El documento habla sobre la importancia del Espíritu Santo para la expansión del evangelio y la vida de las primeras comunidades cristianas, así como para la iglesia hoy. El Espíritu Santo fue y sigue siendo el acompañante y defensor de los seguidores de Cristo y garantiza la unidad entre ellos. También es necesario permanecer fieles a los mandamientos de Jesús y a su mensaje original para que el Espíritu Santo continúe guiando a la iglesia.
Discernimiento de Pedro y pablo sobre el liderazgo clase 5.pptx
Necesitamos una buena defensa con el Espíritu Santo
1. Año 10, nº 498 - 25 de mayo de 2014
“Yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros”
EL PÚLPITO
PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA MEDALLA MILAGROSA
EL PUERTO DE SANTA MARÍA (CÁDIZ)
!Domingo 6.º de Pascua
San Gregorio VII
Como toda empresa familiar
o corporativa que después
de un tiempo de seguridad y
bonanza es confiada a
s e g u n d a s m a n o s , s e
enfrenta a muchos riesgos e
incertidumbres: nuevas
manos, otras personas,
distintas visiones e incluso
posibles conflictos.
La “empresa” de Jesús, que
no era ni es otra que la
expansión del evangelio
para que el mundo conozca
el rostro y el corazón de
Dios, también estaba y está
sujeta a contradicciones,
persecuciones y bandazos
de distinta índole. Jesús,
aún estando en comunión y
sintonía perfecta con el
Padre, tenía los pies muy
bien puestos en el suelo.
Conocía de antemano el
futuro que les esperaba a
aquellos en los cuales
depositaba todo su legado
espiritual y su testamento:
¡Amaos! ¡Predicad! ¡Id por
el mundo! ¡Perdonad!
¡Devolved bien por mal!
¡Sed justos!
La debilidad del ser humano
es tan cierta como la gran
capacidad que tiene para
llevar y sacar adelante
iniciativas y proyectos. Pero
los caminos de Dios, su
pastoreo, su Verdad, su
Vida, son más exigentes y
más difíciles de alcanzar
que cualquier objetivo de
una mediana o grande
empresa.
El Espíritu Santo sería el
garante y el acompañante
d e a q u e l l a s p r i m e r a s
comunidades cristianas. Se
convertiría, por deseo de
Jesús, en el asesor puntual,
espiritual y hasta material
de la misión de aquellos
colaboradores de Cristo.
El Espíritu Santo, enviado
por voluntad del Padre,
sería invocado y –lo sigue
s i e n d o - p a r a q u e n o s
convoque a la reunión, a la
unidad, a ser un solo pueblo
y un solo rebaño.
El Espíritu Santo, como
indicador de los caminos
que hemos de elegir para
alcanzar buenos resultados
evangélicos, fue y lo sigue
siendo el mayor responsable
de todo lo que se nos ocurre
y de todas las dinámicas que
contribuyen a la expansión
del R eino de Dios. El
Espíritu Santo, en los
m o m e n t o s d e p r u e b a ,
c u a n d o l a s c o s a s n o
funcionan bien, cuando
“nuestra empresa” se ve
sitiada y acechada por mil
d a r d o s q u e i n t e n t a n
destruirla, es el mejor
defensor que nos hace
fuertes ante cualquier
contrariedad y enemigo.
Sí, amigos. ¡No estamos
solos! ¿Por qué tanto temor
o miedo cuando no se nos
entiende? ¿Pensamos acaso
que nuestros primeros
h e r m a n o s e n l a fe l o
tuvieron mejor? En la
tormenta, todos lo hemos
experimentado, solemos
abrir el paraguas o nos
cobijamos a la sombra de
c u a l q u i e r e d i fi c i o . E l
cristiano, por el contrario,
lejos de recurrir al paraguas
de la vergüenza, de la
timidez o de la desazón ha
de desplegar la razón de su
esperanza. La valentía que
le confiere el Espíritu. La
seguridad de que, Dios,
pondrá en sus labios la
palabra oportuna.
Aquello de “no hay mejor
defensa que un buen ataque”
no es válido ni aconsejable
para levantar y construir el
Reino de Dios en la tierra.
A n t e u n a t a q u e ( n o
precisamente bueno pero si
orquestado por muchos
medios) lo más valioso es
recurrir a la ayuda del
Espíritu. A la lectura de la
Palabra que nos lleva al
asombro de cómo vivían y
c ó m o a g u a n t a b a n l o s
embistes las primeras
comunidades cristianas.
En nuestro buen hacer,
sacerdotes y laicos, no
jugamos en solitario. Nos
acompaña la fuerza de la fe.
Nos anima la Palabra de
J e s ú s “ y o e s t a r é c o n
vosotros”. Nos sopla un
Espíritu que nos hace
renacer de las cenizas del
desencanto y del pesimismo.
[…] El Papa Benedicto XVI a
las comunidades religiosas
las invitaba a recuperar el
carisma original de sus
fundadores. Esto no es
nuevo; ya Jesús –en el
e v a n ge l i o d e h oy p o r
ejemplo- nos lo recuerda: “si
me amáis; guardaréis mis
mandamientos”.
En cierta ocasión, un gran
empresario orientó toda su
empresa en manos de sus
obreros con una condición:
que los objetivos y los fines
de la misma fueran los de su
fundador. Él, por otra parte,
se comprometía a echarles
una mano a cambio.
