1. Pastoral del Sordo de Valencia
Parroquia de Santo Tomas Apóstol
y San Felipe Neri
2. 2
QUINTO DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO C
Isaías 6, 6, 1-8
El año de la muerte del Rey
Ozias, yo, Isaías he visto al
Señor Dios.
Estaba sentado sobre un
trono alto; su manto llenaba
el templo.
He visto serafines, en pie,
junto a Él.
Uno a otro se gritaban
diciendo: “Santo, santo,
santo, el Señor; la tierra está
llena de su gloria”.
Las puertas temblaban por el
fuerte sonido de sus voces y
el templo estaba lleno de
humo (de incienso).
Yo, Isaías, dije:
“¡Ay de mí, estoy perdido!
Yo, hombre de labios
impuros, que vivo en medio
de un pueblo de labios
impuros, he visto con mis
ojos al Rey y Señor”.
Un serafín voló hacia mí con
un carbón encendido en la
mano que había cogido del
altar con unas tenazas.
El puso el fuego en mi boca
y dijo:
“Mira, esto ha tocado tus
labios, tu culpa ha
desaparecido, tu pecado está
perdonado”
Entonces, yo escuché la voz
del Señor, que decía:
“¿A quien enviaré? ¿Quien
ira por mi?”
Yo contesté: “Aquí estoy,
¡Envíame!”.
Primera Carta de San Pablo a los Corintios, 15, 1-11
Hermanos: Yo, Pablo, os recuerdo el Evangelio proclamado y
que, vosotros habéis aceptado.
En el Evangelio estáis fundados y os está salvando.
Lo primero que yo os he entregado es esta palabra: “Cristo
murió por nuestros pecados, según las Escrituras; Cristo fue
sepultado y resucitó al tercer día, según las Escrituras”.
El se apareció, primero a Pedro y, mas tarde, a los Doce;
después se apareció a más de quinientos hermanos, a la vez.
La mayoría todavía vive.
Después se apareció a Santiago, a todos los Apóstoles y, por
último se me apareció a mí.
Pues bien, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos;
esto es lo que habéis creído.
3. 3
Evangelio según San Lucas, 5, 1-11
La gente se reúne alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios.
Jesús esta a las orillas del lago de Genesaret y ve dos barcas que están junto a la orilla.
Los pescadores han desembarcado y están lavando las redes.
Jesús sube a la barca de Simón, y pide que la aparte un poco de tierra.
Desde la barca, Jesús sentado, enseña a la gente.
Cuando acaba de hablar, Jesús dice a Simón:
“Rema mar adentro y echa las redes para pescar”.
Simón contesta:
“Maestro, hemos pasado toda la noche trabajando duro y no hemos cogido nada; pero,
por tu palabra, echaré las redes”.
Pescan una redada de peces tan grande que reventaba la red.
Hacen señas a los socios de la otra barca, para que vengan a ayudarles.
Ellos se acercan y llenan las dos barcas con tantos peces que casi se hunden.
Al ver esto, Simón Pedro se
arrodilla a los pies de Jesús y
dice:
“Apártate de mi, Señor, que
soy un pecador”.
Porque el asombro se ha
apoderado de él y de todos
los demás, al ver la redada
de peces que han cogido.
También están asombrados
Santiago y Juan, hijos de
Zebedeo, que son
compañeros de Simón.
Jesús dice a Simón:
“No temas, desde ahora,
eres pescador de hombres”.
Ellos sacan las barcas a
tierra y, dejándolo todo,
siguen a Jesús.
“Aquí estoy,
¡Envíame!”.
6. Isaías 6, 6, 1-8
El año de la muerte del Rey Ozias, yo, Isaías he visto al
Señor Dios.
Estaba sentado sobre un trono alto; su manto
llenaba el templo.
He visto serafines, en pie, junto a Él.
Uno a otro se gritaban diciendo: “Santo, santo, santo,
el Señor; la tierra está llena de su gloria”.
