1. 17-04-99
1ª ETAPA. SEVILLA - LEON
Hoy hemos empezado por fin el Camino, lo iniciamos José Luis, Paco
Avila, Paco Tovar y yo.
Estabamos citado en la estación de Santa Justa, José Luis, Paco T.
que se había llevado el coche, un Volwagen passat ranchera, con las
bicicletas desarmadas el día anterior, y yo, a las 6.50 horas, fuimos muy
puntuales, incluso el tren de José Luis, pero a mi se me olvidó llevarme el
quitamanchas para quitar las manchas que habíamos hecho en la tapicería
del techo del coche al cargar la bicis, por lo que tuvimos que pasar por casa
a recogerlo antes de ir por Paco A. a su casa, por lo que salimos hacia las
7.30 horas.
El viaje fue perfecto, gracias a la experta conducción de Paco T. , que
nos llevó hasta León sin el menor incidente.
Paramos a desayunar en Monesterio, café y bocadillos de jamón,
después tomamos un refrigerio en una venta de la provincia de Salamanca y
después almorzamos a la salida de Zamora, alubias/sopa y filete de cerdo
con ensalada, son las únicas paradas que realizamos.
Llegamos a León hacia las cinco de la tarde y tras algunas vueltas por
la ciudad, no porque nos perdiéramos, sino para situarnos y echarle gasoil al
coche, que había que entregarlo con el deposito lleno, nos dirigimos a los
alrededores de la estación de RENFE , donde teníamos que entregar el
coche.
Nos quedamos montando las bicicletas José Luis, Paco A. y yo,
mientras Paco T. Fue a entregar el coche, teniendo dificultades para
hacerlo, porque como era sábado no había personal para recibirlo, por lo que
tuvo que realizar varias llamadas a Madrid y Sevilla, al final lo dejó
aparcado en la zona de aparcamientos de la empresa de alquiler y las llaves y
tickets correspondientes los metió en un sobre y lo depositó en el buzón.
Cuando llegó donde estabamos ya teníamos montadas las bicicletas
por lo que nos pusimos en camino a buscar el albergue dando una vuelta muy
buena por León que es una ciudad muy monumental y cuidada con muchas
calles del caso antiguo peatonales.
Preguntando por el albergue dimos con una pareja de abuelos que salía
de misa de la Catedral y se ofrecieron a llevarnos hasta él, pues les cogía de
paso, nos informaron que por la noche y primera hora de la mañana había
estado nevando, si bien a esa hora no hacia demasiado frío, también se nos
acercó una chica que nos informó que los puertos por los que tendríamos que
pasar estaban cerrados, aunque si continuaba el buen tiempo esperaba que
no tuviéramos problemas.
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2. Por fin llegamos al albergue que se llama de Ntra. Sra. del Camino,
está regentado por unas monjas benedictinas, y tenia una parte que es
colegio, dejamos las bicis en el patio y nos instalamos, escogimos litera,
después fuimos a hablar con el hospitalero para que nos facilitara la
credencial.
Una vez cumplimentado todos los trámites salimos a dar una vuelta y
cenar pues tenemos que estar de vuelta a las nueve.
Estuvimos dando una vuelta por la calle principal, Ancha, donde está la
catedral y la casa de los Botines de Gaudí muy bonita, compramos unos
pasteles y nos fuimos a tomar unos vinos por la zona del humedal, que es la
zona de la movida, tomamos varios y probamos la cecina de vaca, que es la
pata de vaca curada como el jamón, está buena y muy sabrosa , aunque no
llega al jamón, también probamos la naranjada, que es una especie de
sangría que fresquíta está agradable.
Nos fuimos hacia el albergue y en la plazoleta de delante había un
concierto de música celta con un gran estrépito, estuvimos un rato
escuchando y nos fuimos para adentro, estuvimos comiéndonos los pasteles
y viendo la ruta del día siguiente, nos avisaron de que se iban a celebrar
Vísperas, estuvo bien , aunque yo sigo encantado con las de Santillana del
Mar, luego tuvo lugar la bendición del peregrino, después de lo cual fuimos a
la habitación a dormir.
