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ACTUALIDAD DEL CONDUCTISMO RADICAL
                                                         Prof. Dr. Jorge Luzoro García
                                                       Departamento de Educación Diferencial
                                                                                 U.M.C.E.

       Se expone el punto de vista consistente en que algunos de los principios
       básicos del conductismo radical han sido incorporados, no siempre de
       manera reconocida o explícita, al estado del arte de la psicología actual. En
       este contexto se discuten aspectos como objeto de estudio, metodología,
       perspectiva naturalista, interactividad, consideración de la subjetividad,
       inconsciente dinámico, psicología comparada, comportamiento verbal.
       Finalmente se propone una explicación para el rechazo al conductismo
       radical.

       Palabras claves: psicología, conductismo radical.

Cuando Sigmund Koch (1964) anunció que el conductismo moriría, B.F. Skinner (1969),
comentó: "efectivamente morirá, pero no por su fracaso, sino por su éxito, cuando los
problemas actuales que lo definen sean resueltos".

En los treinta años transcurridos desde el anuncio funerario hecho por Koch, hemos visto
realizarse el retruque eskineriano. En efecto, los principios básicos del conductismo
radical han sido asimilados por la cultura general de la psicología como área del
conocimiento y por los psicólogos como investigadores o profesionales.

Nos proponemos ahora mencionar algunos de esos principi os y su incorporación, no
siempre reconocida o explicitada, al estado del arte en la psicología actual. También
propondremos una explicación para la necesidad de un anticipado funeral del
conductismo, para continuar vivo cual ave fénix, incorporado explícita o implícitamente,
en las modas psicológicas de fines de este segundo milenio.

                                 EL OBJETO DE ESTUDIO

Que el objeto de estudio de la psicología es lo que los organismos vivos hacen, incluido en
este hacer lo que hacen privadamente, es hoy día un hecho consensual de la disciplina.
También es consensual que la problemática abordada por los psicólogos profesionales
tiene que ver con lo que los humanos hacen, o no hacen, o dejan de hacer, o cómo hacer
para que adquieran, aumenten, disminuyan o eliminen un determinado hacer.

Así le pareció al notable renacentista Juan Luis Vives, quien en el siglo XVI escribió "...no
vamos a estudiar la esencia de la mente sino las acciones de los hombres..." (De anima et
vita, citado en Watson, 1913).

Sin embargo, entre Vives y el conductismo del siglo XX, fue un lugar común la confusa
creencia de que lo que la psicología estudiaba, como la etimología de la palabra conlleva,
era el alma, o su versión laica, la mente. La concepción dualista cartesiana estaba
arrai gada incluso en los medios académicos y profesionales, llevando a confundir el objeto
de estudio de una ciencia con intentos explicativos por la vía de constructos hipotéticos
planteados en términos inverificables.

Conductismo, el muy atacado y poco leído libro de J.B. Watson (1923) y La conducta de los
organismos, primer libro de B.F. Skinner (1938), contribuyeron de manera significativa a
aclarar que el objeto a explicar por parte de la psicología es lo que los organismos vivos
hacen.
Constructos hipotéticos como el alma o la mente, u otros, como la personalidad, la
estructura psíquica, o los así llamados procesos cognoscitivos, pueden ser, o no ser, de
utilidad en la explicación del comportamiento, pero no son lo que se intenta explicar.
Puede también que los constructos hipotéticos resulten ilustrativos, o que constituyan
analogías útiles, o que sean entretenidos: "...theories are funny..." dice Skinner (1950),
pero no constituyen el objeto de estudio de la psicología.

                                    LA METODOLOGÍA

Hoy en día el paciente, o sus familiares, al recurrir a un psicoterapeuta buscando alivio a
padeceres o dificultades pregunta: ¿qué probabilidad de ser efectivo tiene el tratamiento
que usted recomienda? En la actualidad los estudiantes de psicología al escuchar
afirmaciones de sus profesores rápidamente inquieren por la evidencia que la sustenta.

Las observaciones contrastadas y verificadas, los experimentos, los estudios de grupo, las
pruebas estadísticas, los diseños de investigación n = 1, en resumen la necesidad de no
sólo afirmar sino también de demostrar han ido constituyendo una realidad consensual e
irreversible de la disciplina psicológica y de sus aplicaciones (Barlow y Hersen, 1988). Las
preguntas por la confiabilidad y validez de los procedimientos se han tornado
imprescindibles (Sidman, 1960).

Cuando la psicología era definida como "la parte de la filosofía que tiene como objeto el
conocimiento del alma y de sus facultades consideradas en sí mismas y estudiadas
únicamente a través de la conciencia" (Mueller, 1974), las preguntas por el rigor
metodológico eran desusadas. Pero desde entonces hasta la realidad actual, qué duda
cabe, se ha producido un cambio significativo.

En este cambio, el conductismo en general y el conductismo radical en especial han
ocupado un importante lugar, marcando un hito que además de tener significado al
interior de su propio enfoque, ha irradiado a la psicología toda.

                              PERSPECTIVA NATURALISTA

Las formulaciones conductistas, desde el primitivismo mecanicista estímulo-respuesta,
hasta el análi sis funcional del comportamiento, han contribuido de manera substancial a
disipar nieblas supersticiosas, espiritistas, oscurantistas y religiosas respecto a lo que los
organismos vivos hacen. Y a la explicación del por qué lo hacen.

Esto tiene validez de manera especialmente contundente si se trata de los organismos
vivos humanos. Las diversas formulaciones conductistas, sus planteamientos básicos y
su metodología, han contribuido probablemente como ninguna otra formulación, a
concebir lo humano como algo natural, perteneciente e integrado al resto de la
naturaleza. Ciertamente que con características propias, pero que no lo sitúan en un
espacio substancialmente distinto del resto de los fenómenos del universo.

