Amílcar Romero

Buenos Aires, Argentina

al fondo

Publiqué varios libros, dirigí un mediometraje, hice dos multimedias (a uno lo premiaron en Barcelona), viajé un poco, tuve tres radios en Internet (una de ellas con video) y ser hincha de Quilmes es cada día más un azote. Por lo menos, eso sí, tome mate en la Gran Muralla y traté de hacer un asado en el montecito al lado de las Tumbas Ming. Fue tal la humareda que cayó la checa china a meternos en cana, convencidos con fervor que los bárbaros occidentales queríamos terminar (o, por lo menos, ahumar como un arenque) con semejante tesoro de la humanidad. Nos sacó del apuro un corresponsal extranjero con inmunidad diplomática.