El alojamiento consiste en una habitación de unos veinticinco metros
de largo por seis de ancho todo lleno de literas y otras habitaciones al
fondo donde estaban los servicios y las duchas, el concierto de ronquidos
fue peor que la música celta que nos acompañó hasta las doce de la noche.
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3. 18-04-99
2ª ETAPA. LEON - RABANAL DEL CAMINO
Nos despertamos, después de haber dormido regular, a las siete de la
mañana con un cierto nerviosismo ante nuestra primera etapa en bicicleta,
nos arreglamos y salimos, hacia un día precioso aunque bastante frío y con
las calles vacías daba gusto pasear por León, desayunamos y al pasar por
delante del hostal de San Marcos tuvimos nuestra primera sesión
fotográfica,
José Luis no se encontraba bien pues algo le había sentado mal, no
sabemos si liquido o sólido, de lo que tomamos el día anterior, menos mal que
se recuperó hacia mediodía.
A la salida de la Virgen del Camino nos confundimos y recorrimos unos
dos kilómetros de más pero esto sirvió para que José Luis abonara las
tierras del contorno e iniciara su recuperación.
Entramos en el páramo leonés y pasamos por Villadangos del Páramo,
Hospital de Orbigo, Santibánez de Valdeiglesia, donde comimos unos
bocadillos y unas mantecadas típicas, Astorga que tiene un palacio de Gaudí
como un castillo de cuento, además de una plaza porticada donde está el
Ayuntamiento con un reloj cuyas campanadas la dan dos marágatos, a Paco
T. le sucedió un suceso gracioso, yendo por una calle estrecha y peatonal iba
un abuelo delante sin darse cuenta que detrás iba Paco en la bicicleta sin
hacer ruido y soltó un sonoro pedo, a lo que Paco respondió con un ¡Abuelo!,
dando este un respingo y soltando una carcajada.
Después pasamos por Murias de Rechivaldo, donde pedimos agua en un
restaurante pues la fuente estaba seca y estuvimos hablando con la
propietaria una enamorada del camino y de la Ruta de la Plata y que nos
recomendó el albergue de Rabanal del Camino donde nos quedamos, después
pasamos por Santa Catalina de Somoza un pueblo precioso casi totalmente
restaurado y que aprovechan los madrileños para veranear, su población en
invierno no pasa de treinta persona, hubo quien se subió a la torre de la
iglesia.
También pasamos por una arboleda donde había cantidad de nidos de
cuervos que emitían un ruido característico con los picos.
Al final de la etapa había unas rampas importantes y además se
levantó bastante viento y empezaron a aparecer las primeras nieves en los
márgenes de la carretera, pero llegamos a Rabanal del Camino a las cinco y
media y nos alojamos en el albergue de Ntra. Sra. del Pilar, es un edificio
que en su día estaría dedicado a tareas agrícolas y ahora lo han remodeládo
pero sigue teniendo sabor campestre.
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4. Estuvimos merendando en unos banquítos que había a las puertas del
albergue, los restos de los bocadillos que habíamos comprado por la mañana,
pero estabamos rodeados de nieve y hacia bastante frío, por lo que
estuvimos poco tiempo y nos fuimos a dar una vuelta y comprar varias cosas
en una tienda que habíamos visto al entrar.
El pueblo no tiene gran cosa aunque tiene un albergue que le llaman de
los ingleses y que está gestionado por la fundación St.James que según nos
dijeron esta revitalizando la Ruta de la Plata.
Comimos en el único restaurante del pueblo un mesón que esta
bastante bien pero un poco caro, volvimos al albergue y estuvimos tomando
leche con las mantecadas y charlando con un vasco que había estado perdido
durante tres horas en la nieve y otros dos muchachos de Puebla de Cazalla
que también habían empezado en León y llevaban cantidad de equipaje sobre
todo comida y una tienda de campaña, después llegó la hospitalera y estuvo
contando historias del Camino y sus personajes, hacia las doce nos fuimos a
dormir.
