1. 25 Inflamación
(Ver capitulo actualizado en www.inmunologiaenlinea.es)
A. Celada
Tipos IMecanismos Celulares Moleculares Manifestaciones Reparación
INTRODUCCIÓN
Cuando se produce una rotura de la piel o de las mucosas, los microorganismos pueden pasar del
medio externo al interno. Como reacción y en un intento de localizar al agente invasor, se produce
una reacción en el tejido conectivo vascularizado que se denomina inflamación. Este complejo
proceso produce el acúmulo de fluidos y leucocitos en el espacio extravascular. La inflamación
puede ser originada por factores endógenos (necrosis tisular o rotura ósea) o factores exógenos
como lesiones por agentes mecánicos (corte, etc), físicos (quemaduras), químicos (corrosivos),
biológicos (microorganismos) e inmunológicos (reacciones de hipersensibilidad). Aunque en
algunos casos, como la hipersensibilidad, la inflamación puede tener consecuencias nocivas, por
lo general es una respuesta protectora que trata de restaurar los tejidos lesionados. Tras un
proceso inflamatorio puede ocurrir lo siguiente:
1. Resolución con retorno a una estructura y función normales
2. Supuración con formación de abceso
3. Hinchazón con regeneración de tejido especializado o fibroso formando
una cicatriz y
4. Persistencia del agente causante, haciéndose el proceso
crónico (Figura25.1).
La respuesta inflamatoria está formada por plasma, células circulantes, vasos sanguíneos y
constituyentes celulares y extracelulares del tejido conectivo. Entre las células circulantes se
incluyen los neutrófilos, monocitos, eosinófilos, linfocitos, basófilos y plaquetas. Las células del
tejido conectivo son los mastocitos, que rodean los vasos sanguíneos y los fibroblastos. La matriz
extracelular consiste en proteínas fibrosas estructurales (colágeno, elastina), glicoproteínas
adherentes (fibronectina, laminina, entactina, tenascina y otras) y proteoglicanos. La membrana
basal es un componente especializado de la matriz extracelular que consiste en glicoproteínas
adhesivas y proteoglicanos.
Los cuatro signos cardinales de la inflamación fueron descritos por Paracelso (30 AC al 38 DC) y
son:
1. rubor (coloración roja)
2. tumor (hinchazón)
3. calor
4. dolor.
Posteriormente, Galeno (130-200) añadió un quinto signo: pérdida de función. La coloración y el
calor se deben a un aumento del flujo sanguíneo en el área traumática y a la constricción de las
vénulas. Los cambios de la microcirculación son inducidos por mediadores químicos. Estos
mediadores, además, aumentan la permeabilidad capilar con lo que los líquidos y las células
sanguíneas pasan al espacio extravascular provocando la hinchazón y un aumento de la presión
local que es el que origina el dolor.
TIPOS DE INFLAMACION
2. La inflamación según su duración se divide en aguda y crónica. La aguda es de duración
relativamente corta (minutos, horas o unos pocos días), se inicia muy rápidamente y se caracteriza
por el exudado de fluidos plasmáticos y la migración de leucocitos predominantemente neutrófilos.
La inflamación crónica dura semanas, meses o incluso años y se caracteriza histológicamente por
el infiltrado de linfocitos y macrófagos con la proliferación de vasos sanguíneos y tejido conectivo
Inflamación aguda
Los cambios que se producen tras la lesión tisular se deben a tres procesos:
1. Cambios en el flujo y calibre vascular, que hacen que aumente el flujo
sanguíneo
2. Cambios estructurales en los vasos sanguíneos que aumentan la
permeabilidad vascular e inducen la formación de exudado inflamatorio
3. Paso de los leucocitos del espacio vascular al extravascular alcanzando
así el foco de las lesiones.
El resultado de todo ello es el acúmulo de un fluido rico en proteínas, fibrina y leucocitos.
En los primeros 10-15 minutos se produce una hiperhemia por dilatación de arteriolas y vénulas y
apertura de los vasos de pequeño calibre. Tras esta fase aumenta la viscosidad de la sangre, lo
que reduce la velocidad del flujo sanguíneo. Al disminuir la presión hidrostática en los capilares, la
presión osmótica del plasma aumenta, y en consecuencia un líquido rico en proteínas sale de los
vasos sanguíneos originando el exudado inflamatorio.
Inflamación crónica
Si la inflamación dura semanas o meses se considera crónica, y tiene dos características
importantes:
1. El infiltrado celular está compuesto sobre todo por macrófagos, linfocitos
y células plasmáticas
2. La reacción inflamatoria es más productiva que exudativa, es decir, que
la formación de tejido fibroso prevalece sobre el exudado de líquidos.
La inflamación crónica puede producirse por diversas causas: a) progresión de una inflamación
aguda; b) episodios recurrentes de inflamación aguda y c) inflamación crónica desde el comienzo
asociada frecuentemente a infecciones intracelulares (tuberculosis, lepra, etc).
Microscópicamente la inflamación crónica se caracteriza por la presencia de macrófagos y sus
derivados (células epitelioides y gigantes), linfocitos, células plasmáticas, neutrófilos, eosinófilos y
fibroblastos.