Kantor (1968) ha dicho que el primer conductista fue Aristóteles, y ha fundamentado su
opinión mostrando que el estagirita entendió funciones típicamente psicológicas, por
ejemplo la memoria, los sueños o las fantasías, como formas de relacionarse con el medio.

Pero la formulación naturalista aristotélica, crítica de las creencias espiritistas de los
pueblos primitivos, fue transitoriamente efímera. En efecto, incendiada la biblioteca de
Alejandría y conquistada Europa por el mensaje judeocristiano, típicamente espiritista y
dualista, la obra Aristotélica sufrió una especie de hibernación.

Han transcurrido casi veinticinco siglos desde que fue acuñado el término psicología.
Claro que la psique aristotélica era algo muy distinto de lo que fue posteriormente para la
cultura judeo-cristiana. Él dijo: "si el ojo fuese un ser vivo, su alma sería la visión"
(Jaeget, 1957). De tal modo, lo psíquico era concebido como la funcionalidad de una
estructura. Aristóteles jamás le asignó una condición trascendente, ni mucho menos
inmortal. Según él, después de la muerte, el alma era una pura nada. La única forma
posible de sobrevivencia para los ciudadanos era el reconocimiento que podía otorgarles
la polis. El paso de la psiquis aristotélica a un alma inmortal es la apropiación judeo-
cristiana sobre el tema.

La transformación del alma en mente es el resultado del proceso de laicismo vinculado a
la revolución francesa y a la Ilustración.

El conductismo del siglo XX, como lo ha planteado Kantor (1968), es un reencuentro con
Aristóteles en la perspectiva naturalista respecto de lo humano.

                                    LO INTERACTIVO

La escuela sistémica es una perspectiva relevante en la actualidad de la psicología
académica y profesional. Desarrollada a partir de la teoría de sistemas (Bertalanffy, 1976)
y de la cibernética, su énfasis principal ha consistido en ver el comportamiento como una
realidad interactiva. La interesante obra precursora de Bateson (1976) ha inspirado
desarrollos en el campo de la epistemología de la psicología (Coddou, Maturana y Méndez,
1988) y de la psicología clínica (Guerin, 1978).

Algunas personas han creído ver en el enfoque sistémico una superación del
conductismo. Me pregunto ¿puede haber algo más sistémico que definir el
comportamiento como la interacción entre los organismos y su medio, tal como lo hizo
Skinner (1938), en The Behavior of Organism?

El enfoque sistémico es una superación del modelo mecanicista subyacente a la psicología
estímulo-respuesta. En eso estamos de acuerdo. Creer que el conductismo es lo mismo
que la psicología estímulo-respuesta revela una desinformación importante a partir de
fines de los años treinta, o sea una desinformación de sesenta años. El análisis
experimental del comportamiento, o conductismo radical, se fórmula como reacción
crítica a los planteamientos de Watson, como ha sido explicitado por Skinner (1963).

                      LA CONSIDERACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD

Algunos psicólogos opinan que el conductismo es un valioso aporte para entender y tratar
los problemas de conducta, pero que adolece de una importante limitación: desconoce "la
vida interna". Tal es el planteamiento, por ejemplo, de Bergin y Garfield (1971). Con el
término vida interna se hace referencia a realidades como el pensamiento, las fantasías,
la subjetividad, las emociones y otros.

Una ciencia del comportamiento no podría ignorar ni desvalorizar tan importantes
fenómenos como los involucrados en la propiocepción, la introspección o en cualquier
otra forma de autoobservación. Las formulaciones científicas no crean ni cambian lo
formulado, simplemente lo abordan y representan de otros modos.

El paradigma fundamental del conductismo radical no consiste en reemplazar lo mental o
psíquico por el comportamiento en la definición del objeto de la ciencia psicológica. Su
planteamiento epistémico consiste en el reconocimiento de que las operaciones de
distinción implicadas en lo mental o psíquico hacen referencia a una forma de interactuar
con el medio, es decir, a una forma de comportarse.

El mundo interno no subyace al comportamiento: es comportamiento. En el continuo
conductual la piel no constituye un hito muy relevante.
En las perspectivas dualistas, una realidad es el hacer público y otra, substancialmente
distinta, el hacer privado. No existe la posibilidad de un contexto que incluya lo público y
lo privado. No podría existir, porque lo público y lo privado son concebidos como
pertenecientes a dos dimensiones ontológicas distintas.

Para el punto de vista conductista radical el hacer privado no es una dimensión
ontológica diferente. La privacía, el llamado "mundo interno", constituye un nivel de
comportamiento propioceptivo y autodescriptivo que la comunidad lingüística moldea y
mantiene para referirse a formas particulares de interacción de las personas con otras o
consigo misma.

La consideración de la vida interna o privada, como directamente relacionada con el
fenómeno social, y dentro de éste, de manera específica con el lenguaje, ha sido posible
como resultado del punto de vista conductista radical sobre la subjetivida d, abriendo el
camino para abordar estos temas desde la perspectiva de un análisis funcional.

Al ser vista la subjetividad como un fenómeno vinculado al relacionarse y como resultado
de un cambio en la probabilidad de hacer, es decir, como un aprendizaje, emergió toda
una visión distinta a las que explícita o implícitamente tenían a la base perspectivas
dualistas.

La asimilación al estado del arte psicológico de estos descubrimientos del conductismo
radical es observable en los escenarios de influencia y control psicológico: educación,
psicoterapia, medios de comunicación, proselitismos de todos los tipos. Utilizados por los
grupos de poder, eficientizan las diferentes formas de dominación psicológica.
Identificados por los dominados, constituyen el primer e imprescindible paso al
autocontrol, es decir, a la libertad.