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5. 19-04-99
3ª ETAPA. RABANAL DEL CAMINO - VEGA DE VALCARCE
Hoy hemos salido de Rabanal del Camino sobre las nueve y media ya
que hemos tenido que esperar un poco a que abrieran el bar para desayunar,
hemos dormido bastante bien, menos Paco A. que por lo que cuenta ha
mantenido una lucha conmigo por el control de la manta que nos cubría a los
dos.
Inmediatamente hemos empezado a subir el puerto de Foncebadón
donde está la Cruz del Ferro, la carretera está despejada pero los arcenes
están llenos de nieve, los paisajes son preciosos, atravesamos pueblos semi-
abandnados o abandonados del todo, aunque muchos de ellos se están
recuperando, incluso uno de ellos ha vuelto al catastro.
La Cruz del Ferro es una pequeña cruz de hierro encima de un poste
de madera y rodeada de un montículo de piedras, detrás hay una ermita, al
ser lo mas alto hay unas vistas muy bonitas, e iniciamos el descenso hacia
Ponferrada, parándonos a sellar la credencial en el refugio que tiene
montado Tomás con aires templarios, pero que fue donde el vasco que se
perdió en la nieve fue a parar y pudo entrar en calor, seguimos bajando
hasta El Acebo, seguramente el pueblo mas bonito de todo el Camino,
tomamos el bocadillo y descansamos un poco y seguimos hacia Molinaseca y
Ponferrada que es una ciudad grande y en la que por poco volvemos a
Astorga eso si disfrutamos de las mejores vistas de la ciudad, una vez
enderezado el rumbo seguimos hacia Cacabelos, Pieros y Villafranca del
Bierzo que es otra ciudad muy bien cuidada aunque tuvimos que bajar varias
escalinatas.
La última parte de esta etapa discurre de Villafranca hasta Vega de
Valcarce y es por la carretera N VI, lo cual es muy molesto por la cantidad
de camiones que pasan y porque están construyendo una autovía y había
cortes parciales, barro, inmensos camiones casi colgando de las laderas,
etc., un sitio desagradable, pero no había alternativa.
Cuando llegamos al albergue resultó que no había plaza y nos tuvimos
que ir a una pensión, preguntando nos mandaron a la Pensión Fernández que
estaba mas o menos bien aunque hubo alguna dificultad con el agua caliente
y el numero de duchas, cosa que después se arreglo ya que había mas en la
planta baja.
Hubo alguna discrepancia sobre el precio de la pensión que parecía un
poco caro para un pueblo perdido, pero la patrona no rebajo nada, por mas
que exhibimos nuestra condición de peregrinos.
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6. Una vez duchados y hecha la colada nos fuimos a comer a un mesón que
habíamos visto al entrar en el pueblo donde al no haber comido desde El
Acebo devoramos sopa gallega, potaje de garbanzo, filete de ternera con
patatas, ensalada y torta de Santiago, estaba todo buenísimo o nos lo
pareció y además la chica que nos sirvió era todo amabilidad y nos dejó las
perolas hasta que acabamos.
Al salir de cenar estaba lloviendo por lo que mañana puede ser una
etapa bastante dura con la subida a O Cebreiro.
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7. 20-04-99
4ª ETAPA. VEGA DE VALCARCE - TRIACASTELA
Hoy amanecimos muy bien dormidos y fuimos a desayunar al mismo
mesón donde cenamos ayer, nos atendió la misma chica, por aquí no
acostumbran a tomar tostadas por la mañana, por lo que seguimos con los
sobaos y magdalenas.
Iniciamos la marcha por una carretera local bastante buena y fuimos
subiendo por unas rampas en ocasiones bastantes pronunciadas hasta
coronar Ocebreiro, en cuya cima hay un parque que no pudimos disfrutar
demasiado por el frio y el viento que hacia, en el cruceiro que había un poco
mas adelante y que marcaba la entrada en Galicia nos encontramos con una
pareja de franceses de edad mas que madura, que venían pedaleando desde
Marsella, por lo que llevaban mil quinientos kilómetros recorridos, bajamos
al pueblo donde nos comimos los bocadillos en el Mesón Antón y tambien
comimos chorizo frito, yo tomé un ColaCao que hacia años que no tomaba,
estaban allí unos vascos que curiosamente uno había hecho la mili en el
Copero y el otro había montado la factoría de Renault en San Jerónimo, es
curiosa la coincidencia y la amistad momentánea que se produce entre
personas que posiblemente no se vuelvan a ver jamas.