Inflamación crónica granulomatosa
Algunas formas de inflamación crónica tienen una histología peculiar que consiste en el acúmulo
de macrófagos modificados llamados epitelioides formando unos agregados nodulares llamados
granulomas. Las células epitelioides reciben ese nombre porque se asemejan a células epiteliales.
Tienen un núcleo vesicular y abundante citoplasma eosinófilo y segregan el enzima convertidor de
angiotensina (Kininasa II), la fosfatasa ácida y mucopolisacáridos. Además, los macrófagos
pueden fusionarse por efecto del IFN-g y formar células gigantes que contienen hasta 100
núcleos.
MECANISMOS QUE INTERVIENEN EN LA INFLAMACION
Migración leucocitaria
3. Inicialmente, en la inflamación aguda se acumulan predominantemente los leucocitos neutrófilos
polimorfonucleares y en las fases tardías, los monocitos y macrófagos. Hay tres fases para el
reclutamiento de las células en la región dañada, es decir, la extravasación o salida de las células
desde la luz del vaso al espacio intersticial. En el capítulo dedicado al estudio de las moléculas
adhesión se analiza la función de las mismas en los procesos de migración leucocitaria.
Normalmente las células ocupan la parte central del torrente sanguíneo teniendo muy poco
contacto con el endotelio. Al aumentar la permeabilidad vascular, el flujo sanguíneo se enlentece,
lo que permite a los leucocitos acercarse al endotelio vascular. Este proceso se denomina
marginación y se debe a los cambios hemodinámicos producidos en la inflamación (Figura 25.2).
Los leucocitos escapan del torrente circulatorio mediante un movimiento ameboide activo. Cuando
los leucocitos entran en contacto con la célula endotelial, proyectan pseudópodos y migran por la
superficie hasta que detectan una unión celular inter-endotelial. Durante su paso desde la luz
vascular al tejido extravascular, el leucocito rompe las uniones inter-endoteliales y la membrana
basal probablemente a través de la secreción de colagenasa.
El tipo de leucocito que migra depende mucho del tiempo que dura la inflamación y del tipo de
estimulo. En la mayoría de los casos, en la inflamación aguda los neutrófilos son las células
predominantes durante las primeras 24 horas. Estas células empiezan a acumularse en los
primeros minutos tras la lesión, mientras que los monocitos y macrófagos se acumulan más
tarde, tras 24 horas. Después de la extravasación, los leucocitos migran en los tejidos a los
lugares donde se ha producido la lesión mediante el proceso de quimiotaxis.
Células que intervienen en la inflamación
En la inflamación intervienen multitud de células pero entre ellas destacan los granulocitos
neutrófilos y los fagocitos mononucleares. La vida de los neutrófilos es muy corta, sólo de 3 a 4 días.
Algunos de los productos de los gránulos son bactericidas, mientras que otros son capaces de
degradar la matriz proteica extracelular (Tabla 25.1). Muchos de los neutrófilos mueren en los
lugares de inflamación liberando los enzimas que pueden dañar las células o las proteínas de la
matriz extracelular.
Los fagocitos mononucleares se diferencian en prácticamente todos los tejidos del organismo de
distinta manera según el tejido que ocupan, dando lugar a macrófagos. Los macrófagos tienen una
producción autocrina de factores de crecimiento tales como el GM-CSF o el M-CSF que hacen que
proliferen localmente en los tejidos. Para llevar a cabo sus funciones, los macrófagos necesitan ser
activados por el IFN-g.
Moléculas que intervienen en la inflamación
Además de las células directamente implicadas en la inflamación, como son los neutrófilos,
macrófagos y linfocitos, los basófilos, mastocitos, plaquetas y células endoteliales también producen
mediadores químicos (Tabla 25.2). Hay dos tipos, los mediadores tisulares y los mediadores
plasmáticos de la inflamación.
Mediadores tisulares de la inflamación
La activación de los mastocitos, basófilos y plaquetas estimula el metabolismo del acido
araquidónico con la consiguiente síntesis de prostaglandinas, leucotrienos y
tromboxanos (Figura 25.3).
La histamina y la serotonina, segregadas por mastocitos, basófilos y plaquetas, producen
vasodilatación y aumentan la permeabilidad vascular. El PAF es un complejo lisofosfolípido-
acetilado que induce la agregación plaquetaria y la degranulación. Además, aumenta la
permeabilidad vascular, induce la adhesión leucocitaria y estimula la síntesis de derivados del
ácido araquidónico. Estos derivados incluyen las prostaglandinas y los leucotrienos.
El ácido araquidónico es un ácido graso derivado del ácido linoleico que se encuentra en la
membrana celular y bajo estimulación puede ser liberado al exterior de la célula por una
fosfolipasa (Figura 25.4). El óxido nítrico se produce por las células endoteliales, macrófagos y
neuronas del cerebro.
4. Mediadores plasmáticos de la inflamación
El factor XII de la coagulacion (Factor Hageman) se activa por superficies extrañas cargadas
negativamente, tales como la membrana basal, enzimas proteolíticos o lipopolisacáridos. Una vez
activado, el factor XII puede activar el sistema de la coagulación, el de la fibrinolisis y el de las
kininas-kalicreína.
