La vida en el campo se convierte en un encanto ambiental y cultural, debido a que todo lo que se aprende de la naturaleza es un fruto de saberes. Es por ello, que la huerta escolar hace parte de ese conjunto imprescindible del buen accionar pedagógico, donde se implementan conocimientos implícitos en cada una de las áreas del saber, y que solo a través de su práctica se logra una verdadera significancia pedagógica.
La vida en el campo se convierte en un encanto ambiental y cultural, debido a que todo lo que se aprende de la naturaleza es un fruto de saberes. Es por ello, que la huerta escolar hace parte de ese conjunto imprescindible del buen accionar pedagógico, donde se implementan conocimientos implícitos en cada una de las áreas del saber, y que solo a través de su práctica se logra una verdadera significancia pedagógica.