Seguimos camino y nos equivocamos por lo que recorrimos varios
kilómetros de mas y nos perdimos una bajada impresionante, entonces vino
lo mas duro de la etapa empezó a llover con una fuerza tremenda y a soplar
un viento muy fuerte que nos ayudó a subir el alto del Poio en volandas, pero
que al bajar nos tiraba de las bicicletas, por lo que tuvimos que echar pié a
tierra hasta que amainó, el agua medio nieve te pinchaba la cara y se te
colaba por cualquier resquicio por lo que el frio comenzó a meterse hasta lo
mas profundo de los huesos, así subimos y bajamos el Alto del Poio, ante el
cariz que tomaba las cosas y la imposibilidad de avanzar decidimos buscar
donde quedarnos, aunque habíamos recorrido pocos kilómetros, llegamos a
Triacastela, sobre las cinco y media, donde encontramos la pensión O Novo,
bastante cutre, pero que nos permitió secar parte de la ropa y ducharnos
con agua calentita, y dormir bastante bien, menos mal que tomamos esta
decisión pues después nos enteramos que en el albergue no había
calefacción y estaba todo mojado incluso los colchones.
Después de colgar la ropa y ducharnos, había dejado de llover, así que
salimos a dar una vuelta y ver como era la carretera para el día siguiente,
decidimos ir por San Xil en vez de por Samos que tenia menos carretera y
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8. mas camino, son muy bonitos los alrededores de Triacastela, estuvimos
viendo donde comer y nos decidimos por el Restaurante Xacobo, pidiendo
sopa peregrino y filete de ternera con patatas y ensalada, de postre tarta
de Santiago, quedamos con la chica que nos atendió para que nos preparara
tostadas para el desayuno del día siguiente, la comida estaba mejor que la
del día anterior y el sitio era muy agradable, Paco T. que estaba muerto de
hambre demostró lo mucho que puede comer.
Después nos fuimos a la pensión a dormir y lo hicimos bastante bien.
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9. 21-04-99
5ª ETAPA. TRIACASTELA - LIGONDE
Nos hemos levantado a las siete de la mañana y no se había secado
bien la ropa porque habían cortado la calefacción durante la noche, al mirar
por la ventana diluviaba, así que con optimismo preparamos las mochilas las
montamos en las bici y nos fuimos a desayunar en el restaurante donde
habíamos estado cenando a comernos las primeras tostadas del Camino,
efectivamente las tomamos con aceite y nos supieron a gloria por lo que
repetimos.
Como no dejaba de llover empezamos a prepararnos para el agua, José
Luis fue a comprar guantes de obra, bolsas de basura y un traje de agua
para él y una vez que regresó, nos fabricamos con las bolsas unos pinkis para
cubrir los zapatos e intentar mojarnos lo menos posible.
De esta forma salimos y fuimos subiendo y bajando soportando distintas
intensidades de lluvia, hasta que sobre las doce empezó a despejar y se puso
un día precioso, así llegamos a Sarria, donde hubo algunas divergencias
sobre la conveniencia de cambiarse la ropa mojada a la vista del publico o de
forma mas discreta. José Luis tuvo que cambiarle los tacos de los frenos a
su bicicleta, pues de tanto frenar y tanta agua se le habían quedado en el
metal.
Nos fuimos a comer los bocadillos, frutas y a sustituir los calcetines
mojados por los secos que habíamos comprado, en el mercado de ganado que
según nos dijeron era el único sitio público techado, pues no nos fiábamos
aun del tiempo, a partir de aquí fue una tarde fantástica y recorrimos unos
parajes espectaculares, entre ellos unos caminos por donde caía el agua
como un río, y en donde tuvimos que ir empujando las bici o en Portomarin
donde atravesamos un puente sobre el embalse Belesar, del río Miño, un
sitio realmente precioso, si no le preguntas al tío de la gasolinera, pues
puede perjudicarte la salud, a la salida del pueblo pasamos por un hayedo en
donde penetraba los rayos de sol poniente, dándole un color amarillento a
todo muy efectista.
