Este documento describe la importancia de profundizar y personalizar los cuestionamientos en la etapa de cuestionamiento de un encuentro catequético. Sugiere que el catequista debe ayudar a los catequizandos a examinar sus preguntas a un nivel más profundo y religioso para comprender mejor la intervención de Dios en sus vidas. También enfatiza la necesidad de que el catequista oriente las preguntas hacia la revelación de Dios en Jesucristo y ayude a los catequizandos a cuestionarse a sí mismos en lugar de juzgar a
3. Cuestionamientos personalizados abordados en profundidad OBJETIVO Que el catequista descubra la necesidad de unir la etapa del cuestionamiento con la de la proclamación, habiendo profundizado y personalizado las interrogantes.
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5. El planteo de una pregunta, ¿puede afectar positiva o negativamente un Encuentro? ¿Por qué no basta con pasar por encima u obviar algunos temas que tocan los catequizandos? ¿Se puede - en el cuestionamiento - aplicar eso de: “le digo a Juan para que entienda Pedro” ?
6. No compararemos aquí ambos. El cuestionamiento siempre implica una pregunta por el sentido de la vida y la existencia. CUESTIONAMIENTO Y LA PROCLAMACIÓN
7. El mismo asunto se cuestiona en la etapa del cuestionamiento, en la de la proclamación y en la de la respuesta. Por ejemplo: el amor Paternal.
8. ¡Cuidado!: Al comparar podemos tender a analizar lo primero contra lo segundo y luego desechamos lo primero. Hemos de valorar el ejemplo y remarcar como desde allí se da la revelación.
9. De esta forma la respuesta abarcará la revelación de Dios. Así el cuestionamiento es una pregunta por lo que Dios, en Jesucristo, hace y dice acerca de nuestra vida. Hacia allí se han de orientar las preguntas que recogemos y suscitamos.
10. Al final de esta etapa del encuentro siempre ha de haber una frase u oración que resuma y exprese el cuestionamiento. P.e. Papá es signo del Amor de Dios. Esta frase será el nexo con la segunda etapa de la Proclamación.
11. Cómo se formule revelara la orientación del encuentro y el enfoque del mismo. El nexo es un medio de autocontrol para el catequista, y para el catequizando es un medio de expresar su búsqueda y apertura a Dios.
12. A veces los cuestionamientos son superficiales y hay que ayudar a profundizar. No hay que permitir tampoco conformismos con saber cosas simples en lugar de entender en verdad. Sino educar en el sentido de las interrogantes. EL CATEQUISTA PROFUNDIZA EL CUESTIONAMIENTO
13. Primero, hay que transformar las preguntas para que sean profundamente humanas. Tomar en cuenta la limitación humana. Hay que examinar las cuestiones hasta sus raíces.|
14. Pero, la profundización del cuestionamiento nos lleva también a la dimensión religiosa y al planteo de fe dentro de la situación. Normalmente se puede partir de una pregunta religiosa, sin embargo hay que llegar a plantearse la fe. Pregunta religiosa: Parte del hombre que busca a Dios. El planteo de fe: Es intervención de Dios que toma la iniciativa de revelársenos.
15. Ésta última, implica preguntarse: ¿Qué tiene que decirnos Dios en esta circunstancia? ¿Qué hace Dios por nosotros en estas circunstancias? ¿Cuál es la intervención de Dios en nuestra historia?
16. Aquí el catequista podrá utilizar todos los medios didácticos y pedagógicos posibles. (preguntas, dinámicas grupales, etc) La Sagrada Escritura, la Liturgia y el Magisterio ayudan a profundizar ese cuestionamiento. Ejemplo del aborto.
17. En nuestra relación con Dios nos vemos interpelados. En el cuestionamiento en primer lugar, nos cuestionamos a nosotros mismos. No a los demás. Hay que ayudar a ubicarse en el justo lugar. EL CATEQUISTA PROFUNDIZA EL CUESTIONAMIENTO
18. Hay grupos que son prontos a juzgar a otros, pero no a sí mismos. Hay que ayudar a salir de esta situación. La respuesta no sólo dependerá de recursos pedagógicos, sino que ha salir de lo profundo del corazón. Para nosotros también es un reto estarnos continuamente examinando en el interior, sensibilizándonos a favor de nuestros catequizandos.
19. Personalización no es = a individualización. Se puede cuestionar a una persona, pero valiéndose de hablar al grupo. Veamos Mc 8, 27-29 y luego, Jn 6, 67. En veces los mis catequizandos se cuestionan y el catequista interviene sólo cuando es necesario.