1. Historia del Arte (BCS2)
SURREALISMO
1. Documentación general.
Título: El gran masturbador.
Autor: Salvador Dalí (1904-1989)
Cronología: 1929.
Estilo: Surrealismo.
Técnica: Óleo
Soporte: Lienzo (1,1 x 1,5 mt)
Localización: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid)
2. Tema.
Esta pintura nos remite, en clave surrealista, al encuentro del artista con Gala y a sus
propias obsesiones sexuales.
3. El artista.
A grandes rasgos, la pintura surrealista parte de un presupuesto muy claro: se trata de
llevar al arte el mundo de los sueños, las visiones del subconsciente, tratando de que la
pintura se aleje de los racional, en busca de ese universo que por aquellos años trataba de
poner al descubierto la teoría del psicoanálisis de Sigmund Freud. Buscar por tanto esa otra
realidad irreal, que está por debajo de la verdadera realidad, pero que también forma parte
de la existencia y que a veces la condiciona e incluso la determina.
Este lienzo es una de las primeras obras claramente surrealistas de Dalí. Las influencias del
movimiento surrealista y de las teorías psicoanalíticas de Freud, la evocación de su reciente
encuentro con Gala, sus tendencias autoeróticas y las alusiones a su infancia se aúnan en
esta obra llena de simbolismo.
4. Análisis formal.
El gran masturbador sorprende por el esmero y paciencia con que ha sido pintado. Cada uno
de sus elementos ha sido plasmado con una precisión casi fotográfica. Dalí usó una
pincelada muy precisa y colores luminosos y brillantes. El color “amarillo como la cera”, en
palabras del propio pintor, resalta sobre el azul degradado del cielo.
1 IES Lacimurga C. I.
J. Javier Pérez Muñoz (DTO. Geografía e Historia)
2. Historia del Arte (BCS2)
SURREALISMO
Dalí distribuye los elementos de este lienzo alrededor de un nítido horizonte que divide el
espacio en dos mitades desiguales: la inferior representa una playa, y la superior,
claramente mayor, el cielo. En la parte central del cuadro se halla una cabeza gigante, con
un ojo cerrado y una prominente nariz apoyada en el suelo. En el lugar de la ausente boca,
se adhiere una langosta de grandes dimensiones con el vientre plagado de hormigas. Otros
pequeños detalles dotan de singularidad a la cabeza: las plumas de colores que surgen a la
manera de pestañas, las piedras que se alzan sobre la testa y el anzuelo que se aferra a
sus escasos cabellos.
A la altura del hipotético cuello, surge una cabeza de león con una prominente lengua.
Más arriba, una mujer arrima la cara a los genitales de un varón.
En la playa se observan dos grupos humanos: en la parte central, un hombre abraza
una roca con apariencia femenina; en a izquierda, un joven proyecta su sombra sobre dos
diminutas figuras, un padre y su hijo.
5. Análisis de contenido
Durante el verano de 1929, Dalí recibió una visita que cambiaría su vida y su obra: el poeta
Paul Eluard, su esposa Gala y otros surrealistas se instalaron durante unas semanas en
Cadaqués.
El gran masturbador es fruto de la pasión erótica que Gala despertó en él, pero no puede
explicarse sólo a partir de ella: las teorías surrealistas y psicoanalíticas, la infancia del
artista y la omnipresencia de la figura paterna también son imprescindibles para
comprender la obra.
La figura central del lienzo es un autorretrato del pintor, como confirma el título inicial del
lienzo, El rostro del gran masturbador, cuyo nombre hace referencia a sus frecuentes
prácticas onanistas.
Los símbolos sexuales son frecuentes: la mujer que acerca su boca a los genitales de un
varón; la lengua voluminosa y enrojecida que surge de la cabeza del león como si fuera un
pene erecto; el lirio, símbolo de pureza, es decir, de la masturbación como única forma pura
de actividad sexual; la langosta , animal que causaba horror al pintor y que evoca a la
mantis religiosa y a su carga erótico-caníbal con respecto al macho, en este caso él mismo,
encarnado en el rostro central; las hormigas concentradas en el vientre de la langosta, que
algunos autores interpretan como simbólicas secreciones sexuales, etc.
Las figuras que se abrazan rememoran su relación con Gala y sus paseos por la playa. La
soledad que provoca esta ensoñación está sugerida por la figura solitaria de a izquierda y la
sombra que ésta proyecta sobre unos minúsculos padre e hijo, que retrotraen a su infancia.
El anzuelo con la cuerda rata recuerda la ausencia de Gala pero, también, los intentos de su
familia por retenerle. Las plumas de colores son claras referencias a su infancia, mientras
que las piedras que reposan encima de la cabeza serían manzanas petrificadas que
remitirían a la de Guillermo Tell y que simbolizarían la sumisión del hijo respecto al padre.
Dalí, que poseía una excelente técnica pictórica, se sirvió de las teorías psicoanalíticas
para plasmar su personalidad y sus obsesiones: el complejo de Edipo, la megalomanía, la
obsesión por Gala...
Dalí definió sus cuadros como “fotografías de sueños pintados a mano”, pues con frecuencia
relacionaba de manera totalmente innovadora elementos oníricos con reales. La influencia de
artistas surrealistas o afines a este movimiento, como Miró, Ernst, Masson o Chirico,
determinó la obra de Dalí de finales de los años veinte.
2 IES Lacimurga C. I.
J. Javier Pérez Muñoz (DTO. Geografía e Historia)