2. • Un hombre estaba sentado
tranquilo, leyendo el periódico,
cuando su mujer, furiosa, llega
de la cocina y le sacude una
hostia con una sartén que casi
le revienta la cabeza.
4. –¡¡¡Es por el papelito que
encontré en el bolsillo de tu
pantalón, cabrón, con el
nombre de "Marylou" y un
número!!!
5. – Joder, cariño... ¿te
acuerdas del día que fui a los
caballos? Pues Marylou era
el caballo al que aposté, y el
número es cuánto estaban
pagando por la apuesta...
7. Días después, estaba él
nuevamente sentado
tranquilo, cuando recibe otra
soberana hostia, pero esta
vez con la olla a presión.
Aturdido y cabreado le dice: