El imperio azteca floreció en el siglo XIV en Mesoamérica, con su capital en Tenochtitlán. Los aztecas eran originariamente una tribu nómada que fundó Tenochtitlán en el Lago de Texcoco, desde donde expandieron su dominio a gran parte de México central. Su imperio se basaba en la tributación de pueblos conquistados, manteniendo su autonomía a cambio de reconocer la soberanía azteca. Los aztecas destacaron por logros como la especialización, escuelas y escritura