2. Teorías tradicionales sobre el mal
• La reflexión sobre qué es el mal y la forma en
que nace es tan antigua como la filosofía
misma.
• Durante la Edad Media cobraron especial
fuerza a las teorías que aún intentan reconciliar
a la existencia del mal en el mundo con la
existencia de un ser divino omnipotente,
omnisciente y completamente bueno.
• Se afirmaba que el mal es la ausencia del bien.
3. Teorías tradicionales sobre el mal
• De acuerdo con Kant, tenemos una voluntad moralmente buena si
escogemos acciones rectas sólo porque son buenas. En cualquier otro caso
nuestra voluntad es mala.
• Sostiene que existen grados de maldad o corrupción:
• La fragilidad. Alguien de voluntad frágil quiere hacer acciones buenas por
el hecho de que son correctas, pero su debilidad se lo impide.
• La impureza. Personas con voluntad impura se proponen hacer acciones
moralmente correctas no sólo porque son buenas, sino también por otros
motivos; por ejemplo, para beneficio propio, como el obtener ganancias.
• La perversidad o malicia. El individuo, en vez de darle a la ley moral la
mayor importancia, se la otorga a su interés personal.
• Una crítica que se le ha hecho a Kant es que no reconoce el hecho de que
una persona sea mala y hasta qué grado.
4. Crítica a la noción de maldad
• El concepto de maldad ha sido criticado porque no explica lo que
pretende, es decir, no nos sirve para caracterizar cierto tipo de
acciones. O bien, el usarlo tiene consecuencias peligrosas.
• Nietzsche argumentó que hay que abandonar este término
porque no describe la realidad moral, sino que es empleado para
demonizar a los enemigos: darles una nota negativa.
• Afirma que el concepto malo nace de las emociones negativas,
como el odio o resentimiento y la pasión malsana de la envidia.
Recomendaba evitar los juicios desde lo bueno y lo malo.
• Sin embargo, quienes defienden el concepto del mal, argumentan
que nos permite capturar, como ningún otro término lo hace, el
significado moral de actos y caracteres como la tortura, los
asesinatos seriales o la figura de Hitler.
5. La maldad extrema
• Hannah Arendt (1906-1975) dio el nombre de mal
radical al exterminio de personas en los campos de
concentración del nazismo, denotando una nueva forma
de maldad que no puede capturarse mediante otros
conceptos morales.
• Una característica más del mal radical es que detrás de
estos actos no hay motivos que logremos entender, sino
que se llevan a cabo, entre otros propósitos, para reforzar
el control totalitario y la idea de que todo es posible. Un
ejemplo son las purgas que realizó Joseph Stalin en la
Unión Soviética para asegurar el control del país.
6. Maldad moral y actos simplemente indebidos
• Todd Calder señala que algunas teorías contemporáneas
han buscado diferenciar los actos en extremo inmorales, o
malvados, de los meramente indebidos. Se ha dicho, por
ejemplo, que en los primeros el perpetrador disfruta al
hacerlos y busca conscientemente provocar un daño.
• Respecto a los motivos de las acciones, afirma Calder, se ha
sostenido, por una parte, que esto no importa al definir una
acción malévola. Quienes así se comportan quieren infligir
daño, sea por placer o por el deseo de hacer lo que está
mal. Otra idea es que quienes realizan estos actos no tienen
las barreras psicológicas que a todos los humanos refrenan.
7. Maldad moral y actos simplemente indebidos
• Stanley Milgram (1933-1984) hizo algunos estudios para mostrar
que la mayoría de las personas estaría dispuesta a llevar a cabo
acciones intolerables (específicamente: administrar descargas
eléctricas potencialmente letales a personas inocentes) bajo
condiciones experimentales.
• De acuerdo con el autor, sus investigaciones sugieren que la
mayoría de los seres humanos estaríamos dispuestos a realizar
acciones crueles bajo la influencia, manipulación o presión de
alguna figura de autoridad.
• Séneca pensaba que la maldad es producto de la falta de
libertad, que una persona libre es capaz de distinguir entre lo
moralmente correcto e incorrecto. Esta ausencia de libertad que
nos hace siervos quizá puede deberse al hecho de que tengamos
un carácter débil.
8. El mal situacional
• Phillip Zimbardo (1933) propone que la maldad no es atribuible a
la persona en sí misma, sino que todos tenemos la posibilidad de
actuar haciendo daño a otros. Podemos abusar de nuestra
posición de poder o de ventaja cuando se dan determinadas
condiciones en una situación y en el sistema social, tales como la
falta de supervisión, el anonimato, la despersonalización (“no soy
yo, es el puesto, sólo sigo órdenes”) y la impunidad.
• La propuesta de Zimbardo es que las actuaciones que llamamos
malas pueden ser facilitadas por el sistema social, pero también
ser inhibidas por este. Cuando las reglas de funcionamiento de la
sociedad otorgan el poder o las ventajas económicas o políticas a
un grupo de personas, excluyendo al mismo tiempo a otras, se
crean las condiciones para que surjan situaciones de abuso.
9. El mal situacional
¿Cómo evitar los abusos?
• Una forma es esperando que quienes están en la posición de
poder sean personas buenas, esto es, honradas, justas,
incorruptibles.
• Otra forma es desmantelando las reglas sistemáticas que
permiten el abuso: dando a conocer quiénes son los
encargados, y estableciendo una instancia ante la cual se
puedan presentar quejas por las decisiones insatisfactorias y
ante la cual estén obligadas a responder, y relacionando la
calidad de sus acciones a premios o castigos, o sea, que si
actúan incorrectamente puedan ser castigados.