Intentamos quedarnos en el albergue de Gonzar, pero no había sitio
para comer por lo que seguimos hasta Ligonde, donde llegamos sobre las
ocho y media y nos alojamos en el albergue de chiripa pues estaba bastante
lleno.
Estaba muy bien de calefacción aunque no tenia agua caliente, por lo
que nos tuvimos que duchar con agua fría, la ropa si se acabó de secar.
La cena la arreglamos gracias a un señor gallego pero que había
estado cuarenta años en Argentina, y vivía al lado del albergue, nos dio de
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10. comer caldo gallego distinto a todos los que habíamos comido y chuleta de
ternera con patatas, de postre nos puso flan con nata y un chorreon de
orujo, estaba muy bueno.
La diferencia en el sabor del caldo podía ser por la sustancia que
habían soltado las uñas de sus dedos gordos de un intenso color azabache en
el transporte de la cocina al comedor.
Volvimos al albergue y dormimos bastante bien a pesar de algunos
ronquidos.
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6ª ETAPA. LIGONDE – SANTIAGO
Salimos del albergue hacia las nueve de la mañana con un café bebido
que se encargó de preparar Paco A. , que nos entonó un poco el cuerpo para
poder pedalear hasta Palas de Rei, con el tiempo amenazando lluvia.
El paseo fue bonito y agradable pues no hacia frio y tampoco llegaba a
llover, en Palas nos encontramos con un catalán que habíamos conocido
anteriormente y nos hicimos fotos delante de una iglesia con portada
románica, a José Luis se le cayó la máquina de fotos del catalán aunque no
pasó nada, seguimos bajando por escaleras hasta que llegamos a la plaza del
Ayuntamiento y compramos unos bocadillos en un supermercado y café o
cola cao en un bar próximo, entonces fue cuando José Luis se dio cuenta que
se había dejado el teléfono en el albergue o en la casa donde habíamos
estado comiendo la noche anterior, el camarero muy amablemente llamó a un
taxi con el que volvió a ir al albergue y recuperar el teléfono que se lo había
dejado en la casa y el argentino lo había entregado en el albergue, mientras
tanto nosotros estuvimos preparando los equipajes para protegerlo de la
lluvia que ya había comenzado a caer.
Una vez que volvió José Luis seguimos el camino con muchas cuesta
abajo y arriba bastante pronunciadas, entrando en la provincia de La Coruña
que se nota en el paisaje porque empiezan a aparecer eucaliptos y terrenos
industriales, aunque tambien atravesamos bosques de hallas y praderas
verdes.
A la salida de Melide nos comimos unos de los bocadillos que José Luis
con el sofocón del teléfono no se había comido, junto con algunos pastelillos,
hasta ahora no había llovido salvo cuando salimos de Palas , pero estaba
poniéndose cada vez mas negro.
Uno de los sitios bonitos por los que pasamos fue el albergue de
Arzua, muy grande con varios pabellones todo de piedra y madera al lado de
un riachuelo bastante caudaloso, aquí empezó a llover mas o menos
copiosamente hasta Santiago.
Hasta Santiago fue especialmente duro pues las cuestas eran
infinitas y el agua iba calando, además apareció el viento lo que dificultaba
aun mas el avance, a duras penas llegamos al Monte del Gozo en medio de un
buen aguacero, los nervios empezaron a aflorar y José Luis no quiso subir al
monumento, según explico después porque no quería que nos enfriásemos y
no quisiéramos llegar a la plaza del Obradoiro.
Bajando del Monte del Gozo pasamos por el albergue en el que había
cola para entrar y tambien pasamos por el hotel Los Alamos donde a Paco T.