P e r o , p o c o a p o c o ,
disimuladamente, el equipo
directivo y algunos obreros,
desvirtuaron los fines y los
proyectos y se alejaron del
pensamiento de aquel
directivo. Con el paso de los
a ñ o s , l a e mp r e s a f u e
f r a c a s a n d o , e l e qu i p o
responsable se dirigió al
viejo empresario: ¿no decías
que ibas a estar siempre con
nosotros? ¿Cómo es que
h e m o s l l e g a d o a e s t a
situación? El anciano
empresario les contestó: yo
os ayudaré siempre y
cuando vayáis por el camino
que yo emprendí; pero no os
p u e d o e m p u j a r e n l a
dirección que, ni quiero, ni
n u n c a p e n s é p a r a m i
empresa.
Pidamos al Espíritu Santo la
fuerza y el consejo oportuno
y necesario para llevar a
buen fin los sentimientos y
la obra de Jesús de Nazaret.
Él es nuestro defensor y
nuestra defensa en todo
combate.
Javier
Leoz,
sacerdote
Necesitamos una buena defensa
ORACIÓN A SANTA MARÍA
Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como una fuente. Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas; un corazón
grande para entregarse, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal. Fórmame un corazón
manso y humilde, amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud
se cierre, que con ninguna indiferencia se canse; un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo.
L.
de
Grandmaison
2. PRIMERA LECTURA
(Hch 8, 5-8.14-17)
“Entonces les imponían las manos
y recibían el Espíritu Santo.”
En aquellos días, Felipe bajo a la
ciudad de Samaría y predicaba allí a
Cristo. El gentío escuchaba con
aprobación lo que decía Felipe,
porque habían oído hablar de los
signos que hacia, y los estaban
viendo: de muchos poseídos salían
los espíritus inmundos lanzando
gritos, y muchos paralíticos y
lisiados se curaban. La ciudad se
lleno de aleg ría. Cuando los
apóstoles, que estaban en Jerusalén,
se enteraron de que Samaría había
recibido la palabra de Dios, enviaron
a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta
allí y oraron por los fieles, para que
recibieran el Espíritu Santo; aún no
había bajado sobre ninguno, estaban
sólo bautizados en el nombre del
Señor Jesús. Entonces les imponían
las manos y recibían el Espíritu
Santo.
! SALMO RESPONSORIAL
(Sal 65, 1-7.16.20)
R: Aclama al Señor, tierra entera.
!Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios:
“¡Qué temibles son tus obras!” R.
!Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas
en favor de los hombres. R.
!Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna
eternamente. R.
!Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios,
que no rechazó mi suplica
ni me retiró su favor. R.
!SEGUNDA LECTURA
(1P 3, 15-18)
“También Cristo murió por los
pecados una vez para siempre”
Queridos hermanos: Glorificad en
vuestros corazones a Cristo Señor y
estad siempre prontos para dar
razón de vuestra esperanza a todo el
qu e o s l a p i d i e r e ; p e r o c o n
mansedumbre y respeto y en buena
conciencia, para que en aquello
mismo en que sois calumniados
queden confundidos los que denigran
vuestra buena conducta en Cristo;
que mejor es padecer haciendo el
bien, si tal es la voluntad de Dios, que
padecer haciendo el mal. Porque
también Cristo murió por los
pecados una vez para siempre: el
inocente por los culpables, para
conducirnos a Dios. Como era
hombre, lo mataron; pero, como
poseía el Espíritu, fue devuelto a la
vida.
! SANTO EVANGELIO
(Jn 14, 15-21)
“Dentro de poco el mundo
no me verá, pero vosotros
me veréis y viviréis”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: “Si me amáis, guardaréis
mis mandamientos. Yo le pediré al
Padre que os dé otro defensor, que
esté siempre con vosotros, el
Espíritu de la verdad. El mundo no
puede recibirlo, porque no lo ve ni lo
conoce; vosotros, en cambio, lo
conocéis, porque vive con vosotros y
está con vosotros. No os dejaré
huérfanos, volveré. Dentro de poco el
mundo no me verá, pero vosotros me
veréis y viviréis, porque yo sigo
viviendo. Entonces sabréis que yo
estoy con mi Padre, y vosotros
conmigo y yo con vosotros. El que
acepta mis mandamientos y los
guarda, ése me ama; al que me ama
lo amará mi Padre, y yo también lo
amaré y me revelaré a él”.
“Yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros”
Parroquia de Ntra. Sra. de la Medalla Milagrosa. C/Federico García Lorca, s/n. Apdo. de correos, 164. 11.500 El Puerto de Santa María. Tlfno: 956 85 65 61.
Tiempo de oración
Lecturas de la próxima semana
(2ª semana del salterio)
!Lunes 26: San Felipe Neri
Hch 16, 11-15; Sal 149, 1-9; Jn 15, 26 - 16, 4a
Martes 27: San Bruno
Hch 16, 22-34; Sal 137, 1-8; Jn 16, 5-11
Miércoles 28: San Germán de París
Hch 17, 15.22 - 18,1; Sal 148, 1-2.11-14; Jn 16, 12-15
Jueves 29: San Gerardo
Hch 18, 1-8; Sal 97, 1-4; Jn 16, 16-20
Viernes 30: San Fernando III
Hch 18, 9-18; Sal 46, 2-7; Jn 16, 20-23a
Sábado 31: Visitación de la Virgen María
Sof 3, 14-18a; Sal Is 12, 2-6; Lc 1, 39-56
Domingo 1: SOLEMNIDAD
DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Hch 1, 1-11; Sal 46, 2-9;
Ef 1, 17-23; Mt 28, 16-20
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