                              EL INCONSCIENTE DINÁMICO

Ninguna psicología postfreudiana puede obviar el hacerse cargo de las relevantes
observaciones hechas por el creador del psicoanálisis. Entre ellas, la fundamental es que
respecto de algunos de nuestros comportamientos desconocemos sus orígenes. También
puede ocurrir que el propósito de conocerlos sea insuficiente para lograrlo. Freud aspiró a
dar cuenta de esta condición humana formulando su teoría del inconsciente dinámico y
del aparato psíquico.

Ahora bien, la prolifera obra freudiana deja confuso si el aparato psíquico es una realidad
o un eslabón hipotético en la cadena causal de acciones del medio sobre el individuo y
luego del individuo sobre el medio. El aparato psíquico freudiano no posee extensión
física, sin embargo es susceptible de descripciones y subdivisiones topográficas.

Esta ambigüedad en la distinción de lo que es realidad y lo que es analogía hizo posible
que finalmente el objeto de estudio se desdibujara y el aparato mental se apropiara de la
escena.

La genialidad heurística de Freud no es ignorada ni discutida ni cuestionada por el punto
de vista del conductismo radical. Difiere de sus formulaciones explicatorias. No podría ser
de otra manera: la explicación freudiana es dualista, su concepción de lo psíquico
pertenece típicamente a la cultura espiritista judeo-cristiana.

Por su parte, el conductismo radical considera inapropiadas las explicaciones que apelan
a constructos hipotéticos formulados en categorías ontológicas diferentes a lo que se
pretende explicar. La tarea que se ha autopropuesto es describir las condiciones del
comportamiento privado o subjetivo y aquel respecto del cual desconocemos sus orígenes
o condiciones, en los mismos términos dimensionales u ontológicos del comportamiento
observable y autodescriptible.

                             LA PSICOLOGÍA COMPARADA

Creo que todos compartimos la opinión de que uno de los pilares que han hecho posible el
gran desarrollo de la biología y sus aplicaciones ha sido la información obtenida de
estudios comparados entre diferentes especies.

La psicología comparada es todavía incipiente. La pretenciosa concepción religiosa del
humano sobre sí mismo como creado a semejanza de Dios y dueño del resto de la
creación, ha sido un obstáculo para que esta disciplina pueda desarrollarse en todo su
potencial.

En un reciente concurso sobre proyectos de investigación en ciencias sociales me ha
tocado intercambiar opiniones con un filósofo que se oponía tenazmente a que se
asignara recursos a la investigación en comportamientos de especies no humanas. A él le
parecía que esas investigaciones nada podrían aportar a la psicología. En su
planteamiento estaba implícito, apenas disimulado, el punto de vista cartesiano.

Como todos recordamos, para Rene Descartes la especie humana era la única portadora
de alma, siendo ésta la responsable de los movimientos del cuerpo. Las otras especies
carecían de alma, sus cuerpos eran máquinas, y la explicación de su movimiento una
explicación mecánica.

A pe sar de las dificultades generadas por estas creencias, la investigación
comportamental en especies diferentes a la humana ha hecho notables aportes a la
comprensión tanto de aspectos básicos como aplicados.

Un ejemplo de estos aportes básicos es el conocimiento de las relaciones temporales
involucradas en la adquisición de diferentes gradientes de extinción. Ejemplos
provenientes del campo aplicado son el curso y tratamiento de las adicciones, las
consecuencias del hacinamiento, el comportamiento cooperativo y tantos otros que sería
largo nada más mencionarlos.

Como resultado de la perspectiva conductista, tanto de su vertiente radical como de la
etológica, el estudio comparado del comportamiento en distintas especies ha empezado a
conseguir legitimidad y a dar frutos. Creo que en el futuro cercano será una de las áreas
de investigación más relevantes y fructíferas de la psicología.

                             COMPORTAMIENTO VERBAL

Noam Chomsky, como consecuente dualista cartesiano, se imaginó al lenguaje como una
especie de secreción del cerebro (Mac Corquodale, 1970). Su crítica al libro Verbal
Behavior de Skinner (1959) ha sido muy difundida, pero no porque sea una
argumentación sólidamente fundada, sino por su ataque a la posibilidad de un análisis
funcional del lenguaje (Bayés, 1984).

Un análisis funcional del lenguaje implica concebirlo como una realidad natural, como
una de las formas de interacción con el medio, conlleva entenderlo como comportamiento
verbal, es decir, hacerse cargo de que tiene que ver con cómo estamos hechos y conque es
parte del fenómeno social.

Ahora bien, un análisis funcional del lenguaje no es contradictorio de un análisis
estructural del mismo. Son dos perspectivas diferentes de aproximación a una temática,
con pretensiones y metodologías distintas, y por lo tanto, con resultados a niveles no
comparables.
Los actuales desarrollos de la sociolingüística (Herruzo, 1991), y también la perspectiva
biológica sobre el lenguaje (Maturana, 1995), nos permiten ver el Verbal Behavior de 1959
como una obra precursora.

                       EL RECHAZO AL CONDUCTISMO RADICAL

Ahora vamos a cumplir con nuestro segundo ofrecimiento: proponer una explicación para
el rechazo al conductismo radical y para las motivaciones de quienes han intentado su
prematura defunción.

Al escuchar a los detractores del conductismo radical solemos encontrarnos con dos
variantes: la desinformada -confusa y la autoritaria. En ambas, que también pueden
mezclarse, es posible observar más bien emocionalidades que argumentaciones fundadas.
Sus opiniones no se refieren a textos específicos, sino a apreciaciones vagas y generales.

Un ejemplo de la primera variante es Rubilar (1994), quien confunde ciencia, tecnología, y
el uso que hacen de ellas los grupos de poder. Con su manera de confundir distintos
niveles de análisis, los chinos, por haber descubierto la pólvora, serían responsables de
que los parisinos, a cañonazos, tomaran la Bastilla. Sus puntos de vista han sido
suficientemente rebatidos por Dorna y Méndez (1979).

