Los ciclones tropicales son sistemas de tormentas caracterizados por fuertes vientos y lluvias alrededor de un centro de baja presión. Se forman sobre aguas cálidas y obtienen su energía de la condensación del vapor de agua en la atmósfera, lo que causa un bucle de retroalimentación que mantiene los vientos y la presión baja. Dependiendo de su fuerza, los ciclones tropicales pueden ser llamados tormentas tropicales, huracanes o tifones.
1. Ciclón tropical 1
Ciclón tropical
Ciclón tropical es un término
meteorológico usado para referirse a
un sistema de tormentas caracterizado
por una circulación cerrada alrededor
de un centro de baja presión y que
produce fuertes vientos y abundante
lluvia. Los ciclones tropicales extraen
su energía de la condensación de aire
húmedo, produciendo fuertes vientos.
Se distinguen de otras tormentas
ciclónicas, como las bajas polares, por
el mecanismo de calor que las
alimenta, que las convierte en sistemas
tormentosos de "núcleo cálido".
Ciclón Catarina, un infrecuente ciclón tropical del Atlántico Sur visto desde la Estación
Dependiendo de su fuerza y Espacial Internacional el 26 de marzo de 2004, que llegó a tener viento de hasta 240
localización, un ciclón tropical puede km/h.
llamarse depresión tropical,
tormenta tropical, huracán, tifón o simplemente ciclón.
Su nombre se deriva de los trópicos y su naturaleza ciclónica. El término "tropical" se refiere tanto al origen
geográfico de estos sistemas, que se forman casi exclusivamente en las regiones tropicales del planeta, como a su
formación en masas de aire tropical de origen marino. El término "ciclón" se refiere a la naturaleza ciclónica de las
tormentas, con una rotación en el sentido contrario al de las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de
las agujas del reloj en el hemisferio sur.
Los ciclones tropicales pueden producir vientos, olas extremadamente grandes y extremadamente fuertes, tornados,
lluvias torrenciales (que pueden producir inundaciones y corrimientos de tierra) y también pueden provocar
marejadas ciclónicas en áreas costeras. Se desarrollan sobre extensas superficies de agua cálida y pierden su fuerza
cuando penetran en tierra. Esa es una de las razones por la que las zonas costeras son dañadas de forma significativa
por los ciclones tropicales, mientras que las regiones interiores están relativamente a salvo de recibir fuertes vientos.
Sin embargo, las fuertes lluvias pueden producir inundaciones tierra adentro y las marejadas ciclónicas pueden
producir inundaciones extensas a más de 40 km hacia el interior.[1]
Aunque sus efectos en las poblaciones y barcos pueden ser catastróficos, los ciclones tropicales pueden reducir los
efectos de una sequía. Además, transportan el calor de los trópicos a latitudes más templadas, lo que hace que sean
un importante mecanismo de la circulación atmosférica global que mantiene en equilibrio la troposfera y mantiene
relativamente estable y cálida la temperatura terrestre.
Muchos ciclones tropicales se forman cuando las condiciones atmosféricas alrededor de una débil perturbación en la
atmósfera son favorables. A veces se forman cuando otros tipos de ciclones adquieren características tropicales. Los
sistemas tropicales son conducidos por vientos direccionales hacia la troposfera; si las condiciones continúan siendo
favorables, la perturbación tropical se intensifica y puede llegar a desarrollarse un ojo. En el otro extremo del
abanico de posibilidades, si las condiciones alrededor del sistema se deterioran o el ciclón tropical toca tierra, el
sistema se debilita y finalmente se disipa.
2. Ciclón tropical 2
Estructura física
Todos los ciclones tropicales son áreas de
baja presión atmosférica cerca de la
superficie de la Tierra. Las presiones
registradas en el centro de los ciclones
tropicales están entre las más bajas
registradas en la superficie terrestre al nivel
del mar.[2] Los ciclones tropicales se
caracterizan y funcionan por lo que se
conoce como núcleo cálido, que consiste en
la expulsión de grandes cantidades de calor
latente de vaporización que se eleva, lo que Estructura de un ciclón tropical.
provoca la condensación del vapor de agua.
Este calor se distribuye verticalmente alrededor del centro de la tormenta. Por ello, a cualquier altitud (excepto cerca
de la superficie, donde la temperatura del agua dictamina la temperatura del aire) el centro del ciclón siempre es más
cálido que su alrededor.[3] Las principales partes de un ciclón son el ojo, la pared del ojo y las bandas lluviosas.
Bandas lluviosas
Las bandas lluviosas son bandas de precipitación y tormentas que giran ciclónicamente hacia el centro de la
tormenta. Las rachas de viento más fuerte y las mayores precipitaciones suelen producirse en bandas de lluvias
individuales, con otras bandas de tiempo relativamente calmado entre ellas. Normalmente, en las bandas de lluvia se
forman tornados al entrar en tierra.[4] Los huracanes anulares son distintivos por la ausencia de bandas de lluvia; sin
embargo, poseen un área circular alrededor del centro de baja presión en el que hay mal tiempo.[5]
Mientras que todas las áreas de baja presión en superficie requieren una divergencia hacia arriba para continuar
haciéndose más intensas, la divergencia en los ciclones tropicales es desde el centro hacia todas las direcciones. Los
vientos en capas altas de un ciclón tropical se alejan del centro de la tormenta con una rotación anticiclónica debido
al efecto Coriolis. Los vientos en la superficie son fuertemente ciclónicos, se debilitan con la altura y se invierten a sí
mismos. Los ciclones tropicales deben esta característica única a la necesidad de que no exista una cizalladura
vertical para mantener el núcleo cálido del centro de la tormenta.[6] [7]
Ojo y zona interna
Un ciclón tropical presenta un área de aire que circula en sentido descendente en el centro del mismo; si el área es lo
suficientemente fuerte se puede desarrollar lo que se llama "ojo". Normalmente, en el ojo la temperatura es cálida y
éste se encuentra libre de nubes (sin embargo, el mar puede ser extremadamente violento).[4] En el ojo del ciclón se
registran las temperaturas más frías en superficie y las más cálidas en altura. Normalmente el ojo es de forma circular
y puede variar desde los 3 a los 370 kilómetros de diámetro.[8] [9] En ocasiones, los ciclones tropicales maduros e
intensos pueden presentar una curvatura hacia el interior en la parte superior de la pared del ojo, tomando un aspecto
parecido al de un estadio de fútbol, por lo que a veces a este fenómeno se le denomina "efecto estadio".[10]
Hay otros elementos que o bien rodean o bien cubren el ciclón. La nubosidad central densa (Central Dense Overcast,
CDO) es un área de densa actividad tormentosa cerca del centro del ciclón tropical;[11] en ciclones débiles, la
nubosidad central densa cubre el centro de circulación completamente, resultando en un ojo no visible.[12] Contiene
la pared del ojo y el ojo en sí mismo. El huracán clásico contiene una nubosidad central densa simétrica, lo cual
significa que es perfectamente circular y redondo en todos sus lados.
La pared del ojo es una banda alrededor del ojo donde los vientos alcanzan las mayores velocidades, las nubes
alcanzan la mayor altura y la precipitación es más intensa. El daño más grave debido a fuertes vientos ocurre
3. Ciclón tropical 3
mientras la pared del ojo de un huracán pasa sobre tierra.[4] En los ciclones tropicales intensos hay un ciclo de
reemplazo de la pared del ojo. Cuando los ciclones alcanzan un pico de intensidad, normalmente tienen una pared
del ojo y un radio de las ráfagas de viento que contraen a un tamaño muy pequeño, alrededor de 10 o 25 kilómetros.
Las bandas de lluvia externas se pueden organizar en un anillo de tormentas externo que se mueve lentamente hacia
el interior y que roba la pared del ojo para captar su humedad y momento angular. Cuando la pared del ojo interno se
debilita, el ciclón tropical también se debilita, los vientos más fuertes se debilitan y la presión en el centro aumenta.
Al final del ciclo la pared del ojo externo reemplaza al interno completamente. La tormenta puede ser de la misma
intensidad o incluso mayor una vez que el ciclo de reemplazo ha terminado. La tormenta vuelve a extenderse de
nuevo y se forma un nuevo anillo externo para la nueva sustitución de la pared del ojo.[13]
Tamaño
Tamaños de ciclones tropicales
ROCI Tipo
Menos de 2 grados de latitud Muy pequeño/enano
De 2 a 3 grados de latitud Pequeño
De 3 a 6 grados de latitud Mediano/Medio
De 6 a 8 grados de latitud Grande
Más de 8 grados de latitud [14]
Muy grande
Una medida del tamaño de un ciclón tropical se obtiene midiendo la distancia desde su centro de circulación hasta la
última isobara cerrada, también conocida como su ROCI (sigla que corresponde al inglés Radius of Outermost
Closed Isobar). Si el radio es menor que dos grados de latitud o 222 kilómetros, entonces el ciclón se considera
"muy pequeño" o "enano". Radios entre 3 y 6 grados de latitud o entre 333 y 666 kilómetros hacen que el ciclón sea
considerado de "tamaño medio". Los ciclones "muy grandes" tienen radios mayores que 8 grados u 888
kilómetros.[14] El uso de esta medida ha determinado que el tamaño medio de los ciclones tropicales del Noroeste del
Pacífico es el mayor de todos, siendo aproximadamente el doble que el de los que se producen en el Atlántico.[15]
Otros métodos para determinar el tamaño de un ciclón tropical incluye la medida del radio de los vientos del
vendaval y midiendo el radio al que su vorticidad relativa decrece a 1·10-5 s-1 desde su centro.[16] [17]
Mecánica de los ciclones tropicales
Estructuralmente, un ciclón tropical es un gran sistema de
nubes en rotación, viento y tormentas. Su fuente primaria de
energía es la expulsión del calor de condensación del vapor de
agua que se condensa a grandes altitudes, siendo el calor
aportado por el Sol el que inicia el proceso de evaporación.