MANIFESTACIONES SISTEMICAS DE LA INFLAMACION
Las manifestaciones sistémicas se conocen de forma colectiva como respuesta de la fase aguda
(acute phase response). Al llegar un agente que produzca una lesión hay un ajuste rápido en la
composición de las proteínas plasmáticas y la concentración de algunas aumenta, mientras que la
de otras disminuye. Una de las que aumenta es la proteina C reactiva, que funciona como
opsonina de bacterias, la a-2-macroglobulina y otras antiproteinasas, el fibrinógeno del sistema de
la coagulación y el amiloide sérico A, cuya función se desconoce. La albúmina y la transferrina
disminuyen. La mayoría de estos cambios se producen por alteraciones en la síntesis de estas
proteínas por los hepatocitos.
La inflamación produce fiebre a través de pirógenos externos (endotoxina generalmente) que
estimulan la producción de pirógenos endógenos como la IL1 o el TNF. Estas citocinas actúan
sobre el hipotálamo anterior, donde se encuentra el termostato central del organismo e inducen la
producción de PGE2 que hace aumentar la temperatura corporal. Además, en la sangre periférica
se puede observar una leucocitosis, es decir, un aumento del número de leucocitos (dos o tres
veces). Este aumento se debe sobre todo a los neutrófilos, entre los que aparecen algunas formas
inmaduras (cayados).
REPARACION DE LA INFLAMACION
En la inflamación se produce una destrucción de las células del parénquima y de las del estroma.
El tejido lesionado se repara mediante tejido conectivo que va a producir la fibrosis y la
escarificación. En este proceso intervienen los componentes siguientes:
1. Formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis)
2. Migración y proliferación de fibroblastos
3. Depósito de matriz extracelular
4. Maduración y organización del tejido fibroso (remodelación).
El proceso de reparación empieza a las 24 horas tras la lesión. Los fibroblastos y las células del
endotelio vascular comienzan a proliferar formando el tejido de granulación en el cual se forman
nuevos vasos (angiogénesis).
BIBLIOGRAFÍA
1. Muller, W.A. Leukocyte-endothelial cell interactions in the inflammatory
response.Lab. Invest. 2002. 82: 521-533.
2. Underhill, D.M. y A. Ozinsky. Phagocytosis of microbes: complexity in action.Annu.
Rev.. Immunol.2002. 20: 825-852.
3. Coleman, J.W. Nitric oxide in immunity and inflammation. Int.
Immunopharmacol.2001. 1: 1397-1406.
4. Hawiger, J. Innate immunity and inflammation: a transcriptional
paradigm. Immunol.2001 Res. 23: 99-109.
5. Licastro F, Candore G, Lio D, Porcellini E, Colonna-Romano G, Franceschi
C, Caruso C. Innate immunity and inflammation in ageing: a key for
understanding age-related diseases. Immun Ageing. 2005, 2: 8.
5. 6. Ziegler HK. The role of gamma/delta T cells in immunity to infection and
regulation of inflammation. Immunol Res. 2004, 29: 293-302.
7. Aderem A, Smith KD. A systems approach to dissecting immunity and
inflammation. Semin Immunol. 2004, 16: 55-67.
8. McGeer PL, McGeer EG. Innate immunity, local inflammation, and
degenerative disease. Sci Aging Knowledge Environ. 2002.
25 Inflamación
(Ver capitulo actualizado en www.inmunologiaenlinea.es)
A. Celada
6. Tipos IMecanismos Celulares Moleculares Manifestaciones Reparación
INTRODUCCIÓN
Cuando se produce una rotura de la piel o de las mucosas, los microorganismos pueden pasar del
medio externo al interno. Como reacción y en un intento de localizar al agente invasor, se produce
una reacción en el tejido conectivo vascularizado que se denomina inflamación. Este complejo
proceso produce el acúmulo de fluidos y leucocitos en el espacio extravascular. La inflamación
puede ser originada por factores endógenos (necrosis tisular o rotura ósea) o factores exógenos
como lesiones por agentes mecánicos (corte, etc), físicos (quemaduras), químicos (corrosivos),
biológicos (microorganismos) e inmunológicos (reacciones de hipersensibilidad). Aunque en
algunos casos, como la hipersensibilidad, la inflamación puede tener consecuencias nocivas, por
lo general es una respuesta protectora que trata de restaurar los tejidos lesionados. Tras un
proceso inflamatorio puede ocurrir lo siguiente:
1. Resolución con retorno a una estructura y función normales
2. Supuración con formación de abceso
3. Hinchazón con regeneración de tejido especializado o fibroso formando
una cicatriz y
4. Persistencia del agente causante, haciéndose el proceso
crónico (Figura25.1).
La respuesta inflamatoria está formada por plasma, células circulantes, vasos sanguíneos y
constituyentes celulares y extracelulares del tejido conectivo. Entre las células circulantes se
incluyen los neutrófilos, monocitos, eosinófilos, linfocitos, basófilos y plaquetas. Las células del
tejido conectivo son los mastocitos, que rodean los vasos sanguíneos y los fibroblastos. La matriz
extracelular consiste en proteínas fibrosas estructurales (colágeno, elastina), glicoproteínas
adherentes (fibronectina, laminina, entactina, tenascina y otras) y proteoglicanos. La membrana
basal es un componente especializado de la matriz extracelular que consiste en glicoproteínas
adhesivas y proteoglicanos.
