1. ENTREVISTA CON LOS PADRES. COLABORACIÓN CON
LA FAMILIA.
Después de una presentación de ambas partes, se
comenzará la entrevista preguntando a los padres cómo
ven a su hijo en el momento actual, qué perciben del
colegio y cómo se comporta en casa.
Una vez comentadas las primeras sensaciones sería
interesante hablar de los principios, desde que empezaron
las sospechas hasta que tuvieron un diagnóstico.
¿Cuándo y quién empezó a preguntarse si pasaba
algo?
¿A Quién se dirigieron? Pasos que dieron.
¿Cómo reaccionaron ante el diagnóstico?
¿se lo dijeron a su hijo/a? ¿cómo y quién? ¿cómo
reaccionó este/a?
¿qué es lo más difícil en la vida familiar?
¿qué consecuencias tiene su conducta?
¿cómo le premian o castigan?
¿quién pasa más tiempo con él/ella?
¿verbaliza su hijo sus dificultades? ¿qué dice?
¿cómo son sus relaciones con sus compañeros?
¿en qué aspectos presenta más problemas dentro y
fuera de casa?
2. ¿Cuáles son sus puntos fuertes, sus aspectos
positivos?
¿Cuáles dice él que son sus problemas y sus
virtudes?
¿cuál es su relación con el colegio?
¿qué esperan del colegio?
¿cuál es su relación con su médico?
¿qué espera de él?
¿Cuáles son las actividades preferidas de su hijo/a?
¿Quiénes son sus referentes, ídolos…?
¿cómo ven a su hijo/a en el futuro?
¿qué actividades hace con cada uno de vosotros?
ACTUACIONES CON LA FAMILIA
En primer lugar, y tras la entrevista inicial considero interesante
entregar una serie de documentación a los padres para ir tranquilizando,
dando información y empezando a esclarecer dudas.
Les recomendaría algunos vídeos, entre ellos:
Javier Blumenfeld, nos explica en qué consiste este trastorno:
http://youtu.be/UPKsWrd65UI
J. R. Gamo: cómo funciona el cerebro del TDAH
3. http://www.youtube.com/watch?v=ghk4fvRajRo
Documental muy interesante:
https://www.youtube.com/watch?v=w6y_rd7a2kE
Y, uno de Rojas Marcos, del que destaco la importancia de creer
en ellos:
https://www.youtube.com/watch?v=OhvDqsUSfhI
A continuación les proporcionaría un par de documentos sobre los
sentimientos que los padres pueden llegar a sentir en el día a día con su
hijo, y sobre las características principales, sus manifestaciones más
evidentes.
El primero se llama “padres al borde de…” y el segundo “La punta del
Iceberg”
PADRES AL BORDE DE…
“Ya no puedo más…”, “Cómo no hagas…”, “Te he dicho mil veces que…”,
“Estoy harta de…”
Estas son algunas de las expresiones y preguntas que tantos padres hacen
cuando sienten que han perdido el control sobre sus hijos, cuando creen que lo han
probado todo y ya nada les funciona. Pero, ¿por qué se llega a este nivel de angustia y
conflictividad familiar?
4. Todos tenemos o debemos tener claro que en toda relación la influencia es
recíproca. Del mismo modo en que los padres modelan e influyen en sus hijos éstos,
lo hacen en sus padres.
Analicemos la secuencia:
1- El padre da una orden.
2- El niño bien pospone su cumplimiento, bien se niega a obedecerla.
(1 y 2 suelen repetirse en diferentes ocasiones, a lo largo del día).
3- Esta desobediencia provoca el enfado del padre.
4- Finalmente, el padre acaba gritando, reprochando, amenazando…, o, por
agotamiento acumulado, deja de exigir el cumplimiento de la orden dada.
Cuando el agotamiento va dando paso a la tolerancia poco a poco, bajamos el nivel
de exigencia evitando así las discusiones, ganando en tranquilidad a costa de la
eficiencia. Entonces, ¿qué podemos o debemos hacer? ¿No deberíamos ser algo más
tolerantes con nuestro hijo, que además tiene TDAH?
Debemos tener claro y comprender que los comportamientos desobedientes de los
niños no son consecuencia de una intención premeditada para molestar o fastidiarnos.
