¡Misionera de la primera hora!
Partió para América como guía de la
Primera Expedición Misionera FMA
el 14 de noviembre 1877.
Alma rica de fe.
Ardiente de amor para Dios y para el prójimo.
Una vida de entrega absoluta y total
obediencia.
Protagonista de una vida misionera generosa,
disponible al don de sí, pronta al sacrificio,
humilde, audaz, imbatible – como el viento de la
Patagonia - al afrontar toda dificultad en sus
36 años de vida misionera.
«Es verdad que la distancia que nos separa es muy grande, pero
consolémonos: ¡esta vida es muy breve! Pronto llegará el día en que nos
volveremos a ver en la eternidad si hemos observado con exactitud
nuestra S. Regla. Aunque nos separe el mar inmenso, podemos vernos y
estar juntas en el Corazón Sacratísimo de Jesús, podemos pedir siempre
las unas por las otras, así nuestros corazones estarán siempre unidos.»
(Carta 22. A la directora de la casa de Montevideo-Villa Colón sor Ángela Vallese.
Nizza, 9 abril 1879)
«Ánimo, mis buenas hermanas. Jesús debe ser toda vuestra fuerza.
Con Jesús las cargas se hacen ligeras, las fatigas suaves, las espinas se
convierten en dulzura...»
(Carta 22. A la directora de la casa de Montevideo - Villa Colón sor Ángela Vallese.
Nizza, 9 abril 1879)
«Me dices que tienes mucho trabajo, y yo me alegro, porque el trabajo es el padre
de todas las virtudes. Con el trabajo desaparecen los «grillos» y se está siempre
alegre. A la par que te recomiendo el trabajo, te recomiendo también que cuides
de la salud, y os recomiendo a todas que trabajéis sin ambición, sólo por agradar a
Jesús. Quisiera que infundieras en el corazón de esas queridas hermanas, el amor
al sacrificio, el desprecio de sí y un desprendimiento absoluto de la propia
voluntad. Nos hemos hecho religiosas para asegurarnos el Cielo, pero para ganarlo
hacen falta muchos sacrificios; llevemos la cruz con valor
y un día estaremos contentas.»
(Carta 25. A la directora de la casa de Montevideo - Villa Colón sor Ángela Vallese.
Nizza, 22 de julio 1879)
«¡Ánimo, pues! imitemos a nuestro Señor Jesucristo en todo, especialmente en la
humildad y en la caridad; pero de verdad... rezad también por mí, para que pueda
cumplir lo que os aconsejo. Está alegre... siempre alegre, no te ofendas nunca,
antes bien, en cuanto adviertas que alguna necesita un consuelo,
dáselo y consolaos y ayudaos recíprocamente»
(Carta 26. A las hermanas de la casa de Montevideo - Villa Colón. Nizza, 11 setiembre 1879)
« Mi buena sor Angelina, ánimo, está alegre y
procura que lo estén también todas mis queridas
hermanas. El Señor te desea todo bien, pero hace
falta que tú lo quieras, ¿no es verdad?»
(Carta 27. A la directora sor Ángela Vallese y a las hermanas
de las casas de Montevideo - Villa Colón y Las Piedras.
Nizza, 20 octubre 1879)
« Mis buenas hermanas, cuando queráis venir a hacerme una visita,
no vayáis a Mornese, sino aquí, a Nizza. Pobres hijas, estamos muy lejos
para hacer esto. Es mejor que vayamos al Corazón de Jesús y allí podemos
decírnoslo todo. Os aseguro que todas las mañanas os hablo en este
adorable Corazón y le hablo en la Sagrada Comunión y le digo muchas
cosas para cada una de vosotras. ¿Os gusta que nos visitemos de este
modo? Hacedlo también vosotras así ¿de acuerdo? »
(Carta 27. A la directora sor Ángela Vallese y a las hermanas de las casas de
Montevideo - Villa Colón y Las Piedras – Nizza, 20 octubre 1879)
«Decidme, ¿os queréis todas?
¿tenéis caridad unas con otras?
Espero que sí, pero también en
esto habrá que perfeccionarse.
Así es que, para agradar a nuestra
querida Madre María Santísima,
os tendréis gran caridad unas con
otras, os avisaréis con dulzura
y recibiréis de buen grado los
avisos, vengan de quien vengan.
Ánimo, mis queridas hijas, esta
vida pasa pronto y, a la hora de la
muerte, no nos quedarán más que
nuestras obras, y lo grande es que
se hayan hecho bien.»
(Carta 27. A la directora sor Ángela
Vallese y a las hermanas de las casas
de Montevideo - Villa Colón y Las
Piedras. Nizza, 20 octubre 1879)
«Ahora, mi querida sor Angelina, no me queda otra cosa que decirte,
que te hagas el ánimo y no vivas con el corazón encogido,
sino con un corazón generoso, grande y sin temores ¿has entendido?
