Jeremías nació en Anatot y fue llamado por Dios a ser profeta siendo muy joven. Predijo la destrucción de Jerusalén y el cautiverio de los judíos en Babilonia si no se arrepentían de haber traicionado a Dios. A pesar de sus advertencias, los judíos no le obedecieron, por lo que fue encarcelado y azotado. Finalmente, sus profecías se cumplieron cuando Jerusalén y su templo fueron destruidos por los babilonios.