Los cuatro signos cardinales de la inflamación fueron descritos por Paracelso (30 AC al 38 DC) y
son:
1. rubor (coloración roja)
2. tumor (hinchazón)
3. calor
4. dolor.
Posteriormente, Galeno (130-200) añadió un quinto signo: pérdida de función. La coloración y el
calor se deben a un aumento del flujo sanguíneo en el área traumática y a la constricción de las
vénulas. Los cambios de la microcirculación son inducidos por mediadores químicos. Estos
mediadores, además, aumentan la permeabilidad capilar con lo que los líquidos y las células
sanguíneas pasan al espacio extravascular provocando la hinchazón y un aumento de la presión
local que es el que origina el dolor.
TIPOS DE INFLAMACION
La inflamación según su duración se divide en aguda y crónica. La aguda es de duración
relativamente corta (minutos, horas o unos pocos días), se inicia muy rápidamente y se caracteriza
por el exudado de fluidos plasmáticos y la migración de leucocitos predominantemente neutrófilos.
La inflamación crónica dura semanas, meses o incluso años y se caracteriza histológicamente por
el infiltrado de linfocitos y macrófagos con la proliferación de vasos sanguíneos y tejido conectivo
7. Inflamación aguda
Los cambios que se producen tras la lesión tisular se deben a tres procesos:
1. Cambios en el flujo y calibre vascular, que hacen que aumente el flujo
sanguíneo
2. Cambios estructurales en los vasos sanguíneos que aumentan la
permeabilidad vascular e inducen la formación de exudado inflamatorio
3. Paso de los leucocitos del espacio vascular al extravascular alcanzando
así el foco de las lesiones.
El resultado de todo ello es el acúmulo de un fluido rico en proteínas, fibrina y leucocitos.
En los primeros 10-15 minutos se produce una hiperhemia por dilatación de arteriolas y vénulas y
apertura de los vasos de pequeño calibre. Tras esta fase aumenta la viscosidad de la sangre, lo
que reduce la velocidad del flujo sanguíneo. Al disminuir la presión hidrostática en los capilares, la
presión osmótica del plasma aumenta, y en consecuencia un líquido rico en proteínas sale de los
vasos sanguíneos originando el exudado inflamatorio.
Inflamación crónica
Si la inflamación dura semanas o meses se considera crónica, y tiene dos características
importantes:
1. El infiltrado celular está compuesto sobre todo por macrófagos, linfocitos
y células plasmáticas
2. La reacción inflamatoria es más productiva que exudativa, es decir, que
la formación de tejido fibroso prevalece sobre el exudado de líquidos.
La inflamación crónica puede producirse por diversas causas: a) progresión de una inflamación
aguda; b) episodios recurrentes de inflamación aguda y c) inflamación crónica desde el comienzo
asociada frecuentemente a infecciones intracelulares (tuberculosis, lepra, etc).
Microscópicamente la inflamación crónica se caracteriza por la presencia de macrófagos y sus
derivados (células epitelioides y gigantes), linfocitos, células plasmáticas, neutrófilos, eosinófilos y
fibroblastos.
Inflamación crónica granulomatosa
Algunas formas de inflamación crónica tienen una histología peculiar que consiste en el acúmulo
de macrófagos modificados llamados epitelioides formando unos agregados nodulares llamados
granulomas. Las células epitelioides reciben ese nombre porque se asemejan a células epiteliales.
Tienen un núcleo vesicular y abundante citoplasma eosinófilo y segregan el enzima convertidor de
angiotensina (Kininasa II), la fosfatasa ácida y mucopolisacáridos. Además, los macrófagos
pueden fusionarse por efecto del IFN-g y formar células gigantes que contienen hasta 100
núcleos.
MECANISMOS QUE INTERVIENEN EN LA INFLAMACION
Migración leucocitaria
Inicialmente, en la inflamación aguda se acumulan predominantemente los leucocitos neutrófilos
polimorfonucleares y en las fases tardías, los monocitos y macrófagos. Hay tres fases para el
reclutamiento de las células en la región dañada, es decir, la extravasación o salida de las células
desde la luz del vaso al espacio intersticial. En el capítulo dedicado al estudio de las moléculas
adhesión se analiza la función de las mismas en los procesos de migración leucocitaria.
8. Normalmente las células ocupan la parte central del torrente sanguíneo teniendo muy poco
contacto con el endotelio. Al aumentar la permeabilidad vascular, el flujo sanguíneo se enlentece,
lo que permite a los leucocitos acercarse al endotelio vascular. Este proceso se denomina
marginación y se debe a los cambios hemodinámicos producidos en la inflamación (Figura 25.2).
Los leucocitos escapan del torrente circulatorio mediante un movimiento ameboide activo. Cuando
los leucocitos entran en contacto con la célula endotelial, proyectan pseudópodos y migran por la
superficie hasta que detectan una unión celular inter-endotelial. Durante su paso desde la luz
vascular al tejido extravascular, el leucocito rompe las uniones inter-endoteliales y la membrana
basal probablemente a través de la secreción de colagenasa.
