3. Ambato brinda una gran variedad gastronómica, su plato más
característico son las tortillas con chorizo (llapingachos), que
consta de tortillas de papa, chorizo, huevos fritos y aguacate,
destacan también, el caucara, la fritada, guaguamama,
chinchulines, el yaguarlocro, el seco de gallina, las afamadas
gallinas asadas y el pan de Pinllo, el pan ambateño es muy
conocido en el país desde la época de la colonia por su
inigualable sabor muy apreciado en las familias de Quito y
Guayaquil, están también las empanadas de viento, y bebidas
como la colada morada y el chocolate, en fin, una variedad muy
extensa de platos que se pueden degustar en los remodelados
mercados y plazas y en otros lugares estratégicamente ubicados
en toda la urbe. Los ambateños gustan de comer y de la
variedad, por ello existen también lugares de gran aceptación de
comida internacional como la china, italiana, mexicana, o
argentina.
4. Entre los principales museos podemos citar, el del Colegio Bolívar,
Museo del Portal, Casa museo y mausoleo de Juan Montalvo, Jardín
Botánico Atocha-La Liria, Quinta de Juan León Mera y Quinta La
Liria, Quinta de Juan Montalvo, Museo Pictórico Edmundo Martínez
Mera, Centro Cultural Pachano-Lalama, entre otros.
Ambato también tiene una gran variedad de flora que se exibe en
el jardín botánico de la ciudad, también se puede admirar la flora
ambateña en el Parque Provincial de la Familia, el más grande
centro de recreación en el país y uno de los principales, que
además cuenta casi en totalidad con una maravillosa vista del valle
de Ambato
5. La Fiesta de la Fruta y de las Flores
La Fiesta de la Fruta y de las Flores es denominada como
una de las más hermosas celebraciones alrededor del
país. Esta gran celebración nace como respuesta a la
situación en la que quedaron la ciudad y sus habitantes
luego del terremoto del 5 de agosto de 1949.
La Fiesta fue entonces una manifestación de la voluntad
de los ambateños, que aceptando el precio propuesto
por la naturaleza a la belleza y fecundidad concedida a
estas tierras, se levantaron con fervor y entusiasmo en
búsqueda de respuestas tangibles al daño sufrido. Los
socios del Centro Agrícola Cantonal fueron el eje
principal de la organización de la primera fiesta que se
llevó a cabo el 17 de febrero de 1951.