Además, un ciclón tropical puede ser interpretado como una
gigante máquina térmica vertical, mantenida por la mecánica
y fuerzas físicas como la rotación y la gravedad terrestre.[19] Los huracanes se forman cuando la energía expulsada por la
condensación del vapor de agua presente en el aire cálido en
En otro sentido, los ciclones tropicales pueden ser vistos como elevación causa un bucle de alimentación positiva sobre las
un tipo especial de complejo convectivo de mesoescala, que aguas templadas de los océanos. El aire se calienta,
continúa desarrollándose a partir de una vasta fuente de elevándose aún más, lo que conduce a más condensación. El
aire que fluye hacia el exterior de esta "chimenea" vuelve a
humedad y calor. La condensación conduce a unas mayores [18]
la superficie, formando vientos muy fuertes.
4. Ciclón tropical 4
velocidades del viento, ya que una pequeña fracción de la energía liberada se convierte en energía mecánica;[20] los
vientos más rápidos y presiones más bajas asociadas con ellos causan una mayor evaporación en superficie y de este
modo incluso más evaporación. Mucha de la energía expulsada conduce las corrientes de aire, lo que aumenta la
altura de las nubes, acelerando la condensación.[21] Este bucle de retroalimentación positiva continúa mientras las
condiciones sean favorables para el desarrollo del ciclón tropical. Factores como una ausencia continuada de
equilibrio en la masa de distribución de aire también aportarían energía para mantener al ciclón. La rotación de la
Tierra causa que el sistema gire, efecto conocido como el efecto Coriolis,[22] dando una característica ciclónica y
afectando a la trayectoria de la tormenta.[23]
Lo que principalmente distingue a un ciclón tropical de otros fenómenos meteorológicos es la condensación como
fuerza conductora.[24] Dado que la convección es más fuerte en un clima tropical, esto define el dominio inicial del
ciclón. Por contraste, frecuentemente los ciclones de media latitud obtienen su energía de los gradientes horizontales
de temperatura preexistentes en la atmósfera.[24] Para poder seguir alimentando su motor de calor, el ciclón tropical
debe permanecer sobre agua cálida, que provee la humedad atmosférica necesaria. La evaporación se acelera por los
vientos fuertes y se reduce por la presión atmosférica en la tormenta, resultando un bucle de alimentación positiva.
Como consecuencia, cuando un ciclón tropical pasa sobre tierra su fuerza disminuye rápidamente.[25]
Los niveles de ozono dan una pista sobre si una tormenta se
desarrollará. El giro inicial de un ciclón tropical es débil y
muchas veces cubierto por las nubes, y no siempre es fácil de
detectar por los satélites que proveen imágenes de las nubes.
Sin embargo, instrumentos como el Total Ozone Mapping
Spectrometer pueden identificar cantidades de ozono que
están relacionadas íntimamente con la formación,
intensificación y movimiento de un ciclón. Como resultado,
los niveles de ozono pueden ser muy útiles para determinar la
ubicación del ojo. Las concentraciones naturales de ozono son
más elevadas en la estratosfera. El aire más cercano a la
superficie oceánica es menos rico en ozono. Rodeando al ojo,
hay un anillo de potentes tormentas que absorben el aire
húmedo y cálido de la superficie del océano, elevándolo
kilómetros en la atmósfera, a veces hasta alcanzar la capa baja
Mediciones de ozono recogidas sobre el Huracán Erin el 12 de la estratosfera. Este aire pobre en ozono reemplaza al aire
de septiembre de 2001. El ojo de Erin está marcado con un
rico en ozono provocando que las concentraciones en ozono
símbolo rojo de huracán. En el ojo, las concentraciones de
ozono son elevadas (amarillo y verde). El núcleo está
disminuyan. El proceso se invierte a sí mismo en el ojo: el aire
rodeado por un área de concentración mucho menor de en altura se hunde hacia la superficie, infundiendo a la
ozono (púrpura y azul). columna entera con ozono. Los niveles de ozono descendentes
alrededor del ojo pueden ser una importante señal de que la
tormenta se está fortaleciendo.[26]
5. Ciclón tropical 5
El paso de un ciclón tropical sobre el océano puede causar que
las capas superficiales del mismo se enfríen de forma
sustancial, lo que puede influir en el desarrollo del ciclón. Los
ciclones tropicales enfrían el océano al actuar como "motores
de calor" que transfieren el calor de la superficie del océano a
la atmósfera a través de la evaporación. El enfriamiento
también se produce por el ascenso de agua fría debido al
efecto de succión del centro de bajas presiones de la tormenta.
También puede existir un enfriamiento adicional como
producto de las lluvias que pueden producirse en la superficie
oceánica en un momento dado. La cobertura de nubes también
Gráfica que muestra la caída de temperatura en superficie en
puede desempeñar parte de esta función al actuar como
el Golfo de México en los momentos en el que los huracanes
escudo entre el océano y la luz directa del sol antes y algo Katrina y Rita pasaron por el mismo. Estas tormentas
después del paso de la tormenta. Todos estos efectos pueden enfriaron el agua más de 4 °C en los lugares por los que
combinarse para producir un descenso dramático de las discurrieron y enfriaron todo el Golfo en 1 °C.
temperaturas en un área considerable durante algunos días.[27]
Los científicos del National Center for Atmospheric Research, NCAR (EE.UU.) estiman que un huracán expulsa
energía a razón de 50 a 200 trillones de vatios al día,[21] aproximadamente la cantidad de energía liberada por la
explosión de una bomba nuclear de 10 megatones cada 20 minutos,[28] 70 veces la energía consumida por los
humanos en todo el mundo o 200 veces la capacidad de producción de energía eléctrica de todo el mundo.[21]
Mientras que el movimiento más evidente de las nubes es hacia el centro, los ciclones tropicales también desarrollan
un flujo de nubes hacia el exterior a nivel superior (a gran altitud). Esto se origina del aire que ha liberado su
humedad y es expulsado a gran altitud a través de la "chimenea" del motor de la tormenta.[19] Este flujo produce
cirros altos y delgados que giran en espiral lejos del centro. Los cirros pueden ser los primeros signos de que un
huracán que se aproxima.[29]
Regiones principales y centros meteorológicos de alerta asociados
Regiones principales
Hay siete regiones principales de
formación de ciclones tropicales. Son
el Océano Atlántico, las zonas oriental,
sur y occidental del Océano Pacífico,
así como el sudoeste, norte y sureste
del Océano Índico. A nivel mundial,
cada año se forman una media de 80
ciclones tropicales.[30]
Mapa mundial de ciclones tropicales entre los años 1985 y 2005.
6. Ciclón tropical 6
[31]
Zonas y Pronosticadores
Región Centros Meteorológicos Regionales Especializados
Atlántico Norte Centro Nacional de Huracanes (NHC)
Pacífico Centro Nacional de Huracanes y Centro de Huracanes del Pacífico Central
Noreste
Pacífico Agencia Meteorológica de Japón
Nordeste
Índico Norte Departamento Meteorológico Indio
Pacífico Servicio Meteorológico de Fiji, Servicio Meteorológico de Nueva Zelanda, Servicio Nacional del Tiempo de Papua Nueva Guinea
Suroeste y Bureau of Meteorology
Índico Sureste Bureau of Meteorology y Badan Meteorologi dan Geofisika
Índico Suroeste Météo-France
• Océano Atlántico Norte. Se trata de la región más estudiada de todas. Incluye el Océano Atlántico, el Mar
Caribe y el Golfo de México. La formación de ciclones tropicales varía ampliamente de un año a otro, oscilando
entre veinte y una por año, con una media de diez (2005 batió el récord al registrar un total de 28)[30] La costa
atlántica de Estados Unidos, México, América Central, las Islas Caribeñas y Bermudas se ven afectadas
frecuentemente por estos fenómenos. Venezuela, el sureste de Canadá y las islas "Macaronesias" también se ven
afectadas ocasionalmente. La mayoría de las tormentas atlánticas más intensas son Huracanes del tipo Cabo
Verde, que se forman en la costa occidental de África, cerca de las islas de Cabo Verde.
• Océano Pacífico Noreste. Es la segunda región más activa del mundo y la más densa (mayor número de
tormentas en una menor región del océano). Las tormentas que se forman aquí pueden afectar al oeste de México,
Hawái, al norte de América Central y, en ocasiones extremadamente raras, a California.
• Océano Pacífico Noroeste. La actividad tropical en esta región afecta frecuentemente a China, Japón, Filipinas y
Taiwán, pero también a otros países en el sudeste asiático como Vietnam, Corea del Sur e Indonesia, además de
numerosas islas de Oceanía. Es, con diferencia, la región más activa, convirtiéndose en la tercera de todas las de
actividad de ciclones tropicales del mundo. La costa de la República Popular China presencia la mayor cantidad
de entradas en tierra de ciclones en el mundo.[32]
• Océano Índico Norte. Esta región se divide en dos áreas, la Bahía de Bengala y el Mar Arábigo, habiendo en la
primera de ellas de 5 a 6 veces más actividad. La temporada de esta región tiene dos puntos interesantes; uno en
abril y mayo, antes del comienzo del monzón, y otro en octubre y noviembre, justo después. Los huracanes que se
forman en esta región han sido históricamente los que más vidas se han cobrado — el más terrible, el ciclón
Bhola de 1970, acabó con la vida de 200.000 personas. Los países afectados en esta región incluyen a India,
Bangladesh, Sri Lanka, Tailandia, Birmania y Pakistán. En raras ocasiones, un ciclón tropical formado en esta
región puede afectar también a la Península Arábiga.
