1. CURSO TALLER PRESTACIÓN DE SERVICIOS DE SALUD.
CRITERIOS PARA LA ATENCIÓN MÉDICA DE LA VIOLENCIA FAMILIAR
MANUAL DE APOYO DIDÁCTICO N° 1
MARCO CONCEPTUAL
LIC. ENF. EDDA ALATORRE WYNTER
DRA. MA. ENRIQUETA ESCARZA M
2. INDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN....................................................................................................................M1/1
OBJETIVO GENERAL............................................................................................................M1/1
OBJETIVOS ESPECÍFICOS...................................................................................................M1/1
1. PANORAMA DE LA VIOLENCIA FAMILIAR.......................................................................M1/2
2. DERECHOS HUMANOS....................................................................................................M1/4
3. MODELOS EXPLICATIVOS DE LA VIOLENCIA FAMILIAR...............................................M1/5
4. LA PERSPECTIVA DE GÉNERO PARA EXPLICAR LA VIOLENCIA FAMILIAR...............M1/6
4.1 EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LOS GÉNEROS................................M1/6
4.2 ALGUNOS MITOS Y REALIDADES SOBRE VIOLENCIA FAMILIAR.................M1/7
4.3 LAS RELACIONES DE PODER GENERADORAS DE VIOLENCIA...................M1/8
5. INDICADORES DE VIOLENCIA FAMILIAR........................................................................M1/9
6. METODOLOGÍA.................................................................................................................M1/10
7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS....................................................................................M1/10
M1/2
3. INTRODUCCIÓN
La Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA-1999. Prestación de Servicios de Salud. Criterios para
la Atención Médica de la Violencia Familiar define a la violencia como:
El acto u omisión único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia, en relación de poder -
en función del sexo, la edad o la condición física -, en contra de otro u otros integrantes de la
misma, sin importar el espacio físico donde ocurra el maltrato físico, psicológico, sexual o
abandono.
De este enunciado podemos hacer dos reflexiones fundamentales: las repercusiones que en
mayor o menor medida tiene en la salud cualquier tipo de maltrato, y el contexto de poder en el
que se abusa o se es abusado. Este último aspecto supone un ejercicio abusivo del poder,
práctica que sólo es posible entre individuos socialmente desiguales.
La familia es una institución histórica y dinámica fundamental, entre otras cosas, para la
reproducción de las relaciones sociales, es decir, la familia es un espacio donde se gestan las
sociedades democráticas, tolerantes, respetuosas de los Derechos Humanos, o por el contrario,
abusivas y violentas.
La familia ha sido también un mundo de reflexión para el análisis de las relaciones de poder desde
otras perspectivas: los estudios de Género por ejemplo, importante metodología científica
impulsada por las ciencias sociales que ha aportado –entre otros- sustento para diferenciar cuáles
conductas, habilidades, sentimientos, son innatos, por lo tanto naturales y cuáles otros son
aprendidos en un marco sociocultural –como la violencia-, por lo tanto no naturales, por ello
modificables. Cuando hablamos de conductas violentas aprendidas en un proceso de
construcción social, la metodología de los estudios de Género nos aportan también elementos
para romper las estructuras de abuso y violencia y construir nuevas formas de relación en un
mundo constituido por igual de individuos del género femenino y del género masculino.
OBJETIVO GENERAL
Analizar el fenómeno de violencia familiar y los mecanismos a través de los cuales las personas
aprenden a relacionarse por medio de la violencia, lo que afecta la salud y el pleno ejercicio de los
Derechos Humanos
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
• Identificar algunos conceptos básicos sobre los Derechos Humanos.
• Identificar algunos conceptos básicos de la perspectiva de género y su utilidad para explicar las
relaciones de abuso de poder y la violencia familiar.
• Analizar otros factores, además del género, asociados a la violencia familiar que aumentan el
riesgo de ejercerla y sufrirla.
• Presentar un panorama de la violencia familiar en México y las repercusiones que tiene la
salud individual, familiar y social.
1. PANORAMA DE LA VIOLENCIA FAMILIAR
A lo largo de la historia y en gran parte del mundo, la violencia familiar ha existido como una
creación de la cultura y no como natural para los humanos. La violencia familiar se ha expresado
M1/3
4. de diferentes maneras y ha sido validada muchas veces por las instituciones sociales organizadas
de manera vertical, en donde el ejercicio del poder de algunos seres humanos los hace verse
superiores a otros.
Actualmente, la lucha por desarrollar una cultura de los derechos humanos que buscan la equidad
e igualdad entre las personas, hace más notoria la violencia familiar y provoca que ésta tome otra
dimensión. El problema en todas sus expresiones, se observa cada vez más como un problema
social, ya que es visto por más sectores de la sociedad y con consecuencias específicas en la
salud de las personas, en el funcionamiento de las familias, en el desarrollo de las comunidades y
por lo tanto, en el desarrollo de un país.