La tarea de la ciencia es la descripción de regularidades. Que él conocimiento de éstas sea
utilizado para desarrollar tecnologías que favorecen a los grupos de poder, es otro asunto.

Un ejemplo de la segunda variante, la autoritaria, es el obispo Manning (Edwards, 1983).
Ocurre que al contribuir de modo relevante el conductismo a develar los mecanismos de
control del comportamiento, al hacer público cómo se adquieren, mantienen y extinguen
las diferentes formas de comportarse, ha infligido un daño irreparable e imperdonable a
los controladores.

En efecto, las instancias de control: familia, gobierno, educación, religiones, partidos
políticos, economía, etc., se ven debilitadas cuando el controlado se entera de cómo lo
controlan.

Cuanto mayor es la ignorancia respecto a su forma de operar, más favorecida se ve la
instancia de control. Cuanto más primitiva y autoritaria es la instancia de control, más
necesita del oscurantismo respecto de sus procedimientos.

El conductismo, como un Prometeo del siglo XX, debe ser castigado ejemplarmente por
traspasar una chispa de inteligencia a los humanos, al identificar y hacer públicas las
formas de control del comportamiento, siendo especialmente grave sus aportes a la
desmitificacion del comportamiento privado o subjetivo.

Su legado, consistente en iluminar con el conocimiento oscuros rincones del
autoritarismo y de las formas de control psicológico, es irreversible. Sin embargo, tanto
para los controladores como para los controlados es deseable, de momento, un castigo
ejemplar al liberador.

¿Por qué no sólo para las instancias de control sino también para los controlados? Porque
el humano occidental vive alienado en la creencia de ser libre y autónomo. El
desenmascaramiento del control perjudica tambi én al controlado-consumidor en su
subjetividad.

Nada de esto es enteramente nuevo en la historia de la humanidad. Ya quedó registrado
en el Génesis con el relato simbólico de comer la fruta del árbol prohibido: el árbol del
conocimiento.
En La Divina Comedia encontramos a Ulises y Diomedes en el octavo círculo del infierno
(canto xxvi). Aparentemente están ahí por haber fraguado juntos la estratagema del
caballo de Troya. Pero hay una explicación más profunda y coherente del motivo de su
condena, develada por Borges (1993): el simbolismo de cruzar las columnas de Hércules y
conocer el hemisferio austral representa su decisión de conocer lo vedado y anticiparse a
los designios de la Providencia. Su pecado es imperdonable: el infierno es para siempre.

Los romanos del siglo XVI quemaron a Giordano Bruno por desacato a la autoridad
oscurantista. El siglo siguiente levantaron un monumento recordatorio en la Piazza
Campo del Fiori. En su pedestal han puesto:

       "Aquí donde ardió la pira, a Giordano Bruno, el siglo que él anticipó"

Como a Giordano, será el siglo siguiente quien, objetiva e imparcialmente, reconocerá de
forma explícita el aporte del conductismo, y en el lugar donde ha sido quemado será
reconocido su relativo aporte al largo y empinado camino por iluminar y conocer lo vivo y
lo vivo humanizado.

Después de examinar cómo algunos de los principios que inspiraron al conductismo
radical han sido integrados a estado del arte de la psicología, no siempre de manera
explícita o reconocida, y luego de proponer una explicación para sus prematuros
funerales, podemos concluir. El conductismo descansa en paz. Se trata de un muerto que
goza de muy buena salud.

In this article we learn about the point of view in which some of the basic principles of
radical behaviourism have been incorporated —not always explicitly— to the state of the
art in pychology today.

In this context various themes are discussed, including the aims of study, methodology
the naturalist perspective, inter-activity, the consideration of subjectivity, dynamic
unconsciousness, compared psychology, and verbal conduct. Finally on explanation for
the rejection of radical behaviour is proposed.

                                       BIBLIOGRAFÍA

       BARLOW, H. y HERSEN, M. Diseños experimentales de caso único. Martínez
       Roca, Barcelona, 1993.
       BATESON, G. Pasos hacia una ecología de la mente. Ediciones Carlos
       Lohle, Buenos Aires, 1976.
       BAYÉS, R. (Ed.). ¿Chomsky o Skinner?. La génesis del lenguaje. Ed.
       Fontanella, Barcelona, 1984.
       BERGIN, A. & GARFIELD, S. Handbook of Psychoterapy and Behavior
       Change. Willey. New York, 1971.
       BERTALANFFY, L. Teoría general de los sistemas. Fondo de Cultura
       Económica, México, 1976.
       BORGES, J.L. Siete Noches. Fondo de Cultura Económica : México, 1993.
       CODDOU, F., MATURANA, H. & MÉNDEZ, CL. The bringing forth of
       pathology. lrish Journal of Psychology, vol. 9, 1988.
       DORNA, A. y MÉNDEZ, H. ideología y conductismo. Fontanella, Barcelona,
       1979.
       EDWARDS, P. Cómo se evitó que Bertrand Russell enseñase en la
       Universidad de la ciudad de Nueva York. EDHASA. Barcelona, 1983.
       GUERIN, P. Family Therapy: Theory and Practice. Gardner Press. New York,
       1978.
       HERRUZO, J. Efectos de la conducta verbal sobre otras conductas. Tesis
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Actualidad conductismo radical