• Océano Pacífico Suroeste. La actividad tropical en esta región afecta mayoritariamente a Australia y el resto de
Oceanía.
• Océano Índico Sudeste. La actividad tropical en esta región afecta a Australia e Indonesia.
• Océano Índico Suroeste. Esta región es la menos documentada debido a la ausencia de datos históricos. Los
ciclones que se forman aquí afectan a Madagascar, Mozambique, Isla Mauricio y Kenia.
7. Ciclón tropical 7
Áreas de formación atípicas
Las siguientes áreas producen ciclones tropicales
ocasionalmente.
• Océano Atlántico Sur. Una combinación de aguas
más frías y cizalladura vertical hacen muy difícil
para el Atlántico Sur registrar actividad tropical. Sin
embargo, se han observado tres ciclones tropicales
en esta región. Fueron una débil tormenta tropical en
1991 cerca de la costa de África; el Ciclón Catarina
(conocido también como Aldonça), que hizo entrada
en tierra en Brasil 2004, con fuerza de Categoría 1; y
una tormenta más pequeña, en enero de 2004, al este
de Salvador de Bahía, Brasil, que se cree que
alcanzó intensidad de tormenta tropical con base en
los vientos registrados.
• Pacífico Norte Central. La cizalladura en esta área
del Océano Pacífico limita severamente el desarrollo El Huracán Vince el 9 de octubre de 2005 a las 23:00 UTC cerca de
tropical, por lo que no se conocen formaciones de Madeira.
tormentas desde 2002. Sin embargo, esta región es
frecuentada comúnmente por los ciclones tropicales que se forman en el ambiente mucho más favorable de la
región del Pacífico Nordeste.
• Pacífico Sudeste. Las formaciones tropicales en esta región son bastante raras; cuando se forman, frecuentemente
están enlazadas a episodios de El Niño. Muchas de las tormentas que entran en esta región se han formado en el
lejano oeste, en la zona del Pacífico Suroeste. Afectan a las islas de Polinesia en casos excepcionales.
• Mar Mediterráneo. A veces se forman tormentas con estructuras similares a las de los ciclones tropicales.
Algunos ejemplos de estos "ciclones tropicales mediterráneos" se formaron en septiembre de 1947, septiembre de
1969, enero de 1982, septiembre de 1983 y enero de 1995. Sin embargo, hay cierto debate sobre si la naturaleza
de estas tormentas fue realmente tropical.[31]
• Subtrópicos templados. las áreas más allá de los treinta grados del ecuador normalmente no son conductivas
para la formación o fortalecimiento de ciclones tropicales. El factor limitante primario es la temperatura del agua,
aunque una mayor cizalladura vertical también es otro de los factores. Estas zonas en ocasiones son frecuentadas
por ciclones moviéndose desde latitudes tropicales. En raras ocasiones, como 1988[33] y 1975[34] pueden formarse
o fortalecerse en esta región.
• Bajas Latitudes. El área entre los paralelos 10º N y 10º S no experimentan una presencia significativa del efecto
Coriolis, un ingrediente vital para un ciclón tropical. Sin embargo, en diciembre de 2001, el Tifón Vamei se
formó al sudeste del Mar de la China Meridional e hizo entrada en tierra en Malasia. Tuvo origen en una
formación tormentosa en Borneo, que se movió hacia el Mar de la China Meridional.[35]
• Los Grandes Lagos. Un sistema tormentoso que parecía similar a un huracán se formó en 1996, en el lago
Hurón. Formó una estructura con el ojo típico en su centro y pudo haber sido durante un breve espacio de tiempo
un ciclón tropical.[36]
8. Ciclón tropical 8
Formación
La formación de ciclones tropicales es el tema de
muchas investigaciones y todavía no se entiende
perfectamente. Seis factores generales son necesarios
para hacer posible la formación de ciclones tropicales,
aunque ocasionalmente pueden desafiar a estos
requisitos:
1. Temperatura del agua de al menos 26,5 °C[37] hasta
una profundidad de al menos 50 m. Las aguas a esta
temperatura provocan que la atmósfera sea lo
suficientemente inestable como para sostener
Esta imagen TRMM muestra la altura de las columnas de lluvia en el
convección y tormentas eléctricas.[38]
Huracán Irene. Las torres más altas —la mayor alcanza los 17 km—
2. Enfriamiento rápido con la altura. Esto permite la producen las lluvias más intensas, mostradas en rojo. Cuanto más
expulsión de calor latente, que es la fuente de alto sube el vapor de agua antes de enfriarse, más intensa tiende a ser
energía en un ciclón tropical.[37] la tormenta, ya que estas torres son como pistones que convierten la
energía del vapor de agua en un poderoso motor de producción de
3. Alta humedad, especialmente en las alturas baja a lluvia y viento; además, estas torres pueden ser indicativas de un
media de la troposfera. Cuando hay mucha humedad fortalecimiento futuro.
en la atmósfera, las condiciones son más favorables
para que se desarrollen perturbaciones.[37]
4. Baja cizalladura vertical. Cuando la cizalladura
vertical es alta, la convección del ciclón o
perturbación se rompe, deshaciendo el sistema.[37]
5. La distancia al ecuador terrestre. Permite que la
fuerza de Coriolis desvíe los vientos hacia el centro
de bajas presiones, causando una circulación. La
distancia aproximada es 500 km o 10 grados.[37]
6. Un sistema de perturbación atmosférica
preexistente. El sistema debe tener algún tipo de
circulación como centro de bajas presiones.[37]
Sólo ciertas perturbaciones atmosféricas pueden dar
como resultando un ciclón tropical. Éstas incluyen: Ondas en los vientos del Océano Atlántico —las áreas de vientos
convergentes se mueven a lo largo del mismo camino que el viento
1. Ondas tropicales u ondas de vientos del este, que, prevalente-, creando inestabilidades en la atmósfera que pueden
como se mencionaba anteriormente, son áreas de llevar a la formación de huracanes.
vientos convergentes con movimiento oeste.
Frecuentemente ayudan al desarrollo de tormentas eléctricas que pueden desarrollarse a ciclones tropicales.
Muchos de los ciclones tropicales se forman de éstas. Un fenómeno similar a las ondas tropicales son las líneas de
distorsión de África Oriental, que son líneas convectivas que se producen sobre África y se mueven al Atlántico.
2. Canales troposféricos superiores, que son núcleos fríos de vientos en capas altas. Un ciclón de núcleo cálido
puede aparecer cuando uno de estos canales (en ocasiones) desciende a los niveles bajos y produce convección
profunda.
3. Los límites frontales que caen pueden ocasionalmente "atascarse" sobre aguas cálidas y producir líneas de
convección activa. Si una circulación de bajo nivel se forma bajo esta convección, puede desarrollarse un ciclón
tropical.
9. Ciclón tropical 9
Lugares de formación
La mayoría de los ciclones tropicales se forman en una zona de actividad de tormentosa llamada Discontinuidad
Intertropical (ITF por su nombre en inglés),[39] Zona de Convergencia Intertropical (ITCZ)[40] o zona de bajas
presiones del monzón.[41] Otra fuente importante de inestabilidad atmosférica son las ondas tropicales, que causan
sobre el 85% de los ciclones tropicales intensos en el Océano Atlántico,[42] y la mayoría en la región del Pacífico
este.[43] [44]
La mayoría de los ciclones tropicales se forman a una latitud entre 10 y 30º del ecuador,[45] y un 87% de los mismos
se forman a menos de 20º de latitud, norte o sur.[46] Debido a que el efecto Coriolis inicia y mantiene la rotación de
los ciclones, estos raras veces se forman o se mueven hasta los 5º de latitud, donde el efecto Coriolis es muy
débil.[45] Sin embargo, es posible que se formen ciclones en esta región si hay otra fuente inicial de rotación; estas
condiciones son extremadamente raras y se cree que tales tormentas se forman como mucho una vez cada siglo.
Ejemplos de ciclones o tormentas tropicales en estas latitudes son la formación de la tormenta tropical Vamei en
2001 o el ciclón Agni en 2004.[47] [48]
Época de formación
A nivel mundial, los picos de actividad ciclónica tienen lugar hacia finales de verano, cuando la temperatura del agua
es mayor. Sin embargo, cada región particular tiene su propio patrón de temporada. En una escala mundial, mayo es
el mes menos activo, mientras que el más activo es septiembre.[49]
En el Atlántico Norte, la temporada es diferente, teniendo lugar desde el 1 de junio al 30 de noviembre, alcanzando
su mayor intensidad a finales de agosto y en septiembre.[49] Estadísticamente, el pico de actividad de la temporada
de huracanes en el Atlántico es el 10 de septiembre. El nordeste del Océano Pacífico tiene un período de actividad
más amplio, pero en un margen de tiempo similar al del Atlántico.[50] El nordeste del Pacífico tiene ciclones
tropicales durante todo el año, con un mínimo en febrero y marzo y un máximo de actividad a principios de
septiembre. En la región del norte del Índico, las tormentas son más comunes desde abril a diciembre, con picos de
intensidad en mayo y noviembre.[49]
En el hemisferio sur, la actividad de ciclones tropicales comienza a finales de octubre y termina en mayo. El pico de
actividad se registra desde mediados de febrero a principios de marzo.[49]
[49] [30]
Duración de las temporadas y promedio de ciclones en cada región
Región Inicio de la Fin de la Tormentas Ciclones Ciclones tropicales de
temporada temporada tropicales tropicales categoría 3+
(>34 nudos) (>63 nudos) (>95 nudos)
Pacífico nordeste Abril Enero 26,7 16,9 8,5
Índico sur Octubre Mayo 20,6 10,3 4,3
Pacífico noreste Mayo Noviembre 16,3 9,0 4,1
Atlántico norte Junio Noviembre 10,6 5,9 2,0
Pacífico suroeste - Octubre Mayo 10,6 4,8 1,9
Australia
Índico norte Abril Diciembre 5,4 2,2 0,4
10. Ciclón tropical 10
Movimiento y recorrido
Vientos de gran escala
Aunque los ciclones tropicales son grandes sistemas que generan una cantidad enorme de energía, su movimiento
sobre la superficie se compara frecuentemente con el de las hojas arrastradas por una racha de viento. Es decir, los
vientos de gran escala —las rachas en la atmósfera de la Tierra— son responsables del movimiento y manejo de los
ciclones tropicales. La trayectoria del movimiento suele conocerse como ruta del ciclón tropical.