En México, como en otros países, la violencia es reconocida como un problema de salud pública
ya que impacta a la salud de las personas en todas las áreas de su desarrollo. Así lo demuestran
los datos estadísticos de investigaciones en diferentes países, los cuales han demostrado la
amenaza que significa para la salud de las mujeres, niñas, niños, adolescentes, embarazadas,
adultos (as) mayores y discapacitados(as).
Para el caso de México, no se tienen datos que permitan tener un panorama nacional sobre la
prevalencia de la violencia hacia las mujeres debido a que no existe un Sistema de Información
Interinstitucional, sin embargo algunos estudios regionales validan la importancia de considerar a
la violencia como un problema que merece acciones inmediatas para combatirla.
Shrader y Valdés, (1992, en Heize, et. al, 1994) mostraron como resultado de un estudio en
Ciudad Nezahualcoyotl que de 342 mujeres alguna vez unidas en pareja, de 15 años y mayores, el
33% había vivido una relación violenta. De éstas el 66% sufría violencia física, el 76% violencia
psicológica y el 21% había sufrido violencia sexual.
El Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI) desde su creación en 1990, reporta que
entre el 88 y 90 % de las personas que viven violencia familiar en el Distrito Federal son mujeres.
(Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal; Dirección General de Atención a Víctimas
del Delito, 1997).
El Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar del D.F. reporta en el período 1991-1994 que el
86% de los 55 952 personas atendidas fueron mujeres adultas, el 10% niñas y el 4% ancianos. En
1995 al analizar el responsable del maltrato señala que en el 86.8% fue un varón el agresor
(79.8% pareja de la víctima, 4% hijo y 2.1 el padre). En 1996 se registran 89.5% mujeres como
víctimas de maltrato y 10.5 % hombres.
En una revisión de 15 162 certificados de defunción por muerte violenta en la zona metropolitana
de la Ciudad de México que abarca de 1993 a 1997 se identifica que si bien la mayor parte de las
víctimas fueron varones (80.0%) el sitio de la muerte que predomina en la mujer es el hogar, el
envenenamiento es 9 veces mayor entre las mujeres que entre los hombres y el homicidio por
sumersión también tiene una proporción mayor en mujeres con relación a los hombres. Los
homicidios fueron 3.8 veces mayores por estrangulación y 2 veces mayores por lucha, altercado,
violación y ataque por otros medios. En la tercera parte de las mujeres asesinadas se encontraron
antecedentes de violencia previa.
Parece ser que durante el embarazo la violencia hacia la mujer empieza o se exacerba, poniendo
en riesgo la salud de la madre y del producto, pudiendo llevar a casos de muerte de ambos.
Valdés y Sanin (1996) encontraron en el estado de Morelos que de 110 mujeres encuestadas,
33.5% fue violentada, la mayoría por sus parejas, una fue violada y el embarazo se debía a esta
situación. La violencia se inició en la mayoría de los casos en el transcurso de la vida en común,
9% durante el embarazo y 5.4% al momento de que se enteró de éste. Se encontró que el peso
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5. promedio de los bebés al nacer, en caso de mujeres maltratadas fue de 2485g mientras que en las
no maltratadas fue 3050g.
En un estudio en la zona metropolitana de Guadalajara, Ramírez y Vargas (1997) encontraron que
el 56% de 581 mujeres había vivido algún tipo de violencia. De ellas, el 43% reporta que la
violencia fue infringida por su pareja. Un estudio en el sur de la Ciudad de México (Natera, Tiburcio
y Villatoro, 1997) identificó que el 38.4% de 544 mujeres que vivían con su pareja, había sufrido
algún tipo de violencia. El estudio informa también que los actos violentos estaban asociados
significativamente con el uso de alcohol y los celos por parte de la pareja hombre.
El Colegio de la Frontera Norte en una investigación realizada en 1999 con 704 personas
residentes en Tijuana muestra que el 98.7% de las mujeres padecen maltrato psicológico y el 70%
maltrato psicológico y físico.
Datos preliminares de una muestra representativa de mujeres que asistieron a Centros de Salud
en el D.F., (1999) por otras causas, reportan que el 42% sufren maltrato emocional, el maltrato
físico se presentó en 32% y maltrato sexual en 14%, y 17% reporta algún maltrato durante el
embarazo.
Cuando una mujer no tiene la opción de decidir por algún método anticonceptivo porque su pareja
no se lo permite o frente a un acto de violencia sexual, no puede prevenir una Enfermedad de
Transmisión Sexual ni un embarazo no planeado o deseado.
Por lo que se refiere a los niños y las niñas, los datos con que se cuenta son:
El Instituto Nacional de Pediatría informó que en 1994, de 81 casos de niños con síndrome de
maltrato en los que se pudo recabar el dato de la escolaridad del agresor, en 12 éste era
analfabeto; en 41 había cursado la primaria; en 20 había terminado la secundaria, en 5 la
preparatoria y en 3 una carrera profesional.