  • 1. ACTUALIDAD DEL CONDUCTISMO RADICAL Prof. Dr. Jorge Luzoro García Departamento de Educación Diferencial U.M.C.E. Se expone el punto de vista consistente en que algunos de los principios básicos del conductismo radical han sido incorporados, no siempre de manera reconocida o explícita, al estado del arte de la psicología actual. En este contexto se discuten aspectos como objeto de estudio, metodología, perspectiva naturalista, interactividad, consideración de la subjetividad, inconsciente dinámico, psicología comparada, comportamiento verbal. Finalmente se propone una explicación para el rechazo al conductismo radical. Palabras claves: psicología, conductismo radical. Cuando Sigmund Koch (1964) anunció que el conductismo moriría, B.F. Skinner (1969), comentó: "efectivamente morirá, pero no por su fracaso, sino por su éxito, cuando los problemas actuales que lo definen sean resueltos". En los treinta años transcurridos desde el anuncio funerario hecho por Koch, hemos visto realizarse el retruque eskineriano. En efecto, los principios básicos del conductismo radical han sido asimilados por la cultura general de la psicología como área del conocimiento y por los psicólogos como investigadores o profesionales. Nos proponemos ahora mencionar algunos de esos principi os y su incorporación, no siempre reconocida o explicitada, al estado del arte en la psicología actual. También propondremos una explicación para la necesidad de un anticipado funeral del conductismo, para continuar vivo cual ave fénix, incorporado explícita o implícitamente, en las modas psicológicas de fines de este segundo milenio. EL OBJETO DE ESTUDIO Que el objeto de estudio de la psicología es lo que los organismos vivos hacen, incluido en este hacer lo que hacen privadamente, es hoy día un hecho consensual de la disciplina. También es consensual que la problemática abordada por los psicólogos profesionales tiene que ver con lo que los humanos hacen, o no hacen, o dejan de hacer, o cómo hacer para que adquieran, aumenten, disminuyan o eliminen un determinado hacer. Así le pareció al notable renacentista Juan Luis Vives, quien en el siglo XVI escribió "...no vamos a estudiar la esencia de la mente sino las acciones de los hombres..." (De anima et vita, citado en Watson, 1913). Sin embargo, entre Vives y el conductismo del siglo XX, fue un lugar común la confusa creencia de que lo que la psicología estudiaba, como la etimología de la palabra conlleva, era el alma, o su versión laica, la mente. La concepción dualista cartesiana estaba arrai gada incluso en los medios académicos y profesionales, llevando a confundir el objeto de estudio de una ciencia con intentos explicativos por la vía de constructos hipotéticos planteados en términos inverificables. Conductismo, el muy atacado y poco leído libro de J.B. Watson (1923) y La conducta de los organismos, primer libro de B.F. Skinner (1938), contribuyeron de manera significativa a aclarar que el objeto a explicar por parte de la psicología es lo que los organismos vivos hacen.
  • 2. Constructos hipotéticos como el alma o la mente, u otros, como la personalidad, la estructura psíquica, o los así llamados procesos cognoscitivos, pueden ser, o no ser, de utilidad en la explicación del comportamiento, pero no son lo que se intenta explicar. Puede también que los constructos hipotéticos resulten ilustrativos, o que constituyan analogías útiles, o que sean entretenidos: "...theories are funny..." dice Skinner (1950), pero no constituyen el objeto de estudio de la psicología. LA METODOLOGÍA Hoy en día el paciente, o sus familiares, al recurrir a un psicoterapeuta buscando alivio a padeceres o dificultades pregunta: ¿qué probabilidad de ser efectivo tiene el tratamiento que usted recomienda? En la actualidad los estudiantes de psicología al escuchar afirmaciones de sus profesores rápidamente inquieren por la evidencia que la sustenta. Las observaciones contrastadas y verificadas, los experimentos, los estudios de grupo, las pruebas estadísticas, los diseños de investigación n = 1, en resumen la necesidad de no sólo afirmar sino también de demostrar han ido constituyendo una realidad consensual e irreversible de la disciplina psicológica y de sus aplicaciones (Barlow y Hersen, 1988). Las preguntas por la confiabilidad y validez de los procedimientos se han tornado imprescindibles (Sidman, 1960). Cuando la psicología era definida como "la parte de la filosofía que tiene como objeto el conocimiento del alma y de sus facultades consideradas en sí mismas y estudiadas únicamente a través de la conciencia" (Mueller, 1974), las preguntas por el rigor metodológico eran desusadas. Pero desde entonces hasta la realidad actual, qué duda cabe, se ha producido un cambio significativo. En este cambio, el conductismo en general y el conductismo radical en especial han ocupado un importante lugar, marcando un hito que además de tener significado al interior de su propio enfoque, ha irradiado a la psicología toda. PERSPECTIVA NATURALISTA Las formulaciones conductistas, desde el primitivismo mecanicista estímulo-respuesta, hasta el análi sis funcional del comportamiento, han contribuido de manera substancial a disipar nieblas supersticiosas, espiritistas, oscurantistas y religiosas respecto a lo que los organismos vivos hacen. Y a la explicación del por qué lo hacen. Esto tiene validez de manera especialmente contundente si se trata de los organismos vivos humanos. Las diversas formulaciones conductistas, sus planteamientos básicos y su metodología, han contribuido probablemente como ninguna otra formulación, a concebir lo humano como algo natural, perteneciente e integrado al resto de la naturaleza. Ciertamente que con características propias, pero que no lo sitúan en un espacio substancialmente distinto del resto de los fenómenos del universo. Kantor (1968) ha dicho que el primer conductista fue Aristóteles, y ha fundamentado su opinión mostrando que el estagirita entendió funciones típicamente psicológicas, por ejemplo la memoria, los sueños o las fantasías, como formas de relacionarse con el medio. Pero la formulación naturalista aristotélica, crítica de las creencias espiritistas de los pueblos primitivos, fue transitoriamente efímera. En efecto, incendiada la biblioteca de Alejandría y conquistada Europa por el mensaje judeocristiano, típicamente espiritista y dualista, la obra Aristotélica sufrió una especie de hibernación. Han transcurrido casi veinticinco siglos desde que fue acuñado el término psicología. Claro que la psique aristotélica era algo muy distinto de lo que fue posteriormente para la cultura judeo-cristiana. Él dijo: "si el ojo fuese un ser vivo, su alma sería la visión"