Las puertas temblaban por el fuerte sonido de sus
voces y el templo estaba lleno de humo (de incienso).
Yo, Isaías, dije:
“¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios
impuros, que vivo en medio de un pueblo de labios
impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor”.
Un serafín voló hacia mí con un carbón encendido en la
mano que había cogido del altar con unas tenazas.
El puso el fuego en mi boca y dijo:
“Mira, esto ha tocado tus labios, tu culpa ha
desaparecido, tu pecado está perdonado”
Entonces, yo escuché la voz del Señor, que decía:
“¿A quien enviaré? ¿Quien ira por mi?”
Yo contesté: “Aquí estoy, ¡Envíame!”.
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Primera Carta de San Pablo a los
Corintios, 15, 1-11
Hermanos: Yo, Pablo, os recuerdo el Evangelio
proclamado y que, vosotros habéis
aceptado.
En el Evangelio estáis fundados y os está
salvando.
Lo primero que yo os he entregado es esta
palabra: “Cristo murió por nuestros
pecados, según las Escrituras; Cristo fue
sepultado y resucitó al tercer día, según las
Escrituras”.
El se apareció, primero a Pedro y, mas tarde,
a los Doce; después se apareció a más de
quinientos hermanos, a la vez. La mayoría
todavía vive.
Después se apareció a Santiago, a todos los
Apóstoles y, por último se me apareció a mí.
Pues bien, tanto ellos como yo esto es lo que
predicamos; esto es lo que habéis creído.
10. Evangelio según San Lucas, 5, 1-11
La gente se reúne alrededor de Jesús para escuchar la
Palabra de Dios.
Jesús esta a las orillas del lago de Genesaret y ve dos
barcas que están junto a la orilla.
Los pescadores han desembarcado y están lavando las
redes.
Jesús sube a la barca de Simón, y pide que la aparte un
poco de tierra.
Desde la barca, Jesús sentado, enseña a la gente.
11. Cuando acaba de hablar, Jesús dice a Simón:
“Rema mar adentro y echa las redes para pescar”.
Simón contesta:
“Maestro, hemos pasado toda la noche trabajando duro y no
hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré
las redes”.
Pescan una redada de peces tan grande que reventaba la
red.
Hacen señas a los socios de la otra barca, para que
vengan a ayudarles.
Ellos se acercan y llenan las dos barcas con tantos peces que
casi se hunden.
12. Al ver esto, Simón Pedro se arrodilla a los pies
de Jesús y dice:
“Apártate de mi, Señor, que soy un pecador”.
Porque el asombro se ha apoderado de él
y de todos los demás, al ver la redada de
peces que han cogido.
También están asombrados Santiago y Juan,
hijos de Zebedeo, que son compañeros de
Simón.
13. Jesús dice a Simón:
“No temas, desde ahora, eres
pescador de hombres”.
Ellos sacan las barcas a tierra y, dejándolo
todo, siguen a Jesús.
15. La vocación
La persona se siente impotente y frágil delante de la gran
santidad de Dios (Santo, Santo, Santo)
La luz de la gloria de Dios ilumina lo más profundo del alma
humana y permite a la persona verse como realmente es.
La persona ve su pecado, pero Dios le hace descubrir que su
presencia no castiga o destruye. Su presencia purifica.
Aunque la persona se descubre no rechazada por Dios,
también descubre al mismo tiempo que entre los dos hay una
barrera que no puede atravesar.
La distancia entre Dios y el ser humano solo puede ser
acortada por la acción del mismo Dios.
Igual que en Isaías, también Jesús une a su santidad la
misericordia y el perdón, que curan y transforman el
corazón humano y lo capacitan para servir a Dios.
Pedro considera la palabra de Jesús como una verdadera
promesa profética.
Santiago y Juan son presentados como los primeros
hombres “pescados” por Pedro.
La pesca de Pedro es la reunión de las personas llamadas al
Reino de la Vida.