Sabemos además que elTDAH se caracteriza por ciertas dificultades ,
entre otras:
Para comenzar a prestar y mantener la atención.
Para pensar antes de actuar: dificultades en el autocontrol.
Para controlar el paso del tiempo.
5. Para posponer recompensas. Necesitan satisfacciones inmediatas aunque ello
suponga la pérdida de una mayor o la retirada de un privilegio.
Pero todas estas dificultades no deben llevarnos a disculpar o tolerar
comportamientos inadecuados. Debemos planteárnoslo como un reto que podemos y
debemos superar. Cuando las pastillas de frenos de una bicicleta están desgastadas,
debemos apretar más fuerte y durante más tiempo para detenerla. Si insistimos, lo
conseguimos, si nos rendimos, nos “estampamos”.
Constancia, esa es la clave.
Al principio deberemos establecer prioridades, dando importancia a lo que
realmente la tiene. Buena parte de los conflictos con estos niños, en realidad, bien
analizados y utilizando el sentido del humor, no merecen tanto enfado.
En nuestra particular maratón, no debemos tomar atajos, debemos recorrer el
camino completo, hasta el final, con subidas y bajadas, cambiando el ritmo de nuestra
marcha cuando sea preciso, pero con el objetivo final en mente de llegar a la meta:
conseguir de nuestro hijo una persona independiente y autocontrolada.
Los padres debemos aprender a:
- Prestar atención positiva.
- Limitar el uso de castigos y hacerlo de forma realmente efectiva.
- A pasar tiempo de calidad real, sin críticas ni reproches.
- A anticipar y anticiparles lo que ocurrirá, tanto positivo como negativo.
6. - Aprender a dar órdenes reales y efectivas.
- Establecer normas y límites claros de disciplina y además ser persistentes y
consistentes en su cumplimiento y aplicación.
- Aprender a negociar.
Conseguiremos ayudarles a crecer ajustándose a las normas, a que desarrollen
una adecuada autoestima y autocontrol repercutiendo positivamente en sus
habilidades sociales, es decir, en su forma de relacionarse con las personas de su
entorno.
Y a lo largo de esta maratón, lo más importante es que el malestar que nos genera
sus malas conductas, jamás debe ser justificación para negarles nuestras muestras de
cariño.
Debemos transmitirles nuestro apoyo, reconocimiento y amor
incondicional, y además, debemos decírselo. Que sabemos que cometerán
fallos, porque están aprendiendo, y que nosotros estaremos ahí para ayudarles a que
los corrijan.
Lo importante en esta carrera no es a la velocidad con la que la hagamos, sino la
continuidad y la constancia con la que la realicemos, sabiendo que tenemos una meta
que alcanzar, sabiendo que será dura, larga y con altibajos; pero con la ilusión de
saber que todo esfuerzo tiene su recompensa final: la tranquilidad y felicidad familiar.
Como dijo Einstein:
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
7. Ánimo y comencemos a actuar por el cambio.
(Escrito por Paqui Moreno, psicóloga y terapeuta en Red Cenit)
LA PUNTA DEL ICEBERG
La principal dificultad que tienen los niños con TDAH/ADHD es que no pueden inhibir el
momento presente lo suficiente como para considerar el futuro.
No es que a Juan no le importe el futuro, sencillamente, para él pasado y futuro parecen no
existir.
El “iceberg” del TDAH: Más problemas de los esperados
Hemos estado fallando en el punto:
“¡Juan es muy activo! Nunca deja de moverse. Se distrae ante el más mínimo ruido y tiene el
período de atención de una pulga. A menudo actúa antes de pensar. Su hermana María con
frecuencia vive en el medio de la niebla. A veces está tan perdida en el espacio que al llamarla
le decimos: “Planeta Tierra comunicándose con María”.
Esta viñeta es como típicamente se considera a los niños con el trastorno (¡qué fea palabra!) de
déficit (¡otra palabra feísima!) de atención e hiperactividad (TDAH o ADHD). Pero muchas
veces esto es solamente la punta del iceberg. Ésta es otra probable descripción del cuadro
completo de un niño con ADHD:
“Gritamos toda la mañana para poder salir de casa. Para hacer la tarea tarda horas y horas.