La mayor fuerza que afecta al recorrido de los sistemas tropicales en todas las áreas son los vientos que circulan en
las zonas de alta presión. En el Atlántico Norte, los sistemas tropicales son llevados generalmente hacia el oeste, por
los vientos que soplan de este a oeste al sur de las Bermudas, por la presencia de un área de alta presión persistente.
También, en la región del Atlántico Norte donde se forman los huracanes, los vientos alisios, que son corrientes de
viento principalmente con dirección oeste, llevan a las ondas tropicales (precursores de depresiones y ciclones
tropicales) en esa dirección, desde la costa africana hacia el Caribe y Norteamérica.
Efecto Coriolis
La rotación de la Tierra también
proporciona cierta aceleración (definida
como Aceleración de Coriolis o Efecto
Coriolis). Esta aceleración provoca que los
sistemas ciclónicos giren hacia los polos en
ausencia de una corriente fuerte de giro (por
ejemplo en el norte, la parte al norte del
ciclón tiene vientos al oeste y la fuerza de
Coriolis los empuja ligeramente en esa
dirección. La parte sur, asimismo, es
empujada al sur, pero dado que está más
cerca del ecuador, la fuerza de Coriolis es
más débil). Así, los ciclones tropicales en el
hemisferio norte, que habitualmente se
Imagen infrarroja del Ciclón Mónica cerca del pico de intensidad, mostrando
mueven al oeste en sus inicios, giran al norte
rotación en el sentido de las agujas del reloj debida al efecto Coriolis.
(y normalmente después son empujados al
este), y los ciclones del hemisferio sur son
desviados en esa dirección si no hay un sistema de fuertes presiones contrarrestando la aceleración de Coriolis. Esta
aceleración también inicia la rotación ciclónica, pero no es la fuerza conductora que hace que aumente su velocidad.
Estas velocidades se deben a la conservación del momento angular -el aire se capta en un área mucho más grande
que el ciclón, por lo que la pequeña velocidad de rotación (originalmente proporcionada por la aceleración de
Coriolis) aumenta rápidamente a medida que el aire entra en el centro de bajas presiones.
Interacción con sistemas de alta y baja presión
Finalmente, cuando un ciclón tropical se mueve en latitudes más altas, su recorrido general alrededor de un área de
altas presiones puede desviarse significativamente por los vientos que se mueven en dirección a la zona de bajas
presiones. Dicho cambio de dirección es conocido como recurva. Un huracán moviéndose desde el Atlántico hacia el
Golfo de México, por ejemplo, recurvará al norte, y después al nordeste si encuentra vientos soplando en dirección
nordeste hacia un sistema de bajas presiones sobre Norteamérica. Muchos ciclones tropicales a lo largo de la costa
este de Norteamérica y en el Golfo de México son llevados finalmente hacia el nordeste por las áreas de bajas
11. Ciclón tropical 11
presiones que se mueven sobre la misma.
Predicción
Con su conocimiento sobre las fuerza que
actúan en los ciclones tropicales y una gran
cantidad de datos de satélites geosíncronos y
otros sensores, los científicos han
aumentado la fidelidad de las predicciones
durante las décadas recientes, los
ordenadores de alta capacidad de proceso y
sofisticados programas de simulación
permiten a los pronosticadores producir
modelos numéricos que predicen los
posibles recorridos de un ciclón tropical
basándose en la posición futura y fuerza de
los sistemas de altas y bajas presiones. Pero
El Huracán Epsilon se fortaleció y organizó en el Océano Atlántico Norte Central
aunque los pronósticos son cada vez más desafiando condiciones altamente desfavorables. Este inusual sistema desafió casi
exacto desde hace 20 años, los científicos todos los pronósticos del NHC y demostró las dificultades existentes en la
aseguran que tienen muchos menos medios predicción de ciclones tropicales.
para predecir la intensidad. Lo atribuyen a la
ausencia de mejoras en la predicción de intensidad debido a la complejidad de estos sistemas y a un entendimiento
incompleto de los factores que afectan a su desarrollo.
Entrada en tierra
Oficialmente, la "entrada en tierra" se produce cuando el centro de una tormenta (el centro del ojo, no su extremo),
alcanza tierra. Naturalmente, las condiciones de tormenta pueden sentirse en la costa y en el interior mucho antes de
la llegada. En realidad, para una tormenta moviéndose hacia el interior, las áreas de entrada en tierra experimentan la
mitad de la misma antes de la llegada del centro del ojo. Para situaciones de emergencia, las acciones deberían
temporizarse en relación a cuándo llegarán las rachas de viento más fuertes y no en relación a cuándo se produce la
entrada.
Disipación
Un ciclón tropical puede dejar de tener características tropicales de varias maneras:
• Al internarse en tierra, quedándose así sin el agua cálida que necesita para retroalimentarse y rápidamente pierde
fuerza. Muchas tormentas pierden su fuerza rápidamente después de entrar en tierra y se convierten en áreas
desorganizadas de baja presión en un día o dos. Hay, sin embargo, una oportunidad de regeneración si vuelven a
entrar en aguas abiertas. Si una tormenta se sitúa sobre las montañas incluso por un breve espacio de tiempo,
puede perder velozmente su estructura. Sin embargo, muchas pérdidas durante las tormentas ocurren en terreno
montañoso, ya que el ciclón moribundo descarga lluvias torrenciales que pueden conducir a graves inundaciones
y avalanchas de barro.
• Al permanecer durante mucho tiempo en la misma zona del océano, extrayendo calor de la superficie hasta que
está demasiado frío para seguir alimentando a la tormenta. Sin una superficie cálida de agua, la tormenta no puede
sobrevivir.
• Con una cizalladura vertical, causando que la convección pierda su dirección y el motor de calor se rompa.
12. Ciclón tropical 12
• Puede disiparse por ser lo suficientemente débil como para ser consumido por otra área de bajas presiones,
rompiéndolo y uniéndose a la misma para formar una gran área de tormentas no ciclónicas. (que sin embargo
pueden fortalecerse significativamente).
• Al entrar en aguas más frías. Esto no significa necesariamente la muerte de la tormenta, pero perdería sus
características tropicales. Estas tormentas son ciclones extratropicales.
• Al formarse forma una pared del ojo exterior (normalmente a 80 kilómetros del centro de la tormenta),
estrangulando la convección hacia la pared interior. Este debilitamiento es normalmente temporal salvo que se
reúna con alguna otra condición anteriormente expuesta.
Incluso después de que se diga que un ciclón tropical es extratropical o se ha disipado, puede tener todavía viento
con una fuerza de tormenta tropical (u ocasionalmente fuerza de huracán) y descargar abundante lluvia. Cuando un
ciclón tropical alcanza latitudes más altas o pasa sobre tierra puede unirse con un frente frío o desarrollarse a ciclón
frontal, llamado también ciclón extratropical. En el Océano Atlántico, estos ciclones pueden ser violentos e incluso
conservar fuerza de huracán cuando alcanzan Europa como Tormentas de Viento Europeas.
Disipación artificial
En las décadas de 1960 y 1970, el gobierno de Estados Unidos intentó debilitar huracanes con su Proyecto Stormfury
por medio del sembrado de tormentas seleccionadas con yoduro de plata. Se pensaba que el sembrado causaría que el
agua superenfriada en las bandas de lluvia exteriores se congelasen, causando el colapso de la pared interior del ojo
y, así, reducir los vientos. Los vientos del Huracán Debbie redujeron su fuerza un 30 por ciento, pero recuperaron su
fuerza después de los dos intentos. En un episodio anterior, el desastre golpeó cuando un huracán, al este de
Jacksonville, Florida, fue sembrado, cambiando repentinamente su curso y golpeando en Savannah, Georgia.[51]
Dado que había mucha incertidumbre sobre el comportamiento de estas tormentas, el gobierno federal no aprobaría
las operaciones de siembra a menos que los huracanes tuvieran menos del 10 por ciento de posibilidades de hacer
entrada en tierra en 48 horas. El proyecto fue cancelado después de que se descubriera que los ciclos de reemplazo
del ojo ocurrían de forma natural en los huracanes fuertes, provocando dudas sobre los resultados de los
experimentos anteriores. Hoy en día, se sabe que el yoduro de plata no tiene efecto porque la cantidad de agua fría en
las bandas de lluvia de un ciclón tropical es demasiado baja.[52]
A lo largo del tiempo se han sugerido otras aproximaciones, como enfriar el agua bajo un ciclón tropical remolcando
icebergs a los océanos tropicales; tirando grandes cantidades de hielo en el ojo en las fases más tempranas, así el
calor latente es absorbido por el hielo en la entrada (base del perímetro de la célula tormentosa) en vez de convertirse
en energía cinética a grandes alturas; cubrir el océano con una sustancia que inhiba la evaporación; o golpeando el
ciclón con armas nucleares (en esta última no se llevó a cabo porque la radiación sería esparcida rápidamente por el
globo). Todas estas aproximaciones sufrieron el mismo problema: los ciclones tropicales son demasiado grandes
para que cualquiera de ellas sea práctica.[53]
En 1976 un meteorólogo estadounidense propuso la idea de quemar grandes cantidades de petróleo en el mar para
producir un carbón negro que sería liberado en la capa fronteriza del huracán. Así se absorbería el calor solar y el del
mar enviándolo a la atmósfera, sólo así se reduciría la intensidad del ojo. Nunca se llevó a la práctica.