En un estudio sobre el maltrato a los niños realizado en el Hospital Infantil de México en 1997 se
dice que, de 686 casos, en el 39% fue la madre quien maltrató, en el 19.1% fue el padre, en el
10.7% el padrastro o la madrastra y en el resto abuelos, tíos, hermanos y algunos otros, menos
significativos en número, de cuyo sexo no se habla.
El DIF reporta que, de los 25 259 casos de menores víctimas de maltrato que fueron atendidos por
ese sistema en todo el país durante 1997, en 10 317 la madre fue la agresora, en 5 618 lo fue el
padre, en 1 659 el padrastro y en 1 359 la madrastra. El resto de los agresores está conformado
por otros como tíos y abuelos cuyo sexo no se menciona.
La violencia familiar también tiene efectos sobre el desarrollo de los hijos y las hijas en cualquier
edad. Cuando los hijos e hijas son testigos de violencia o víctimas de ella, ésta tendrá
consecuencias individuales y sociales.
2. DERECHOS HUMANOS
Los Derechos Humanos o Derechos Fundamentales, son aquellos inherentes a la naturaleza
humana, que el Estado está obligado a respetar y a defender en virtud de que reconocen la
dignidad humana, por lo que el garantizar estos derechos humanos se convierte en un imperativo
moral y legal. Así mismo, el Estado reconoce que no existe rango, característica o condición
propia de un individuo que lo distinga de los demás, que pueda modificar cuantitativamente y
cualitativamente sus derechos.
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6. El filósofo austríaco Emmanuel Kant al formular su Imperativo Categórico establece que todo ser
racional (en potencia o en ejercicio) posee un valor intrínseco, superior a todo precio y que no
permite equivalencia alguna, a este valor le denomina dignidad. En concreto, los seres humanos
valemos sólo por el hecho de ser seres humanos.
En la historia de los Derechos Humanos se observan dos corrientes del desarrollo humano: una,
que representa la lucha por producir derechos antes no advertidos y obtener una aceptación y el
otro, que representa la continua lucha por asegurar que los derechos establecidos sean
respetados.
En 1948, la Asamblea General de la ONU promulgó la primera parte de la declaración conocida
como Declaración Universal de los Derechos Humanos. Posteriormente, se han realizado
numerosas convenciones y se han creado comisiones para anexar y proteger otros derechos del
ser humano, aunque lamentablemente cada día y en diversos puntos del planeta, éstos se siguen
violando.
Los Derechos Humanos se suponen inviolables y no pierden su prioridad ante ninguna ley o norma
jurídica, protegen la vida, proscriben la tortura, aseguran la igualdad del individuo en relación con
sus congéneres: garantizan la libertad de conciencia, de culto, de expresión y de pensamiento,
amparan el derecho a la intimidad, al trabajo, a la educación y salud; el derecho a ser juzgados(as)
y a que se guarde el debido proceso, etc.
A más de 216 años de su génesis, resulta encomiable el esfuerzo realizado por hombres, pueblos
y organizaciones en diversas épocas y lugares, que superaron vicisitudes de diversa naturaleza
como políticas, económicas, sociales y culturales entre otras, al tomar conciencia de la necesidad
imperiosa de salvaguardar los Derechos Humanos.
A nivel regiona, han surgido organizaciones que tienen entre sus objetivos la tutela de los
derechos humanos, como es el caso de la OEA, que actúa en el Continente Americano, y que fue
constituida en la novena Conferencia Internacional Americana, realizada en Bogotá, del 30 de
marzo al 2 de mayo de 1948, en la cual fue aprobada su carta, y adoptada la resolución XXX, que
en materia de protección de los derechos humanos es trascendental.
En cuanto a su contenido, los Estados miembros, proclamaron la existencia de los derechos
indicados, los cuales, pertenecen a todos los seres humanos, sin ninguna limitación en su goce.
Se comprometieron a elaborar y adecuar sus legislaciones a los principios de igualdad, libertad, y
dignidad humana, como medio para facilitar el acceso de todos los hombres al bienestar material y
espiritual.
Asimismo, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, a diferencia de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, que sería pronunciada unos cuantos meses
después, incluyó un capítulo sobre los deberes del hombre, con respecto a su familia, a su
comunidad, a su país, y al conglomerado internacional, como: deberes con los hijos y los padres,
deber de sufragio, deber de obediencia a la Ley, deber de pagar impuestos, deber de trabajo, etc.
