1. Una canción: EL PROFETA: Antes que te formaras…
Objetivo de la presentación:
El objeto fundamental de esta celebración es la presentación de un aspecto
importante de la vocación cristiana a través de la figura del profeta Jeremías. Se trata
de ayudar a descubrir la presencia de dificultades en la vivencia de la vocación y la
necesidad de permanecer fiel en la prueba a la vocación recibida. Para ello contamos
con la ayuda de Dios y con la seguridad de que la victoria final es nuestra. Sin
embargo, Él nos pide que libremente colaboremos con su plan de salvación universal.
Presetación del texto
Jer 1, 1-19
“Entonces me dirigió Yahvé la palabra en estos términos: Antes de haberte
formado yo en el vientre, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado:
yo te constituí profeta de las naciones
Yo dije: "¡Ah, Señor Yahvé! Mira que soy un muchacho".
Y me dijo Yahvé: No digas "soy un muchacho", pues a dondequiera que yo te
envíe irás, y todo lo que te mande dirás. No les tengas miedo, que contigo estoy
para salvarte -oráculo de Yahvé-.
Entonces alargó Yahvé su mano y tocó mi boca. Y me dijo Yahvé: Mira que he
puesto mis palabras en tu boca. Desde hoy mismo te doy autoridad sobre las
gentes y sobre los reinos para extirpar y destruir, para perder y derrocar, para
reconstruir y plantar”. (Jer 1, 4-10)
"Y percibí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré?, ¿y quién irá de parte
nuestra?".
Dije: "Heme aquí: envíame"
2. Constataciones
TE PRESENTO A... JEREMÍAS, EL PROFETA.
En este relato están presentes todos los elementos de la vocación de Jeremías, que
son equivalentes a los de cualquier otra vocación:
a) encuentro con Dios y llamada a una misión (versículos 4-5),
b) reacción natural de miedo (versículo 6),
c) insistencia de la llamada de Dios a la misión sin importar las dificultades (versículo
7),
d) palabras de aliento y apoyo de Dios (versículo 8),
d) signo o prueba que Dios da de que Él está con el profeta (versículos 9-10)
Jeremías anunció al pueblo la palabra de Dios, y en ocasiones se sirvió de
signos para ejemplificar lo que iba a suceder si no se convertían y abandonaban su
pecado de idolatría.
"Entonces Yahvé dijo a Jeremías: Ve y compras un jarro de cerámica, sales a la
entrada de la puerta de la muralla y pregonas allí: "Pienso traer sobre este lugar una
desgracia, porque me han dejado, han hecho extraño este lugar y han incensado en
él a otros dioses". Luego rompes
el jarro a la vista de todos y les
dices: Así dice Yahvé Sebaot:
"Quebrantaré yo a este pueblo y
a esta ciudad, como quien rompe
un cacharro de alfarería, que ya
no tiene arreglo" (Cf. Jer 19, 1-
3.10-11)
Jeremías pasó por momentos de
serias dificultades, porque veía
que los hombres a los que
llevaba el mensaje de Dios no lo
acogían, y en vez de convertirse
le insultaban, menospreciaban e
incluso intentaban matarle.
"El sacerdote Pasjur, hijo
de Imer, que era inspector
jefe de la Casa de Yahvé,
oyó a Jeremías profetizar dichas palabras. Pasjur hizo dar una paliza al profeta
Jeremías y lo hizo meter en el calabozo" (Jer 20, 1-2)
3. "Yahvé me lo hizo saber, y así lo supe. Entonces me descubriste, Yahvé, sus
intrigas. ¡Y yo que estaba como cordero manso llevado al matadero, sin saber
que intrigaban contra mí!: "Destruyamos el árbol en su vigor; borrémoslo de la
tierra de los vivos, y su nombre no vuelva a mentarse" (Jer 11,18-19)
En algunos momentos Jeremías llegó a caer en una depresión ante las dificultades
que se le venían encima por proclamar la palabra de Dios.
"¡Maldito el día que nací!, ¡el día que me dio a luz mi madre no sea bendito!
¿Para qué haber salido del seno, a ver pena y aflicción, y a consumirse en la
vergüenza mis días?"
Sin embargo, siempre tuvo a Dios a su lado, y a pesar de las dificultades, fue fiel a la
misión que el Señor le encomendó.
"Yo te haré para ese pueblo muralla de bronce inexpugnable. Y pelearán
contigo, pero no te podrán, pues contigo estoy yo para librarte y salvarte -
oráculo de Yahvé-. Te salvaré de la mano de los malvados y te rescataré del
puño de esos rabiosos" (Jer 15, 20-21).
A lo largo de su vida, Jeremías se fió de Dios, y cumplió su misión: la palabra de Dios
llegó a su pueblo. Sin embargo, podría pensarse que su vida fue un fracaso absoluto,
porque la mayoría del pueblo
de Israel no se convirtió, sino
que siguió viviendo de
espaldas a Dios.
A pesar de que Jeremías les
había avisado repetidamente
de que la única salida ante la
situación de amenaza de
invasión que vivía su país era
la conversión al Señor, casi
nadie le hizo caso. El resultado
fue que, como no se
convirtieron, Israel fue invadido
por Babilonia, un país vecino.
Allí deportaron a todos los israelitas.