Sin embargo, se ha sugerido que se puede cambiar el curso de una tormenta durante las primeras fases de su
formación, tales como usando satélites para alterar las condiciones medioambientales, o, siendo más realistas,
esparciendo una capa degradable de aceite sobre el océano que evitaría que el vapor de agua alimentase a la
tormenta.
13. Ciclón tropical 13
Monitorización, observación y recorrido
Los ciclones tropicales intensos son un
desafío bastante particular para la
observación. Al ser un peligroso fenómeno
oceánico, las estaciones meteorológicas rara
vez están disponibles en el lugar de la
tormenta. Las observaciones a nivel de
superficie sólo se pueden realizar si la
tormenta pasa sobre una isla o se sitúa en un
área costera, o si, desafortunadamente,
encuentra un barco en su camino. Incluso en
estos casos, las mediciones en tiempo real
sólo son posibles en la periferia del ciclón,
donde las condiciones son menos
Vista de puesta del sol en las bandas de lluvia del Huracán Isidoro, fotografiado a
catastróficas. 2220 metros de altura.
Sin embargo es posible tomar mediciones
in-situ, en tiempo real, enviando vuelos de reconocimiento especialmente equipados para introducirse en un ciclón.
En la región atlántica, estos vuelos se realizan por medio de los cazadores de huracanes del gobierno de EEUU.[54]
Los aviones usados son el C-130 Hércules y el Orión WP-3D, ambos aviones de carga equipados con cuatro motores
turbopropulsados. Estos aviones vuelan directamente en el ciclón y realizan mediciones directas y remotas. El avión
también lanza sondas GPS en el ciclón. Miden temperatura, humedad, presión y especialmente, los vientos entre el
nivel de vuelo y la superficie del océano.
En la observación de huracanes, ha comenzado una nueva era cuando una aerosonda pilotada remotamente fue
lanzada al interior de la Tormenta Tropical Ophleia a su paso por la Costa Este de Virginia durante la temporada
atlántica de huracanes del año 2005. Se ha convertido en una nueva forma de examinar tormentas en bajas latitudes,
en las que los pilotos humanos raramente se atreven a internarse.
Los ciclones lejos de tierra son monitorizados por satélites meteorológicos que capturan imágenes visibles e
infrarrojas desde el espacio, habitualmente en intervalos de quince a treinta minutos. Según se aproximan a tierra,
pueden observarse desde superficie con un Radar Doppler. Los radares desempeñan un papel crucial alrededor de la
entrada en tierra porque muestra la intensidad y ubicación de la tormenta minuto a minuto.
Recientemente, los investigadores académicos han comenzado a desplegar estaciones fortificadas para aguantar
vientos huracanados. Los dos programas más grandes son el Programa de Monitorización de la Costa de Florida[55]
y el Wind Engineering Mobile Instrumented Tower Experiment.[56] Durante la entrada en tierra, la División de
investigación de huracanes de la NOAA compara y verifica los datos del avión de reconocimiento, incluyendo datos
como la velocidad del viento en la altura de vuelo y de las sondas GPS, con los datos sobre velocidad de vientos
transmitida en tiempo real desde las estaciones atmosféricas erigidas a lo largo de la costa (además de otros datos
relevantes para la investigación). El Centro Nacional de Huracanes usa los datos para evaluar las condiciones de
entrada en tierra y verificar predicciones.
14. Ciclón tropical 14
Clasificación
Los ciclones tropicales se clasifican de acuerdo a la fuerza de sus vientos, mediante la escala de huracanes de
Saffir-Simpson. Basándose en esta escala, los huracanes Categoría 1 serían los más débiles y los Categoría 5 los
más fuertes.
Para medir la intensidad del viento generalmente se usa la Escala de Beaufort, basada principalmente en el estado del
mar, de sus olas y la fuerza del viento.
Nomenclatura de los ciclones tropicales
Las tormentas que alcanzan fuerza tropical reciben un nombre, para ayudar a la hora de formular demandas del
seguro, ayudar a advertir a la gente de la llegada de una tormenta y además para indicar que se trata de fenómenos
importantes que no deben ser ignorados. Estos nombres se toman de listas que varían de región a región y son
renovadas cada pocos años. Las decisiones sobre dichas listas dependen de cada región, ya sea por comités de la
Organización Meteorológica Mundial (a los que se llama normalmente para discutir muchos otros asuntos), o las
oficinas meteorológicas involucradas en la predicción de tormentas.
Cada año, los nombres de tormentas que hayan sido especialmente destructivas (si ha habido alguna) son "retirados"
y se eligen nuevos nombres para ocupar su lugar.
Esquemas de nomenclatura
El IV Comité de Huracanes de la Asociación Regional de la OMM (Organización Meteorológica Mundial)
selecciona los nombres para las tormentas de las regiones atlántica y pacífico central y este.
En el Atlántico, y Pacífico Norte y Este, los nombres masculinos y femeninos se asignan alternativamente en orden
alfabético durante la temporada en curso. El "género" de la primera tormenta del año también alterna cada año: la
primera tormenta de un año impar recibe nombre femenino, mientras que la primera de un año par, masculino. Se
preparan con antelación seis listas de nombres y cada una se utiliza cada seis años. Se omiten las letras Q, U, X, Y y
Z — en el Atlántico; en el pacífico sólo se omiten Q y U así el formato se acomoda a 21 o 24 tormentas "nombradas"
en una temporada de huracanes. Los nombres de las tormentas pueden ser retirados tras la petición de los países
afectados si han causado daños extensivos. Los países afectados deciden entonces un nombre de reemplazo del
mismo género, y si es posible, de la misma etnia que el nombre que se retira.
Si hay más de 21 tormentas con nombre en la temporada atlántica, o más de 24 en la temporada del Pacífico Este, el
resto de tormentas son nombradas usando las letras del Alfabeto Griego: la vigésimo segunda tormenta es llamada
"Alfa", la vigésimo tercera, "Beta", y así sucesivamente. Fue necesario durante la temporada de 2005 cuando la lista
se agotó. No hay precedente para una tormenta nombrada con una letra griega haya causado daño suficiente como
para justificar su retirada, por lo que se desconoce cómo se manejará esta situación, con, por ejemplo, el Huracán
Beta.
En la región del Pacífico Norte Central, los listados son mantenidos por el Centro de Huracanes del Pacífico Central
en Honolulu. Se eligen cuatro listas de nombres en hawaiano y se usan de forma secuencial sin importar el año.
En el Pacífico Noroeste, las listas de nombres son mantenidas por el Comité de Tifones de la WMO. Se usan cinco
listas de nombres, en la que cada una de las 14 naciones participantes aporta dos nombres a cada lista. Los nombres
se usan según el orden de los países en inglés, secuencialmente, sin importar el año. Desde 1981, el sistema de
numeración ha sido el sistema primario para identificar ciclones tropicales entre los miembros del Comité y todavía
está en uso. Los números internacionales son asignados por la Agencia Meteorológica de Japón en el orden que se
forma una tormenta tropical, mientras que también pueden asignarse otros números diferentes dependiendo de cada
comité regional. El tifón Songda de septiembre de 2004, fue denominado internamente con el número 18 en Japón, y
sin embargo en China fue con el 19. Internacionalmente, está registrado como el TY Sonda (0418), siendo "04" los
dos últimos dígitos del año.
15. Ciclón tropical 15
La Oficina de Meteorología Australiana mantiene tres listas de nombres, una para cada región (Oeste, Norte y Este).
También existen listas para las regiones de Fiji y Papúa Nueva Guinea.
El servicio meteorológico de las islas Seychelles mantiene una lista para el Océano Índico Sudoeste. Allí, se usa una
lista nueva cada año.
Historia de la nomenclatura de ciclones tropicales
Durante varios cientos de años antes de la llegada de los europeos a las Indias, los huracanes eran nombrados según
la festividad que se celebraba el día después en el que la tormenta golpeaba la región.
La práctica de dar nombres de personas fue introducida por Clement Lindley Wragge, un meteorólogo australiano a
finales del siglo XIX. Usaba nombres de chicas, los nombres de los políticos que le habían ofendido o atacado, y
nombre de la historia y la mitología.[57] [58]
Durante la Segunda Guerra Mundial, los ciclones tropicales solo recibían nombres femeninos, principalmente para
ayudar a los pronosticadores, y en cierto modo, de una manera ad hoc. Adicionalmente, la novela escrita en 1941 por
George R. Stewart Storm ayudó a popularizar el concepto de dar nombres a los ciclones tropicales[59]
De 1950 a 1953, se usaron nombres del Alfabeto fonético aeronáutico. La convención moderna apareció como
respuesta a la necesidad de realizar comunicaciones que no fuesen ambiguas entre barcos y aviones. Al aumentar el
tráfico de transportes y las observaciones meteorológicas mejorar en número y calidad, varios tifones, huracanes o
ciclones podían ser monitorizados al mismo tiempo. Para ayudar en su identificación, a principios de 1953 la práctica
de nombrar sistemáticamente tormentas tropicales y huracanes fue iniciada por el Centro Nacional de Huracanes de
Estados Unidos. Las nomenclaturas ahora son mantenidas por la Organización Meteorológica Mundial.