Advierte Alfred Vedross que, la Declaración Universal de Derechos Humanos, “(…) no es
obligatoria jurídicamente sino (moralmente), puesto que la asamblea General de la ONU no tiene
en principio competencia legislativa y sólo puede hacer recomendaciones (…) los Estados tienen,
pues, la obligación moral de reconocer estos principios como parte de su comportamiento (…).”, en
efecto, la Asamblea General de las Naciones Unidas es el órgano plenario y deliberante de dicha
organización universal, cuya función específicamente consiste en emitir recomendaciones (no
tiene facultades legislativas) a los Estado, quienes finalmente crean normas del Derecho
Internacional Público, a través de la costumbre o de los tratados internacionales.
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7. El Pacto de derechos económicos, sociales y culturales, contiene los siguientes derechos: al
trabajo, al goce de condiciones equitativas y satisfactorias, de sindicación y asociación, a la
seguridad social, protección a la familia, a disfrutar de un nivel adecuado de alimentación, vestido y
vivienda, a disfrutar un alto nivel de salud física y mental, a la educación, y a participar en la vida
cultural.
Por su parte, el Pacto de los derechos civiles y políticos enuncia los siguientes derechos: a la vida,
prohibición de la tortura, penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, prohibición de la
esclavitud, a la libertad, a la seguridad personal, prohibición de prisión por deudas, de tránsito, no
expulsión de extranjeros sin causa justa prevista en la Ley, igualdad de las personas ante la Ley,
irretroactividad de la Ley penal, al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la intimidad,
libertad de pensamiento, de conciencia y religión, libertad de expresión, de reunión y asociación,
derechos del niño, al voto, a ocupar cargos públicos y prohibición de propaganda a favor de la
guerra
Estos derechos son irrenunciables, inalienables, intransferibles e inprescriptibles
3. MODELOS EXPLICATIVOS DE LA VIOLENCIA FAMILIAR
Los conceptos de violencia familiar han ido cambiando a partir de que se empezó su abordaje,
diversas organizaciones feministas empezaron hace más de 20 años a considerar el fenómeno de
las mujeres maltratadas como un problema social.
Se han propuesto explicaciones del porqué de la violencia hacia las mujeres, identificando tres
modelos que podrían explicarla.
• Modelo de violencia interpersonal, surge entre adultos que no tienen capacidad para lidiar sin
violentarse con estresores o conflictos, este modelo identifica ciertas crisis familiares,
personales relacionadas estrechamente con la violencia ejemplo: desempleo, nacimiento de un
bebé, etc. Diversas investigaciones han demostrado que no existe psicopatología en las y los
involucrados en situaciones de violencia familiar, sino que se reconoce que la violencia
contínua desarrolla malestar identificado clínicamente como efecto inmediato o acumulativo.
• El modelo de violencia familiar de Strauss, Gelles y Steinmetz sostiene que la violencia se
aprende en la niñez y se transmite de generación en generación y que algunos enfoques
culturales la refuerzan.
• El modelo de la perspectiva de género sostiene que la violencia masculina es una expresión
particular de un patrón que comprende el control de los hombres sobre las mujeres. La
violencia les permite a los hombres controlar la relación y se basa en la desigualdad de poder.
Existen algunos modelos que combinan varios elementos de unos modelos con los de otros:
Modelos Mixtos
Cualquier construcción teórica que se utilice sobre la violencia familiar, deberá considerar un
análisis sobre la desigualdad intergenérica de poder; desde esta perspectiva se pueden identificar
factores para valorar el potencial de violencia: 1) grado de verticalidad de la estructura familiar, 2)
rigidez de las jerarquías, 3) creencias sobre la obediencia y respeto, 4) creencias sobre
disciplina y castigo, 5) adhesión a estereotipos de género y 6) grado de autonomía de miembros
de la familia.
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8. 4. LA PERSPECTIVA DE GENERO PARA EXPLICAR LA VIOLENCIA FAMILIAR.
Desde esta perspectiva se ha podido demostrar que la violencia no es natural en los seres
humanos, que es una conducta aprendida como forma de enfrentar conflictos o de relacionarse
con otros, y que la violencia familiar forma parte de la lógica de un sistema patriarcal de dominio y
opresión que considera “natural” imponer autoridad a través de la violencia.
Desde luego que la violencia puede tener otros orígenes no sociales que requerirían de otra
metodología de análisis y otro tratamiento, pero cuando hablamos de conductas violentas
aprendidas en un proceso de construcción social como individuos del género masculino y como
individuos del género femenino, la metodología de los estudios de género nos aporta también
elementos para romper las estructuras aprendidas y construir nuevas formas de relación entre los
géneros.
A lo largo de la historia, las distintas sociedades han dado un mayor valor a las tareas, funciones,
responsabilidades y atributos asignados al género masculino. Esta diferencia de valor ha
significado también una diferencia de poder manifestada, tanto en el ámbito público como en el
privado, es decir, al interior de la propia familia.
Las relaciones entre los miembros de la familia resultan ser asimétricas en cuanto al poder,
favoreciendo a los hombres adultos, en detrimento de los menores de edad, los y las ancianas,
los más débiles o enfermos y sobre todo a las mujeres. En este contexto se articulan las relaciones
inter e intra géneros.