Jeremías se escapó de los babilonios, pero también murió lejos de su tierra. Las
últimas noticias que tenemos de él antes de su muerte lo localizan en Egipto.
A pesar de todo esto, la vida de Jeremías fue un rotundo éxito. Gracias a que él hizo
lo que Dios le pidió, una parte del pueblo de Israel fue fiel al amor que Dios les había
manifestado a lo largo de su historia. Gracias a la palabra de Dios que Jeremías hizo
llegar a los israelitas, un grupo de ellos siguió siendo fiel a la alianza de salvación que
Él había hecho con su pueblo.
4. REFLEXIÓN PERSONAL:
Comparemos la actitud de Jeremías con la nuestra en el caso que expusimos antes.
*- ¿cómo actúa Jeremías ante el rechazo de los hombres?, ¿y tú cómo te sitúas?
*- ¿cuáles son sus sentimientos?, ¿y los tuyos?
¿Cuál es su respuesta?, ¿y la tuya?
JEREMIAS; ES UN TESTIGO DEL AMOR DE DIOS Y QUIERE LLEVARTE
HASTA ÉL...
REFLEXIÓN SOBRE LA VOCACIÓN CRISTIANA:
Dios llama a todo hombre. Primero lo llama a la existencia, a la vida. Y luego,
sucesivamente a lo largo de su vida, lo va llamando a tener una mayor relación de
amor con él para que el hombre pueda tener la plenitud y felicidad que desea en lo
más hondo de su ser. A cada uno de nosotros nos llama de una forma concreta: nos
llama "por nuestro nombre". De este modo, el hombre puede alcanzar la felicidad
plena en una relación de amor con Dios y ayudar a Dios a que otros hombres puedan
alcanzar esa misma felicidad.
Esa vocación puede tener distintas formas: el matrimonio, el sacerdocio, la vida
religiosa, la consagración de los laicos, la vida contemplativa, etc. Pero lo común a
todas ellas es que se puede realizar ese proyecto de amor de Dios para cada uno de
nosotros y para toda la humanidad.
JEREMIAS, UN CASO CONCRETO. RELACIÓN CON LA VOCACIÓN
CRISTIANA:
La vocación de Jeremías fue llamar a los hombres a volverse a Dios y a eliminar de
su vida aquello que les alejaba de Él. En una palabra, su misión fue llamar a la
conversión. A eso es a lo fueron llamados los profetas; ésa era su vocación.
Por cierto, ¿sabes que todo cristiano por el bautismo es constituido profeta, además
de sacerdote y rey?. ¡Así que tú también eres profeta, has de hablar a los hombres de
parte de Dios!. Todo cristiano es enviado a los demás hombres, para que puedan
participar de la Vida con mayúscula. Esa Vida con mayúsculas es la relación de
amistad con Dios, lo único que nos hace felices. Dios quiere que tú, libremente, le
ayudes a llevar adelante su plan para toda la humanidad: que tengan Vida y Vida
Eterna, que tengan una relación de amistad profunda con Él para que puedan ser
auténticamente felices.
¿Cómo les hablarías de Dios?
5. ¿Realmente mi relación con Dios es algo tan importante para mí, y que me
hace tan feliz, que quiero que otros vivan lo mismo?
¿Cómo ayudo a otros a que se aparten de lo que hacen mal y se acerquen a
Dios?
¿O en realidad me callo por comodidad o por miedo de lo que me puedan decir
otros?
Para la reflexión personal y el trabajo grupal
1)- ¿Qué aspectos de la vocación de Jeremías te resultan más interpelantes hoy?,
¿por qué?
2)- ¿Cómo has experimentado o experimentas en tu vida los verbos vocacionales de
Jr 1,5:
“te conocí”, “te consagré” y “te constituí”? ¿Qué dificultades presenta la cultura de hoy
a los jóvenes para que éstos experimenten esos “verbos vocacionales”?
3)- ¿Vives la vocación como diálogo con Dios?, ¿en qué se nota?, ¿qué
consecuencias tiene?
4)- ¿Cómo enfrentas o resuelves el temor y el conflicto a causa de los encargos
misioneros de Dios?
5)- ¿Qué dimensiones de la experiencia de Dios vividas por Jeremías te parecen más
necesarias para dialogar hoy con los jóvenes en discernimiento vocacional?, ¿por qué
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES A NUESTRA SANTISIMA MADRE DE LAS
MERCEDES:
A ti nos dirigimos Madre de las Mercedes, que con tu consagración a Cristo,
asociada a su obra redentora, alientas en el corazón de la juventud la respuesta
generosa al “Sígueme” de tu Hijo.
Llena sus corazones de caridad vivida como diaconía o servicio, siembra en sus
almas sencillez y alegría, llena sus espíritus de disponibilidad, generosidad y
humildad.
Concédeles una verdadera valentía, para dejar sus ocupaciones, sus
esperanzas terrenas, para vivir en plenitud el don de la vida en comunidad. Que
a lo largo de su vida descubran con gozo la experiencia de la catolicidad,
abierta a todas las cautividades del mundo.
Ancianos, enfermos, impedidos, huérfanos, ignorancia, drogadicción,
alcoholismo, falta de amor, hambre de paz y así resuene en cada joven del
mundo el sí incondicional de María para seguir a Jesús con un carisma de
liberación y amor en la Congregación de Hermanas mercedarias de la Caridad.
AMÉN