Si uno no lo ayuda con su tarea, es tan desorganizado que nunca lo hará bien. Si uno lo ayuda,
8. él me grita. Como nunca encuentra nada, todo el mundo piensa que no le importa nada. No
importa cuánto le roguemos o castiguemos, él continúa haciendo las mismas cosas estúpidas
una y otra vez. Nunca considera las consecuencias de sus acciones y parece no interesarle si
estas acciones me lastiman. Es tan fácil para él sentirse agobiado. Él es tan inflexible y luego
estalla por cualquier cosa”.
No es una coincidencia que los niños con TDAH a menudo manifiesten mucho más que la
clásica triada de inatención, impulsividad e hiperactividad. Muchos problemas que
experimentan estos niños y sus familias entran dentro del espectro de disfunciones ejecutivas
(tales como un pobre autocontrol y previsión), enfermedades adicionales (que denomino la
“mezcla de síndromes” ansiedad, depresión o trastornos de conducta) y estrés familiar.
Creo que el TDAH debería ser redefinido, incluyendo el amplio rango de disfunciones
ejecutivas. Estas disfunciones nacen de una incapacidad de inhibir la conducta presente, de
manera tal que se puedan cumplir las demandas del futuro.
¿Qué son las funciones ejecutivas?
Cuando uno, inadvertidamente, pisa una serpiente ella responde picando. La serpiente no tiene
ningún plan alternativo. Dentro del cerebro de la serpiente no ocurre ninguna discusión verbal
(“¿lo pico o no lo pico?”).
No existe un recuerdo si en el pasado picar funcionó adecuadamente. No hay pensamientos
acerca de si esta acción de picar tendrá consecuencias en el futuro (como, por ejemplo, que el
próximo ser humano sea más cruel con las serpientes). Afortunadamente, los seres humanos
tenemos la opción de modular nuestras conductas.
Los lóbulos prefrontales actúan como nuestros CEO (jefes ejecutivos). Orquestando las
funciones de lenguaje y memoria de otras áreas del cerebro, los prefrontales consideran de
dónde venimos, adónde queremos ir y cuán flexiblemente controlarnos para ejecutar este plan.
A estas habilidades se las denomina “funciones ejecutivas”:
- Inhibición (frenando su conducta): Es la función ejecutiva clave. Para ejecutar con éxito un
plan es fundamental que podamos frenar aquellas actividades que nos distraen. Estos frenos,
cortesía de nuestros centros prefrontales inhibitorios, nos permiten el lujo de tener tiempo
durante el cual podemos considerar nuestras opciones antes de reaccionar.
La falta de inhibición es un doble problema para los niños con TDAH. Primero, sin estos frenos,
ellos serán vistos como incapaces de inhibir en forma adecuada las distracciones (inatentos),
9. incapaces de inhibir las reacciones instantáneas (impulsivos) o incapaces de inhibir sus
respuestas físicas ante estos estímulos (hiperactivos).
Segundo, los niños con ADHD no pueden inhibir su conducta el tiempo suficiente como para
que otras funciones ejecutivas se puedan desarrollar en forma adecuada.
- Iniciación: Es la habilidad de comenzar. En algún momento uno debe dejar de sacarle punta al
lápiz, debe dejar de ir al baño, y empezar con su tarea para el hogar. Postergar algo es una
actividad natural.
Ponerse realmente a trabajar (y no tan sólo planear hacerlo) requiere de la habilidad de inhibir
todas las otras actividades posibles y es una tarea difícil para los niños con TDAH.
- Diálogo interior: Es la capacidad de hablarnos a nosotros mismos.
Un mecanismo por el cual buscamos soluciones a nuestros problemas es utilizando palabras.
Los niños con ADHD no inhiben sus reacciones el tiempo suficiente como para que esta
capacidad se pueda desarrollar. Sin la capacidad de inhibir sus reacciones, o de utilizar el
diálogo interior, no es una sorpresa que los niños con ADHD sean impulsivos (que significa
actuar rápidamente y sin pensarlo).
- Memoria de trabajo: Se refiere a aquellas ideas que podemos mantener activas en nuestra
mente en un momento dado. Por ejemplo, para aprender de los errores, debemos ser capaces no
sólo de “hacer malabares” con la situación presente, sino también mantener en la mente los
momentos del pasado cuando ciertas estrategias funcionaron o no. La memoria de trabajo
también incluye mantener en mente los objetivos futuros.