4.1. El Proceso de Construcción de los Géneros
Conviene hacer algunas precisiones en torno a los términos “sexo” y “género” para desarrollar este
tema. Sexo es una variable biológica determinada desde la concepción misma y se traduce en una
condición física que no se puede cambiar con la que se nace “hombre” o se nace “mujer”. El
género en cambio es una categoría determinada en un contexto social, que cambia según las
normas y valores que imponga el o los grupos en el poder y que por el hecho de ser adquirida
socialmente es susceptible de modificarse.
El hecho de que la mujer biológicamente posea funciones ligadas a la vida misma, ha hecho que
se le sitúe en el campo de la naturaleza y se le margine del campo de lo social, detentado por los
hombres, plataforma desde la cual han establecido cuáles son los roles que deberán desempeñar
los géneros: masculino y femenino.
Durante siglos, las mujeres y los hombres han adquirido -por efectos de circunstancias sociales y
culturales- una personalidad psicosexual que los diferencia y que se manifiesta en el dominio del
género masculino sobre el femenino; desigualdad que pretende fundamentarse en las diferencias
biológicas cuando en realidad se fundamenta en un sistema de valores sancionados socialmente.
El estatus de superioridad de los hombres y de inferioridad de las mujeres es definitivamente un
producto social, como lo es también la violencia como forma de relación (Alatorre, E. 1998).
El proceso mediante el cual se instituyen los roles para hombres y mujeres es complejo y
multifactorial, pero reconoce la contribución histórica que han tenido en dicho proceso la familia y
las instituciones educativas, tanto en la transmisión de conocimientos mediante métodos formales
e informales como en la socialización del sistema de valores que fundamenta la desigualdad
genérica. También intervienen las instituciones políticas, religiosas, militares, el medio laboral y los
medios de comunicación, entre otros.
La violencia suele estar incorporada a la identidad masculina. Desde pequeños, los niños
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9. aprenden a responder agresivamente y se entrenan en aspectos activos como ganar, competir,
luchar, apoderarse, imponer, conquistar, atacar, vencer. Las niñas aprenden a ceder, a pactar, a
cooperar, a entregar, a obedecer, a cuidar; aspectos menos valorados y por lo tanto socialmente
inferiores. En el proceso de socialización o de construcción de los géneros suele desvalorizarse
“lo femenino”. Son comunes frases como: “vieja el último”, “sólo lloran las viejas”, etcétera.
4.2. Algunos Mitos y Realidades Sobre la Violencia Familiar.
La cultura ha sido un instrumento poderoso en la conservación y reproducción de las estructuras
sociales, en la forma de entender al mundo y en el sistema de premios y sanciones a quienes
cumplen o se alejan del “modelo ideal” esperados para hombres y mujeres en distintas
circunstancias.
La violencia familiar está rodeada de prejuicios en los que se justifica a los hombres violentos y se
condena a las mujeres violentas, o se las culpa de ser la causa de las relaciones violentas por no
cumplir con lo que se espera de ellas.
Para enfrentar el problema de la violencia familiar es necesario cuestionar algunos mitos que no
hacen sino perpetuarla:
Que sólo en las familias con problemas hay violencia.
Falso. Si bien en todas las familias se presentan problemas derivados de la propia convivencia, lo
que hace la diferencia es la forma de enfrentarlos. Unas familias lo hacen con violencia física,
psíquica, sexual, abandono, o explotación y nunca los resuelven sino que los agravan; otras,
utilizan el diálogo, el respeto mutuo y la negociación.
Que sólo los hombres adictos a drogas o alcohol, desempleados o con problemas en su trabajo
son violentos.
Falso. Se intenta justificar la violencia por efecto de una situación personal problemática y
transitoria, pero las personas violentas lo son también cuando no están sometidas a ninguna
adicción o situación conflictiva concreta.
La violencia dentro de la casa es un asunto de la familia y no debe salir ni difundirse fuera.
Falso. Afortunadamente esto, está cambiando. Hoy, ningún acto que dañe la integridad de
cualquier miembro de la familia puede ser considerado privado o secreto; por el contrario,
constituye un delito, una violación a los derechos de la persona establecidos en los diferentes
ordenamientos legales que debe ser castigado conforme a Derecho.
Que siempre se exagera la realidad cuando se habla de violencia contra las mujeres.
Falso. Si bien nadie está exento de ser víctima de violencia, las estadísticas son contundentes.
Cuando una mujer solicita ayuda, generalmente la situación ya es grave. Los hombres violentos y
la sociedad en general no lo reconocen o lo desvirtúan lo que puede incrementar el riesgo y más
aún llevar a la muerte a la mujer violentada.
Que es mejor aguantar la violencia pues una separación afecta más a los hijos.
