El impacto de la digitalización en los perfiles profesionales
1. tribuna
Lorena Fernández Álvarez
Directora de Identidad Digital
de la Universidad de Deusto
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EL IMPACTO DE LA
DIGITALIzACIÓN
EN LOS PERFILES
PROFESIONALES
tribuna
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En 1444, una tec-
nología revolucionó
el mundo: la impren-
ta moderna. Gracias
a ella, el conoci-
miento ya no estaría
en manos de unas
pocas personas. Aun así, su irrupción
fue recibida con bastantes recelos. El
humanistayconocidoeditordelaépo-
ca Hieronimo Squarciafico expresó su
preocupación ante este nuevo inven-
to: “La abundancia de libros hará a los
hombres menos estudiosos”. Y es que
la tecnología siempre ha sido “sospe-
chosa” por su impacto en la distribu-
ción de la riqueza (bien sea económica
o intelectual) y por la impronta que
deja en el mundo laboral, destruyendo
empleos y generando nuevas profe-
siones jamás imaginadas.
Con el paso de los años, el impacto
deesatecnologíahapisadoelacelera-
dor,igualquelohahechosuevolución
y también el tiempo que tenemos para
reaccionar y adaptarnos a ella. Porque
debemos hacernos una pregunta: ¿la
transformación digital va de tecnolo-
gía? Al igual que el cuerpo humano,
que es un 75% de agua, la transforma-
ción digital es una parte tecnología y
tres partes humanas. No solo consiste
en introducir “cacharrería” sin un ob-
jetivo claro, convirtiéndola en el fin
en vez de en el medio. De hecho, con
esta estrategia, se puede convertir en
un caballo de Troya en nuestra orga-
nización debido a nuestra inherente
resistencia al cambio. Pero a pesar de
esa resistencia, la digitalización es un
tsunami imparable que todo lo arras-
tra.
¿A qué perfiles profesionales afec-
ta/afectará esa transformación? La
respuesta es sencilla: a todos los ám-
bitos (salud, automoción, educación,
comercio, seguros...). No se salvan ni
aquellos en los que interviene la crea-
tividad, capacidad que creemos aleja-
da de los unos y ceros digitales.Ya son
varios los proyectos en los que, me-
diante inteligencia artificial y big data,
se están creando guiones de películas
o trailers sin la intervención humana.
Hasta Netflix fue capaz de inferir que
la serie House of Cards sería un éxito
antes de su estreno analizando la in-
formación recogida anteriormente de
sus telespectadores.
Y es que duran-
te 2017 escucha-
remos de manera
recurrente concep-
toscomointeligen-
cia artificial, ma-
chine learning, big
data, robots, asistentes virtuales, al-
goritmos… La inteligencia artificial ha
alcanzado ya a los relatos de ciencia
ficción que nos han contado durante
años a través de la literatura, el cine
y la televisión. Isaac Asimov, Philip K.
Dick, George Orwell o Arthur C. Clarke
inventaban en los años 50 distopías
que se están cumpliendo hoy en día. Y
hay informes nada halagüeños, como
el del World Economic Forum presen-
tado en Davos 2016 (“The Future of
Jobs”), que enuncia que la digitaliza-
ción de la industria supondrá la crea-
ción de 2,1 millones de empleos para
2020pero,asuvez,ladesapariciónde
7,1 millones, dejándonos un déficit de
5 por el camino y poniendo contra las
cuerdas a la sociedad dado que debe-
rá enfrentarse no solo a dilemas políti-
cos y económicos, sino también éticos
y morales.
Las empresas e industrias también
sufrirán esa revolución digital porque,
en muchos casos, serán los “intrusos
tecnológicos” (Google, Facebook,
Airbnb, Amazon… ) los que remuevan
ámbitos donde no se les esperaba,
dictando nuevos modelos de negocio
a los actores que tradicionalmente
venían controlando esas áreas. Hay
muchas industrias en el punto de
mira: agencias de viajes tradicionales,
talleres de automóviles, asesorías fi-
nancieras, logística, aseguradoras de
coches...
Ante estos vientos huracanados,
solo tenemos dos opciones: correr a
refugiarnos o construir molinos.
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