El tipo de leucocito que migra depende mucho del tiempo que dura la inflamación y del tipo de
estimulo. En la mayoría de los casos, en la inflamación aguda los neutrófilos son las células
predominantes durante las primeras 24 horas. Estas células empiezan a acumularse en los
primeros minutos tras la lesión, mientras que los monocitos y macrófagos se acumulan más
tarde, tras 24 horas. Después de la extravasación, los leucocitos migran en los tejidos a los
lugares donde se ha producido la lesión mediante el proceso de quimiotaxis.
Células que intervienen en la inflamación
En la inflamación intervienen multitud de células pero entre ellas destacan los granulocitos
neutrófilos y los fagocitos mononucleares. La vida de los neutrófilos es muy corta, sólo de 3 a 4 días.
Algunos de los productos de los gránulos son bactericidas, mientras que otros son capaces de
degradar la matriz proteica extracelular (Tabla 25.1). Muchos de los neutrófilos mueren en los
lugares de inflamación liberando los enzimas que pueden dañar las células o las proteínas de la
matriz extracelular.
Los fagocitos mononucleares se diferencian en prácticamente todos los tejidos del organismo de
distinta manera según el tejido que ocupan, dando lugar a macrófagos. Los macrófagos tienen una
producción autocrina de factores de crecimiento tales como el GM-CSF o el M-CSF que hacen que
proliferen localmente en los tejidos. Para llevar a cabo sus funciones, los macrófagos necesitan ser
activados por el IFN-g.
Moléculas que intervienen en la inflamación
Además de las células directamente implicadas en la inflamación, como son los neutrófilos,
macrófagos y linfocitos, los basófilos, mastocitos, plaquetas y células endoteliales también producen
mediadores químicos (Tabla 25.2). Hay dos tipos, los mediadores tisulares y los mediadores
plasmáticos de la inflamación.
Mediadores tisulares de la inflamación
La activación de los mastocitos, basófilos y plaquetas estimula el metabolismo del acido
araquidónico con la consiguiente síntesis de prostaglandinas, leucotrienos y
tromboxanos (Figura 25.3).
La histamina y la serotonina, segregadas por mastocitos, basófilos y plaquetas, producen
vasodilatación y aumentan la permeabilidad vascular. El PAF es un complejo lisofosfolípido-
acetilado que induce la agregación plaquetaria y la degranulación. Además, aumenta la
permeabilidad vascular, induce la adhesión leucocitaria y estimula la síntesis de derivados del
ácido araquidónico. Estos derivados incluyen las prostaglandinas y los leucotrienos.
El ácido araquidónico es un ácido graso derivado del ácido linoleico que se encuentra en la
membrana celular y bajo estimulación puede ser liberado al exterior de la célula por una
fosfolipasa (Figura 25.4). El óxido nítrico se produce por las células endoteliales, macrófagos y
neuronas del cerebro.
Mediadores plasmáticos de la inflamación
El factor XII de la coagulacion (Factor Hageman) se activa por superficies extrañas cargadas
negativamente, tales como la membrana basal, enzimas proteolíticos o lipopolisacáridos. Una vez
activado, el factor XII puede activar el sistema de la coagulación, el de la fibrinolisis y el de las
kininas-kalicreína.
9. MANIFESTACIONES SISTEMICAS DE LA INFLAMACION
Las manifestaciones sistémicas se conocen de forma colectiva como respuesta de la fase aguda
(acute phase response). Al llegar un agente que produzca una lesión hay un ajuste rápido en la
composición de las proteínas plasmáticas y la concentración de algunas aumenta, mientras que la
de otras disminuye. Una de las que aumenta es la proteina C reactiva, que funciona como
opsonina de bacterias, la a-2-macroglobulina y otras antiproteinasas, el fibrinógeno del sistema de
la coagulación y el amiloide sérico A, cuya función se desconoce. La albúmina y la transferrina
disminuyen. La mayoría de estos cambios se producen por alteraciones en la síntesis de estas
proteínas por los hepatocitos.
La inflamación produce fiebre a través de pirógenos externos (endotoxina generalmente) que
estimulan la producción de pirógenos endógenos como la IL1 o el TNF. Estas citocinas actúan
sobre el hipotálamo anterior, donde se encuentra el termostato central del organismo e inducen la
producción de PGE2 que hace aumentar la temperatura corporal. Además, en la sangre periférica
se puede observar una leucocitosis, es decir, un aumento del número de leucocitos (dos o tres
veces). Este aumento se debe sobre todo a los neutrófilos, entre los que aparecen algunas formas
inmaduras (cayados).
REPARACION DE LA INFLAMACION
En la inflamación se produce una destrucción de las células del parénquima y de las del estroma.
El tejido lesionado se repara mediante tejido conectivo que va a producir la fibrosis y la
escarificación. En este proceso intervienen los componentes siguientes:
1. Formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis)
2. Migración y proliferación de fibroblastos
3. Depósito de matriz extracelular
4. Maduración y organización del tejido fibroso (remodelación).
El proceso de reparación empieza a las 24 horas tras la lesión. Los fibroblastos y las células del
endotelio vascular comienzan a proliferar formando el tejido de granulación en el cual se forman
nuevos vasos (angiogénesis).
BIBLIOGRAFÍA
1. Muller, W.A. Leukocyte-endothelial cell interactions in the inflammatory
response.Lab. Invest. 2002. 82: 521-533.