Falso. Desde luego que lo deseable para todos los niños y las niñas es crecer y desarrollarse en
familia pero cuando su familia lejos de ser un refugio de paz y convivencia armónica se convierte
en fuente de agresión y maltrato afectará su conducta, su salud, su rendimiento escolar, su vida.
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10. Además, los menores de edad aprenden como “normal” que las relaciones familiares se dan de
manera violenta, abusiva e intolerante y tendrán una fuerte tendencia a reproducir estas formas de
relación al tener su propia familia.
Que las mujeres no ponen fin a la violencia familiar por que les gusta sufrirla.
Falso. Desde fuera resulta difícil comprender por qué no se abandona la violencia o por qué
muchas mujeres regresan una vez que se han marchado. Son muchos los factores, muchas las
dependencias, muchos los obstáculos, sobre todo relacionados con: apoyo familiar, solvencia
económica, y apoyo y confianza en las leyes. La ausencia de respuesta solidarias aumenta su
soledad, su depresión, su aislamiento y su impotencia.
De aquí la importancia que tiene el personal de salud cuando detecta que un usuario vive con
violencia. Debe haber una eficiente coordinación interdisciplinaria para que sus intervenciones
realmente sean terapéuticas para todos los involucrados.
4.3. Las Relaciones de Poder Generadoras de Violencia.
Las personas violentas no tienen rasgos distintivos que las identifiquen como tales, tampoco son
enfermos mentales. Suelen ser personas con valores tradicionales para las que todo lo “masculino”
–fuerza, impulsividad, poder, éxito, competitividad– está por encima de lo “femenino” –sensibilidad,
entrega, ternura, fidelidad, prudencia-.
Los hombres y las mujeres aprenden que ser varón es más importante y que una forma de
demostrarlo es ejerciendo poder sobre su pareja y sobre su familia. La violencia se aprende, sobre
todo observando modelos significativos: padres, hermanos, maestros. El niño aprende a agredir
como una forma de defender sus derechos, de solucionar conflictos y de hacer valer su poder.
Se ha demostrado que el afán de poder y de dominio son algunos de los motivos principales de los
violadores para agredir a las mujeres, y no como se piensa, como descarga de instintos sexuales
(CFR. Valdéz, Rosario “Violencia…”1998).
Azaola, Elena(1996)aporta valiosa información sobre la violencia hacia las y los menores de edad,
en la que cuando la madre o alguna figura femenina es la que ejerce la violencia, ella misma sufre
de maltrato por parte de su pareja, o de algún miembro de la familia
Estudios del Instituto Nacional de Pediatría cuestionan la afirmación de que la madre es la mayor
agresora, pues al atender a niños y niñas maltratados(as), encuentran que viven en hogares casi
siempre, con padre ausente, lo que no exculpa a la madre, pero explica que en esta relación de
poder ella resulta ser la que maltrata
5. INDICADORES DE VIOLENCIA FAMILIAR
La NOM-190-SSA1-1999. Prestación de servicios de salud. Criterios para la atención médica,
señala en sus artículos 4.7 a 4.12 lo siguiente:
47Grupos vulnerables, a las niñas, niños, adolescentes; mujeres embarazadas o personas en
situaciones especialmente difíciles; adultos mayores; hombres y mujeres con enfermedad física o
mental discapacitante, o en desventaja física, económica o cultural.
48Identificación del grado de riesgo, a la valoración que a través de un interrogatorio mínimo,
permite identificar la presencia del maltrato, la probabilidad de incremento de la frecuencia y la
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11. gravedad del mismo debido a violencia familiar, entre las o los usuarios en situación de riesgo o
entre la población en general.
49Indicadores de abandono♦, a los signos y síntomas, físicos o psicológicos, debidos al
incumplimiento de obligaciones entre quien lo sufre y quien está obligado a su cuidado y
protección, que pueden manifestarse en la alimentación y en la higiene, en el control o cuidados
rutinarios, en la atención emocional y el desarrollo psicológico o por necesidades médicas
atendidas tardíamente o no atendidas.
410Indicadores de maltrato físicou, a los signos y síntomas, -hematomas, laceraciones, equimosis,
fracturas, quemaduras, luxaciones, lesiones musculares, traumatismos craneoencefálicos, trauma
ocular, entre otros-, congruentes o incongruentes con la génesis de los mismos, recientes o
antiguos, con y sin evidencia clínica o mediante auxiliares diagnósticos, en ausencia de patologías
condicionantes.
411Indicadores de maltrato psicológicou, a los síntomas y signos, indicativos de alteraciones a
nivel del área psicológica -autoestima baja, sentimientos de miedo, de ira, de vulnerabilidad, de
tristeza, de humillación, de desesperación, entre otros- o de trastornos psiquiátricos - como del
estado de ánimo, de ansiedad, por estrés postraumático, de personalidad; abuso o dependencia a
sustancias; ideación o intento suicida, entre otros.
