1. Carla Moreno Avi<br />1r Bat A<br />La literatura de posguerra (de 1940 a 1960)<br />Introducción.<br />La Lírica:<br />En la década de 1940, tras la guerra, se manifiestan dos grandes tendencias poéticas: la poesía arraigada y la poesía desarraigada.<br />poesía arraigada, neoclasicista o “garcilasista” de algunos poetas de la Generación del 36, que representan la poesía “oficial”.<br />poesía desarraigada o existencial, de tono trágico y expresión sencilla, en la que destacan Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre (de la Generación del 27).<br />Al acabar la contienda, las ausencias en el panorama poético son especialmente significativas:<br />Unamuno y García Lorca murieron en 1936, Antonio Machado, en 1939, y Miguel Hernández poco después, en 1942, en presidio.<br />Se exiliaron Juan Ramón Jiménez, Salinas, Guillén, Alberti, Cernuda, León Felipe, etc. En el destierro crean una buena parte de su obra y, a menudo, tratan el tema del exilio.<br />Permanecieron en España algunos integrantes de la Generación del 27, como Dámaso Alonso o Gerardo Diego. Junto a ellos se encuentra la Generación del 36, un grupo de poetas que comenzaron a escribir en los años treinta y que en 1939 estaban en plena madurez.<br /> Componen la Generación del 36 los poetas nacidos entre 1909 y 1922, formados en una época de especial florecimiento poético, que extiende desde principios de siglo (Rubén Darío, Machado, Juan Ramón Jiménez) hasta el brillante Grupo del 27. Tras la guerra, se distinguen dos corrientes poéticas:<br />Poesía arraigada, valoran las formas clásicas, como el soneto, y tratan el tema amoroso, religioso y patriótico. Luis Rosales, Dionisio Ridruejo, Rafael Morales son unos de los máximos representantes.<br />Poesía existencial o desarraigada, aparece hacia 1944 de la mano de Dámaso Alonso, su lírica de tono trágico existencial, la angustia y la desesperación del ser humano ante un mundo caótico. Tema religioso con un tono social cuando expresa sufrimiento colectivo. El estilo de la poesía se basa en el lenguaje directo, coloquial, duro, apasionado y con imágenes tremendistas.<br />En torno a 1950, la poesía existencial evoluciona hacia la poesía social.<br />poesía social, se pasa de expresar la angustia individual a manifestar la solidaridad con los demás, y para llegar a un público mayoritario, se emplea un estilo sencillo. Poetas representativos de esta corriente son Blas de Otero y Gabriel Celaya.<br />La Narrativa:<br />En la inmediata posguerra se cultivan tres tipos de novela: la ideológica o política, la novela realista clásica y, finalmente, la humorística. Pocas narraciones escapan a esas tendencias; entre ellas, destacan La familia de Pascual Duarte, de Cela, y Nada, de Carmen Laforet. Ambas reflejan una visión pesimista y existencial, y se convierten en el punto de partida de la nueva narrativa.<br />Camilo José Cela (1916-2002), toda su obra refleja un profundo pesimismo que, a menudo, se enmascara bajo un humor negro muy característico del autor. En el estilo, destaca la riqueza expresiva y la habilidad en la descripción de tipos y ambientes. Su trayectoria muestra también su afán de experimentar nuevas técnicas narrativas.<br />Miguel Delibes (1920), su narrativa tiene un tono ético y humanista de base cristiana, que combina con el amor a la naturaleza y el rechazo a la deshumanización, al materialismo y al consumismo. Su estilo se mantiene siempre dentro de la sencillez, aunque a lo largo de su extensa obra haya ido experimentado nuevas técnicas.<br />En los años cincuenta, la novela abandona la visión existencial y recoge las nuevas preocupaciones sociales. Los temas reflejan los problemas colectivos de la época con un estilo sencillo, ya que se pretende llegar a un amplio público. En el realismo social se distinguen dos tendencias: el objetivismo y el realismo crítico.<br />El objetivismo, presenta la realidad desde una perspectiva neutral, pues entiende la novela como un testimonio de la época.<br />El realismo crítico, es, a menudo, una evolución del objetivismo. Así pues, pretende denunciar de forma más explícita las injusticias sociales. El escritor asume un compromiso con la realidad ya que intenta transformarla.<br />El Teatro:<br />En la inmediata posguerra, los géneros dominantes son la comedia de evasión y el drama ideológico o político, dos tendencias que se mantienen en el teatro posterior: teatro humorístico, con Jardiel Poncela y Miguel Mihura y el drama ideológico, con Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.<br />Teatro humorístico, de posguerra responde a un humor intelectualizado; aprovecha las posibilidades cómicas del lenguaje (equívocos y juegos de palabras disparatados) y, a menudo, esconde una visión amarga y escéptica de la realidad.<br />El drama ideológico al teatro realista social, al igual que en los otros géneros, en el teatro de los años cuarenta aparece una corriente existencial que evoluciona hacia el realismo social en la década de 1950. Sus máximos representantes son Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. El teatro de Buero Vallejo alcanza unidad y coherencia por su tono ético y por la carga de inquietud que renueva y dignifica la escena.<br />Antonio Buero Vallejo (1916-2000), inició el teatro de testimonio y compromiso, que plantea los conflictos de la sociedad de su tiempo, muestra la realidad de la posguerra, pues pone en escena el pueblo bajo con sus problemas, mientras que, al mismo tiempo, ignora la realidad oficial. En su teatro predominan las obras realistas, presenta caracteres problemáticos en su proyección social.<br />Alfonso Sastre (1926), es el máximo representante del teatro social, paralelo a la poesía y a la novela testimonial y realista de la década de 1950. Se da a conocer como teórico en artículos de periódicos y revistas especializadas, donde defiende un teatro social. En su obra domina el terma de la opresión y predomina el aspecto social.<br />A finales de los años cincuenta y en los sesenta, continúa haciéndose un teatro crítico. La mayoría mantiene el espíritu del realismo crítico, pero se alejan de la estética realista, ya que tienden hacia un teatro más alegórico, expresionista o de farsa, como veremos más adelante.<br />