2. Pues también nosotros éramos en otro
tiempo insensatos, desobedientes,
extraviados, esclavos de las
concupiscencias y diverso placeres,
viviendo inmersos en la malicia y en la
envidia, aborrecibles y odiándonos
unos a otros. Pero cuando se
manifestó la bondad de Dios, nuestro
Salvador, y su amor a los hombres, nos
salvó, no por las obras justas que
hubiéramos hecho nosotros, sino por
su misericordia, mediante el baño de
la regeneración y de la renovación en
el Espíritu Santo.
(Tito 3, 3-5)
4. Son signos sensibles (visibles) y eficaces de la Gracia
invisible, instituidos por Cristo nuestro Señor y
encomendados a la Iglesia para que los administre
fielmente, y a través de los cuales se realiza el
encuentro salvífico de Cristo resucitado con los
hombres.
5. Los Sacramentos nos incorporan a la muerte y
resurrección de Cristo y producen en nosotros
los frutos de la Redención.
Son como canales a través de los cuales recibimos
la Gracia de Cristo.
6. Tres de ellos, Bautismo, Confirmación y Orden,
imprimen carácter, que es como un sello
imborrable y definitivo por el que somos
destinados a dar culto a Dios en nuestra vida. Por
ser algo definitivo, estos sacramentos solo
pueden recibirse una sola vez.
7. Por incidir en los momentos más
significativos de la vida
humana: nacimiento, paso a la
vida adulta, iniciación de la
vida familiar, entre otros, los
sacramentos nos enseñan que
la vida del cristiano debe ser
vida de Gracia, en todos y cada
uno de sus momentos.
8. ¿Qué es un signo sensible?
Es algo visible, tangible, que hace recordar otra cosa y
puede ayudar a definirla, (ejemplo: el humo es signo
del fuego; la cruz es signo de la muerte de Cristo por
nuestros pecados; las nubes oscuras son signo de
lluvia; las palabras o gestos son signos de los
pensamientos que tenemos y queremos expresar y
comunicar).
Así como los signos que conocemos nos recuerdan algo
específico, también los sacramentos son signos que
nos recuerdan la Gracia que Dios derrama sobre
nosotros.
Dios quiso comunicar su Gracia de manera sensible
para que al hombre le fuera más fácil entender.
9. Los signos sensibles sacramentales
LA
FORMA
• La oración o las palabras que se
pronuncian al administrar el
sacramento
LA
MATERIA
• Lo que se usa para el
sacramento: el agua, el pan, el
vino, el aceite, la imposición de
manos, la confesión de una
culpa.
Son los necesarios para realizar el sacramento y son dos:
10. ¿Qué es la Gracia Sacramental?
En todos y cada uno de los
sacramentos de la Iglesia
recibimos la Gracia de Dios,
y a esto llamamos Gracia
Sacramental.
Es la gracia específica que
Cristo da al alma que recibe
un sacramento, y por medio
de la cual el Espíritu Santo
nos transforma, nos une a
Cristo y nos ayuda en
nuestro camino de
santidad.
11. Gracias Sacramentales
1. Bautismo: para vivir la vida como hijos de Dios.
2. Confirmación: para ser fuertes y perseverantes en la Fe
en nuestro camino al Cielo de la mano de Cristo.
3. Eucaristía: para amar a Jesús con todo nuestro corazón
y al prójimo como a nosotros mismos.
4. Reconciliación: para el arrepentimiento y un auxilio
para no volver a caer en el pecado.
5. Unción de los enfermos: para aceptar la enfermedad,
borrar los rastros de pecado y preparar para una
muerte cerca de Dios.
6. Orden Sacerdotal: a los sacerdotes, para dedicar su vida
a predicar el Evangelio y administrar los sacramentos.
7. Matrimonio: a los esposos, para amarse hasta que la
muerte los separe y para ser buenos padres.
16. Estos tres sacramentos son, en el
orden sobrenatural, algo así como
en el orden natural son el
nacimiento, el crecimiento y la
plenitud de vida. Son los que
configuran nuestra personalidad
cristiana.
17. El Bautismo
En este sacramento, la
persona es “hundida” en
los méritos de Jesús, y
muere el hombre
puramente carnal para
resucitar siendo un
hombre espiritual,
nacemos a la vida divina
y Dios Padre nos hace
hijos en el Hijo.
18. La Confirmación
Por medio de este
sacramento, el cristiano
recibe el Espíritu de Jesús
para que lo fortalezca y lo
guíe en el proceso de su
identificación con Él y así
poder llegar a ser su
testigo en el mundo.
19. La Eucaristía
En este sacramento,
somos invitados a la cena
del Señor para recordar y
actualizar su muerte y
resurrección.
Es el sacramento de la
plenitud, hacia donde
nos conduce el Espíritu
Santo para parecernos
cada vez más a Cristo
21. Jesús instituyó para nosotros dos
sacramentos que son llamados de
curación.
Estos sacramentos son portadores
de una actitud que Jesús vivió con
plena intensidad durante toda su
vida: la compasión y la misericordia
de Dios.
22. La Reconciliación
En este sacramento se nos
curan las heridas del pecado.
Volvemos a oír a Jesús, que a
través de sus representantes,
los sacerdotes, nos vuelve a
decir como al paralítico: “Tus
pecados te son perdonados”;
o como a la mujer adúltera:
“Vete y no vuelvas a pecar”.
23. La Unción de los Enfermos
Con este sacramento se
curan las heridas de la
enfermedad. En él, es el
mismo Jesús, el buen
samaritano, representado
por el sacerdote, el que
llega junto al que se
encuentra caído y doblado
por el dolor y la
enfermedad.
25. Estos dos sacramentos son
imprescindibles para la Iglesia: el
servicio de su presencia sacerdotal, y
el servicio de la presencia de su amor.
A los sacerdotes Cristo los envía con la
misma misión que Él recibió del
Padre, y a los casados les dice que se
amen como Él amó a su Iglesia.
Expresan la vivencia fundamental de
nuestra fe cristiana que es el servicio.
26. El Orden Sacerdotal
En este sacramento, es Jesús
quien, de entre el gran número
de discípulos, llama a algunos
de forma especial para trabajar
por la difusión de su Reino,
repitiéndoles de nuevo:
“Hagan esto en memoria
mía”; “A quienes les perdonen
los pecados, les quedaran
perdonados…”
27. El Matrimonio
En este sacramento Jesús
vuelve a citar las palabras
del Génesis: “Dejará el
hombre a su padre y a su
madre y se unirá a su
mujer, y los dos serán una
sola carne”. Y es el mismo
Jesús el que ratifica la
unión de los novios y
repite: “Que no separe el
hombre lo que Dios ha
unido”.