412Indicadores de maltrato sexualu, a los síntomas y signos, físicos -lesiones o infecciones
genitales, anales, del tracto urinario u orales- o psicológicos - baja autoestima, ideas y actos
autodestructivos, trastornos sexuales, del estado de ánimo, de ansiedad, de la conducta
alimentaria, por estrés postraumático; abuso o dependencia a sustancias, entre otros -,
alteraciones en el funcionamiento social e incapacidad para ejercer la autonomía reproductiva y
sexual.
6. METODOLOGÍA
1) Se hará una exposición verbal inicial con duración de 1 hora.
2) El trabajo de taller consistirá en una primera parte que abarcará los ejercicios 1,2,3, se
presentan en acetatos los cuadros y en grupo se analizan mediante lluvia de ideas.
3) En cuatro grupos se desarrolla el ejercicio 4.
¨♦Debidos a violencia familiar.
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12. 7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Alatorre Wynter Edda, El Deber ser de las Mujeres. Una ojeada al pasado Gaceta de la
CNDH número 92, marzo, México 1998.
- Azaola, Elena. El delito de ser mujer. Edit. Plaza y Valdéz, México 1996.
- Gobierno del Distrito Federal, Secretaría de Desarrollo Social. La perspectiva de Género.
Una Herramienta para Construir la Equidad en la Familia y el Trabajo. México 1999.
- Hijar Medina, Martha et.al. Violencia y lesiones. Rev. Salud Mental V, 15, no. 1. México,
marzo 1992.
- Instituto Mexicano de Investigación de Familia y Población. “El Rol del Personal de Salud en
la Sociedad: Un enfoque Humanista”. - México 1999.
- Instituto Mexicano de Investigación de Familia y Población.- “Los Servicios de Salud Ante la
Violencia Doméstica. - México 1999.
- López, María Victoria et. al. Muertes por homicidio, consecuencia fatal de la violencia. El
caso de México 1979 – 1992. Rev. Salud Pública 30 (1), México 1996.
- Secretaría de Salud. NOM 190 SSA 1 – 1999. Prestación de Servicios de Salud. Criterios
para la atención médica de la violencia familiar DOF 8 de marzo 2000.
- Tovar López, Lorena. “México y las Convenciones Internacionales en Materia de
Derechos Humanos. - México 1994
- Valdéz, Rosario y Hume, Patricia. Violencia doméstica. Cidhal Centro para Mujeres. México,
1998.Valdéz Santiago, Rosario. “Panorama de la Violencia Doméstica en México:
antencedentes y perspectivas”. Ponencia presentada en el VII Congreso de Investigación en
Salud Pública. Instituto Nacional de Salud Pública. México 1998.
- Valdéz Rosario y Juárez Clara.- “Impacto de la Violencia Doméstica en la Salud Mental de
las Mujeres: Análisis y Perspectiva en México”.- Salud Mental V. 21, No. 6, dic. 1998.
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13. Ejercicio 1
JUGUETES
NIÑAS NIÑOS
Muñecas Carros
Juegos de belleza Pistolas
Juego de trastes Guantes de box
Juego de enfermera Juego para armar
Muñecas de vestir Juego de doctor
Cochecitos para muñecas Juego de química
Cocinitas Aviones y Trenes
Juegos para limpieza Soldaditos
♦ Los juguetes que nos regalaron cuando pequeñas/os eran evidentemente diferentes si éramos hombres o mujeres.
También son diferentes los mensajes que estos juguetes trasmiten, o sea, las señales que nos envían sobre lo que
se espera de las mujeres y de los hombres.
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14. ♦ Los juguetes de las niñas encierran los siguientes mensajes:
• La tarea más importante es cuidar a otros.
• La misión fundamental de sus vidas es ser madre y comportarse
maternalmente.
• La ternura y delicadeza son parte “natural” de su personalidad.
• Siempre hay que estar bonita; hay que cuidar el aspecto físico y
esconder el envejecimiento, porque es contrario a la belleza. El
aspecto físico es un atributo de las mujeres, quienes deben aprender a
ser bonitas para los demás.
• Si se desea ser profesional no se debe aspirar a carreras “difíciles”, o
sea, aquellas señaladas como “carreras de hombres”. Deben buscar
trabajos “más femeninos”, aunque sean menos valorados y pagados.
• Se deben aprender los oficios domésticos porque son responsabilidad
de las mujeres. Limpiar, cocinar y cuidar son algunas de las tareas
importantes que deben realizar.
• Los juegos se desarrollan en el ámbito privado: “la mujer es de la
casa”.
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15. • Los juguetes de los niños encierran los siguientes mensajes:
• La acción es parte importante de los juegos, por eso muchos de los
juguetes son para usarse fuera de la casa. Además, nos recuerdan
que: “el hombre es para la calle”.
• Los juegos que desarrollan destrezas y hacen pensar son los
adecuados para la inteligencia de los hombres.