Saluda a todas esas queridas hermanas. Estad todas alegres.»
(Carta 27. A la directora sor Ángela Vallese y a las hermanas de las casas de
Montevideo-Villa Colón y Las Piedras – Nizza, 20 octubre 1879)
«Y tú, mi querida sor
Angelina, ánimo y reza
mucho. De la oración
recibirás la ayuda necesaria
para cumplir bien tus
deberes. Da siempre buen
ejemplo a tus hermanas con
la observancia de la santa
Regla. Está siempre alegre:
que tu alegría sea mayor que
tus aflicciones.»
(Carta 47. A la directora de la
casa de Carmen de Patagones sor
Ángela Vallese y comunidad.
Nizza, 21 octubre 1880)
«Y tú, mi buena sor Angelina, he leído tu rendiconto; está tranquila y
piensa que nuestros defectos son hierbas de nuestro huerto y hay que
humillarse y combatirlos con valor. Somos miserables y no podemos ser
perfectos; por lo tanto, humildad, confianza y alegría.»
(Carta 55. A las hermanas de la casa de Carmen de Patagones - Argentina.
Nizza, 20 diciembre 1880)
« Además, mi buen Padre, yo no sé cómo arreglármelas. Imagínese que
tengo que dirigir dos casas, la de Villa Colón y la de Las Piedras, cuando no
soy capaz de gobernar una sola. Le ruego que se digne rezar mucho por mí.»
(Carta de Sor Ángela Vallese a Don Bosco - Villa Colón, 20 octubre 1879)
«Le pido también que
haga el favor de
mandarnos Hermanas
sanas y santas y, entre
ellas, una que lleve mi
cruz, para que, en vez de
mandar, no tenga más
que obedecer, porque
me parece que es más
fácil ir al cielo por el
camino de la obediencia
que no por el del
gobierno. Pero hágase
en todo la santa voluntad
de Dios y de mis
Superiores.»
(Carta de Sor Ángela Vallese a Don Bosco - Villa Colón, 20 octubre 1879)
«Estamos preparando vestiditos y otros indumentos para nuestras pobres
indiecitas, y creemos que el Señor nos está preparando mucho trabajo.
Nosotras lo deseamos ardientemente, para salvar muchas pobres almas que
yacen sepultadas en las tinieblas de la ignorancia. ¡Ah, reverendo Padre, si viera
cuántas indias tenemos, y qué miserables en el cuerpo y en el alma!
Nos dan verdadera compasión y sentimos enormemente no poderles ayudar
a todas, porque somos muy pocas y muy pobres.»
(Carta de Sor Ángela Vallese a Don Bosco - Carmen de Patagones, 6 octubre 1880)
«Antes de cerrar esta carta quisiera
pedirle a S.V. un favor, más bien dos.
Nos recomiende de modo especial a
María Auxiliadora, nuestra dulcísima
Madre, a fin que, mientras estamos
en estos lejanos pueblos haciendo
conocer a nuestro celeste Esposo
Jesús, Le permanezcamos fieles
hasta la muerte. Nosotras cuatro
deseamos hacernos santas y
esperamos lograrlo, si Usted reza
por nosotras.»
(Carta de Sor Ángela Vallese a Don
Bosco - Carmen de Patagones, 6
octubre 1880)
«El otro favor es que nos quiera enviar otras
Hermanas en ayuda, a fin que podamos conducir a
la salvación un mayor número de pobres
indígenas. Tenemos la esperanza que nos las envíe
pronto. ¡Oh! ¡Cuánto tarda aquel día!»
(Carta de Sor Ángela Vallese a Don Bosco.
Carmen de Patagones, 6 octubre 1880)
«El centenario de la muerte de
Sor Ángela Vallese sea para
nosotras un estímulo para vivir con
nuevo impulso la impronta
misionera dejada por Don Bosco al
Instituto y asumida por Madre
Mazzarello con verdadero ardor
apostólico.
Hoy estamos convocadas a un
serio, pero gozoso, empeño
misionero que se refuerza a través
del Magisterio del Papa Francisco.
Estamos invitadas a salir, a ir al
encuentro de los últimos, de los
pequeños y de los pobres, para
irradiar esperanza y hacerles
experimentar la bondad
misericordiosa de Dios Padre.»
«Con el impulso misionero de los orígenes, asumido con amor por cada
FMA, el Instituto continua abriendo de par en par las puertas del
Carisma hacia nuevos horizontes misioneros. El sueño de Don Bosco
y de María Doménica Mazzarello está vivo hoy en nuestra respuesta
generosa y sin medida: “vado io!” »
(Roma, 1 de enero 2014)
Roma, 17 agosto 2014
Centenario della morte di Sr. Angela Vallese
Ambito Missione ad/inter gentes
Fotografie: Archivio PEM 2013