Para seguir con la costumbre del idioma inglés de referirse a objetos inanimados como bote, trenes, etc., usando el
pronombre femenino "ella", los nombres usados eran exclusivamente femeninos. La primera tormenta del año era
asignada con la letra "A", la segunda con la letra "B", etc. Sin embargo, dado que las tormentas tropicales y los
huracanes son básicamente destructivos, algunas personas consideraron esta práctica como sexista. La Organización
Meteorológica Mundial respondió a estas preocupaciones en 1979 con la introducción de nombres masculinos en la
nomenclatura. También ese mismo año se inició la práctica de preparar listas de nombres antes del inicio de la
temporada. Los nombres, son usualmente de origen inglés, francés o español en la región atlántica, dado que estos
tres idiomas son los predominantes en la región donde las tormentas se forman habitualmente. En el hemisferio sur,
los nombres masculinos hicieron su entrada en 1975.[58]
Renombramiento de los ciclones tropicales
En muchos casos, un ciclón tropical retiene su nombre durante toda su vida. Sin embargo, puede ser renombrado en
varias ocasiones.
• Cuando una tormenta tropical entra al Océano Índico Sudoeste desde el este. En el Océano Índico Sudoeste,
Météo-France da en Reunión un nombre a la tormenta tropical una vez que haya superado los 90° E desde el este,
incluso aunque ya haya sido nombrada. En este caso, el Centro de Alertas sobre tifones (JTWC) pondrá dos
nombres juntos separados por un guión. Algunos ejemplos incluyen al Ciclón Adeline-Juliet a principios de 2005
y Ciclón Bertie-Alvin a finales del mismo año.
• Cuando una tormenta tropical cruzaba desde el Atlántico al Pacífico, o viceversa, antes de 2001.
• Era la norma del Centro Nacional de Huracanes (NHC) el renombrar una tormenta tropical que cruzase desde
el Atlántico al Pacífico, o viceversa. Los ejemplos incluyen al Huracán Cesar-Douglas en 1996 y el Huracán
Joan-Miriam en 1988.[60]
• En 2001, cuando Iris se movió sobre América Central, el NHC mencionó que retendría su nombre si se
regeneraba en el Pacífico. Sin embargo, la depresión tropical desarrollada de los restos de Iris fue llamada
Quince-E. Posteriormente, la depresión se convirtió en la Tormenta Tropical Manuel. El NHC explicó que Iris
16. Ciclón tropical 16
se había disipado como ciclón tropical antes de entrar en la región este del Pacífico Norte.[61]
• En 2003, cuando Larry se movió sobre México, el NHC intentó clarificar el asunto: "Si Larry permanece como
ciclón tropical durante su pasaje sobre México, retendrá su nombre. Sin embargo, se le dará un nuevo nombre
si la circulación en superficie se disipa y se regenera en el Pacífico."[62]
• No han habido ciclones tropicales que hayan retenido su nombre durante el paso del Atlántico al Pacífico o
viceversa.
• Incertidumbres de la continuación.
• Cuando los restos de un ciclón tropical se desarrollan de nuevo, el sistema regenerado será tratado como un
nuevo ciclón tropical si hay incertidumbre de continuación, incluso aunque el sistema original pueda contribuir
a la formación del nuevo sistema. Un ejemplo es la Depresión Tropical 10-Depresión Tropical 12 (que se
convirtió en el Huracán Katrina) de 2005.
• Errores humanos.
• A veces pueden haber errores humanos que conduzcan a un renombramiento de un ciclón tropical. Esto es más
probable si el sistema está pobremente organizado o si pasa del área de responsabilidad de un pronosticador a
otro. Algunos ejemplos incluyen Tormenta Tropical Ken-Lola en 1989 y la Tormenta Tropical Upana Chanchu
en 2000.[63]
Efectos
Un ciclón tropical maduro puede expulsar
calor a razón de hasta 6x1014 vatios.[21] Los
ciclones tropicales en el mar abierto causan
grandes olas, lluvias torrenciales y fuertes
vientos, rompiendo la navegación
internacional y, en ocasiones, hundiendo
barcos. Sin embargo, los efectos más
devastadores de un ciclón tropical ocurren
cuando cruzan las líneas costeras, haciendo
entrada en tierra. Un ciclón tropical
moviéndose sobre tierra puede hacer daño
directo de cuatro maneras:
• Fuertes vientos - El viento de fuerza de
huracán puede dañar o destruir vehículos,
Gráfica de las causas de las muertes provocadas por los ciclones tropicales en los
edificios, puentes, etc. También puede Estados Unidos entre 1970-1999.
convertir desperdicios en proyectiles
voladores, haciendo el exterior mucho más peligroso.
• Marejada ciclónica - Los ciclones tropicales causan un aumento en el nivel del mar, que puede inundar
comunidades costeras, Éste es el peor efecto, ya que históricamente los ciclones se cobran un 80% de sus víctimas
cuando golpean en las costas por primera vez.
• Lluvias torrenciales - La actividad tormentosa en un ciclón tropical puede causar intensas precipitaciones. Los
ríos y corrientes se desbordan, no se puede circular en carretera y pueden ocurrir deslizamientos de tierra. Las
áreas en tierra pueden ser particularmente vulnerables a inundaciones de agua dulce, si los residentes no se
preparan adecuadamente[64] La Climatología de Precipitaciones de Ciclón Tropical muestra algunos récords
conocidos, país por país.
• Actividad de tornados - La amplia rotación de un huracán crea tornados frecuentemente. Los tornados también
pueden ser producto de mesovórtices en la pared del ojo que persistan hasta la entrada en tierra. Aunque estos
17. Ciclón tropical 17
tornados no son tan fuertes como los no tropicales, pueden causar tremendos daños igualmente.[65]
Frecuentemente, los efectos secundarios de
un ciclón tropical son igualmente dañinos.
Éstos incluyen:
• Enfermedades - El ambiente húmedo
después del paso de un ciclón tropical,
combinado con la destrucción de
instalaciones sanitarias y un clima
tropical húmedo puede inducir epidemias
que se siguen cobrando vidas tiempo
después de que la tormenta haya pasado.
Una de las lesiones más comunes
post-huracán es pisar un clavo en los
escombros causados por la tormenta, que Las consecuencias del Huracán Katrina en Gulfport, Misisipi. Katrina fue el ciclón
conducen al riesgo de contraer el tétanos más costoso en la historia de Estados Unidos debido al poco interés del gobierno
o otra infección. Las infecciones de en su previsión y en la difusión de la alerta.
cortes y contusiones pueden amplificarse
notablemente vadeando aguas residuales contaminadas. Las grandes superficies cubiertas de agua por una
inundación también contribuyen a contraer enfermedades transportadas por mosquitos. Así mismo, el ambiente
húmedo contribuye a la proliferación de bacterias patógenas y virus, causantes de diversas enfermedades
infecto-contagiosas.
• Cortes de energía - Los ciclones tropicales normalmente dejan a decenas o cientos de miles de personas
(ocasionalmente millones si el área urbana afectada es muy grande) sin energía eléctrica, impidiendo
comunicaciones vitales y obstaculizando los trabajos de rescate.
• Dificultades de transporte - Los ciclones tropicales pueden destruir frecuentemente puentes clave, pasos
superiores, y carreteras, complicando las tareas de transportar comida, agua potable y medicinas a las áreas que lo
necesitan.
Efectos beneficiosos de los ciclones tropicales
Aunque los ciclones pueden causar una gran cantidad de pérdidas humanas y materiales, pueden ser determinantes
en los regímenes de precipitación de los lugares en los que impactan, y llevar lluvias muy necesarias a zonas que de
otro modo serían desérticas. Los huracanes que se forman en el Pacífico Norte este, habitualmente aportan humedad
a la región sudeste de Estados Unidos y partes de México.[66] Japón recibe más de la mitad de sus precipitaciones
anuales directamente de los tifones.[67] El Huracán Camille evitó condiciones de sequía y terminó con el déficit de
agua en gran parte de su recorrido.[68]
Adicionalmente, la destrucción causada por Camille en la costa del Golfo estimuló el redesarrollo, incrementando
sensiblemente el valor de la propiedad local.[68] Por otro lado, el personal oficial encargado de responder en
situaciones de catástrofe, aseguran que el redesarrollo motiva a la gente a vivir en lugares que son claramente
peligrosas en futuras tormentas. El Huracán Katrina es el ejemplo más obvio, ya que devastó la región que había sido
revitalizada por Camile. Por supuesto, muchos residentes y negociantes han relocalizado sus negocios tierra adentro,
lejos de la amenaza de futuros huracanes.
Los huracanes también ayudan a mantener el balance global de calor, desplazando calor y aire húmedo tropical a las
latitudes medias y regiones polares. James Lovelock también ha realizado la hipótesis por la que, aumentando los
nutrientes de la flora marina a los niveles de más cercanos a la superficie del océano, incrementarían también la
actividad biológica en áreas donde la vida sería difícil por la pérdida de nutrientes según la profundidad del océano.
