2. Nosotros somos la luz del mundo
• Por un lado los cristianos somos la
sal de la tierra, por otro
lado, somos la luz del mundo. ¿Qué
diferencia podría haber entre
la tierra y el mundo? Quizás
ninguna de hecho, pero la
traducción al castellano del
griego original de las palabras
tierra (gés) y mundo (cosmos), es
correcta.
3. Cambiemos el Mundo
• Así como la luz natural del sol da vida y
vigor al cuerpo humano; la luz de Dios da
gozo y fortaleza al alma y al espíritu. La
luz de Dios es Su misma presencia y el
efecto de la misma. Si Cristo lo es en
nosotros, entonces actuaremos como la
luz que este mundo necesita, aunque no
lo sepa.
4. Seamos la luz que cambie el
mundo
• “Los discípuLos de cristo no se han de
ocultar en la oscuridad de un claustro
o en el retiro de una ermita bajo
pretexto de contemplación, modestia o
preservación propia. Por medio de su
buen vivir, como Juan el Bautista, deben
ser lámparas que arden y alumbran»
5. Iluminemos lo más oscuro
• Como luz, significa que nuestras obras son
conocidas por la sociedad. Cristo dijo que sus
discípulos serían reconocidos por sus “buenas
obras”, esto es claro que es una expresión que
generaliza todas y cualquier manifestación
externa y visible de la fe cristiana.