10. Lo que conozco de mí
• La filosofía estoica consideraba que la conducta
correcta resulta del conocimiento de uno mismo, más
que del esfuerzo por cambiar las circunstancias
externas.
• Marco Aurelio hablaba de las virtudes tales como:
sencillez, justicia, piedad, benevolencia, afabilidad,
cumplimiento del deber. Con ellas se recupera en la
conciencia un universo de significados precisos que
orientan la conducta, a modo de reforzadores,
manteniendo viva la vigilancia reflexiva.
11. La experiencia de las situaciones
• Gastón Bachelard (1884-1962) utiliza como herramienta
principal de estudio el método fenomenológico.
• La fenomenología es una metodología y actitud filosófica que
busca captar toda la riqueza contenida en una experiencia en sí
misma, no en relación con otras experiencias, teorías o
hipótesis. Fue utilizado para captar el modo en que las
cualidades de los objetos nos afectan inmediatamente sin pasar
por un análisis racional ni reflexivo.
• Para explicarlo, pone el ejemplo de la casa, de la cual podemos
decir de qué materiales está hecha, cuánto mide, qué mobiliario
hay, que son todas condiciones materiales; pero eso no nos
transmite lo que se siente estar allí, la seguridad o inseguridad,
las emociones proyectadas en ese lugar por las personas, lo que
ahí se vive o se puede vivir.
12. La vida buena y la mala vida
• Los filósofos de la antigüedad griega y romana asociaban la
vida buena con el desarrollo del carácter personal a través
de las virtudes, lo que implica trabajar sobre uno mismo
para convertirse en una persona persistente, moderada,
justa y prudente. Si nos atenemos a esta idea, podríamos
pensar que podemos convertirnos en buenas personas,
independientemente de las circunstancias que nos rodean.
• Sin embargo, cabe plantearse la pregunta que ya se hacía
Teodoro W. Adorno respecto a las posibilidades que tiene la
persona de llevar una vida buena para sí misma, en lo
individual, en un mundo marcado por la desigualdad, la
pobreza y la explotación.
13. La vida buena y la mala vida
• De acuerdo con la ONU, aproximadamente 10% de la
población mundial vive en extrema pobreza. Y esta existe
cuando el ingreso de una familia es menor a 2.15 USD
estadounidenses por día.
• En México 13.9% de la población rural y 12.8% de la urbana
no logran cubrir el costo de la canasta básica, que incluye los
productos y servicios que se consideran esenciales para la
subsistencia de una familia.
• Según Oxfam (Organización humanitaria que combate la
pobreza) el 1% de la población más rica en el mundo ha
acaparado en los últimos años poco menos de dos terceras
partes de la nueva riqueza generada desde 2020.
14. La vida buena y la mala vida
• Para quienes se encuentran entre los más pobres, parece que la
buena vida es una frase sin sentido a la que no tienen
posibilidades de aspirar, pues la violencia sistemática que
padecen los mantiene en un permanente estado de exclusión y
sin posibilidades de superar su condición. Para ellos, lo único
que queda es llevar una mala vida.
• Tendríamos que preguntarnos si es verdad que podemos
construirnos como buenas personas con independencia de lo
que pasa a nuestro alrededor y de las condiciones en las que se
encuentran quienes comparten el mundo con nosotros.
• Al cavilar en lo que es una buena vida no reflexionamos sólo
acerca de sobrevivir, sino en lograr dirigir nuestra vida, y en
tener opciones, planes y proyectos que llevar a cabo e
insertarnos con dignidad en el entorno social.
15. La vida buena y la mala vida
• La filósofa Judith Butler (1956), en su ensayo Puede uno llevar
una vida buena en una vida mala, se pregunta cuáles son las
vidas que importan en un mundo en el que la gran mayoría
depende de las decisiones de unos cuantos que controlan la
riqueza, los empleos, la vivienda, la comida y la salud.
• En el sistema capitalista las personas parecen tener solo un
valor instrumental, valen solo en tanto sirven para la
producción de bienes y servicios.
• ¿Cómo puedo llevar una vida buena sin tener seguridad sobre
mi futuro e incluso mi presente?, ¿si no hay dispositivos
económicos y políticos adecuadamente diseñados para
garantizar que en el futuro tendré lo necesario en términos de
salud vivienda o trabajo?
16. La vida buena y la mala vida
¿Cómo puedo llevar una vida buena?
• Una opción es afirmarme como un ser humano con
dignidad, no sólo en el ámbito individual o familiar, sino
también en la esfera política y económica; luchar por ser
reconocido como un sujeto que importa, a través de la
crítica, de la participación y la propuesta en las esferas de
decisión; velar por medidas que procuren el bienestar de
todos y no sólo de los grandes actores económicos y
políticos, como los partidos o las transnacionales.
• Hacer cosas junto con los demás para construir una nueva
forma de vida, para paliar la precariedad en que la mayoría
vivimos.
17. La vida buena y la mala vida
• Dentro de las vidas que no importan encontramos con más
frecuencia aquellas en situación de opresión, es decir,
personas racializadas, con discapacidades, adultos mayores,
mujeres y con poca preparación académica.
• Según bell hooks* (1952-2021), la educación en el
pensamiento crítico y el acercamiento de quienes han
avanzado en su preparación académica a aquellos que han
quedado rezagados son imprescindibles para librar las luchas
que nos corresponden en busca de un mundo más igualitario
en el que todos podamos vivir en el reconocimiento de
nuestra dignidad como seres humanos.
• *Gloria Jean Watkins, escritora y activista social feminista
estadounidense.