1. UNIVERSIDAD FERMÍN TORO
VICE-RECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN Y POST-GRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
MODERNIDAD, POSTMODERNIDAD Y TRANSMODERNIDAD. SU
RACIONALIDAD EDUCATIVA Y CIENTÍFICA
Autora: Maryolgui Rincón F
MÉRIDA, OCTUBRE 2016
2. Universidad Fermín Toro
Vice-Rectorado Académico
Decanato de Investigación y Post-Grado
Doctorado en Ciencias de la Educación
.
Resumen
Maryolgui Rincón F
rinconm@unesur.edu.ve
La modernidad representó una etapa del proceso educativo que se
estableció en el siglo XVIII hasta aproximadamente inicio del siglo XX. Marcado
profundamente por el desarrollo del paradigma positivista que generó grandes
avances científicos y teorías, (las cuales muchas de ellas aún están vigentes),
productos de la investigación científica y la aplicación del método científico. La
corriente del proceso educativo de esta fase estuvo caracterizada por el modelo
conductista donde el profesor dominaba y controlaba todos los conocimientos e
impone las reglas dentro del aula, determinando la conducta de los alumnos, los
cuales eran seres pasivos y formados para la memorización de los contenidos
dictados.
El modelo pedagógico positivista o tradicional hace énfasis en la formación
de los estudiantes bajo clases magistrales y en el autoritarismo presentado por el
docente, donde la transmisión del conocimiento es conductista y rígida. La
evaluación es considerada como un proceso sumativo de valoración y se centra
en el producto final que debe ser medible y cuantificable. La vida en el aula se
reduce a una suma de objetos, conductas, actividades centradas sobre todo en los
contenidos que se aprenderán. El Currículo es cerrado y obligado para todos, la
disciplina se convierte en un requisito importante en el aula y cuando esta falta en
casos especiales y difíciles se recomienda recurrir a técnicas de castigo.
MODERNIDAD, POSTMODERNIDAD Y TRANSMODERNIDAD. SU
RACIONALIDAD EDUCATIVA Y CIENTÍFICA
3. De igual manera la investigación para la modernidad, estuvo definida por el
racionalismo donde solo se consideraron los resultados o el producto de las
investigaciones, más no los procedimientos desarrollados. Todas estas
indagaciones se realizaron bajo el enfoque cuantitativo, el cual según Hernández y
otros (2006) lo explica como “el paradigma que usa la recolección de datos para
probar hipótesis, con base en la medición numérica y el análisis estadístico, para
establecer patrones de comportamiento y probar teorías.” Lo que indica que en el
proceso de investigación cuantitativo la recolección de datos se fundamenta en la
medición de las variables o conceptos contenidos en las hipótesis”, donde solo se
consideraba lo observado, lo objetivo y lo validado, pues no permite la intervención
de los sentimientos del ser humano (Márquez 1995).
Posteriormente ya entrado el siglo XX, inicia una nueva etapa denominada
la postmodernidad, la cual representó el modelo pedagógico experiencial naturista
enmarcado por la praxis y la crítica hacia lo moderno, pues cae la verdad absoluta
e inicia la incertidumbre en los resultados de las investigaciones cuantitativas,
originando la Teoría del Caos, dando apertura al desarrollo hermenéutico y los
estudios etnográficos, considerando las demandas del entorno y las respuestas
de los actores y su adaptación; señalando así que lo más importante es lo que
procede del interior del individuo, el desarrollo integral de la personalidad, las
potencialidades del hombre y la plenitud humana. Persigue lograr un máximo de
autenticidad, espontaneidad y libertad, a través de la corriente empirista en el
proceso educativo.
Se caracteriza por orientar la necesidad del desarrollo integral de las
personas y por ser un proceso integrador individuo-sociedad. Además de facilitar
y apoyar la asimilación y conceptualización de los estímulos ambientales, como el
profesor, los padres, la escuela, la comunidad, se convierten en hechos
mediadores de la cultura contextualizada.
El modelo de enseñanza está centrado en la vida y el contexto socio-
cultural y natural, con el fin de favorecer el aprendizaje significativo a partir de la
experiencia. El proceso de enseñanza-aprendizaje no es solo situacional, sino
además personal y psico-social, fusionando corrientes filosóficas, epistemológicas,
4. sociales y políticas dirigidas hacia los derechos humanos. Autores destacados: L.
S. Vigotsky, J. Bruner, M. Cole, Scribner, Lev Semionovich, Reuven Feuerestein.,
R. Glasser, Brown, Roggoft y J Wertvh entre otros.
Con la finalidad de resolver los problemas reales de las comunidades
finalmente ya en el siglo XXI inicia la transmodernidad, caracterizada por la
incorporación Idealista y la fenomenología como corrientes del proceso educativo,
que implica hacer ciencia con la razón, la experiencia e incluir lo subjetivo del ser
(valores, cultura, emociones, ética) Axiología (Martínez 2.002), con el propósito de
transformar al hombre en un ser holístico e integral, capaz de reconocer y aceptar
a sus semejantes minoritarios dentro de la estructura social.
El proceso educativo se fundamenta en la interacción y la comunicación, a
través de las Tecnologías de Información y Comunicación TIC y el uso de las
redes sociales, empleadas durante la enseñanza y el aprendizaje con la intención
de democratizar la educación y el conocimiento, el debate y la crítica razonada, la
vinculación entre teoría y práctica y la solución de problemas que interesan a la
comunidad. En este modelo se concibe el aprendizaje y el conocimiento como una
construcción social que se concreta a través de la actualidad grupal, que busca
que el discente por medio de la praxis se involucre en la problemática social como
un ser protagónico y participativo.
Inicia la cultura sobre el rescate de la naturaleza y su relación con el
hombre, predominando la prestación del servicio y la emancipación y el
empoderamiento social, a través de la autocrítica, la reflexión, la concientización y
los juicios de valores (Valera 2.001). Dando apertura a la teoría de la complejidad,
la transcomplejidad y la autopoyesis.
Dentro de sus estudiosos encontramos a: Maslow, G. Ailport, Mostakas, G.
Murphy, Rogers C. Explicando estos que la práctica educativa, bajo la perspectiva
de la teoría crítica, concibe el cambio social a través de la concientización, la
apertura de espacios de reflexión, la consolidación de valores y el desarrollo de
investigaciones participativas y cooperativas que propicien una verdadera
transformación de la realidad.