  • 3. (Jaeget, 1957). De tal modo, lo psíquico era concebido como la funcionalidad de una estructura. Aristóteles jamás le asignó una condición trascendente, ni mucho menos inmortal. Según él, después de la muerte, el alma era una pura nada. La única forma posible de sobrevivencia para los ciudadanos era el reconocimiento que podía otorgarles la polis. El paso de la psiquis aristotélica a un alma inmortal es la apropiación judeo- cristiana sobre el tema. La transformación del alma en mente es el resultado del proceso de laicismo vinculado a la revolución francesa y a la Ilustración. El conductismo del siglo XX, como lo ha planteado Kantor (1968), es un reencuentro con Aristóteles en la perspectiva naturalista respecto de lo humano. LO INTERACTIVO La escuela sistémica es una perspectiva relevante en la actualidad de la psicología académica y profesional. Desarrollada a partir de la teoría de sistemas (Bertalanffy, 1976) y de la cibernética, su énfasis principal ha consistido en ver el comportamiento como una realidad interactiva. La interesante obra precursora de Bateson (1976) ha inspirado desarrollos en el campo de la epistemología de la psicología (Coddou, Maturana y Méndez, 1988) y de la psicología clínica (Guerin, 1978). Algunas personas han creído ver en el enfoque sistémico una superación del conductismo. Me pregunto ¿puede haber algo más sistémico que definir el comportamiento como la interacción entre los organismos y su medio, tal como lo hizo Skinner (1938), en The Behavior of Organism? El enfoque sistémico es una superación del modelo mecanicista subyacente a la psicología estímulo-respuesta. En eso estamos de acuerdo. Creer que el conductismo es lo mismo que la psicología estímulo-respuesta revela una desinformación importante a partir de fines de los años treinta, o sea una desinformación de sesenta años. El análisis experimental del comportamiento, o conductismo radical, se fórmula como reacción crítica a los planteamientos de Watson, como ha sido explicitado por Skinner (1963). LA CONSIDERACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD Algunos psicólogos opinan que el conductismo es un valioso aporte para entender y tratar los problemas de conducta, pero que adolece de una importante limitación: desconoce "la vida interna". Tal es el planteamiento, por ejemplo, de Bergin y Garfield (1971). Con el término vida interna se hace referencia a realidades como el pensamiento, las fantasías, la subjetividad, las emociones y otros. Una ciencia del comportamiento no podría ignorar ni desvalorizar tan importantes fenómenos como los involucrados en la propiocepción, la introspección o en cualquier otra forma de autoobservación. Las formulaciones científicas no crean ni cambian lo formulado, simplemente lo abordan y representan de otros modos. El paradigma fundamental del conductismo radical no consiste en reemplazar lo mental o psíquico por el comportamiento en la definición del objeto de la ciencia psicológica. Su planteamiento epistémico consiste en el reconocimiento de que las operaciones de distinción implicadas en lo mental o psíquico hacen referencia a una forma de interactuar con el medio, es decir, a una forma de comportarse. El mundo interno no subyace al comportamiento: es comportamiento. En el continuo conductual la piel no constituye un hito muy relevante.
  • 4. En las perspectivas dualistas, una realidad es el hacer público y otra, substancialmente distinta, el hacer privado. No existe la posibilidad de un contexto que incluya lo público y lo privado. No podría existir, porque lo público y lo privado son concebidos como pertenecientes a dos dimensiones ontológicas distintas. Para el punto de vista conductista radical el hacer privado no es una dimensión ontológica diferente. La privacía, el llamado "mundo interno", constituye un nivel de comportamiento propioceptivo y autodescriptivo que la comunidad lingüística moldea y mantiene para referirse a formas particulares de interacción de las personas con otras o consigo misma. La consideración de la vida interna o privada, como directamente relacionada con el fenómeno social, y dentro de éste, de manera específica con el lenguaje, ha sido posible como resultado del punto de vista conductista radical sobre la subjetivida d, abriendo el camino para abordar estos temas desde la perspectiva de un análisis funcional. Al ser vista la subjetividad como un fenómeno vinculado al relacionarse y como resultado de un cambio en la probabilidad de hacer, es decir, como un aprendizaje, emergió toda una visión distinta a las que explícita o implícitamente tenían a la base perspectivas dualistas. La asimilación al estado del arte psicológico de estos descubrimientos del conductismo radical es observable en los escenarios de influencia y control psicológico: educación, psicoterapia, medios de comunicación, proselitismos de todos los tipos. Utilizados por los grupos de poder, eficientizan las diferentes formas de dominación psicológica. Identificados por los dominados, constituyen el primer e imprescindible paso al autocontrol, es decir, a la libertad. EL INCONSCIENTE DINÁMICO Ninguna psicología postfreudiana puede obviar el hacerse cargo de las relevantes observaciones hechas por el creador del psicoanálisis. Entre ellas, la fundamental es que respecto de algunos de nuestros comportamientos desconocemos sus orígenes. También puede ocurrir que el