los alcaldes de
barrios ladinos para contraatacar a la Intendencia.Aprovechando un cabildo
abierto destituyeron al intendente, y pedían que se cortara su cabeza, pero
fue puesto a salvo por uno de los líderes del levantamiento urbano, el pres-
bítero Dr.José Matías Delgado.Se nombraron nuevos funcionarios interinos
en el nombre del rey y en contra del mal gobierno.Todo iba bien hasta que
al interior de la Intendencia de Nicaragua otros levantamientos surgieron,
por lo que ante el miedo de una revuelta como la de Hidalgo en México,
el capitán general José Bustamante y Guerra puso su máquina de guerra a
trabajar. Las élites de San Salvador decidieron deponer sus actuaciones para
aceptar una amnistía general gracias a la intervención de sus socios comer-
ciales del Ayuntamiento de Guatemala.
La revuelta terminó muy bien para las élites, pero mal para la gente
del común,pues muchos indígenas y ladinos murieron durante los enfrenta-
mientos y sus líderes fueron posteriormente ejecutados,incluida una anciana
líder de una de las revueltas, en las plazas públicas de los pueblos. El odiado
intendente Gutiérrez y Ulloa no regresó a su silla, en su lugar se escogió
a José María Peinado, un gran ilustrado, pero conservador, muy cercano al
marqués de Aycinena, el más eminente comerciante de todo el Reino, todos
miembros del Ayuntamiento guatemalteco, que no logró detener el siguien-
te levantamiento de San Salvador en 1814,donde las reivindicaciones por los
derechos de la Constitución de Cádiz provocaron un motín bastante grave,
aunque también lo hizo el avance de Morelos, gracias a la correspondencia
que se tenía con algunos líderes de San Salvador, motín que terminó en la