• Jugando con carritos, con aviones y con trenes se viaja por el mundo,
se conoce el exterior, se ensancha el mundo, fuera de la casa.
• La violencia es parte de las relaciones interpersonales. Con las
pistolas se aprende a enfrentar a los demás, a matarlos si es
necesario; con los soldaditos se juega a la guerra; se compite a muerte
por lograr el objetivo. Este permiso de “violentar” a los y las demás
tiene estrecha relación con el hecho de que son los hombres los
mayores agresores.
• Llegar a ser un profesional prestigioso y bien pagado es un mandato al
que todo niño debe aspirar.
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17. m Esta asignación de características encierra varios
problemas:
a.Las características asignadas a las mujeres son menos valoradas que
las asignadas a los hombres: en esta sociedad se valora mucho más
el ser racional, objetivo, independiente, etc., que el ser emocional,
subjetiva, dependiente, etc.
b.Lo anterior, plantea a su vez, que los hombres son seres humanos
“más completos”, “más valiosos”, “más capaces” y, por el contrario,
las mujeres son “el sexo débil”, “incapaces e incompletas”.
c. Con base en lo anterior, la sociedad ha otorgado a los hombres mayor
poder que a las mujeres y ha ubicado a estas últimas en una posición
de subordinación y de discriminación.
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18. Ejercicio 3
SI ES MUJER SE DICE CUANDO UNA SI ES HOMBRE SE
QUE ES: PERSONA SE DICE QUE ES:
COMPORTA EN
FORMA:
Terca INSISTENTE Tenaz
Desvergonzada DESINHIBIDA Seguro
Histérica EXALTADA Temperamental
Sabionda ACERTADA Inteligente
Chismosa EXTROVERTIDA Comunicativo
Marimacha SI SE DEFIENDE Muy hombre
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19. Ejercicio 3
SI ES MUJER SE Y TAMBIEN SI ES HOMBRE SE
DICE QUE ES: CUANDO UN SER DICE QUE ES:
HUMANO SE
COMPORTA EN
FORMA:
Delicada SENSIBLE Maricón
Dócil OBEDIENTE Débil
Sentimental EMOTIVA Llorón
Juiciosa PRUDENTE Cobarde
Ingenua INOCENTE Idiota
Fiel SI SE SOMETE Arrastrado
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20. Ejercicio 4
LA RUEDA DE PODER Y CONTROL
Objetivos:
• Identificar los actos u omisiones que conforman cuatro tipos de violencia (psicológica, física,
sexual y económica).
• Comprender que estos cuatro tipos de violencia no son excluyentes entre sí.
• Confirmar que la violencia implícita el abuso de poder para lograr control y dominio.
Duración:
40 minutos
Material:
• La rueda de poder y control dibujada en una cartulina grande y cortada en cuatro partes y el
pequeño círculo con las palabras “poder y control” (apoyo instruccional).
• 4 plumones de diferente color.
• Cinta adhesiva para pegar la rueda.
• Plumones o gis para pizarrón.
Procedimientos:
• El facilitador o la facilitadora formará cuatro equipos y pedirá que se agrupen en pequeños
círculos para trabajar.
• Proporcionará a cada equipo, una rueda con el nombre de un tipo de violencia (Psicológica,
Física, Sexual, Económica).
• Pedirá que escriban en forma de lista todos aquellos actos u omisiones que pertenezcan al tipo
de violencia que les fue asignado.
• Al terminar, una persona de cada equipo pasará al frente a exponer su lista y pegarlo en la
pared, de tal forma que se irá formando la rueda de poder y control.
• El o la facilitadora pedirá al grupo sugiera otros actos u omisiones para agregar a la lista y
completará la lista.
• Ya formada la rueda, el o la facilitadora pegará un pequeño círculo al centro que tiene las
palabras poder y control.
• Explicará que esto representa el eje de la rueda, y es lo que impulsa la violencia.
Sugerencias para la enseñanza:
Supervisar el trabajo de los equipos y apoyar cuando sea solicitado por ellos.
Este ejercicio fue creado de una adaptación de la “Rueda de Poder y Control” de Pence y Paymar (1986, en Schorstein,
1997).
Tomado de “Los Servicios de Salud Ante la Violencia Doméstica”. Manual para instructores. Instituto de Investigación Familiar y
Población. México, 1999.
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21. Señala que los diferentes
tipos de violencia son
excluyentes entre sí.
Comentar que algunos
actos u omisiones de
violencia son considerados
conductas normales, y que
difícilmente se reconoce
como violencia. La
importancia de este ejercicio
es que ayuda al grupo a
identificarlos.
Cerrar enfatizando que
todos los actos u omisiones
de violencia representan un
abuso de poder que se
ejerce para lograr control o
dominio sobre una persona
o situación.
C:de Capacitaci?nDE APOYO 01.DOC
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