propósito de conocerlos sea insuficiente para lograrlo. Freud aspiró a dar cuenta de esta condición humana formulando su teoría del inconsciente dinámico y del aparato psíquico. Ahora bien, la prolifera obra freudiana deja confuso si el aparato psíquico es una realidad o un eslabón hipotético en la cadena causal de acciones del medio sobre el individuo y luego del individuo sobre el medio. El aparato psíquico freudiano no posee extensión física, sin embargo es susceptible de descripciones y subdivisiones topográficas. Esta ambigüedad en la distinción de lo que es realidad y lo que es analogía hizo posible que finalmente el objeto de estudio se desdibujara y el aparato mental se apropiara de la escena. La genialidad heurística de Freud no es ignorada ni discutida ni cuestionada por el punto de vista del conductismo radical. Difiere de sus formulaciones explicatorias. No podría ser de otra manera: la explicación freudiana es dualista, su concepción de lo psíquico pertenece típicamente a la cultura espiritista judeo-cristiana. Por su parte, el conductismo radical considera inapropiadas las explicaciones que apelan a constructos hipotéticos formulados en categorías ontológicas diferentes a lo que se pretende explicar. La tarea que se ha autopropuesto es describir las condiciones del comportamiento privado o subjetivo y aquel respecto del cual desconocemos sus orígenes
  • 5. o condiciones, en los mismos términos dimensionales u ontológicos del comportamiento observable y autodescriptible. LA PSICOLOGÍA COMPARADA Creo que todos compartimos la opinión de que uno de los pilares que han hecho posible el gran desarrollo de la biología y sus aplicaciones ha sido la información obtenida de estudios comparados entre diferentes especies. La psicología comparada es todavía incipiente. La pretenciosa concepción religiosa del humano sobre sí mismo como creado a semejanza de Dios y dueño del resto de la creación, ha sido un obstáculo para que esta disciplina pueda desarrollarse en todo su potencial. En un reciente concurso sobre proyectos de investigación en ciencias sociales me ha tocado intercambiar opiniones con un filósofo que se oponía tenazmente a que se asignara recursos a la investigación en comportamientos de especies no humanas. A él le parecía que esas investigaciones nada podrían aportar a la psicología. En su planteamiento estaba implícito, apenas disimulado, el punto de vista cartesiano. Como todos recordamos, para Rene Descartes la especie humana era la única portadora de alma, siendo ésta la responsable de los movimientos del cuerpo. Las otras especies carecían de alma, sus cuerpos eran máquinas, y la explicación de su movimiento una explicación mecánica. A pe sar de las dificultades generadas por estas creencias, la investigación comportamental en especies diferentes a la humana ha hecho notables aportes a la comprensión tanto de aspectos básicos como aplicados. Un ejemplo de estos aportes básicos es el conocimiento de las relaciones temporales involucradas en la adquisición de diferentes gradientes de extinción. Ejemplos provenientes del campo aplicado son el curso y tratamiento de las adicciones, las consecuencias del hacinamiento, el comportamiento cooperativo y tantos otros que sería largo nada más mencionarlos. Como resultado de la perspectiva conductista, tanto de su vertiente radical como de la etológica, el estudio comparado del comportamiento en distintas especies ha empezado a conseguir legitimidad y a dar frutos. Creo que en el futuro cercano será una de las áreas de investigación más relevantes y fructíferas de la psicología. COMPORTAMIENTO VERBAL Noam Chomsky, como consecuente dualista cartesiano, se imaginó al lenguaje como una especie de secreción del cerebro (Mac Corquodale, 1970). Su crítica al libro Verbal Behavior de Skinner (1959) ha sido muy difundida, pero no porque sea una argumentación sólidamente fundada, sino por su ataque a la posibilidad de un análisis funcional del lenguaje (Bayés, 1984). Un análisis funcional del lenguaje implica concebirlo como una realidad natural, como una de las formas de interacción con el medio, conlleva entenderlo como comportamiento verbal, es decir, hacerse cargo de que tiene que ver con cómo estamos hechos y conque es parte del fenómeno social. Ahora bien, un análisis funcional del lenguaje no es contradictorio de un análisis estructural del mismo. Son dos perspectivas diferentes de aproximación a una temática, con pretensiones y metodologías distintas, y por lo tanto, con resultados a niveles no comparables.
  • 6. Los actuales desarrollos de la sociolingüística (Herruzo, 1991), y también la perspectiva biológica sobre el lenguaje (Maturana, 1995), nos permiten ver el Verbal Behavior de 1959 como una obra precursora. EL RECHAZO AL CONDUCTISMO RADICAL Ahora vamos a cumplir con nuestro segundo ofrecimiento: proponer una explicación para el rechazo al conductismo radical y para las motivaciones de quienes han intentado su prematura defunción. Al escuchar a los detractores del conductismo radical solemos encontrarnos con dos variantes: la desinformada -confusa y la autoritaria. En ambas, que también pueden mezclarse, es posible observar más bien emocionalidades que argumentaciones fundadas. Sus opiniones no se refieren a textos específicos, sino a apreciaciones vagas y generales. Un ejemplo de la primera variante es Rubilar (1994), quien confunde ciencia, tecnología, y el uso que hacen de ellas los grupos de poder. Con su manera de confundir distintos niveles de análisis, los chinos, por haber descubierto la pólvora, serían responsables de que los parisinos, a cañonazos, tomaran la Bastilla. Sus puntos de vista han sido suficientemente rebatidos por Dorna y Méndez (1979). La tarea de la ciencia es la descripción de regularidades. Que él conocimiento de éstas sea utilizado para desarrollar tecnologías que favorecen a los grupos de poder, es otro asunto. Un ejemplo de la segunda variante, la autoritaria, es el obispo Manning (Edwards, 1983). Ocurre que al contribuir de modo relevante el