TALLER -SISTEMA CODIGOS DE LUZ - ACCTIVACION DE CODIGOS LEMURIANOS Y ATLANTES
El jardin-de-las-delicias
1. EL JARDIN DE LAS DELICIAS.
1500
EL BOSCO
MUSEO DEL PRADO. ÓLEO
2. El tríptico El Jardín de las Delicias es una obra enigmática, en la q
SIGNIFICADO DE LA OBRA
Los estudiosos difieren respecto a la interpretación de la obra más enigmática
de El Bosco. La mística de su tiempo, la alquimia, la astrología el folklore local, la herejía
adamita y hasta la teoría psicoanalítica se han utilizado para dar sentido a una pintura de
la que ni siquiera conocemos su nombre original. Podemos aceptar o rechazar estas
interpretaciones sobre la obra de El Bosco, pero no puede ponerse en duda que su
significado era explícito para sus contemporáneos.
De Tolnay, en una explicación de tipo psicoanalítico, explica la obra como una
representación del sueño humano que trata de romper con los límites impuestos al amor
por la tradición y la moral entonces vigentes.
Otros ven en El Bosco un hereje o un seguidor de sectas e ideas esotéricas.
Para Fraenger, la tabla central del tríptico representa el Paraíso sensual de los Adamitas,
que defendían el nudismo y las relaciones sexuales libres. La unión del placer y el amor,
sensual y espiritual, era el mejor de los medios para restablecer la inocencia perdida del
Edén. Sin embargo, estas explicaciones no tienen conexión real con la biografía de El
Bosco. Éste es un pintor famoso, perfectamente integrado en una sociedad cristiana de la
que es un miembro apreciado y respetado, lejos de toda duda razonable sobre su
ortodoxia. Esto aleja cualquier interpretación esotérica o críptica a la hora de encararse
con su obra.
Hoy la mayoría de los críticos rechazan estas interpretaciones, aun cuando
reconozcan elementos aportados por sus defensores en el análisis pormenorizado de la
simbología del Bosco. Mayoritariamente el Jardín de las Delicias se considera una sátira
moralizante sobre el destino de la naturaleza humana y los hombres de su entorno social.
3. Sin embargo, la proliferación de monstruos y de signos fantásticos conduce a
una lectura ambigua o poco clara. Aunque se admite su consideración como pintura
religiosa, con un meditado programa iconográfico donde se condena la participación
en un mundo de placeres, al tiempo éstos se presentan (tabla central) de forma
agradable. El Bosco pretende mostrar en la tabla central el desenfreno del pecado de
la lujuria, pero muestra una peculiar fascinación por los vicios que ataca. Hay un
mensaje de advertencia al cristiano, un anuncio de castigos, pero en el exceso de las
imágenes, en la reiteración de los motivos, hay una sobrecarga consciente quizá con la
pretensión de satisfacer y deleitar al clientes que adquiere la obra.
El Jardín de las Delicias fue probablemente un encargo de Enrique III de
Nassau para su palacio de Bruselas, donde se encontraba la obra en 1517, tan sólo un
año después de la muerte del pintor. Estos encargos de particulares no siempre tenían
como finalidad colgar la pintura en un recinto sagrado o, al menos, en una iglesia
pública, y se reservaban el "placer" del disfrute privado de las ocurrencias
bosquianas. No lo hacían por el "sermón" del contenido de obra, sino también por el
disfrute en su contemplación. En esta capacidad fabuladora y de "divertir con sus
diabluras" pueden estar algunas de las razones de su éxito.
No obstante, si bien muchas de las imágenes y símbolos del Bosco han
encontrado su explicación en fuentes históricas documentadas, aún permanecen en
penumbra muchos aspectos de la figura y la obra del pintor.