18. Ciclón tropical 18
En el mar, los ciclones tropicales pueden revolver el agua, dejando una estela fresca a su paso,[27] lo que provoca que
la región sea menos favorable para un subsecuente ciclón tropical. En raras ocasiones, los ciclones tropicales pueden
hacer lo contrario. En 2005, el Huracán Dennis arrastró agua cálida a su paso, contribuyendo a la formación del
Huracán Emily, siendo así el primer precedente de formación de un huracán que posteriormente alcanzaría Categoría
5.[69]
Tendencia en la actividad ciclónica a largo plazo
Si bien el número de tormentas en el Atlántico ha aumentado desde 1995, no parece haber señales de una tendencia a
aumentar en el cómputo global; el número anual para todo el mundo, se sitúa en unos 90 ciclones tropicales.[18]
Las tormentas atlánticas, se están volviendo más destructivas a nivel financiero, ya que, cinco de las diez tormentas
más "caras" en Estados Unidos han ocurrido desde 1990. Esto puede atribuirse, en gran parte, al número de personas
residentes en áreas costeras susceptibles, y al desarrollo masivo experimentado en la región desde la última oleada
violenta de actividad en la década de los 60.
Frecuentemente, en parte por las amenazas de huracanes, muchas regiones costeras tenían una población escasa en
los puertos más importantes, hasta la llegada del automóvil de clase turista, por lo tanto, las porciones más duras de
tormentas golpeando la costa eran frecuentemente desmedidas. Los efectos combinados de la destrucción de barcos y
las entradas en tierra lejos de núcleos urbanos limitaban severamente el número de huracanes intensos en el registro
oficial antes de la era del avión de reconocimiento y la meteorología por satélite. Aunque el registro muestra un
aumento distinto en el número y fuerza de huracanes intensos, por lo que los expertos analizan los datos anteriores
sin tomarlos como certeza.
El número y fuerza de huracanes en el Atlántico puede experimentar un ciclo de 50 a 70 años. Aunque es más común
desde 1995, entre 1970 y 1994 ocurrieron algunas temporadas cuya actividad fue superior a la media. Los huracanes
más destructivos golpearon de forma frecuente entre 1926-60, incluyendo muchos major hurricanes en Nueva
Inglaterra. En 1933 se registró un récord de 21 tormentas tropicales, que sólo ha sido superado por la temporada de
2005. En las temporadas de 1900 a 1925, la formación de huracanes tropicales fue bastante infrecuente; sin embargo,
muchas tormentas intensas se formaron entre 1870-1899. Durante la temporada de 1887, se formaron 19 tormentas
tropicales, de las cuales 4 ocurrieron después del 1 de noviembre. y 11 se convirtieron en huracanes. Entre los años
1840 a 1860 de nuevo se formaron pocos, pero muchos golpearon las costas a principios de 1800, incluyendo una
tormenta en 1821 que entró directamente en Nueva York, y de la cual, algunos expertos meteorólogos, aseguran
pudo tratarse de un huracán de categoría 4.
Estas temporadas de huracanes inusualmente activas, literalmente devoraron la cobertura de los satélites en la región
atlántica, lo que permite a los pronosticadores ver todos los ciclones tropicales. Antes de que la era de los satélites
comenzase en 1961, las tormentas o huracanes tropicales sólo podían ser detectadas si un barco se encontraba con
ésos fenómenos de forma directa. El registro oficial, por lo tanto, seguramente carece de muchas tormentas en las
que ningún barco experimentó vientos de galerna o huracanados, o bien no las reconocieron como tormentas
tropicales (probablemente siendo comparados a un ciclón extra tropical a altas latitudes, una onda tropical o un breve
chubasco), y al volver al puerto, no eran reportados.
Calentamiento global
Una pregunta frecuente es si el calentamiento global puede causar ciclones tropicales más frecuentes y violentos.
Hasta ahora todos los climatólogos parecen estar de acuerdo en que una sola tormenta, o incluso una sola temporada,
no puede ser atribuida a una única causa como el calentamiento global o incluso una variación natural.[70] La
pregunta es si existe una tendencia estadística que indique un aumento en la fuerza o frecuencia de los ciclones. La
Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos dice en su guía de preguntas frecuentes sobre
huracanes que "es altamente inverosímil que el calentamiento global pueda (o podrá) contribuir a un cambio drástico
en el número o intensidad de los huracanes".[71]
19. Ciclón tropical 19
Respecto a la fuerza, hasta hace poco se había alcanzado una conclusión similar por consenso. Este consenso fue
cuestionado por Kerry Emanuel. En un Artículo en Nature,[72] Emanuel afirmó que el potencial de destrucción de los
huracanes, que combina fuerza, duración y frecuencia de los mismos "está altamente correlacionado con la
temperatura del mar, reflejando señales climáticas bien documentadas, incluyendo oscilaciones multidecadales en el
Atlántico Norte y Pacífico Norte y el calentamiento global". K. Emanuel además, predijo "un sustancial aumento en
las pérdidas relacionadas con huracanes en el siglo veintiuno".[73]
En términos similares, P.J. Webster y otras personas, publicaron un artículo[74] en Science[75] examinando "cambios
en el número de ciclones tropicales, duración e intensidad" durante los últimos 35 años, un período para el que se
disponen de datos por satélite. El hallazgo principal fue que mientras el número de ciclones "disminuyó en todas las
regiones excepto el Atlántico Norte durante la última década", hubo un "gran incremento en el número y proporción
de huracanes alcanzando categorías 4 y 5." Esto significa, que si bien el número general de ciclones había
disminuido, el número de tormentas muy fuertes había aumentado.
Tanto Emanuel como Webster y otros, consideran que la temperatura del mar es una clave importante en el
desarrollo de los ciclones. Es inevitable formularse la pregunta: ¿qué ha causado el aumento observado en las
temperaturas de la superficie del mar? En el Atlántico, podría ser debido a la Oscilación Atlántica Multidecadal
(AMO), un patrón de 50–70 años de variabilidad en la temperatura. Emanuel, sin embargo, descubrió que el
aumento reciente estaba fuera del rango de las oscilaciones previas. Por lo tanto, tanto una variación natural (como la
AMO) y el calentamiento global, podrían haber contribuido al calentamiento del Atlántico tropical durante las
últimas décadas, pero por ahora, es imposible hacer una atribución exacta a cada apartado.[70]
Mientras Emanuel analizaba la energía disipada anualmente, Webster y su grupo analizaban el, algo menos
importante, porcentaje de huracanes en categorías 4 y 5, y descubrieron que este porcentaje había aumentado en 5 de
las 6 regiones: Atlántico Norte, Pacífico Nordeste y Noreste, Pacífico Sur e Índico Norte y Sur. Dado que cada
región podría estar sujeta a oscilaciones locales similares a la AMO, cualquier estadística individual para una región
queda en el aire. Pero si las oscilaciones locales no están sincronizadas por alguna oscilación global no identificada
todavía, la independencia de las regiones permite las pruebas estadísticas comunes que son mucho más concretas que
cualquier prueba regional. Desgraciadamente, Webster no hizo dicha prueba.
Bajo la presunción de que las seis regiones son estadísticamente independientes para el efecto del calentamiento
global,[76] se realizó el t-test y se encontró que la hipótesis nula de que el calentamiento global no haya impactado en
el porcentaje de huracanes de categoría 4 y 5, puede ser rechazada en un nivel de un 0,1%. Por lo tanto, sólo hay 1
oportunidad entre 1.000 de encontrar simultáneamente los seis aumentos observados en los porcentajes de huracanes
de dichas categorías. Esta estadística necesita cierto ajuste, porque las variables a prueba no están distribuidas en
variaciones iguales, pero puede dar incluso mejores evidencias de que se haya detectado el impacto del
calentamiento global en la intensidad de los huracanes.
Ciclones notables
20. Ciclón tropical 20
Posición Huracán Temporada Muertes Costo (2009 USD)
1 [77] 2005 2.541 $89.600 millones
Katrina
2 [78] 1992 65 $40.700 millones
Andrew
3 [79] 2008 229 $32.000 millones
Ike
4 [80] [81] [82] [83] 2007 62 $29.100 millones
Wilma
5 [84] [85] 2004 35 $18.600 millones
Charley
|+Huracanes en el Atlántico más costosos Los ciclones tropicales que causan destrucción masiva son,
afortunadamente, raros, pero cuando suceden pueden causar daño en un rango de miles de millones de dólares y
destrozar o acabar con miles de vidas.
El Ciclón Bhola, el más mortífero registrado, golpeó la zona altamente poblada del Delta del Ganges en el Pakistán
Oriental (ahora Bangladesh) el 13 de noviembre de 1970, como un ciclón tropical de Categoría 3. Se estima que
acabó con la vida de 500.000 personas. La región del Índico Norte ha sido históricamente la más mortífera, con
varias tormentas desde 1900 provocando más de 100.000 muertes, todas en Bangladesh[86]
En la región atlántica, al menos tres tormentas han matado a más de 10.000 personas. El Huracán Mitch durante la
Temporada de huracanes en el Atlántico de 1998 provocó severas inundaciones y deslizamientos de barro en
Honduras, matando a 18.000 personas y cambiando tanto el aspecto del terreno que fue preciso realizar nuevos
mapas del país.[87] El Huracán de Galveston de 1900, que hizo entrada en tierra en Galveston (Texas) con una
estimación de Categoría 4, acabó con la vida de 8.000 a 12.000 personas y sigue siendo el desastre natural más
mortífero en la historia de Estados Unidos.[88] La tormenta más mortífera registrada en el Atlántico fue el Gran
Huracán de 1780, que mató a 22,000 personas en las Antillas[88] .
La tormenta más intensa registrada fue el
Tifón Tip en el Pacífico Nordeste en 1979,
que alcanzó una presión mínima de tan sólo
870 mbar y vientos máximos sostenidos de
305 km/h. Se debilitó antes de golpear en
Japón. Tip no tiene en exclusiva el récord de
vientos más rápidos registrados en un
ciclón; El Huracán Wilma lo ostenta con
velocidades de 320km/h, durante la
temporada de 2005 en el Océano Atlántico.