2. Underhill, D.M. y A. Ozinsky. Phagocytosis of microbes: complexity in action.Annu.
Rev.. Immunol.2002. 20: 825-852.
3. Coleman, J.W. Nitric oxide in immunity and inflammation. Int.
Immunopharmacol.2001. 1: 1397-1406.
4. Hawiger, J. Innate immunity and inflammation: a transcriptional
paradigm. Immunol.2001 Res. 23: 99-109.
5. Licastro F, Candore G, Lio D, Porcellini E, Colonna-Romano G, Franceschi
C, Caruso C. Innate immunity and inflammation in ageing: a key for
understanding age-related diseases. Immun Ageing. 2005, 2: 8.
6. Ziegler HK. The role of gamma/delta T cells in immunity to infection and
regulation of inflammation. Immunol Res. 2004, 29: 293-302.
7. Aderem A, Smith KD. A systems approach to dissecting immunity and
inflammation. Semin Immunol. 2004, 16: 55-67.
10. 8. McGeer PL, McGeer EG. Innate immunity, local inflammation, and
degenerative disease. Sci Aging Knowledge Environ. 2002.
INTRODUCCIÓN
La inflamación es un proceso tisular constituido por una serie de fenómenos moleculares,
celulares y vasculares de finalidad defensiva frente a agresiones físicas, químicas o biológicas.
Los aspectos básicos que se destacan en el proceso inflamatorio son en primer lugar, la
focalización de la respuesta, que tiende a circunscribir la zona de lucha contra el agente agresor.
En segundo lugar, la respuesta inflamatoria es inmediata, de urgencia y por tanto,
preponderantemente inespecífica, aunque puede favorecer el desarrollo posterior de una
respuesta específica. En tercer lugar, el foco inflamatorio atrae a las células inmunes de los tejidos
cercanos. Las alteraciones vasculares van a permitir, además, la llegada desde la sangre de
moléculas inmunes (2, 7, 9).
Clásicamente la inflamación se ha considerado integrada por los cuatros signos de Celso:
Calor, Rubor, Tumor y Dolor. Como veremos posteriormente, el calor y rubor se deben a las
alteraciones vasculares que determinan una acumulación sanguínea en el foco. El tumor se
produce por el edema y acúmulo de células inmunes, mientras que el dolor es producido por la
actuación de determinados mediadores sobre las terminaciones nerviosas del dolor.
FASES DE LA INFLAMACIÓN
De forma esquemática podemos dividir la inflamación en cinco etapas:
1- Liberación de mediadores. Son moléculas, la mayor parte de ellas, de estructura
elemental que son liberadas o sintetizadas por el mastocito bajo la actuación de
determinados estímulos.
2- Efecto de los mediadores. Una vez liberadas, estas moléculas producen alteraciones
vasculares y efectos quimiotácticos que favorecen la llegada de moléculas y células
inmunes al foco inflamatorio.
3- Llegada de moléculas y células inmunes al foco inflamatorio. Proceden en su mayor
parte de la sangre, pero también de las zonas circundantes al foco.
11. 4- Regulación del proceso inflamatorio. Como la mayor parte de las respuestas
inmunes, el fenómeno inflamatorio también integra una serie de mecanismos
inhibidores tendentes a finalizar o equilibrar el proceso.
5- Reparación. Fase constituida por fenómenos que van a determinar la reparación total
o parcial de los tejidos dañados por el agente agresor o por la propia respuesta
inflamatoria.
LIBERACIÓN DE MEDIADORES. EL MASTOCITO
Aunque todos los tejidos al lesionarse van a liberar mediadores de la inflamación, la fuente
principal de los mismos es el mastocito. Esta es una célula inmune inespecífica que también
procede de la médula ósea, aunque los mecanismos de su diferenciación no son bien conocidos.
El mastocito contiene en el citoplasma gránulos con mediadores de la inflamación preformados.
Cuando se activa, libera estos factores, junto con otros de carácter lipídico que son sintetizados de
novo. El mastocito se detecta en casi todos los tejidos, siendo localizado principalmente alrededor
de los pequeños vasos, sobre los que actuarán los mediadores una vez liberados (2, 4, 9).
La liberación de mediadores ocurre por distintas causas, pero quizás la más frecuente sea
la lesión directa de la célula por le agente agresivo. Cuando la inflamación progresa y se
acumulan en el foco suficientes factores activados del complemento, el C3a y el C5a, actuando
sobre receptores de membrana, inducen la activación del mastocito y la consiguiente liberación de
mediadores. Otro mecanismo de activación se desarrolla mediante la IgE que es captada en la
membrana del mastocito, ya que éste presenta receptores para la porción Fc de esta
inmunoglobulina (FceR). El antígeno activa al mastocito cuando conecta específicamente con dos
IgE contiguas sobre la membrana (4, 5)
Los mecanismos bioquímicos que subyacen a este proceso no son aún bien conocidos.
