1. Velázquez y la familia de Felipe IVVelázquez y la familia de Felipe IV
MUSEO DEL PRADOMUSEO DEL PRADO
2. El Museo del Prado acoge hasta el 9 de febrero de 2014 la exposición Velazquez y la
familia de Felipe IV, en la que por primera vez se analiza la actividad como retratista
desarrollada por el gran maestro sevillano (Sevilla, 1599-Madrid, 1660) en los once
últimos años de su carrera al servicio del rey y la continuación de esa labor por sus
sucesores Juan Bautista Martínez del Mazo, su yerno, y Juan Carreño, durante las
décadas de 1660 y 1670.
La muestra reúne 29 obras que representan el conjunto más importante de retratos
realizados en la corte española durante el período al que pertenece Las Meninas (1656),
una de las cumbres de su pintura, que no estará presente en el espacio expositivo, pero
sí la copia realizada por Martínez del Mazo, procedente de Kingston Lacy, una mansión
campestre en Inglaterra, y que se expondrá por primera vez en España.
Además la exposición estudia la manera como sus sucesores en el puesto de pintor de
cámara, Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño de Miranda, renovaron el
género tras la muerte de Velázquez. Las tres décadas que abarca constituye uno de los
momentos cumbres de la historia del retrato cortesano español, tanto por su alta calidad
pictórica como por sus novedades iconográficas.
3. Árbol genealógico de los
componentes de la familia de Felipe
IV representados en la exposición de
Velázquez.
Además de su valor artístico, los retratos poseían una naturaleza utilitaria con fines
diplomáticos, que propiciaba su repetición. Mediante varias obras de carácter derivativo,
se ha querido subrayar ese aspecto y propiciar la comparación con los originales.
De Roma a Madrid
La exposición comienza durante la segunda estancia de Velázquez en Roma, en 1650,
donde realizó una docena de retratos de la corte papal, de una fuerza asombrosa. La
muestra reúne cuatro de los seis que perduran, entre ellos una versión del célebre retrato
de Inocencio X que el pintor se llevó a Madrid y que nunca se había expuesto en España.
La segunda sección documenta el regreso de Velázquez a la capital en 1651, tras la
insistencia del rey Felipe IV, acaso el monarca con mayor conocimiento en pintura de la
historia. Esta vuelta a la corte, caracterizada por el hieratismo en su pintura, constituye el
núcleo central de la muestra, ya que incluye los retratos reales que pintó Velázquez hasta
su muerte, entre ellosFelipe IV, La infanta María Teresa, La reina Mariana de Austria o
aquellas procedentes del Kunsthistorisches Museum de Viena como La infanta María
Teresa, El príncipe Felipe Próspero y La infanta Margarita, en azul y oro.
4. Las dos primas.
La reina Mariana y la infanta María Teresa, además de madrastra e
hijastra eran primas, y sus edades parecidas. Retratarlas fue una de
las primeras tareas a las que tuvo que dedicarse Velázquez a su
vuelta de Italia. Con ellas se inaugura una época en su carrera
caracterizada por el predominio de los modelos femeninos y por la
invasión del mundo textil, en forma de vistosos trajes, alfombras o
cortinas. Velázquez respondió a los nuevos retos ampliando la gama
cromática, haciendo más densa la materia pictórica y utilizando una
pincelada a la vez libre y asombrosamente certera.
La infanta Margarita
La exposición permite asistir al desarrollo de la infanta Margarita
desde 1654, cuando tenía tres años, hasta 1666 cuando marchó a
Viena para casarse con el emperador. Fue el modelo más frecuente
de los últimos años de Velázquez, quién la retrató en al menos cuatro
ocasiones, incluida Las meninas. Forman, junto con Felipe Próspero,
un capítulo esencial de la historia del retrato infantil.
Las meninas
Aunque sigue presidiendo la sala XII del museo, Las meninas forman
parte fundamental de la exposición, pues se trata de un gran retrato
colectivo, y una imagen única para conocer la composición de la
Corte y el juego de jerarquías en el que estaba basado el protocolo
cortesano. Con su complejidad esta obra constituye también una
reivindicación del género del retrato, y de la posición de su autor en
la estructura palaciega.
5. Mazo y Carreño: Continuidad y renovación
La historia del retrato cortesano español no se vio interrumpida tras la muerte de
Velázquez. Su yerno Martínez del Mazo, y Juan Carreño, supieron renovar las fórmulas y
adaptarlas a las nuevas situaciones políticas. Tomaron como punto de partida Las
meninas, con su audaz incorporación del espacio cortesano al espacio del retrato.
Una historia circular
La exposición finaliza con ejemplos del retrato cortesano posterior a Velázquez, de la
mano de Martínez del Mazo y Carreño. Estos retratos cortesanos posteriores a Velázquez
muestran tanto la vitalidad extraordinaria del género en esos años, como su carácter
especular. Por eso, acaba con los retratos de Carlos II y Mariana de Carreño (Col.Harrach):
el primero supone un paso extraordinario en la representación del poder real; y el segundo
un homenaje a Velázquez y a su retrato de la misma reina, que aquí aparece "traducido" al
gris.
6. De Roma a MadridDe Roma a Madrid
Música: Vivaldi, Stabat mater. Canta Andreas Scholl
59. Taller de Velázquez
La reina Doña Mariana de Austria. 1652 - 1653
París, Museo del Louvre.
60. Juan Bautista Martínez del Mazo
Margarita de Austria en traje de luto. 1665 - 1666
Madrid, Museo Nacional del Prado
62. Juan Carreño de Miranda
Carlos II, como gran maestre de la orden del
Toisón de Oro. 1677
Rohrau, Colección Harrach
Juan Carreño de Miranda
Mariana de Austria Óleo 1677
Rohrau, Colección Harrach.
64. Juan Carreño de Miranda.
Carlos II. H 1680
Madrid, Museo Nacional del Prado