Aunque las velocidades registradas no se
consideran totalmente ciertas, ya que los
equipos suelen terminar destruidos en Los tamaños relativos del Tifón Tip, el Ciclón Tropical Tracy y los Estados
Unidos.
condiciones tan extremas, el huracán
Camille fue la única tormenta que entró en
tierra con tal intensidad, convirtiéndola, con 305 km/h como velocidad de vientos sostenidos y rachas de hasta 335
km/h, el ciclón tropical más fuerte al hacer entrada en tierra. En comparación, estas velocidades pueden encontrarse
en el centro de un tornado intenso, pero Camille, como todos los ciclones tropicales, fue mucho más larga que
cualquiera de los tornados más duraderos.
El Tifón Nancy en 1961 tenía un registro con vientos de hasta 345 km/h, pero investigaciones recientes indican que
las velocidades medidas entre 1940 y 1960 eran más elevadas de lo que en realidad debían ser, y por tanto no se
considera la tormenta con vientos más potentes registrados.[89] De forma similar, una racha de viento medida a nivel
21. Ciclón tropical 21
de superficie, causada por el Tifón Paka en Guam con una intensidad de 380 km/h, que había sido confirmada, y
hubiera sido la racha de viento no tornádica más fuerte registrada en la superficie de la Tierra, tuvo que ser rechazada
ya que el anemómetro fue dañado por la tormenta.[90]
Tip es también el ciclón más grande registrado, con una circulación de vientos de fuerza tropical en un campo de
2.170 km. El tamaño medio de un ciclón tropical es de "solo" 480 km. La tormenta más pequeña registrada fue la
Tormenta tropical Marco en 2008, con tan solo 48 km, que tocó tierra cerca de Veracruz en México.[91]
El Huracán Iniki en 1992 fue la tormenta más poderosa que golpeó Hawái en los registros históricos, entrando en
Kauai como huracán de categoría 4, matando a seis personas y causando tres mil millones de dólares en daños.[92]
Otros huracanes destructivos en el Pacífico incluyen al Huracán Pauline[93] y el Huracán Kenna.[94]
El 26 de marzo de 2004, el Ciclón Catarina
se convirtió en el primer huracán del
Atlántico Sur. Otros ciclones anteriores en
esa misma región, en 1991 y 2004
alcanzaron sólo fuerza de tormenta tropical.
Es altamente posible que antes de 1960 se
formasen ciclones tropicales allí, pero no
fueron observados hasta el comienzo de la
era de los satélites atmosféricos en aquel
año.
Un ciclón tropical no necesita ser
especialmente fuerte para causar un daño
difícil de olvidar. La Tormenta Tropical
Thelma, en noviembre de 1991, mató a
miles de personas en Filipinas y nunca llegó
a ser tifón; el daño de Thelma se debió El primer huracán registrado en el Atlántico Sur, el Ciclón Catarina de 2004.
principalmente a las inundaciones y no a los
vientos o marejada ciclónica. En 1982 la depresión tropical sin nombre, que posteriormente se convertiría en el
Huracán Paul, causó la muerte de unas 1.000 personas en América Central debido al efecto de sus lluvias
torrenciales.
El 29 de agosto de 2005 el Huracán Katrina hizo entrada en tierra en Luisiana y Misisipi. El Centro Nacional de
Huracanes de EEUU, en su revisión de Agosto de la temporada de tormentas tropicales, aseguró que Katrina era,
probablemente, el peor desastre natural en la historia del país.[95] Actualmente se le asignan 1.604 muertes,
principalmente de las inundaciones y consecuencias en Nueva Orleans, Luisiana. También se estima que causó daños
por un valor de 75 mil millones de dólares. Antes de Katrina, el sistema más costoso en términos monetarios fue el
Huracán Andrew en 1992 que causó unas pérdidas estimadas de 39 mil millones por los daños ocasionados en
Florida.[96]
22. Ciclón tropical 22
Terminología regional de tormentas
Los términos usados en los reportes
meteorológicos para ciclones tropicales que
tienen vientos en superficie iguales o
superiores a 64 nudos o 32 m/s varían según
la región:
• Huracán. Región Atlántica y Océano
Pacífico Norte al este de la Línea
internacional de cambio de fecha.
• Tifón. Pacífico Noroeste, al oeste de la
línea de cambio de fecha.
• Ciclón tropical severo. Pacífico
Sudoeste, al oeste de los 160º E y el
Océano Índico Sudeste, al este de los 90º
E.
• Tormenta ciclónica Severa. Océano
Índico Norte.
• Ciclón Tropical. Océano Índico Sudeste
y el Pacífico sur al este de los 160º E.
• Ciclón (extraoficialmente). Océano Ojo del Tifón Odessa, Océano Pacífico, agosto de 1985.
Atlántico Sur.
Hay muchos otros nombres para los ciclones tropicales, incluyendo bagyo, baguió o baguio en Filipinas,[97] Willy,
Willy en Australia y Taíno en Haití.
Origen de los términos para tormentas
La palabra tifón tiene dos posibles orígenes:
• Del chino 大風 (daaih fūng (cantonés); dà fēng (mandarín)) que significa "gran viento." (El término chino 颱風
táifēng, y 台風 taifu en japonés, tienen un origen independiente, trazable de varias formas hacia 風颱, 風篩 o
風癡 hongthai, remontándose a las dinastías Song 宋 (960-1278) y Yuan 元(1260-1341). El primer registro del
carácter 颱 apareció en la edición de 1685 del Sumario de Taiwán 臺灣記略).
• Del urdu, persa o árabe ţūfān ( < )نافوطgriego tuphōn (Τυφών).
El término portugués tufão también está relacionado con tifón.
La palabra huracán se deriva del nombre del dios Huracán, fundador del cosmos maya según el Popol Vuh, libro
sagrado de la cultura Quiché, un pueblo indígena, de Guatemala.[98]
La palabra ciclón fue acuñada por el capitán Henry Piddington, quien la usaba para referirse a una tormenta que hizo
añicos un carguero en Isla Mauricio en febrero de 1845.[99]
23. Ciclón tropical 23
Otros sistemas tormentosos relacionados
Además de los ciclones tropicales, en la naturaleza hay otras dos
clases de ciclones. Estos tipos de ciclones, conocidos como
ciclones extratropicales y ciclones subtropicales, pueden ser etapas
por las que un ciclón tropical pasa durante su formación o
disipación.[100]
Un ciclón extratropical es una tormenta que obtiene su energía de
la diferencia de temperaturas en horizontal, lo cual es típico en
latitudes más altas. Un ciclón tropical puede convertirse en
extratropical según se mueve hacia latitudes más altas y su fuente
de energía cambia del calor liberado por la condensación a las
diferencias de temperatura entre masas de aire;[3] además, aunque
no es muy frecuente, un ciclón extratropical puede transformarse
en una tormenta subtropical, y de ahí en un ciclón tropical. Desde Tormenta subtropical Gustav en 2002.
el espacio se observa que las tormentas extratropicales tienen un
patrón de nubes en forma de coma muy característico.[101] Los ciclones extratropicales también pueden ser
peligrosos cuando sus centros de bajas presiones producen fuertes vientos y mar alta.[102]
Un ciclón subtropical es un sistema atmosférico que tiene ciertas características de un ciclón tropical y otras de un
ciclón extratropical. Los ciclones subtropicales pueden aparecer en una amplia banda de latitudes, desde la Línea
ecuatorial al paralelo 50°. Aunque las tormentas subtropicales rara vez atraen vientos de fuerza huracanada, pueden
volverse tropicales según su núcleo se calienta.[103] Desde un punto de vista operacional, no se considera que un
ciclón tropical pueda convertirse en subtropical durante su transición extratropical.[104]
Ciclones tropicales en la cultura popular
En la cultura popular, los ciclones tropicales han aparecido en numerosos medios, como en el cine, la literatura, la
televisión, la música o los videojuegos. Se han usado ciclones tropicales ficticios o basados en hechos reales.[105] [59]
Por ejemplo, se cree que la novela de George R. Stewart, Tormenta, publicada en 1941, ha tenido influencia a la hora
de dar nombres femeninos a los ciclones tropicales del Océano Pacífico.[106] Otro ejemplo es el huracán de la
película La tormenta perfecta, que describe el hundimiento del pesquero Andrea Gail a causa de la Tempestad del
Noreste de Halloween de 1991.[107] También han aparecido huracanes en capítulos de series televisivas como Los
Simpson,[108] Invasión,[59] Padre de familia,[109] Seinfeld,[110] CSI: Miami[111] y Dawson's Creek.[112] La película de
2004, The Day After Tomorrow incluye varias menciones a ciclones tropicales.[113]
Notas
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24. Ciclón tropical 24
[8] Pasch, Richard J.; Blake, Eric S., Cobb III, Hugh D. y Roberts David P. (12 de enero de 2006). « Tropical Cyclone Report Hurricane Wilma
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[11] « AMS Glossary: C (http:/ / amsglossary. allenpress. com/ glossary/ browse?s=c& p=19)» (en inglés). Glossary of Meteorology. American
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[12] « Frequently Asked Questions: What is a "CDO"? (http:/ / www. aoml. noaa. gov/ hrd/ tcfaq/ A9. html)» (en inglés). Atlantic Oceanographic
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[13] « Frequently Asked Questions: What are "concentric eyewall cycles" (or "eyewall replacement cycles") and why do they cause a hurricane's
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[30] « Frequently Asked Questions: What are the average, most, and least tropical cyclones occurring in each basin? (http:/ / www. aoml. noaa.
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