Parece que el proceso se inicia en la membrana con activación de adenilato-ciclasa y de
fosfolipasa A2. La adenilato-ciclasa determina un incremento inicial de la concentración
intracitoplasmática de cAMP, mientras que la fosfolipasa ataca a los lípidos de membrana
produciendo ácido araquidónico (8, 1). También aumenta la permeabilidad de membrana al Ca++,
con lo que se incrementa la concentración de este ión en el citoplasma (8). El aumento de la
concentración de Ca++ y el del cAMP determinan la formación de microtúbulos en el mastocito,
así como el movimiento de gránulos citoplasmáticos hacia la membrana celular, produciéndose
posteriormente la fusión de los gránulos con ésta y la liberación de mediadores al espacio
extracelular. Estos mediadores, que se encontraban preformados en los gránulos, son
principalmente histamina, enzimas proteolíticas, el factor quimiotáctico del eosinófilo (ECF-A,
eosinophil chemotactic factor), factor quimiotáctico del neutrófilo (NCF, neutrophil chemotactic
factor) y heparina (4).
El ácido araquidónico formado puede seguir dos vías metabólicas, la de la enzima ciclo-
oxigenasa que determina la producción de prostaglandinas (PG) y tromboxanos y la de la
lipooxigenasa que conduce a la formación de leucotrienos (LT) (8). Todas estas sustancias de
carácter lipídico, sintetizadas de novo por el mastocito, son un segundo grupo importante de
mediadores de la inflamación.
12. El basófilo es una célula preponderantemente sanguínea, acude a los tejidos durante el
proceso inflamatorio y supone un refuerzo en la liberación de mediadores ya que se activa por los
mismos mecanismos que el mastocito y libera mediadores equivalentes a los de esta célula (9).
EFECTOS DE LOS MEDIADORES
Mediadores preformados
1. Histamina. Es un mediador ampliamente distribuido por el organismo aunque se
detecta principalmente en el mastocito y basófilo. Deriva, por descarboxilación, del
aminoácido histidina. Actuando sobre los receptores H1 (histamina 1) de los vasos
produce vasodilatación e incremento de la permeabilidad. Como veremos
posteriormente, cuando la histamina actúa sobre receptores H2 (histamina 2) produce
efectos inhibidores o reguladores de la inflamación (2, 3).
2. Enzimas proteolíticas. De las distintas enzimas proteolíticas liberadas por el
mastocito, quizás la más interesante sea la kininogenasa que actúa sobre las
proteínas procedentes de la sangre y denominadas kininógenos, produciendo su
ruptura en péptidos más pequeños denominados kininas. Las kininas inducen
vasodilatación, aumento de la permeabilidad vascular y estimulan las terminaciones
nerviosas del dolor (3).
3. Factores quimiotácticos. El ECF-A incluye dos tetrapéptidos de alrededor 500 d. de
peso molecular que atraen eosinófilos al foco inflamatorio, induciendo
simultáneamente la activación de estas células. El NCF es una proteína de un peso
molecular superior a 750.000 d. con capacidad de atraer y activar al neutrófilo (10).
4. Heparina. Al inhibir la coagulación, favorece la llegada al foco inflamatorio desde la
sangre de moléculas y células. Es, además, un factor regulador, por lo que será
estudiado en el apartado correspondiente.
Mediadores sintetizados de novo
1. PGE2. Es la prostaglandina más importante en el proceso inflamatorio. Produce
vasodilatación y dolor. En coordinación con el factor C5a y LTB4 aumenta la
permeabilidad vascular. El efecto antiinflamatorio de la aspirina se debe a que al
bloquear la vía de la ciclo-oxigenasa impide la formación de esta prostaglandina (1,
6).
2. LTB4. Es un factor quimiotáctico para eosinófilos, neutrófilos, mastocitos y
macrófagos.
3. Factor activador de plaquetas (PAF: Platelets Activating Factor). Este factor tiene
varias propiedades. Activa las plaquetas determinando su agregación, con la
13. liberación de mediadores por parte de estos cuerpos e inicio de los procesos de
coagulación. Produce además, vasodilatación y aumento de la permeabilidad
vascular. Es, por otra parte, un potente factor quimiotáctico y activador de neutrófilos
(4, 6).
LLEGADA DE MOLÉCULAS Y CÉLULAS INMUNES AL FOCO INFLAMATORIO
Desde el punto de vista cronológico, los mediadores de la inflamación van a producir
básicamente dos efectos. En una primera fase inicial, alteraciones vasculares que facilitan el
trasvase de moléculas desde la sangre al foco inflamatorio, así como la producción de edema. En
una segunda fase, más tardía, las propias alteraciones vasculares, así como la liberación en el
foco de factores quimiotácticos, determinan la llegada de células inmunes procedentes de la
sangre y de los tejidos circundantes (3, 7, 9)
Fase inicial. Llegada de moléculas
1. Inmunoglobulinas. Los anticuerpos se unen y bloquean el germen y sus toxinas. La
IgM e IgG activan el complemento por la vía clásica. La IgG, a su vez, se une a los
receptores por la porción Fc (FcR) que presentan los fagocitos en su membrana,
potenciando la fagocitosis (7).