conductismo a develar los mecanismos de control del comportamiento, al hacer público cómo se adquieren, mantienen y extinguen las diferentes formas de comportarse, ha infligido un daño irreparable e imperdonable a los controladores. En efecto, las instancias de control: familia, gobierno, educación, religiones, partidos políticos, economía, etc., se ven debilitadas cuando el controlado se entera de cómo lo controlan. Cuanto mayor es la ignorancia respecto a su forma de operar, más favorecida se ve la instancia de control. Cuanto más primitiva y autoritaria es la instancia de control, más necesita del oscurantismo respecto de sus procedimientos. El conductismo, como un Prometeo del siglo XX, debe ser castigado ejemplarmente por traspasar una chispa de inteligencia a los humanos, al identificar y hacer públicas las formas de control del comportamiento, siendo especialmente grave sus aportes a la desmitificacion del comportamiento privado o subjetivo. Su legado, consistente en iluminar con el conocimiento oscuros rincones del autoritarismo y de las formas de control psicológico, es irreversible. Sin embargo, tanto para los controladores como para los controlados es deseable, de momento, un castigo ejemplar al liberador. ¿Por qué no sólo para las instancias de control sino también para los controlados? Porque el humano occidental vive alienado en la creencia de ser libre y autónomo. El desenmascaramiento del control perjudica tambi én al controlado-consumidor en su subjetividad. Nada de esto es enteramente nuevo en la historia de la humanidad. Ya quedó registrado en el Génesis con el relato simbólico de comer la fruta del árbol prohibido: el árbol del conocimiento.
  • 7. En La Divina Comedia encontramos a Ulises y Diomedes en el octavo círculo del infierno (canto xxvi). Aparentemente están ahí por haber fraguado juntos la estratagema del caballo de Troya. Pero hay una explicación más profunda y coherente del motivo de su condena, develada por Borges (1993): el simbolismo de cruzar las columnas de Hércules y conocer el hemisferio austral representa su decisión de conocer lo vedado y anticiparse a los designios de la Providencia. Su pecado es imperdonable: el infierno es para siempre. Los romanos del siglo XVI quemaron a Giordano Bruno por desacato a la autoridad oscurantista. El siglo siguiente levantaron un monumento recordatorio en la Piazza Campo del Fiori. En su pedestal han puesto: "Aquí donde ardió la pira, a Giordano Bruno, el siglo que él anticipó" Como a Giordano, será el siglo siguiente quien, objetiva e imparcialmente, reconocerá de forma explícita el aporte del conductismo, y en el lugar donde ha sido quemado será reconocido su relativo aporte al largo y empinado camino por iluminar y conocer lo vivo y lo vivo humanizado. Después de examinar cómo algunos de los principios que inspiraron al conductismo radical han sido integrados a estado del arte de la psicología, no siempre de manera explícita o reconocida, y luego de proponer una explicación para sus prematuros funerales, podemos concluir. El conductismo descansa en paz. Se trata de un muerto que goza de muy buena salud. In this article we learn about the point of view in which some of the basic principles of radical behaviourism have been incorporated —not always explicitly— to the state of the art in pychology today. In this context various themes are discussed, including the aims of study, methodology the naturalist perspective, inter-activity, the consideration of subjectivity, dynamic unconsciousness, compared psychology, and verbal conduct. Finally on explanation for the rejection of radical behaviour is proposed. BIBLIOGRAFÍA BARLOW, H. y HERSEN, M. Diseños experimentales de caso único. Martínez Roca, Barcelona, 1993. BATESON, G. Pasos hacia una ecología de la mente. Ediciones Carlos Lohle, Buenos Aires, 1976. BAYÉS, R. (Ed.). ¿Chomsky o Skinner?. La génesis del lenguaje. Ed. Fontanella, Barcelona, 1984. BERGIN, A. & GARFIELD, S. Handbook of Psychoterapy and Behavior Change. Willey. New York, 1971. BERTALANFFY, L. Teoría general de los sistemas. Fondo de Cultura Económica, México, 1976. BORGES, J.L. Siete Noches. Fondo de Cultura Económica : México, 1993. CODDOU, F., MATURANA, H. & MÉNDEZ, CL. The bringing forth of pathology. lrish Journal of Psychology, vol. 9, 1988. DORNA, A. y MÉNDEZ, H. ideología y conductismo. Fontanella, Barcelona, 1979. EDWARDS, P. Cómo se evitó que Bertrand Russell enseñase en la Universidad de la ciudad de Nueva York. EDHASA. Barcelona, 1983. GUERIN, P. Family Therapy: Theory and Practice. Gardner Press. New York, 1978. HERRUZO, J. Efectos de la conducta verbal sobre otras conductas. Tesis Doctoral. Universidad de Granada, 1991.
  • 8. JAEGER, W. Paidea. Fondo de Cultura Económica. México, 1957. KANTOR, J.R. Be haviorism in the History of Psychology. The Psychological Record, No. 18, 1968. KOCH, S. Psychology and emerging conceptions of knowledge as unitary. En Wann, T. (Ed.).Behaviorism and Phenomenology. university of Chicago Press, 1964. MAC CORQUODALE, K. On Chomsky’s review of Skinner’s verbal behavior. Journal of Experimental Analysis of Behavior, 13, 1970. MATURANA, H. Desde la Biología a la Psicología. Editorial Universitaria. Santiago, 1995. MUELLER, F. La psicología contemporánea. Fondo de Cultura Económica. México, 1974. RUBILAR, L. Psicología e Identidad Latinoamericana. Aula XXI, No. 3. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, 1994. SIDMAN, M. Tactics of scientific research. Basis Books. New York, 1960. SKINNER, B.F. The Behavior of Organisms. Appleton Century Crofts. New York, 1938. SKINNER, B.F. Are Theories of Learning Necessary? Psychological Review, 57, 1950. SKINNER, B.F. Verbal Behavior. Appleton Century Crofts. New York, 1959. SKINNER, B.F. Behaviorism at Fifty. Science, 140, 1963. SKINNER, B.F. Contingencies of reinforcement, a theoretical analysis. Prentice Hall Inc. New Jersey, 1969. WATSON, F. Vives on education. Cambridge University Press. Cambridge, 1913. WATSON, J.B. Behaviorism. W.W. Norton. New York, 1923