1. Ministerios Rogelio Mora
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Prisioneros o creyentes
Una vida de adoración genuina a Dios rompe las ataduras de cualquier prisión y nos convierte en
verdaderos creyentes. Por: Pastor Andy Marchan.
Hace un par de años tuve la oportunidad de trabajar en el Ministerio Publico, un organismo del estado
venezolano que ejerce la acción penal. En una ocasión se presentó una masacre en una cárcel, y era tal
el colapso de personas muertas en la morgue del hospital que todos los funcionarios nos avocamos a
identificar los cuerpos, contribuir en las autopsias y demás experticias criminalísticas. Pude reconocer
con asombro a varias personas que en algún momento fueron conocidos o amigos, y pensé que de no
haber llegado a Cristo bien podría haber estado en ese montón. Una decisión llevó a esas personas al
lugar donde terminaron; si hay algo determinante en nuestra vida son las decisiones, las mismas pueden
privarnos de libertad, es decir, hacernos prisioneros y eventualmente llevarnos a una trágica muerte. No
sólo existen prisiones físicas como las cárceles, existen prisiones más difíciles de salir o escapar, y son
las prisiones espirituales. Existen muchas prisiones espirituales, pero me enfocaré en cuatro.
La prisión de la incredulidad. Tomás, uno de los doce discípulos del Señor, a pesar que fue testigo de las
sanidades, maravillas y prodigios de Jesús, permanecía en la prisión de la incredulidad; el mismo Señor
tuvo que confrontarlo y le mandó que no fuera incrédulo sino creyente 1
. Cuando somos incrédulos nos
cuesta asumir riesgos porque pensamos que al final todo saldrá mal. Si queremos ser diferentes y
sobresalir del montón, debemos creer que en Dios todo es posible, así que levántate y acciona, asume
riesgos, no seas como el joven rico que aferrándose a las riquezas perdió la oportunidad de ser discípulo
del Señor y tener acceso a una vida mucho más abundante. Para accionar necesitamos como primer
elemento, sabiduría, la cual viene a nosotros si se la pedimos al Señor 2
; decisiones tan trascendentales
como el matrimonio, estudiar una carrera o emprender un negocio, deben ir acompañadas de sabiduría y
dirección del cielo. Es fácil reconocer a una persona que permanece en la prisión de la incredulidad, y es
que su lealtad está dividida y es ambigua en todo lo que hace 3
. Debemos escapar de esta prisión lo
antes posible, porque si permanecemos mucho tiempo en ella, nuestros sueños podrían quedar
sepultados para siempre.
La prisión de las apariencias. Hay personas que no les gusta bañarse, y en lugar de ello sólo se lavan el
rostro y se cambian la ropa, y aparentemente están aseadas. Similar son los cristianos que profesan a
Jesucristo como Señor y Salvador, pero dejan que la envidia se arraigue en su corazón; no pueden ver
que un hermano triunfa que enseguida comienzan a murmurar en lugar de alegrarse con él. Saúl estuvo
en esta prisión; cuando lo eligieron como Rey sobre Israel, varios perversos del pueblo murmuraron en
su contra, y en lugar de confrontarlos, lo disimuló 4
. La mejor forma de romper con esta prisión es
confrontándola, no aparentando. Cuando disimulas acerca de algo malo, vas a crear resentimientos en tu
corazón que con el tiempo te harán mucho daño y terminas acomplejándote. No seamos prisioneros de
las apariencias, las mismas nos llevarán a molestarnos con el éxito ajeno. Debemos alegrarnos con los
logros de los demás; cuando dejamos que nuestro corazón se dañe con esta prisión, corremos el riesgo
de ser desechados por el mismo Señor, y es que al final, a Dios le importa es nuestro corazón 5
.
La prisión del conformismo. No basta con tener fe y ser auténtico, debemos prepararnos si queremos ser
instrumentos excepcionales en las manos de Dios. David, un hombre con el corazón conforme al de
Dios, tenía una buena preparación como músico, guerrero y orador 6
, lo cual le permitió estar cerca del
2. Rey, donde cumpliría el propósito de su vida. ¡Prepárate para ser el mejor en aquello donde tienes
talento! Sin una correcta preparación tendrás un tope en la vida. Mis padres eran adolescentes cuando
me concibieron y durante gran parte de mi vida no presté mucha atención a los estudios producto de ese
origen, pero tan pronto conocí al Señor, mi vida cambió, comencé no sólo a soñar sino, además, a
prepararme para hacer realidad mis sueños, y hoy en día continúo en constante aprendizaje,
aferrándome a la fidelidad de Dios en todo lo que emprendo.
La prisión de la rutina. Caemos en esta prisión cuando sabemos hacer las cosas, pero se nos olvida para
quién las hacemos, qué nos motiva. Esta prisión es especialmente letal en los matrimonios y en las
empresas, y lamentablemente muchos cristianos en el pueblo de Dios han caído allí; como Iglesia
debemos innovar permanentemente, manteniendo los principios, pero cambiando la forma de
transmitirlos. Si tenemos presente que todo lo que hagamos, es con el propósito de agradar a Dios,
ciertamente tendremos una sana motivación que nos ayudará a reinventarnos cada día.
Estas cuatro prisiones, incredulidad, apariencias, conformismo y la rutina, de manera similar a las
cárceles con cadena perpetua, nos roban la esperanza de un mejor futuro. La única prisión que Dios nos
manda a permanecer es en la esperanza de un mejor futuro, es decir, somos llamados a ser prisioneros
de esperanza 7
. ¿Cómo podemos librarnos de estas cuatro prisiones? El Apóstol Pablo nos revela la
clave para lograrlo: adorar a Dios. Cuando adoramos a Dios las cárceles se sacuden, las puertas se
abren y las cadenas se rompen 8
. ¡Sé libre! Adora a Dios con todo y saldrás de la prisión de donde te
encuentres.
Citas:
1
Juan 20:27 (RVR60): Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y
métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
2
Santiago 1:5 (NTV): Si necesitan sabiduría pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los
reprenderá por pedirla.
3
Santiago 1:6-7 (NTV): Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios y no duden,
porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el
viento arrastra y empuja de un lado a otro.
4
1 Samuel 10:27 (RVR60): Pero algunos perversos dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar éste? Y le tuvieron
en poco, y no le trajeron presente; mas él disimuló.
5
1 Samuel 16:7 (TLA): Pero Dios le dijo: Samuel, no te fijes en su apariencia ni en su gran estatura. Este
no es mi elegido. Yo no me fijo en las apariencias, yo me fijo en el corazón.
6
1 Samuel 16:18 (TLA): Uno de ellos le dijo: Yo conozco a uno, se llama David, y es hijo de Jesé, el que
vive en Belén. David toca muy bien el arpa, y es también un guerrero muy valiente. Además, sabe hablar
bien y es muy bien parecido. ¡Y Dios siempre lo ayuda!
7
Zacarías 9:12 (RVR60): Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio
que os restauraré el doble.
8
Hechos 16:25-26 (RVR60): Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los
presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la
cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.