2. Factores del complemento. Además de la activación de la vía clásica indicada
anteriormente, el complemento se puede activar por la vía alternativa, por productos
liberados directamente por el germen. Cuando el complemento, siguiendo una u otra
vía, alcanza la vía común produce la lisis del germen o la célula extraña inductora de
la inflamación. Los factores C3a y C5a, actuando sobre receptores de membrana,
activan al mastocito y basófilo induciendo la liberación de mediadores y amplificando,
de esta forma, el fenómeno inflamatorio. El C5a es un potente factor quimiotáctico,
mientras que el C3b, uniéndose a receptores de membrana de los fagocitos, potencia
la fagocitosis (2, 3).
3. Kininógenos. Sobre estas moléculas actúan las kininogenasas liberadas por el
mastocito y basófilo dando lugar a las kininas (4).
4. Proteínas de la fase aguda. Destacaremos entre ellas a la proteína C Reactiva (PCR)
que tiene la capacidad de fijar determinados gérmenes como el neumococo y de
activar el complemento por la vía clásica (9).
5. Factores de la coagulación.
14. Fase tardía. Llegada de células
1. Basófilo. Contribuye, junto con el mastocito, a la liberación de mediadores.
2. Neutrófilo. Es de las primeras células en llegar al foco inflamatorio. Elimina al germen
mediante fagocitosis o liberando factores tóxicos que contiene en sus gránulos
citoplasmáticos y produciéndole, así, una muerte extracelular (7)
3. Monocito/Macrófago. Procedente de la sangre el monocito, y de los tejidos cercanos
el macrófago, llegan al foco más tardíamente. El monocito, en los tejidos, se diferencia
en macrófago. Esta célula presenta idénticas funciones a las señaladas para el
neutrófilo. Actúa además, como célula presentadora del antígeno a las células
específicas T y B, iniciando, de esta forma, la respuesta específica (5, 10).
El macrófago sintetiza un péptido inespecífico, la interleucina 1 (IL-1), que es una
auténtica hormona del Sistema Inmune, ya que pasando a la sangre produce efectos
sobre distintas partes del organismo. Determina la aparición de fiebre, probablemente
induciendo la síntesis de PGE en las células endoteliales que revisten los vasos
sanguíneos del hipotálamo; a su vez la PGE actúa sobre el centro termorregulador.
Sobre la médula ósea favorece la producción y liberación de neutrófilos, con la
consiguiente neutrofilia. En el hígado incrementa la síntesis de proteínas de la fase
aguda (2, 7).
A nivel local, la IL-1 activa la proliferación y diferenciación de las células T y B
contribuyendo, así a la respuesta específica. También activa la proliferación de
fibroblastos y producción de colágeno, fenómenos incluidos en la fase de reparación
de la inflamación
4. Linfocitos T y B. Potenciados por el macrófago inician la respuesta específica. Las
células B procedentes de los tejidos linfoides asociados a tejidos o mucosas sintetizan
IgE, que unidas al mastocito o basófilo pueden potenciar la inflamación. Por otra parte,
las células T comienzan a producir linfoquinas que prolongan la inflamación en una
respuesta inmune más elaborada (9).
5. Eosinófilo. Aunque es una célula citotóxica en las infecciones parasitarias, parece
además tener en la inflamación una función reguladora, por lo que será estudiada en
el siguiente apartado.
REGULACIÓN DE LA RESPUESTA INFLAMATORIA
Como la mayor parte de las respuestas inmunes, el fenómeno inflamatorio se encuentra
estrechamente regulado, evitando, así una respuesta exagerada o perjudicial. Algunos de los
mediadores que producen activación, al variar su concentración o actuar sobre distintos
receptores, van a producir inhibición, consiguiendo, de esta forma, un equilibrio o modulación de la
15. respuesta inflamatoria. Los siguientes factores intervienen en esta regulación (2, 7, 9):
1. Histamina. Actuando sobre receptores H2, induce en el mastocito y basófilo una
inhibición de la liberación de mediadores, inhibe la actividad del neutrófilo, inhibe la
quimiotaxis y activa las células T supresoras.
2. PGE. Produce en el mastocito y basófilo una inhibición de la liberación de mediadores
y sobre los linfocitos una inhibición de la proliferación y diferenciación.
3. Agonistas autonómicos. El mastocito y basófilo parecen presentar receptores α y β-
adrenérgicos y ζ-colinérgicos que sugieren que la liberación de mediadores podría
estar sometida a una regulación autonómica. La activación del receptor β-adrenérgico
produce una inhibición, mientras que la activación del α-adrenérgico y ζ-colinérgico
inducen la estimulación
4. Heparina. Inhibe la coagulación y la activación de los factores del complemento.
5. Eosinófilo. Esta célula, atraída por el ECF-A, acude al foco inflamatorio donde libera
una serie de enzimas que degradan determinados mediadores potenciadores de la
inflamación. La histaminasa actúa sobre la histamina, la arilsulfatasa sobre los
leucotrienos y la fosfolipasa sobre el PAF (6, 7).
REPARACIÓN
Cuando las causas de la agresión han desaparecido o han sido eliminadas por la propia
respuesta inflamatoria, se inician los procesos de reparación. Estos procesos integran la llegada a
la zona de fibroblastos que van a proliferar y sintetizar colágeno, proliferación de células epiteliales
y proliferación de vasos dentro de la herida (2, 3).
No se conocen bien los mediadores responsables de estos fenómenos, parece ser que la
IL-1 es la responsable de la activación de los fibroblastos.
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