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12. se le hubiera apetecido quedarse pero tras una breve discusión decidimos
seguir a la plaza del Obradoiro, la entrada a Santiago aunque parezca
mentira no cuenta con camino, sino que hay que ir por la carretera nacional
con bastante trafico y además hay que hacer un giro a la izquierda bastante
complicado para entrar en el casco antiguo.
Atravesamos el maravilloso casco antiguo por una calle que estaban
arreglando y llegamos a la Plaza del Obradoiro, al centro, donde nos
abrazamos e inmediatamente nos dimos cuenta que a pesar de todas las
penalidades pasadas había merecido la pena.
Nos protegimos un poco de la lluvia en las arcadas del palacio de la
Xunta, donde entramos un poco en calor y Paco T. se cambió, nos hicimos las
fotos reglamentarias.
La etapa había sido dura pues habíamos recorrido ochenta kilómetros
y pedaleado casi ocho horas, según marcaba los cuentakilómetros de las
bicicletas.
Tras preguntarle a un guardia nos dirigimos a la Pensión Barbantes,
enfrente del Palacio de Fonseca, donde encontramos unas duchas
estupendas y una habitaciones muy espaciosas y con bonitas vistas sobre las
torres de la catedral, la patrona nos vio tan mojados que nos rogó que las
alforjas las pusiéramos en el cuarto de baño para no poner chorreando toda
la habitación.
Una vez duchados y desplegada toda la ropa alrededor del radiador,
para intentar secarla, nos fuimos a celebrarlo al restaurante Nova Galicia,
donde cenamos opíparamente pulpo a la gallega, una ensalada con lechuga,
melocotón y piña, estaba buena, sopa de marisco y revuelto de setas con
gambas, postres variados, varias cervezas y una botella de vino Navajas.
Cuando salimos estuvimos dando una vuelta por la calle de los
soportales donde había un gran ambiente con cantidad de bares y música a
toda pastilla, en vista de que no teníamos nada que hacer nos fuimos a
dormir.
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13. 23-04-99
7ª ETAPA. SANTIAGO - SEVILLA
El día ha amanecido espléndido nos hemos levantado sobre las ocho,
hemos estado preparando los equipajes, casi todo se ha secado, después
hemos ido a desayunar al bar Dakar que está en la misma calle que la
pensión, hemos tomado café con leche y croisant con mermelada, que estaba
muy bueno.
Hemos pensado mandar las bicicletas por una agencia a fin de no tener que
desarmarlas y después tener que montarlas de madrugada cuando lleguemos
a Sevilla, además no creemos que el coche que nos den sea como el de la
venida, mínimo necesario para que quepan todas.
Tuvimos que esperar hasta las diez que abrían la Oficina de Turismo,
donde nos informaron que en la estación de RENFE existía una agencia que
se dedicaba a estos menesteres, nos dieron un plano de la ciudad y no
encaminamos a la estación. Haciendo tiempo para que abrieran compramos
algunos recuerdos para llevárselos a la familia, en algunas tiendas de los
alrededores que ya habían abierto.
Fuimos a la estación y estuvimos viendo lo de las bicicletas, luego
fuimos al alquiler de coches que estaba al lado, la niña estaba un poco
despistada y tubo que hacer varias llamadas hasta que al final se arreglo y
cogimos el coche, un Peugeot 306 ranchera, es mas pequeño que el que
trajimos por lo que no van a caber la bicicletas.
A Paco T. ,nuestro conductor oficial, no le ha gustado mucho el coche
pues dice que tiene menos potencia que el otro y no se encuentra tan
cómodo, nos llevo muy cerca de la pensión y cargamos las alforjas y
posteriormente lo dejamos aparcado en un aparcamiento subterráneo.
Nos fuimos a arreglar lo de la Compostela para lo que, después de
pagar, pedimos permiso a la patrona para dejar las bicicletas hasta después
de la misa de los peregrinos que era a las doce, fuimos a la casa del
peregrino y nos dieron la Compostela y nos sellaron la Credencial, además
José Luis presentó una queja sobre la falta de camino en la entrada de
Santiago, le comentamos lo de las bicicletas a la niña que nos atendió y nos
dijo que allí mismo había una agencia que se dedicaba al retorno de las
bicicletas, por lo que vimos las tarifas y eran incluso mas baratas que las
que habíamos visto en la estación, por lo que decidimos hacerlo con ellos.