La memoria de trabajo nos permite desarmar las piezas de un problema y mantenerlas en la
mente mientras las reorganizamos en una nueva solución. Sin la capacidad de inhibir, los niños
con ADHD no pueden desarrollar un adecuado funcionamiento de su memoria de trabajo. Por
esto, las capacidades de planificación y resolución de problemas serán dañadas.
- Previsión: Predecir y planificar para el futuro. Esta función ejecutiva será deficiente cuando
una memoria de trabajo deficiente se une a una pobre capacidad de inhibir las distracciones.
Los niños con ADHD no pueden mantener el futuro en sus mentes. Son prisioneros del presente.
El futuro los toma por sorpresa con la guardia baja. Sorprendentemente, una pobre previsión es
probablemente una de las mayores dificultades en sus vidas.
10. - Retrospección: Recordar las experiencias pasadas. Esta función es muy necesaria si debemos
ganar sabiduría de nuestras experiencias pasadas. Cuando abordamos una decisión, es útil
recordar qué estrategias funcionaron y cuáles no. Una falta de retrospección es una de las
razones por las que los niños con ADHD tienen una tendencia a no poder aprender de sus
errores.
- Sentido del tiempo: Es un función ejecutiva extremadamente pobre en los niños con TDAH.
La estimación del tiempo en los niños con TDAH es notoriamente mala, es tanto demasiado
corta como demasiado larga.
- Organización: Los niños con TDAH, casi por definición, no son buenos en esta capacidad.
Cinco de los nueve criterios de la categoría de inatención de TDAH son puramente
organizacionales y, según el DSM, se requieren sólo encontrar seis de los criterios para el
diagnóstico de ADHD.
- Flexibilidad: Es la capacidad de modificar los planes a mitad de camino si cambian las
circunstancias. El mundo es un lugar impredecible y los planes rara vez se comportan tal como
los imaginamos. Suceden cosas a lo largo del camino. Requerimos de la flexibilidad para
reajustar nuestras acciones en el medio del camino.
- Cambiando de la agenda A a la agenda B por orden de otra persona: Es una tarea difícil
que requiere de una buena función ejecutiva, esfuerzo y autocontrol. Esta incapacidad de
cambiar de agenda (por ejemplo, dejar de hacer lo que estás haciendo e ir a cenar) es una causa
frecuente de “ataques” en los niños con TDAH.
- Separar las emociones de los hechos: Esta capacidad requiere tiempo para reflexionar.
Neurológicamente hablando cada evento en nuestras vidas tiene una realidad objetiva y una
etiqueta emocional límbica adicional que le adjuntamos.
Por ejemplo, podemos encontrar una multa en el parabrisas de nuestro auto. Nuestra reacción
emocional será de indignación absoluta porque nos hicieron una multa. Sin embargo, el hecho
objetivo es que la sanción es por sólo treinta pesos. Sin el don del tiempo nunca lograremos
separar nuestro enorme sentimiento emocional de lo que en realidad es un pequeño problema.
Pensamos que algo realmente malo nos ha sucedido cuando en realidad no es así. Esto nos lleva
a una pobre capacidad de juzgar el significado de lo que está pasando.
- Agregarle emoción a los hechos: Es una parte importante de la motivación ya que es muy
difícil estar motivado si no hay emociones unidas a la actividad que estamos desarrollando.
11. La memoria de trabajo recuerda no sólo la realidad objetiva de las experiencias pasadas sino
también la etiqueta emocional que quedó unida a dicha experiencia.
Por ejemplo, cuando un niño con TDAH recuerda un castigo que recibió en el pasado tendrá
problemas en recordar la desagradable sensación que acompañó dicha experiencia. Lo mismo le
sucede cuando recuerda el momento en que se sacó una buena nota en la escuela: tendrá
problemas en volver a experimentar la linda sensación que acompañó dicha nota.
De esta manera, cuando los niños con TDAH tienen una pobre memoria de trabajo pueden no
recordar las emociones que deberían surgir con los hechos y se sienten frustrados,
desconectados y desmotivados.
Autor: Dr. Roberto Rosler Médico Neurocirujano de la Universidad de Buenos Aires. Orador
y tutor en Asociación Educar , una plataforma online dedicada a la neurosicoeducación..