Nos fuimos corriendo a la misa de peregrino, estaba abarrotado y aguante
hasta la homilía en la que el obispo estuvo pesaíllo por lo que entre por la
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14. puerta principal y cumplí con la tradición de poner la mano en la columna del
Atrio y darle el abrazo al santo, después fuimos a comprar el resto de los
regalos, sobre la una volvimos y vimos volar el botafumeiro.
Fuimos a recoger las bicicletas y la llevamos a la casa del peregrino,
rellenamos los albaranes y las dejamos allí, con lo que nos quitamos un gran
peso de encima.
Cuando estabamos entregando las bicicletas, la chica que nos había
atendido arriba le preguntó a Paco A. sobre si podíamos contestar a unas
preguntas que un periodista nos iba a hacer para el Correo de Galicia, le
dijimos que si y cuando llegaron Paco T. y José Luis nos hicieron una foto en
la fuente que hay en la plaza de la torre del reloj y después pasamos a una
sala de la casa del peregrino donde nos preguntó como y porqué habíamos
hecho el camino y surgió lo de la entrada en Santiago, se quedó con la
dirección de Paco T. para mandarnos un ejemplar.
Después fuimos a comer unas tapas de pulpo, chipirones y vino de
riveiro que ya no lo sirven en taza porque según dicen se las llevaban, pierde
bastante de su encanto.
Salimos de Santiago hacia las tres y media de la tarde y decidimos
tomar por Portugal ya que nos informaron que había autovía hasta Vigo y
después Portugal tenia autopista hasta pasado Lisboa, por lo que aunque sale
mas caro ahorramos por lo menos dos horas de viaje.
En Vigo tuvimos ciertos problemas para encontrar la salida, la Ría de
Vigo es un lugar muy bonito y se veían las plataformas de cría de mejillones,
llegamos a la autopista de Portugal y fue todo seguido hasta que paramos
hacia las seis a tomar un sanwich en un área de descanso, por supuesto
íbamos pagando con dinero español y no ponía ningún problema en ningún
sitio hasta que llegamos a un peaje y el tío quería dinero portugués a toda
costa, al ver que no era posible se conformó con un aspamiento y Paco T.
soltó un “ hasta luego Lucas” cuando arrancábamos que nos hizo estallar en
carcajadas.
Seguimos el viaje un poco aburrido, por que si bien se avanza mucho
hay que reconocer que la autopista es aburrida, a la salida de Lisboa
teníamos poco gasoil y empezamos a buscar una gasolinera y no había,
pasaron muchos kilómetros y ya nos veíamos empujando el coche cuando
apareció un área de servicio, se relajó la tensión y seguimos, tambien hay
que decir que el teléfono móvil estaba fuera de cobertura, yo llame a Mª
Paz con la vuelta de un peaje y posteriormente Paco A. intento llamar a su
casa pero se le atascó la moneda por estar lleno y empezó a darle golpes por
lo que recaudó mucho mas de lo que había metido, recibiendo la
recriminación de un portugués.
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15. Seguimos viaje pensando en cenar algo cuando saliésemos a España,
por Aracena, pero nada estaba abierto cuando pasamos, por lo que nos
quedamos sin cenar.
Llegamos a casa de José Luis a las dos de la mañana, que fue el
primero que se quedó pues nos cogía mas de paso, después llevamos a Paco
T. a La Motilla y después me quedé yo en casa sobre las tres, el coche se lo
llevó Paco A. para entregarlo al día siguiente.
Hay que hacer mención especial al reportaje gráfico que ha realizado
José Luis, lo que le ha supuesto en muchas ocasiones quedarse atrás para
poder sacar mejores perspectivas y después tener que pedalear para
ponerse a nuestra altura, es muy de agradecer porque supone poder hacer el
viaje de nuevo cuantas veces las veamos.
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